sábado, 26 de marzo de 2022

EL ESPEJO DE UN HOMBRE, STEPHEN GREENBLATT

Ejemplar del KM

Dentro del largo apartado de las biografías dedicadas a Shakespeare esta de Greenblatt es una de las que mayor atención despertó en su momento, y una de las que más reseñas y comentarios recibió por parte de la prensa especializada. La versión original es de 2004, la traducción al español apareció durante los fastos del cuarto centenario de la muerte.

Seguramente, esta biografía merezca todos los elogios que recibió en su momento. Y seguramente, Greenblatt es uno de los especialistas shakesperianos que más ha influido en configurar la imagen que nos hemos formado del bardo inglés, básicamente porque cuenta extraordinariamente bien, lo que hace no solamente atractivo lo que dice, sino, lo que es más importante, creíble. Belleza y verdad, un tándem insuperable cuando hablamos de palabras.

Pero yo no voy a añadir un comentario, que sería banal, a la legión de elogios que ya ha recibido el texto. Quiero, en cambio, destacar la traducción que han realizado Teófilo de Lozoya y Juan Rabasseda. Cuando se realizan traducciones que incluyen textos ya traducidos, suele ocurrir que quien traduce utiliza para los textos literarios que se citan las traducciones ya realizadas. No es el caso y me sorprendió. Me sorprendió porque traducir poesía impone una dificultad mayor a la traducción de prosa. Y me sorprendió más incluso al comprobar la excelencia del trabajo.

Sin contar otros capítulos que incluyen citas en verso de las obras de teatro, el capítulo VIII incluye muchas citas de los sonetos. En él hay tres que están traducidos en su totalidad: el 18, el 73 y el 138 (recuérdese que la colección de sonetos está numerada del 1 al 154). Copio el último:

Mi amor jura estar hecha de verdad

y, aun cuando sé que engaña, yo la creo,

que así ella me ve joven, virginal

y ajeno a sutilezas y camelos.

Si pienso que ella piensa que soy joven,

sabiendo que me sabe muy vivido,

es por dar crédito a su lengua innoble:

de la verdad, los dos nos deshicimos.

¿Por qué razón no dice que es injusta?

¿O yo que ya pasó mi primavera?

Amar es simular confianza mutua

y, en el amor maduro, no echar cuentas:

por eso retozamos engañados,

pues solo en el engaño está el halago.


¡Es un auténtico soneto en toda su extensión! ¡Mantiene el ritmo, conserva la musicalidad y el sentido es exacto! Es imposible pedir más.´

Me sorprendió este y me sorprendieron los otros dos. He buscado entre las traducciones ya realizadas a ver si correspondía a alguna de ellas. No he encontrado ninguna. He comparado todas las que tengo y las que he podido consultar en bibliotecas. Las de Teófilo de Lozoya y Juan Rabasseda son, sin ninguna duda, las que más me gustan. Aunque solamente fuera por la traducción de esos tres sonetos, ya merece la pena leer el libro. Enamorado quedo.

***



Путин, немедленно останови войну!

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