jueves, 16 de marzo de 2017

LAS PEQUEÑAS CIUDADES IMAGINARIAS DE MIQUEL NAVARRO

 La sala Kubo Kutxa de Donostia mantiene hasta el día 21 de mayo la exposición de Miquel NavarroArqueologías imaginarias.


Lo primero que se puede decir con absoluta certeza de esta exposición es que el visitante se siente un auténtico gigante paseando entre los edificios de Lilliput. Después, y al margen de la propuesta estética o de la reflexión sobre los materiales, que el artista es capaz de despertar en nosotros el sentido lúdico de forma inmediata. 


Imaginar situaciones, perspectivas diferentes a las propuestas por el autor, historias imposibles o personajes ficticios dentro de esos microespacios, es un hecho involuntario una vez que estamos allí. Es difícil, incluso, contener el impulso de tumbarse y empezar a jugar entre torres, obeliscos y casitas. Puedo imaginar las tremendas dificultades de los vigilantes de sala para mantener a raya a los niños que acudan con sus padres a ver la exposición.



Además del aire de juguete que toman las ciudades de Navarro, otra virtud de su trabajo es que todo está a la vista. Ciertamente hay un trabajo técnico, una planificación y una reordenación de ideas detrás de lo que se nos ofrece, pero la presentación es tan limpia y la oferta tan honesta, que no hay nada que pueda inducirnos al engaño. Y eso se agradece en estos tiempos en que a muchos artistas les da por vender discursos y no obra.


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