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viernes, 5 de agosto de 2022

GOETHE: algunas opiniones sobre la guerra, la paz y la convivencia

Librerías que disponen del libro.
Ando sumergido en la obra poética de Goethe y en este libro, producto de la colaboración de especialistas en el alemán, me encuentro con unos cuantos textos del autor del Fausto que me han parecido relevantes, no por su valor literario, sino por su pensamiento social y, más concretamente, por su relación con la cuestión que me ocupa los miércoles. Aparecen en el capítulo 1, Goethe: ciudadano del mundo, escritor universal. Lo ha redactado Luis A. Acosta y se ocupa en él de realizar una aproximación al pensamiento y a la personalidad del escritor alemán.

Todo empezó en su momento con una frase un tanto peculiar que me llamó mucho la atención: A Goethe, por otra parte, no parece interesarle la guerra de una manera especial (p 25). Una extraña manera de decir que cuando estuvo salpicado por tan desagradable asunto, siempre intentó focalizar la atención sobre aspectos muy distintos a los que llevaban a los grupos humanos a destruirse mutuamente. Pero dejemos eso. Vayamos a Goethe y sus opiniones (cito siempre por esta edición, no por los originales, ya que sería más difícil encontrarlos, y algunos se refieren a textos en alemán):

El único fuego que ha de arder para el individuo es el fuego de la ciencia y el arte, y aunque no sea más que una pequeña chispa, tiene, no obstante, que ser protegida a fin de que, cuando hayan pasado los días de la guerra y su lugar sea ocupado por los de la paz, no falte el imprescindible fuego prometeico (p 26).

No soy de naturaleza guerrera (...), he escrito poemas de amor cuando he amado. Cómo voy a escribir ahora poemas de odio si no odio a nadie. Porque cuando un poeta hace política, tiene que tomar partido, y una vez que hace algo así está perdido como poeta; tiene que decir adiós a su espíritu libre, a su panorámica imparcial (p 27, la negrita es mía).

Y, entre nosotros, yo no odio a los franceses, bien que doy gracias a Dios de que nos deshiciesemos de ellos. ¡Cómo alguien como yo para quien cultura y barbarie son asuntos de importancia, iba a odiar a una nación que es de las más cultivadas de la tierra y a la que he de agradecer una gran parte de mi propia formación (p 27).

(...) ahora bien, la patria de sus fuerzas poéticas y su actividad poética es lo bueno, lo noble, lo bello, algo que no está ligado a ninguna provincia en especial y a ningún país en especial, algo que se prende de él y le da forma allí donde se encuentre. En ello se parece al águila que con mirada libre pende sobre países, y a la que es lo mismo si la liebre sobre la que se lanza va corriendo por Prusia o por Sajonia (p 28).

(...) desde la creación del mundo no he encontrado confesión alguna a la que pueda prestar pleno reconocimineto. Ahora, en cambio, en mis viejos días he sabido de una secta de los hipsistarios que, aferrados entre lo pagano, lo judío y lo cristiano, se manifestaron por valorar, admirar y honrar lo mejor, lo más perfecto que pudieran conocer, y venerarlo en tanto en cuanto estuviese en próxima relación con la divinidad (p 31).

Para contextualizar algunas de las citas recordad que Goethe (1749-1832) vivió la Revolución francesa (1789-1799) y las guerras napoleónicas (1803-1815), además del cacao interno que tenían los territorios de la Confederación Germánica.

Independientemente de todo esto, el libro, desde el punto de vista de la crítica literaria, es un libro excelente.

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Путин, немедленно останови войну!

sábado, 22 de octubre de 2022

GOETHE, RÜDIGER SAFRANSKI

Editorial
Quien guste del género biográfico y quiera adentrarse en la vida y milagros del padre de la literatura alemana no puede privarse de leer la obra de Safranski, la obra de referencia sobre el genio alemán. Sus 600 páginas son una cumplido y apasionante recorrido por una de las vidas y obras más interesantes de la cultura europea. El párrafo inicial del prólogo ya nos pone sobre aviso:

Goethe es un acontecimiento en la historia del espíritu alemán..., un acontecimiento que, a decir de Nietzsche, careció de consecuencias. Pero lo cierto es que sí las tuvo. Aunque no dio un cauce más favorable a la historia alemana, es incuestionable que, en otro aspecto, Goethe tuvo una enorme trascendencia, y la tuvo como ejemplo de una existencia lograda, capaz de unir riqueza espiritual, fuerza creadora y prudencia ante la vida. La suya fue una vida rica en tensiones, que se encontró con ciertas dádivas en la cuna, pero que también hubo de luchar, pues desde edentro y desde fuera la amenzaban peligros y tribulaciones. Lo que no deja de fascinar es la figura individual de esta vida (p 21).

Leer la biografía que Safranski le dedica supone poder disfrutar de una visión pormenorizada y sugestiva de cuanto ese párrafo anuncia. No defrauda en absoluto y tiene la virtud de provocar el deseo de leer a Goethe que, tal vez, es lo mejor que se puede decir de una biografía, que despierte las ganas de leer la obra del biografiado.

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Más información:
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Путин, немедленно останови войну!

martes, 4 de octubre de 2022

GOETHE Y LA MÚSICA

 

Goethe es inmenso. Su curiosidad era omnímoda: geología, teoría de luz y los colores, botánica, literatura, arte... y, cómo no, música. Su influencia en el mundo musical es de tal nivel que bien se puede rastrear su poesía a través de las innumerables musicalizaciones que se han realizado de sus poemas. Solamente dos ejemplos de lo que digo: el programa Biblioteca verde, de Radio clásica, le dedicó ¡más de 20 sesiones de una hora! en 2011; el filósofo mexicano Antonio Caso (1883-1946) escribió un breve ensayo todavía hoy muy citado, La trascendencia musical de Fausto de Goethe, y que la Universidad de México, como podéis ver, tiene recogido en formato pdf en su web. Este es el párrafo inicial: 

Un gran poeta, como Dante o Goethe, es fermento de actividad estética no sólo dentro del campo genuino de su arte, sino también en las esferas limítrofes de la música y las artes del diseño; así como un gran músico o un gran pintor influye de rechazo en el orden de las actividades literarias de la humanidad. Lírica, épica, novelística o dramaturgia, todas las múltiples actividades de la expresión artística por la palabra escrita, suelen desarrollar la intuición pictórica o musical de un pintor como el Greco, un escultor como Miguel Angel o un músico como Beethoven. Y es porque el fondo de la creación artística vale en primer término, y es relativamente secundario el modo de expresión.

Por cierto, sobre el poemita "Wandrers Nachtlied"  —Canción nocturna del caminante— que interpreta el Coro de Estudiantes de la Universidad de Utrecht hay una breve anécdota que merece la pena contar.

Goethe, aficionado al monte y los paseos, hizo noche en una cabaña situada en la cumbre del Kickelhahn cuando rondaba la treintena. La tranquilidad del lugar le llevó a escribir sobre uno de los tablones ese pequeño poema. Mucho después, acompañado por Johann Christian Mahr, cuando ya contaba casi ochenta y dos años, volvió al mismo sitio, se acercó a la pared y comprobó que aún podía leerse. Unas lágrimas se deslizaron por las mejillas del poeta y dijo: Sí, pronto tú también descansarás en paz. Falleció apenas medio año más tarde.

Este es el poema:

Sobre todas las cumbres

reina la calma,

en todas las cimas

sientes

apenas un aliento.

Los pajarillos callan en el bosque.

¡Aguarda, pronto

tú también descansarás en paz!


Aquí os dejo el primero de los programas que la Biblioteca verde dedico al poeta alemán. 


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Путин, немедленно останови войну!

viernes, 12 de agosto de 2022

PROMETEO, GOETHE

Editorial

La poesía tiene la capacidad de hablar de cualquier cosa, incluso de teoría literaria. Es cierto que esta práctica es un recurso mucho más utitlizado desde las vanguardias literarias, pero eso no quiere decir que no se haya empleado mucho antes. ¿Es necesario recordar la Epístola a los Pisones, de Horacio, auténtica arte poética, esto es, preceptiva literaria?

Goethe también practicó esta manera de hacer poética desde la poesía. Aunque a primera vista este poema parezca un poema más de los miles que se han escrito en la tradición europea sobre el titán Prometeo, en realidad es un auténtico manifiesto sobre la poesía del Sturm und Drang, movimiento que preludia el romanticismo y al que estuvo adscrito el autor del Fausto durante su juventud. Aquí lo tenéis en su idioma original:

 Y traducido al español:

PROMETEO

Cubre tu cielo, Zeus,
con un velo de nubes,
y juega, tal muchacho
que descabeza cardos,
con encinas y montañas;
pero mi tierra
deja en paz
y mi cabaña,
que tú no has hecho,
y mi hogar,
por cuyo fuego
me envidias.

¡No conozco nada más miserable bajo el sol
que vosotros, dioses!
Pobremente sustentáis con sacrificios
y aliento de oraciones
vuestra majestad,
y moriríais
si pordioseros y niños
no enloqueciesen de esperanza.

¡Y, cuando era niño,
no sabía por qué volvía
al sol la mirada extraviada!
¡Como si en lo alto alguien hubiera
que oyese mi lamento,
o un corazón que, como el mío,
se apiadase del oprimido!

¿Quién me ayudó
contra la furia de los titanes?
¿Quién me salvó de la muerte
y de la esclavitud?
¿Acaso no lo hiciste tú todo,
sagrado y ardiente corazón?
¿Y te consumiste, joven y bueno,
engañado, esperando algo
del que duerme allá arriba?
¿Que te venere? ¿Para qué?
¿Has mitigado el dolor del ofendido?
¿Has enjugado el llanto del sumido en la angustia?
¿Acaso no me hicieron hombre
el tiempo omnipotente
y el eterno destino,
mis señores y los tuyos?
¿Creíste tal vez
que odiar debía la vida
y huir al desierto
porque no todos los sueños maduraron?

Aquí estoy y me afianzo;
formo hombres
según mi idea;
un linaje semejante a mí,
que sufra, llore,
goce y se alegre,
¡y que no te respete,
como yo!

          (Traducción: Ángel Romera Valero)

Veamos: Aquí se nos presenta a Prometeo como un ser extraordinariamente dotado, poseedor de un clarividencia y una voluntad fuera de lo normal. Es decir, se nos está ofreciendo el modelo del genio, prototipo del movimiento alemán del que Goethe formó parte en su juventud, y que era el modelo del artista por antonomasia, ese ser portador de una fuerza creadora incomparable y absolutamente autónomo en todas sus decisiones. Es la representación máxima del individuo que reune las características propias del genio: entusiasmo, espontaneidad, inspiración, originalidad, fuerza creadora, independecia...

Es cierto que en el siglo XVIII era bastante habitual recurrir a Prometeo como prototipo del artista, pero nadie había ido tan lejos en la falsación de un dato preciso para incrementar el gesto rebelde y la independencia del titán-poeta. Prometeo no era hijo de Zeus, y eso lo sabía perfectamente Goethe. Con ese pequeño cambio la desobediencia del titán se hace más significativa; además, lo que el poema cuenta es solo el instante de orgullosa independencia. Se detiene ahí, en lo que sería el momento de total reafirmación. No le interesa contarnos lo que vino después.

Puestos a leer e interpretar —pero esto es forzar la interpretación—, también podríamos entender el poema como una llamada a la rebelión contra los príncipes despóticos que gobernaban los distintos estados alemanes a finales del siglo (el poema parece que fue escrito entre 1772 y 1774, aunque no se publicó hasta 1785 y eso de manera anónima cuando Jacobi lo incluyó en su Über die Lehre des Spinoza in Briefen an den Herrn Moses Mendelssohn. Goethe lo hizo en 1789).

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Путин, немедленно останови войну!

domingo, 10 de julio de 2022

EL REY DE LOS ELFOS, GOETHE-SCHUBERT

Durante la época romántica y en los países de habla germana sobre todo, se produce la expansión de una forma musical, el lied (canción), que tiene sus raíces en la Edad Media, pero que será entonces cuando alcance un inmenso desarrollo. No hay compositor que se resista y tienen a su disposición un rico material textual que la poesía aporta para completar la labor. 

Este es uno de esos casos. El poema escrito por Goethe (1749-1832), que se basa en una balada danesa traducida poco antes por su amigo Herder (1744-1803), tendrá numerosas adaptaciones musicales. La más famosa, seguramente también la mejor y más atractiva, es la que realizó Schubert (1797-1828). 

Fuera del campo estricto del lied (pieza corta para solista acompañado por un piano) hay otra versión de este poema que me gusta tanto o más que la anterior. Se trata de la adaptación para oquesta que realizó Berlioz (1803-1869). Claro, competir con la sonora riqueza que aporta una orquesta es siempre difícil.

 

Si ya habéis escuchado un par de veces cada propuesta musical y os habéis dejado arrastrar por la belleza de la música —y la de las voces de sus intérpretes, Daniel Norman y Anne Sofie von Otter—, detengámonos un momento en las pabras del poeta (de las versiones que tengo, transcribo la de Xandru Fernández, Alba, 2021.)

EL REY DE LOS ELFOS

¿Quién cabalga tan tarde en la noche ventosa?
Es el padre, llevando a su hijo;
sostiene firme al muchacho en su brazos,
lo lleva bien agarrado y lo mantiene caliente.

"¿Por qué ocultas, 
hijo mío, tu rostro con temor?"
"¿No ves, padre, al rey de los elfos?
¿Al rey de los Elfos con su corona y su cola?"
"Hijo mío, es solo un jirón de niebla".

"Ven, querido niño, ven conmigo.
Hermosos juegos quiero jugar contigo.
La playa está cubierta de flores de colores.
Mi madre tiene vestidos dorados".

"¡Padre, padre! ¿No oyes
lo que el rey de los elfos me promete en susurros?"
"Cálmate, hijo, no pierdas la calma,
es el viento susurrando entre las hojas secas".

"¿Quieres, niño guapo, conmigo venir?
Mis hijas te darán una hermosa bienvenida;
mis hijas desfilan de noche
y te mecen y bailan y cantan para ti".

"¡Padre, padre! ¿No ves ahí
a las hijas del rey de los elfos en ese lugar oscuro?"
"Tan solo, hijo mío, veo lo que hay:
unos viejo sauces de color gris".

"Te quiero, tu hermosa figura me vuelve loco;
si no accedes, por la fuerza te arrancaré".
"¡Padre, padre! ¡Ahora me ha cogido!
¡El rey de los elfos me está haciendo daño!"

El padre se asusta, cabalga veloz.
Sostiene en sus brazos al niño que gime.
A casa llega con esfuerzo, agotado.
El niño ya había muerto en sus brazos.

¿Un simple cuento de hadas puesto en verso?
¿Muere el niño porque se lo lleva el rey de los elfos?
¿Sucumbe por la elevadísima fiebre?
¿Es el niño la representación de lo irracional y fantástico, mientras que el padre simboliza la racionalidad?
¿Por qué Nicholas Boyle dijo de este aparentemente simple poema que era uno de los poemas más aterradoramente eróticos de Goethe?
La poesía siempre está abierta a la posibilidad de varios significados. Puede, incluso, que quien lea hoy se acoja a uno y con el paso del tiempo a otro. O a todos simultáneamente. Goethe, en cualquier caso, nunca aclaró si lo que quería era recoger una leyenda o presentarnos una alegoría sobre racionalidad e irracionalidad, fantasía y realidad.

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Путин, немедленно останови войну!

lunes, 26 de septiembre de 2022

GOETHE

Editorial
Como decía Nietzsche, Goethe es mucho más que un escritor, es una cultura entera y aunque en la tertulia de noviembre vayamos a centrarnos solamente en la poesía que escribió, y de ella tan solo en unos pocos poemas que nos puedan ofrecer una visión de su evolución, de sus intereses poéticos y de la importancia que tuvo para el desarrollo posterior de este género en el ámbito germano, no estaría demás leer alguna otra cosa más, como su Fausto, obra maestra de la literatura universal, Las desventuras del joven Werter, la que le consagró como escritor —se lee en una tarde— y esas memorias que se ocupan de la juventud y que reciben el nombre de Poesía y Verdad. Tal vez así podríamos hacernos con una idea relativamente próxima a las múltiples caras y acentos de su obra como escritor que practicó todos los géneros y se sintió atraído por multitud de saberes. 
Por lo que respecta a su obra poética, es decir, a la poesía lírica escrita en verso y poema corto, a mí me parece que la antología preparada por José Luis Reina para la editorial Visor es un colección muy válida, fácilmente asequible y suficientemente amplia como para que no echemos de menos ninguno de los poemas considerados imprescindibles, si es que hay alguno que lo sea, que todo está sujeto a los gustos de la épocas. La editorial Alba tiene otra de similares características y bilíngüe, publicada en 2021. Algunas de las Elegías romanas traducidas por Salvador Mas Torres —la traducción preferida de la profesora Rosa Sala— podéis leerlas aquí. Aún se puede encontrar el libro en las librerías de segunda mano. En formato digital se puede adquirir por menos de 4€.

Además, para quienes gustan de la conferencia, la Fundación March invitó en octubre del año pasado a la especialista en Goethe y también traductora de su obra, Rosa Sala a impartir un par de conferencias que son francamente muy interesantes y amenas. Están disponibles en formato audio y en formato vídeo, para que cada cual elija la modalidad que le resulte más cómoda.  

Y por eso de que no falte la distracción, y nunca mejor dicho, este film Goethe!, de Philipp Stölzl, que hasta donde yo sé nunca se llegó a proyectar por estos pagos, puede ser un elemento que encienda la curiosidad por saber de su vida y de su obra. Es perfectamente prescindible, pero yo lo dejo por si acaso:


La buena fortuna



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Путин, немедленно останови войну!

miércoles, 29 de septiembre de 2021

CHILLIDA, GOETHE, SCHUMANN

Homenaje a Goethe. Alabastro, 1977. Caserío Zabalaga.

 Este Homenaje a Goethe de Chillida se encuentra dentro del caserío, en la planta baja; concretamente, a la derecha de la que en la actualidad se utiliza como puerta de salida.

Aprovecho la fotografía para unir en una misma entrada escultura, poesía y música. Algo que resulta muy sencillo, porque si conocida es la admiración del donostiarra por la cultura alemana, aún más famosa es la querencia de la música por los textos del poeta

El rey de Thule es una balada escrita en 1774. Apenas habían transcurrido ocho años cuando Seckendorf la publicó con la música creada por él. Después la musicaron autores tan importantes como Schubert, Berlioz, Schumann, Gounod

Más adelante, Goethe la incluyó en la primera parte de Fausto. Grechten (Margarita) la canta después de su primer encuentro con Fausto. Esta es la traducción de Kovacsics:

    Vivía allá en Tule un rey
que hasta la tumba fue fiel,
al que, al expirar, su amada
le dio una copa dorada.
    Nada quería el rey tanto,
la apuraba en las jaranas.
Cada vez rompía en llanto
que de aquel vaso tomaba.
    Y cuando le llegó la hora
contó los pueblos del reino,
legó todo a su heredero,
pero no le dio la copa.
    Sentado en la cena real,
por caballeros rodeado,
en el castillo del mar,
en sala de antepasados,
    el viejo beodo bebía
su última llama de vida:
lanzó la sagrada copa
abajo, hacia las olas.
    La vio caer y beber,
hundirse en el mar la vio.
Sus ojos también se hundieron;
ni una gota más bebió.


El grupo musical Ensemble Aedes la interpreta así de bien con la música de Schumann: 


Palabra, música y materia colaboran para crear belleza. ¡Qué hermoso espectáculo!

lunes, 17 de octubre de 2022

GOETHE Y LA CATEDRAL DE ESTRASBURGO

Portada principal de la catedral de Estrasburgo.

 Cuanto más contemplaba su fachada, tanto más se reforzaba y desarrollaba aquella aquella primera imporesión de que en ella se había aliado lo sublime con lo agradable. Si no queremos que lo colosal nos asuste cuando se nos aparece en toda su dimensión, si no queremos que nos aturda al tratar de escudriñar su particularidad, tiene que darse una unión antinatural y aparentemente  imposible: a lo colosal debe añadirse lo agradable. Pero como solo nos resulta posible expresar la impresión de la catedral al imaginar unidas aquellas dos cualidades irreconciliables, resultará fácil deducir la alta estima en la que debemos tener a este antiguo monumento. A continuación emprenderemos seriamente una descripción de cómo pueden imponerse y relacionarse pacíficamente elementos tan antagónicos (Poesía y verdad, libro IX, p 91).


Este párrafo y las tres páginas que siguen forman parte de una de las primeras revalorizaciones del arte gótico, tan desprestigiado durante los siglos XVI y XVII. Fueron la Ilustración e intelectuales como Goethe y Hegel, quienes con sus escritos impulsaron un cambio en la apreciación de este estilo arquitectónico.

Y hay una curiosa anécdota que dota de atractivo especial a la catedral. Tiene que ver con la estancia de Goethe en la ciudad para estudiar Derecho y con su enorme fuerza de voluntad. Así la contaba él:

En esta casa de la calle Vieux-Marché-aux-Poissons estuvo alojado durante esos dos años.

Pero por encima de todo me atemorizaba un mareo que me acometía cada vez que bajaba la vista desde alguna altura. quise eliminar todos estos defectos y, como no quería perder tiempo, lo hice de un modo algo brusco. Por la noche, durante la retreta, pasaba por delante de todos los tambores, cuyos violentos redobles y compases parecía que iban a hacerme estallar el corazón en pedazos. También subía al punto más alto de la torre de la catedral y permanecí sentado cerca de un cuarto de hora en el llamado pináculo, justo debajo del remate —o de la corona, si se prefiere—, hasta que reuní el valor suficiente para salir al exterior, donde en una plataforma de apenas una vara de lado y sin poder agarrarme especialmente a nada, podía ver frente a mí la interminable región, al tiempo que el entorno y los adornos más próximos tapaban la iglesia y todo lo que me sostenía. Era exactamente como verse elevado por los aires en un montgolfier. Me sometí a este temor y tortura tantas veces como hizo falta para que la impresión se me volviera completamente indiferente (p 383, misma edición).


Otra curiosidad: hoy los 142 metros de altura que tiene pueden parecernos poca cosa, pero en vida del escritor alemán era el edificio más alto del mundo y los siguió siendo hasta 1874. 

También alberga un fascinante reloj astronómico que merece la pena ver en funcionamiento.


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Путин, немедленно останови войну!

martes, 11 de septiembre de 2018

DE LA FALACIA INTENCIONAL A LA SUBLIMACIÓN DEL ARTE

Existe la creencia popular, y no tan popular, de que los poetas —vale aquí decir artistas— son una gente especial, con una sensibilidad especial, capaces de ver y percibir cosas que el resto no vemos. La consideración del artista como una criatura directamente inspirada por los dioses viene de muy lejos y, en buena medida, es reforzada por la muy racionalista teoría literaria del siglo XX.

Hoy asumimos sin discusión que el poema, el texto, debe ser considerado como autónomo. Su significado, según lo defendió la Nueva Crítica, debe determinarse únicamente por lo que el texto dice y no por la intención tácita o explícita del autor. Una obra, liberada de todo contexto, se convierte en un objeto público sobre el que nadie tiene un acceso privilegiado, ni siquiera el autor.

Ese camino llevado a su extremo da en considerar la obra como algo excelso —cuando lo es—, al margen de cualquier intención, miedo, deseo, habilidad, aptitud o condición del artista. Y no solo eso, sino que la preocupación de quien pone su inteligencia y su imaginación al servicio de la creación debe ser exclusivamente la ejecución de la obra.

Hace unas semanas dejé convenientemente subrayado este comentario de un traductor y crítico a quien admiro (la negrita es mía): El poeta, servidor de la creación, lo hace en un estado de fascinación en el que su única responsabilidad consiste en la realización de la obra a su nivel debido. Goethe sería inmoral solo si hubiera dejado de escribir el Werther para salvar las vidas humanas de sus lectores suicidas.

Está bien que quien trabaja en algo que le gusta se entregue con pasión a su trabajo. A todos nos conviene ese punto de ilusión y entusiasmo en la tarea. Sin duda, mejora el resultado. Pero de ahí a afirmar que la obra de arte está por encima de cualquier otra consideración hay una gran diferencia. 

El artista debe entregarse a su labor, lo mismo que cualquier otra persona se entrega a la suya. Y en esta entrega no juega ningún papel el criterio moral. Pero sí en el resultado. No tengo ninguna duda de que Goethe hubiera dejado de escribir su famoso Werther si hubiera supuesto que la lectura del mismo pudiera provocar un solo suicidio, entre otras cosas porque hasta el siglo XIX no se abandona en Europa la ecuación del idealismo platónico Verdad = Belleza = Bondad.

Estoy convencido de que no hacemos ningún favor al arte ni disfrutamos más de la obra cuando realizamos ese tipo de hiperbólicas y místicas afirmaciones, creando una atmósfera especial de actividad sobrehumana. La admiración y el reconocimiento son virtudes de quien disfruta la obra. Creer que el arte está por encima de cualquier otra consideración humana, es dotarle de una aureola que nos impide salir de la brumas mitológicas.

Dos ejemplos: es bien sabido que Wagner como persona dejaba mucho que desear; sin embargo, nada nos impide disfrutar de su obra, porque esta nada tiene que ver con su dudosa moralidad. Leni Riefenstahl fue una cineasta dotada de una enorme capacidad para el documental y tanto El triunfo de la voluntad como Olympia son consideradas obras brillantes, lo que no impide que podamos denunciar su deleznable intención propagandística al servicio de la ideología nazi. 

Ocurre que algunas criaturas están especialmente dotadas para manejar unas herramientas —palabras, pinceles, piedras, números...— mejor, muchísimo mejor que la inmensa mayoría. Sus condiciones naturales y su trabajo diario las han llevado a un nivel excepcional. Las reconocemos como las mejores en su campo y son las que hacen que avancemos como sociedad. Pero son personas, no son dioses, y su actividad no está dotada de propiedades sobrehumanas.

lunes, 18 de septiembre de 2023

ÚLTIMAS CARTAS DE JACOPO ORTIS

Ejemplar de la biblioteca de Durango
Lo mismo que una idea te lleva a otra, un autor te lleva a otro en ese afán por entender mejor textos, comportamientos, influencias. Sabido es que el Jacopo Ortis de Foscolo tuvo una gran influencia en el desarrollo del romanticismos italiano en general y en el de Leopardi en particular. Como no lo había leído, lo solicité a través de ese magnífico servicio interbibliotecario que nos pone al alcance títulos de otras bibliotecas del País Vasco.

No sé si es necesaria esta advertencia, pero yo la hago por si acaso: los textos de los que aquí doy noticia no van dirigidos a quienes tienen por lecturas habituales la novela de distracción. Puede que sean una parte importante del mercado del libro, pero no forman parte de la historia de la literatura. Conozco muchas personas que leen habitualmente ese tipo de historias, pero que nunca leerán el Quijote porque están convencidas de que leerlo es un solemne aburrimiento y una pérdida de tiempo. La obra de Foscolo, como la de Goethe, la de Flaubert o la de Virgilio no es para esas personas. Hecha esta advertencia, voy con el asunto.

Las Últimas cartas de Jacopo Ortis tienen cuatro grandes pilares temáticos en torno a los cuales se articula toda la novela. En primer lugar, nos encontramos con una narración de carácter epistolar, tal y como realizó Goethe en su Werther. En este caso es el joven Jacopo/Ugo quien escribe cartas a su amigo Lorenzo, y lo que le va contando —sus cambios anímicos, sus ideas políticas, lo que le acontece con las personas a las que conoce— es lo que constituye el contenido de la narración.

En segundo lugar, es un obra de carácter militante, políticamente militante, pues su autor es un comprometido defensor de la unidad italiana antes de que aparezca ese movimiento que se llamó Risorgimento y sobre el que esta obra tendrá una influencia innegable. De hecho, la primera carta con la que se abre el texto comienza así: El sacrificio de nuestra patria se ha consumado: todo está perdido; y la vida, si se nos concede, no nos quedará sino para llorar nuestra desdicha y nuestra infamia. (En 1797 Napoleón firmó con Austria el Tratado de Campo Formio mediante el cual la República de Venecia pasaba a formar parte del territorio austríaco).

En tercer lugar, y ahí sí coincide con el Werther, es la historia de una pasión amorosa, del amor que el protagonista siente por una mujer, Teresa/Isabella Ronconi. Un sentimiento amoroso cuyo objetivo nunca podrá ser alcanzado, lo que llevará al suicidio, y en esto también se cumple con el ritual romántico de la época.

Por último, nos encontramos con un pensamiento existencial claramente pesimista que impregna el ser y el padecer del personaje, que recorre toda la historia y que puede sintetizarse en frases como tú serás siempre infeliz (carta del 8 de febrero), o el género humano es esta cohorte de ciegos que tú ves chocar, pelearse, batirse y encontrar al fin el sumergirse dentro de la inexorable fatalidad. ¿A qué, pues, seguir, o temer lo que te debe suceder? (carta del 3 de enero). De este pesimismo ontológico beberá Leopardi.

La traducción es de Andrés González-Blanco.

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jueves, 6 de agosto de 2020

LA BELLEZA


Belleza no es, pues, sino libertad en la aparición.

F.Schiller. Escritos sobre estética.


Espíritu de belleza, que consagras

con tus propios matices todo

humano pensamiento o forma

a los que prestas tu resplandor.

P.Shelly. Orígenes de la forma en el arte.


Aman los ojos las formas hermosas y variadas, los vivos y apacibles colores (…) Porque la misma reina de los colores, esta luz, bañando todo lo que vemos, dondequiera que me halle durante el día, acercándoseme de mil maneras, me acaricia, aun estando atento a otras cosas y sin reparar en ella. Y con tal vehemencia se insinúa, que si desaparece de repente se la busca con deseo, y si por mucho tiempo se ausenta, se contrista el alma.

Agustínde Hipona. Confesiones.


Para el entendimiento neoplatónico, la belleza es simplemente manifestación, revelación de fenómenos, la aparición del anima mundi.

JamesHillman. El pensamiento del corazón.


Si los ojos se hicieron para ver, la belleza es su propia excusa para Ser.

R.W. Emerson. Rhodora. Early poems.


La belleza es un fenómeno primigenio, que en sí misma nunca hace su aparición, pero cuyo reflejo es visible en mil distintas expresiones de la mente creadora, y que es tan variado como la naturaleza misma.

J. W.Goethe. Conversaciones con Goethe.



Lo específico de la belleza es colmarnos con su aparición.

Rafael Tomás Caldera. Analys-art.



Lo bello se distingue así del bien (que es lo completamente inaprensible) porque se apresa más fácilmente. En la esencia de lo bello está el que se manifieste.

H.G. Gadamer. Verdad y método.



Porque la Belleza, Fedro mío, y solo ella, es a la vez visible y digna de ser amada: es, tenlo muy presente, la única forma de lo espiritual que podemos aprehender.

Th. MannLa muerte en Venecia.



Como súbito relámpago que disipa las potencias, privando al ojo de la facultad de distinguir los mayores objetos, así me circundó una luz resplandeciente, dejándome velado de tal suerte con su fulgor que nada descubría.

Dante Alighieri. La divina comedia.



El camino recto del amor hay que empezarlo por las bellezas de aquí abajo.

Platón. El banquete.


lunes, 8 de enero de 2024

POEMA DE LA DURACIÓN, Peter Handke

Editorial
No es necesario saber nada de Bergson para leer y disfrutar durante media hora de la lectura de este extenso poema de Handke, pero yo creo que se disfruta con mayor intensidad si se tiene en cuenta 
cuál era la concepción del tiempo del filósofo francés, así pues, yo recomiendo pasar por el enlace que he dejado en su nombre y echar un vistazo sobre eso de la durée y la intuición. Para quienes no tengan ganas, el prólogo de Eustaquio Barjau es más que suficiente para entender de qué va el asunto. Y quien se muestre remiso a la lectura del mismo, tal vez se conforme con que tenga en cuenta que lo de la duración va del tiempo vivido con plena conciencia, sustancialmente, lentamente, profundamente. Un saborear lo que vivimos. Algunos fragmentos como invitación a la lectura:


Esta duración, ¿qué era?

¿Era un lapso de tiempo?

¿Algo mensurable? ¿Una certeza?

No, la duración era un sentimiento,

el más efímero de todos los sentimientos;

(...)

Goethe, mi héroe

y maestro de la palabra objetiva,

una vez más has acertado:

la duración tiene que ver con los años,

con los decenios, con el tiempo de nuestra vida;

la duración es el sentimiento de la vida.

(...)

Necesario, en cambio, distinguir:

también "los sorprendentes milagros del momento,

tampoco son ellos los que engendran

lo duradero que hace feliz,

lo duradero en su tranquilo poder".

(...)

No obstante, aproximarme a la esencia de la duración

es lo que me gustaría,

poder referirme a ella de un  modo vago, hacerle justicia,

hacerla vibrar,

es esta esencia que, una y otra vez, me da el impulso.

Pero entonces lo primero que me viene es sólo una letanía

de palabras aisladas:

fuente, nieve recién caída, gorriones, llantén,

amanecer, atardecer, venda, unísono.

(...)

El poema de la duración es un poema de amor.

(...)

La duración no desplaza,

me coloca donde debo estar.

Saliendo de la luz de foco del diario acontecer,

huyo decidido al incierto campo de la duración.

(...)

Edición bilingüe. Traducción de Eustaquio Barjau.

***


martes, 1 de octubre de 2019

IGNACIO LATIERRO, DECANO DE LAS LIBRERÍAS DONOSTIARRAS


Inicio con esta entrevista a Ignacio Latierro, de la librería Lagun, una serie dedicada a conocer y divulgar el pensamiento y la actividad de quienes mejor conocen el mundo del libro, esas personas siempre dispuestas a orientarnos, aconsejarnos y conseguirnos el libro que andamos buscando.


P: Más de medio siglo trabajando son muchos años, sea el que sea el trabajo. Supongo que semejante cúmulo de tiempo dedicado a mantener el negocio requiere vocación, ilusión y mucha entrega. ¿Cómo hace para mantenerse en la brecha?

R: Bueno, ahora mi dedicación librera es cada vez más escasa, pero me sigue ayudando a vivir. He tenido la suerte de trabajar en algo que me gustaba, algo así como mantener mi biblioteca… 


P: Nadie que sea de la ciudad o incluso del País Vasco ignora la historia de la librería y su resistencia ante el acoso y la barbarie de ETA y sus allegados durante los años 90. Es esta una historia que se puede rastrear muy bien en las hemerotecas y en internet. ¿Es ya una historia superada? 

R: Es una historia pasada, pero el pasado no se borra. Asaltar y quemar librerías y libros no es lo más grave que ha producido la actividad de ETA y sus acólitos, pero dice bastante sobre su ralea, sobre su condición. 

P: Desde 1968 hasta hoy la sociedad ha cambiado mucho. ¿Cuáles serían en su opinión los cambios más notables (venta, edición, distribución…) que han afectado más a las librerías? 

R: LAGUN es un anacronismo que pretende seguir pareciéndose a lo que era en 1968. Entre tanto, muchas cosas han cambiado, la producción de novedades se ha multiplicado por 10, en los años 80 y 90 vivimos incluso un aumento del prestigio del libro, de su venta, no sé tanto si del número de lectores y de su lectura; pero también de la consideración creciente del libro como objeto fungible que como otras mercancías debe producir sus beneficios inmediatos y luego ser reciclado. Para esto la librería tradicional ya no podía ser el principal vehículo de comercialización. Posteriormente, con el advenimiento de lo digital, el prestigio del libro como instrumento de cultura ha decaído y han variado los hábitos de consumo cultural en perjuicio de la lectura; y, en fin, el comercio “on line” ha acabado de oscurecer el porvenir de las librerías. 

P: Supongo que los hábitos lectores también habrán cambiado. ¿Es así? 

R: Las Enciclopedias han desaparecido, los grandes diccionarios apenas sobreviven, ¿hay algún despacho de abogado nuevo que luzca estanterías con el “Aranzadi”? Los grandes diccionarios casi ni se reeditan… El libro como instrumento de consulta básicamente ha desaparecido. Sin embargo, creo que los lectores siguen prefiriendo el papel bien encuadernado como instrumento de lectura reflexiva, reposada y placentera. 

P: La digitalización y la aparición de internet han transformado muchas costumbres y formas de trabajo en todos los sectores ¿En qué medida ha influido en la actividad de las librerías? 

R: Dada la variedad y número de novedades y el tráfago constante de entradas y devoluciones de libros, hoy parece impensable el manejo de una librería sin la ayuda de la informática, que además es un buen instrumento en la búsqueda de títulos y ediciones. A cambio, ha contribuido a despersonalizar las librerías, a sustituir el criterio del librero por la mecánica de los números… También ha cambiado el comportamiento del público. Está desapareciendo un tipo de cliente característico de las buenas librerías, aquel que acudía con regularidad unas horas semanales, mensuales o de vacaciones, no solo a comprar, sino a visitar librerías, a ver lo que se había editado, a comentarlo con el librero o con la improvisada tertulia… Muy distinto a esa relación del cliente con el ordenador que le dice si hay existencias o no de un título… 

P: ¿Corre peligro el libro como objeto? ¿Pueden desaparecer las librerías en un futuro más o menos próximo? 

R: No, el libro como objeto de lectura no va a desaparecer; se puede leer en pantalla y compatibilizar ambas formas de leer, pero la lectura en papel y el uso del objeto libro tienen sus propias virtudes. Otra cosa es dónde y cómo se venderán los libros. 

P: Los índices de lectura indican que el porcentaje de personas que leen va subiendo poquito poco cada año; es decir, que ahora se lee algo más que hace medio siglo. ¿Ese incremento se produce también en la venta de libros? 

R: Mi percepción es que hubo un aumento en la venta de libros en los últimos años del siglo XX, aunque tengo mis dudas si eso supuso aumento también de lectura. De todas formas, si en estos 50 años de transformaciones tan importantes en la vida española la lectura ha aumentado solo “un poquito” no es en como para sentirse satisfecho… 

P: Existen muchos tipos de librerías y el negocio ha ido evolucionando con los años; no obstante, en Lagun no hay mesas ni café, no se venden libros de texto, no hay conexión wifi, tampoco podemos encontrar todos esos productos más propios de una papelería que de una librería. ¿No resulta muy arriesgado para el mantenimiento del negocio? 

R: Ya he dicho antes que LAGUN tiene pinta de ser un anacronismo. Ya desde sus inicios fue peculiar pero ha durado 51 años. Esperemos que siga teniendo quienes la sostengan… 

P: Está muy extendido el tópico de que el libro, sin más, es cultura. Hay, sin embargo, muchos libros que no pasan de ser nada más que un producto para la venta que nada tienen que ver con la cultura, salvo como contraposición a natura, pero algunos de esos productos se venden muy bien. ¿Podrá seguir resistiendo la librería sin ellos? 

R: Creo que el ejercicio de la lectura por sí mismo es saludable, pero es verdad que muchos libros, entre ellos algunos de gran venta, son infumables. En cualquier caso, es muy difícil que en una ciudad de las dimensiones de San Sebastián, una librería subsista sin vender best-sellers, mejores o peores. 

P: ¿Un libro imprescindible? 

R: ¿Uno? Homero, Shakespeare, Austen, Henry James… 

P: ¿Un libro que le acompaña siempre? 

R: No tengo un libro-fetiche. Tengo un especial cariño por Paz en la Guerra de Unamuno porque en mi memoria supone mi encuentro con la literatura. 

P: ¿Uno que regalaría infinidad de veces? 

R: Los peces de la amargura, de Fernando Aramburu, será el libro que más he regalado, por lo menos en los últimos tiempos. 

P: ¿Uno que no ha leído, pero que quiere leer? 

R: ¡Tantos! El oficio de librero es engañoso.El oficio ocupa mucho tiempo y leemos mucho menos de lo que aparentamos. En todo caso espero tener por fin el estado de ánimo que me permita completar el Fausto, de Goethe.