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jueves, 4 de enero de 2024

ELIZABETH BARRET - ROBERT BROWNING

 No abundan las traducciones al castellano de la poesía de esta pareja y menos las traducciones que puedan conseguirse a través de una librería, aunque gracias a la recuperación de la literatura escrita por mujeres hoy es mucho más fácil hacerse con una edición de alguno de los títulos publicados por ella que por él. 

Es una lástima que la excelente edición de El anillo y el libro ya no esté disponible si no es a través de librerías de segunda mano y a precios escandalosos. Como Esteban Pujals recuerda en su Historia de la literatura inglesa la amplitud de la obra de Browning es enorme, y su universalidad sorprendente a pesar de moverse en un círculo de ideas limitado. Su filosofía de la vida se basaba en unas cuantas grandes verdades que, desde Pauline a Asolando, repitió con toda clase de variantes: Dios, inmortalidad, optimismo, amor al mundo y a la vida. Se le ha llamado el poeta del hombre, y quizá sería más propio designarlo como el poeta de los hombres, pues su interés por la humanidad era, en el fondo, interés por la individualidad de la persona. Su genio esencialmente dramático halló su principal modo de expresión en el monólogo, forma en que escribió obras maestras de introspección psicológica y poder analítico. Su estilo es a menudo difícil, y a veces, oscuro; pero con frecuencia se revela como un gran artista y un cantor de gracia y encanto especiales. Algunos de sus poemas líricos son cautivadores. Lo que jamás le falta es ímpetu, intimidad y una extraordinaria sinceridad intelectual y afectiva.

En cuanto a los títulos de Elisabeth Barrett, en la actualidad hay varias ediciones de los Sonetos y de Aurora Leigh, además de otros títulos asequibles a través de bibliotecas. Y ya que estoy con el manual del profesor Pujals sobre la mesa, aprovecho otro comentario suyo sobre su obra más ambiciosa: 
Este extenso poema es una especie de novela sociológica de asunto moderno, y se desarrolla a lo largo de nueve libros, en unos 11.000 versos blancos. Se exponen aquí los elevados conceptos de la poetisa sobre la vida y el arte. Aurora Leigh es la historia de una huérfana, muchacha de alma fina, afanosa por el estudio y el saber, que tiene dotes poéticas y un hondo sentido religioso. Aurora se cría en casa de una tía suya, en un ambiente poco propicio para su modo de ser. Allí ve con mucha frecuencia a su pariente Romney Leigh, hombre muy rico, que tiene en plan de ejecución grandes ideas de carácter filantrópico, pero cuya actitud ante la vida es arrogante y dogmática. Romney se declara a Aurora en circunstancias que hacen pensar a la joven que, más que cariño, lo que busca en ella es ayuda y compañía. Se siente herida en su amor propio, y rechaza la proposición. La decisión de Aurora equivale a tener que abandonar la casa y trasladarse a Londres para ganarse la vida con la pluma. Tampoco es afortunado Romney en su proyecto matrimonial con Marian Erle, una hermosa joven, hija de un vagabundo, a la cual había amparado, consecuente con su filantrópico romanticismo, El reencuentro de Romney y Aurora no tiene lugar hasta que la desgracia se apodera de Romney: fracasan totalmente sus proyectos filantrópicos, su mansión es destruida por las llamas y él mismo pierde la vista: La unión de Aurora y Romney es casi mística, orientada a la vida futura y al cielo, donde no se necesitan ojos carnales para ver. La coincidencia de Aurora Leigh con Jane Eyre (1847), de Charlotte Brontë, es patente. El poema, que se supone escrito por la protagonista, es el cauce expresivo del sentimiento y del pensamiento de Elizabeth Barrett en los aspectos social, ético y literario.

De Elizabeth Barrett subí una breve selección para la tertulia que hicimos sobre su poesía en 2018. De Robert Browning existe una pequeña selección en Ciudad Seva y una antología bastante completa en Everand, donde podéis apuntaros gratuitamente durante un mes y daros de baja antes de que se cumpla el plazo.

Dejo aquí uno de los poemas breves de Robert Browning, que nos servirá para comentar alguna de sus habilidades técnicas:

ENCUENTRO EN LA NOCHE

El mar gris y la larga, negra tierra;
Y en su ocaso, amarilla, la gran luna creciente, 
y las olas que brincan con leve cabrilleo
en bruscos rizaos, sobresaltadas en su sueño,
al enfilar yo el abra con proa diligente
y amortiguar su ímpetu en la limosa arena.

Luego una trecho de playa tibia con fuerte olor a mar 
y tres campos que cruzar hasta que surge una masía; 
un toque en el cristal, el rascar vivo y célere 
y azul chisporroteo de una cerilla que se enciende.
¡Y una voz, menos audible en sus temores y alegría,
que los dos corazones bien hallados que laten a la par!

                  Poemas escogidos. Traducción: Salustiano Masó. Endymión, 1992.

Este programa de la Cadena Ser que Ángeles Caso dedicó a la vida de Elizabeth puede valer perfectamente para contextualizar y disponer de una idea bastante exacta de la vida de ambos. En el programa también participa el especialista en literatura de la época victoriana, Francisco José Cortés


***


miércoles, 7 de noviembre de 2018

ELIZABETH BARRETT BROWNING

Elizabeth Barrett Browning (1806-1861) fue en su época una de las poetas mejor consideradas. De hecho, fue candidata a poeta laureada después de la muerte de William Wordsworth, es decir, algo así como ser reconocida como mejor poeta de la época en su país.

Su actividad literaria fue muy intensa y comenzó a muy temprana edad. Así, por ejemplo, a los once años comenzó a escribir su propia epopeya homérica, La batalla de Maratón. 

En la actualidad, y en castellano, solo disponemos de esta colección de sonetos, cuyo título puede sorprender en un primer momento: Sonetos del portugués, Los sonetos de la dama portuguesa, Sonetos de la portuguesa. Y es que la cuestión no se centra en la autora o el autor de los sonetos, sino en el idioma.

El equívoco título no es tal si recordamos el subterfugio que utiliza la poeta y que buscaba esconder el contenido íntimo de los poemas. Ella los escribe como si fueran la traducción de una colección de poemas que ha encontrado escritos en portugués. 

De esta manera queda enmascarada la autoría y el contenido íntimo, pues en realidad son poemas de amor que ella dirige a su amante, Robert Browning, y a quien el padre de la escritora rechazaba como futuro yerno. De ahí que con buen criterio Carlos Pujol indique en la introducción que la traducción exacta sería "traducidos del portugués".

Uno de los sonetos más conocidos y reproducidos de la colección es el XLIII que copio aquí en la traducción de Pujol: 


¿De qué modo te quiero? Pues te quiero
hasta el abismo y la región más alta
a que puedo llegar cuando persigo
los límites del Ser y el Ideal.

Te quiero en el vivir más cotidiano,
con el sol y a la luz de una candela.
Con libertad, como se aspira al Bien;
con la inocencia del que ansía gloria.

Te quiero con la fiebre que antes puse
en mi dolor y con mi fe de niña,
con el amor que yo creí perder

al perder a mis santos... Con las lágrimas
y el sonreír de mi vida... Y si Dios quiere,
te querré mucho más tras de la muerte.


Y en su versión original:


Nota: La selección que utilizaremos en la tertulia de diciembre ya está subida.

lunes, 5 de febrero de 2024

ROBERT BROWNING, su idea del arte

Editorial
Traducción: Humberto Marín
Si exceptuamos ensayos y cartas diversas, El anillo y el libro es el mejor recurso para entender cuál era la concepción artística de R. Browning. El último libro, de los XII en que se divide, termina con estos versos: 

¿Por qué tomar la vía artística para probar sólo esto?

Porque es la gloria y la bondad del Arte,

que el Arte siga siendo la única vía posible

de decir la verdad, para bocas como la mía al menos.

¡Cómo mirar a un hermano en la cara y decir

"¡Tu bien está errado, ojos tienes mas no ves,

tus orejas rellenas y taponadas, a pesar de su longitud,

y, oh, la necedad que tú tomaste como fe!".

Decir esto tan argentinamente como la lengua pueda,

todavía puede soportarse la ira del hombre,

la sacudida de hombros, sus desengañados ojos

no son tan malos de aguantar; pero aquí está la plaga,

que todo este problema viene de decir la verdad,

la cual verdad, cuando lo alcanza, luce falsa,

parece ser exactamente la cosa que reemplaza,

no reconocible siquiera por quien la soltó,

mientras que la falsedad habría hecho la obra de la verdad.

Pero el Arte, en el cual el hombre no habla al hombre en modo alguno

solamente a la humanidad, el Arte puede decir una verdad

oblicuamente, hacer aquello que ha de engendrar el pensamiento,

no agraviar al pensamiento, faltando la palabra mediadora.

Podéis así pintar vuestra pintura, mostrar la verdad dos veces,

más allá de la mera imaginería en la pared,

así, nota por nota, extraéis música de vuestra mente,

más profundo de lo que alguna vez se hundió el Andante,

así escribir un libro significará, más allá de lo hechos,

satisfacer el ojo y además salvar el alma.


Browning comparte la concepción del poeta como vidente, como profeta, como portador de la verdad que tomó fuerza durante el romanticismo, continuó durante el posromanticismo (Baudelaire, Rimbaud...) y todavía hoy comparten otros muchos creadores. 

 ***


sábado, 13 de enero de 2024

ELIZABETH BARRETT BROWNING (POESÍA VICTORIANA)

Editoriales: Alba, Cátedra
En los manuales de literatura se suele tomar el año 1832 como la fecha que marca la división entre el romanticismo y la época victoriana. Aquel año moría Walter Scott y ya no existían ni Keats ni Shelley ni Byron. Los poetas más destacados de este período van a ser Tennyson, Browning, Elizabeth Barrett, Arnold, FitzGerald, los prerrafaelistas (D. G. Rossetti, Morris, Swinburne, Ch. Rossetti), Patmore, J. Thomson, [Hopkins], F. Thompson y Meredith (R. L. Stevenson y O. Wilde son mucho más conocidos como novelistas y como dramaturgos). 

Pero lo cierto es que el siglo XIX es el siglo del estallido de la novela en toda Europa y si preguntáramos en la calle por esos nombres, seguro que solamente les iban a sonar los dos últimos, Stevenson —La isla del tesoro, El extraño caso del Dr Jekyll y Mr Hyde— y WildeEl retrato de Dorian Gray, La importancia de llamarse Ernesto, El príncipe feliz—. Al que habría que añadir otro nombre todavía con mayor proyección internacional, Charles Dickens, a quien debemos atribuir el dudoso gusto de inventar el afectado sentimentalismo navideño.

Para contextualizar la poesía que se practicó durante la época del largo reinado de la reina Victoria (1837-1901) conviene señalar algunas características que Pujals recoge en su Historia de la literatura inglesa

  • Interés por las mejoras sociales y un fuerte sentido humanitario.
  • Cierta satisfacción derivada del incremento de la riqueza propiciada por el desarrollo industrial y científico.
  • Sentido muy acusado del deber, lo que favorece la aceptación de la autoridad y una insuficiente práctica del humor.
  • Falta de innovación y experimentación poética, a cambio de búsqueda de la perfección.
En ese contexto intelectual y social se desarrolla la obra Elizabeth Barrett Browning, de la que solamente existen traducciones al castellano de Los sonetos del portugués y Aurora Leigh. La última traducida hace solamente cinco años en Alba editorial y hace tres años en Ediciones Cátedra. Es, sin duda, la obra más ambiciosa de la autora. Se trata de una novela en verso blanco, donde se desarrollan las ideas de la propia Elizabeth sobre la vida y el arte a través de la protagonista. Quien haya leído Jane Eyre se dará cuenta de que son obras en las que se concitan los mismos problemas y se ofrece una interpretación del mundo muy similar. No en vano estamos hablando de la misma época y de la misma sociedad. 

*** 


domingo, 24 de junio de 2012

BROWNING: EL ANILLO Y EL LIBRO

Todo cuanto sabía de R. Browning cuando me encontré este libro en las navidades de 2008 entre las novelas de éxito era que se trataba de un escritor inglés del XIX. Ni tan siquiera recordaba que en mi manual de literatura de 6º de bachillerato estaba incluido entre los poetas posrománticos ingleses. De hecho, pensé que estaba adquiriendo una novela de aventuras fantásticas en la que algún anillo maravilloso y un libro viejo y encantado encerrarían las claves de una estupenda historia. ¡Que suerte, a veces, ser pasto de la ignorancia!

Lo que tenía en mis manos era la mejor de las obras del autor. Un poema , eso sí, en el que se cuenta la historia de un crimen, narrado desde doce posiciones distintas, los doce libros de los que se compone. Lo que tenía en mis manos era la mejor obra del maestro del monólogo dramático. Lo que acababa de adquirir era, no un poema, sino, como dijo Borges, todo un intrincado universo.

Como se queja H. Bloom, Browning no es un poeta fácil para un público como el de hoy habituado a la pantalla, a la información rápida e inmediata, a la sorpresa visual continua, pero el esfuerzo merece la pena, porque la virtud del poeta victoriano es que nos permite ver como si estuviéramos en el lugar de los hechos, que es lo que deben hacer los poetas mejores, tal y como nos lo recuerda él mismo en el pasaje en que habla de las tres categorías de poetas (peores, mejores, inmejorables) en su poema Sordello:

(los peores son los que)... cuentan que así es como lo han visto;
                                        los mejores, qué fue lo que veían;
                                        los aún mejores imparten
                                        el don de la visión a los demás.

Lo leí en aquellas vacaciones. Hoy, trasteando entre los libros de mi pequeña biblioteca, ha vuelto a caer en mis manos y lo he apartado para releerlo en cuanto comiencen estas otras vacaciones de verano.

martes, 23 de enero de 2024

ELIZABETH BARRET: "AURORA LEIGH" (citas varias)

Editorial
Traducción: José C. Vales.
Antes de comenzar con las citas, una recomendación: la Poetry Foundation es el mejor espacio que conozco para leer información de calidad sobre literatura escrita en inglés. Allí encontraréis buenas biografías, reseñas, vídeos, audios y una selección de textos verdaderamente encomiable. Os invito a que visitéis los artículos y antologías dedicados a Elizabeth Barret Browning y su marido Robert Browning. Es la información más completa que váis a conseguir en internet.

Y ahora sí, las citas, pero recordad que las citas no son nada más que eso, citas, pinceladas sobre las opiniones de la autora; la obra es otra cosa mucho más compleja.

Sobre escritura: 
Las buenas intenciones no siempre acaban en buenos libros.
(Los poetas son) los únicos que nos dicen la verdad esencial.
de las ideas equivocadas solo nacen malos poemas.

Cuestión social: 
Los ricos hacen a los pobres, y los pobres maldicen a los ricos,
y agonizan juntos ricos y pobres,
los de arriba y los de abajo, en espasmo social
y crisis de los siglos. ¿He aquí nuestro siglo,
que tiene su propia vocación! ¡He aquí que hemos
sobrepasado los límites del tiempo! Ya no hay nada que ver,
salvo al hombre rico y a Lázaro,
ambos torturados, con un abismo entre ellos,
y ni rastro de las bendiciones de Abraham. ¿Quién,
siendo hombre y humano, puede soportar con entereza
y ver todas estas cosas, y  no rasgar jamás su alma
en busca de alguna solución? ¿No hay un médico para este dolor
ni en la tierra ni en el cielo?

Igualdad hombre-mujer: 
¿Se me ha demostrado que soy demasiado débil
para vivir sola, y sin embargo lo suficientemente fuerte para soportar
semejantes obligaciones sobre mis hombros? Débil para pensar,
y sin embargo lo suficientemente lista para entender los pensamientos de otro.
Incapaz de cantar, como cantan hasta los mirlos,
y sin embargo competente para amar, como Él.
(...)
Tergiversas la cuestión como un hombre
que ve a la mujer como un mero complemento
de su sexo. Olvidas por completo
que todas las criaturas, femeninas y masculinas,
son únicas en sus actos y en sus pensamientos.
(...)
           puedo vivir
la vida de mi alma, sin necesidad de la limosna de los hombres.
(...)
              Yo no creo
en el honor de nadie que otro guarda,
ni de un hombre ni de una mujer. Como yo misma me ocupo de guardar
mi verdad y mi religión, no necesito autorización
de ningún padre, aunque tuve uno que ya ha muerto,
de ningún hermano, aunque tuviera veinte, y mucho menos de ti,
aunque fueras dos veces mi primo, y una vez Romney Leigh,
para mantener a salvo mi honor.

Matrimonio (siglo XIX, recuérdese que hasta finales de ese siglo la ley solo exigía fidelidad a la mujer): 
Si el matrimonio es un contrato, estúdiese bien entonces,
porque las partes contratantes deberían ser iguales, en justicia,
pero si solamente hay juramento de fidelidad por una parte,
una mera religión, lo único que queda es el derecho a entregarse.

Pesimismo y apariencias:
El mundo es un lugar peligroso (...)
              todos conocemos
a buenos críticos que han destrozado las esperanzas de un poeta,
a buenos políticos que han arruinado sus países,
a buenos patriotas que, por una teoría, minaron una causa,
a buenos reyes que destriparon a sus súbditos por un impuesto,
a buenos papas que pusieron todo lo bueno en  peligro,
a buenos cristianos que se quedaron cómodamente sentados
y maldijeron al resto del mundo por estar de pie.
¡Ay, que el buen Dios perdone a la gente buena!

Crueldad entre mujeres:
Una mujer aparta a otra de su corazón
y le clava la aguja más fina,
como si fuera una rosa, y la pincha cuidadosamente,
debajo de las uñas, debajo de los párpados, en el interior de la nariz...
Un animal rugiría si lo torturan así, pero una persona,
una criatura humana, no debe, no se estremecerá siquiera,
no. por vergüenza.
                            Lo que duele, después de todo,
es que una mujer como ella, a una mujer como yo,
sabe cómo hacerle daño.

El gobierno como expresión de la sociedad:
                     Los gobiernos auténticos
no son sino la expresión de una nación, sea buena
o menos buena, incluso de toda la sociedad,
aunque sean injustos, monstruosos, enloquecidos y malditos,
no son sino la expresión de las vidas particulares de los hombres,
la suma visible de unidades invisibles. Y entonces,
¿podríamos cambiar el conjunto y sin embargo conservar
cada figura individual? ¿A quien queremos engañar con eso?

Conducta:
                   La humildad es muy útil
cuando el orgullo es imposible.

Amor:
             El arte es mucho, pero el amor es más.

El trabajo como una acción colaborativa:
                estamos aquí para trabajar,
y las personas que trabajan solo pueden trabajar para las demás,
y para no trabajar en vano, debe trabajarse
para toda la Humanidad, y así, trabajar humanamente,
y elevar los cuerpos de los hombres elevando también los espíritus,
como hizo Dios antes que nosotros.

***


miércoles, 20 de marzo de 2019

PASEO DE LA POESÍA / POESIAREN BIDEA


El paseo ni es nuevo ni se encuentra en una calle de una ciudad por donde habitualmente podamos transitar, pero tampoco se trata de un lugar escondido e inasequible. Este paseo de la poesía se encuentra en un campus universitario, en el de Leoia, Vizcaya. Aproximadamente, a veinte minutos en coche desde el centro de Bilbao y a unos cuarenta minutos en transporte público.

La numeración corresponde al listado de poemas que tenéis más abajo.
Aunque fue inaugurado en mayo de 2012, apenas es conocido fuera de la comunidad universitaria, pero es de acceso público. En él podemos encontrar cuarenta losetas donde están inscritos poemas o partes de poemas de muy variada procedencia. Es algo así como un paseo de las estrellas, o como una antología mínima en piedra. En definitiva, un reconocimiento del valor de la palabra y la necesidad que tenemos de ella. Este es el listado completo:
  1. HIRUROGEITA HAMABOST URTE, Andoni Egaña.
  2. CAMINANTE NO HAY CAMINO, Antonio Machado.
  3. JosAnton Artze.
  4. HOW DO I LOVE THEE?, Elisabeth Barret Browning.
  5. COMO TÚ, Leon Felipe.
  6. EUSKAL HARRIA, Gabriel Aresti.
  7. LE GRAND HOMME, Jacques Prevert.
  8. TE QUIERO, Mario Benedetti.
  9. MENDIGOXALIARENA, Estepan Urkiaga «Lauaxeta».
  10. NEGRA SOMBRA, Rosalía de Castro.
  11. OIA, Xabier Lizardi.
  12. CANCIÓN 51, Rafael Alberti.
  13. ARDURA DORPEA, Itxaro Borda.
  14. LA POESIA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO, Gabriel Celaya.
  15. NI NAIZ, Xalbador.
  16. ROMANCE SONÁMBULO, Federico García Lorca.
  17. ESKU 2, Juan Mari Lekuona.
  18. SENSATION, Arthur Rimbaud.
  19. OBRA ESCRITA EN 1966, Jorge Luis Borges.
  20. APEXA ETA LOREA, Juan Bautista Elizanburu.
  21. EL CLAMOR, Alfonsina Storni.
  22. ESPERANTZARI LEIHO BAT, Bitoriano Gandiaga.
  23. SHE WALKS IN BEAUTY, Lord Byron.
  24. EN EL PRINCIPIO, Blas de Otero.
  25. ASSAIG DE CÀNTIC EN EL TEMPLE, Salvador Espriu.
  26. IZARREN HAUTSA, Xabier Lete.
  27. BESOS, Gabriela Mistral.
  28. HAUTSI DA ANPHORA, Bernardo Atxaga.
  29. LA PENSADORA DEL AURA, María Zambrano.
  30. KONTRAPAS, Bernard Etxepare.
  31. VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN, Miguel Hernandez.
  32. AGUR EUSKALERRIARI, Jose Maria Iparraguirre.
  33. ALALÁ, Manuel Rivas.
  34. GIZARTEAREN HORMA HANDIAN, Xabi Paya.
  35. SUSTRAIAK HAN DITUENAK, Joseba Sarrionandia.
  36. UNO NO ESCOGE, Gioconda Belli.
  37. BIDAIA KAIERA: BHUTAN, Kirmen Uribe.
  38. LOVE AND FRIENDSHIP, Emily Brontë.
  39. BLANCA BRUNA, Joan Salvat-Papasseit.
  40. SUA, Maialen Lujanbio.

Os dejo el poema de Alfosina Estorni y la invitación a que os acerquéis a este singular paseo donde la poesía brota del suelo.


EL CLAMOR

Alguna vez, andando por la vida,
por piedad, por amor,
como se da una fuente, sin reservas,
yo di mi corazón.

Y dije al que pasaba, sin malicia,
y quizá con fervor:
-Obedezco a la ley que nos gobierna:
He dado el corazón.

Y tan pronto lo dije, como un eco
ya se corrió la voz:
-Ved la mala mujer esa que pasa:
Ha dado el corazón.

De boca en boca, sobre los tejados,
rodaba este clamor:
-¡Echadle piedras, eh, sobre la cara;
ha dado el corazón!

Ya está sangrando, sí, la cara mía,
pero no de rubor,
que me vuelvo a los hombres y repito:
¡He dado el corazón!

martes, 13 de junio de 2023

CALENDARIO DE TERTULIAS, PRÓXIMA TEMPORADA

 


Ayer mismo recibí la tabla para que la rellenara con los nombres. Como ya está hecha y enviada, aprovecho para dejarla aquí y así, quien lo desee, puede ir acercándose a las lecturas durante el verano.  

FECHA

TÍTULO

3

OCTUBRE

Leopardi (1798-1837)

7

NOVIEMBRE

Pushkin (1799-1837)

12

DICIEMBRE

V. Hugo (1802-1885)




9

ENERO

Nerval (1808-1855)

6

FEBRERO

Elizabeth Barret (1806-1861)
Robert Browning (1812-1889)

5

MARZO

Whitman (1819-1892)

2

ABRIL

Baudelaire (1821-1867)

7

MAYO

C. Coronado (1820-1911)

4

JUNIO

E. Dickinson (1830-1886)


***


martes, 11 de febrero de 2014

LA BONDAD

  • No hay medio más eficaz para hacerse bueno que hacer bien.
                          Concepción Arenal. El Pauperismo.

  • Haznos felices y nos harás buenos.
Robert Browning. El anillo y el libro.

  • Si quieres algo bueno, búscalo en ti mismo.
Epicteto. Discursos.

  • Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo; cuando veas a uno malo, examínate a ti mismo.
Confucio. Analectas.

  • El hombre bueno será siempre un principiante.
Marcial. Epigramas.


  • Lo bueno es bueno aunque carezca de nombre; lo vil es siempre vil.
Shakespeare. Bien está lo que bien acaba.

  • No basta sólo ser bueno, es necesario parecerlo. Y si esta máxima es conveniente a los gobiernos y a los funcionarios públicos, si éstos, lo mismo que aquéllos necesitan no sólo obrar bien, sino inspirar la más completa confianza, ningún cargo hay en la nación, señores diputados, absolutamente ninguno, que necesite sobresalir más en estas bellas cualidades, que el digno, el elevado de representante del país.
Sagasta. Discursos.

martes, 5 de enero de 2021

TABAKALERA DEDICA UN FOCO A BUÑUEL




Esta es la amplísima programación de cintas que durante este año 2021 Tabakalera dedica a Luis Buñuel a través del Foco Buñuel + plus. Está organizado en tres bloques.

BLOQUE I: Películas que Buñuel vio en su juventud y que aparecen citadas en sus memorias como importantes en su formación.


20 de enero, miércoles, 19:00

Orígenes del cine. Hacia el surrealismo (75’)

Le Déshabillage impossible, Georges Méliès, Francia, 1900, 2'

Le cochon danseur, Pathé Frères, Francia, 1907, 3'

El hotel eléctrico, Segundo de Chomón, Francia, 1908, 9'

The Haunted House, Buster Keaton y Edward F. Cline, EUA, 1921, 21'

La coquille et le clergyman (La Concha y el Reverendo), Germaine Dulac, Francia, 1928, 32'

Pour vos beaux yeux, Henri Storck, Bélgica, 1929, 8'



17 de febrero, miércoles, 19:00

Der Müde Tod (Las tres luces), Fritz Lang, Alemania, 1921, 105’



24 de marzo, miércoles, 19:00

Dead of Night (Al morir la noche), Alberto Cavalcanti, Charles Crichton, Basil Dearden, Robert Hamer, Reino Unido, 1945, 103'



21 de abril, miércoles, 19:00

Sciuscià (El limpiabotas), Vittorio De Sica, Italia, 1946, 93'



19 de mayo, miércoles, 19:00

Portrait of Jennie, William Dieterle, EUA, 1948, 86'

***

BLOQUE II: Películas en las que la influencia de Buñuel es evidente, ya sea por temática, forma, política, crítica, surrealismo, costumbres, religión, excesos, libertad. 


9 de junio, miércoles, 19:00

Salt of the Earth (La sal de la tierra), Herbert J. Biberman, 1954, EUA, 95'



24 de julio, sábado, 19:00

Fando y Lis, Alejandro Jodorowsky, México, 1968, 93'



7 de agosto, sábado, 19:00

Sweet Movie, Dusan Makavejev, Canadá, 1974, 95'



21 de agosto, sábado, 19:00 / 22:00

A New Leaf, Elaine May, EUA, 1971, 102'

The Heartbreak Kid, Elaine May, EUA, 1972, 104'



29 de octubre, viernes, 19:00

Marquis, Henri Xhonneux, Francia, 1989, 83’



5 de noviembre, viernes, 19:00

Spiklenci slasti (Los conspiradores del placer), Jan Švankmajer, República Checa, 1996, 82'



24 de noviembre, miércoles, 19:00

4, Ilya Khrzhanovskiy, Rusia, 2005, 126'



29 de diciembre, miércoles, 19:00

The Love Witch, Anna Biller, EUA, 2016, 120'

***

UNIVERSO BUÑUEL: Por un lado, se ofrece una lista que repasa desde los orígenes del cine hasta nuestros días esas correspondencias con el universo de Luis Buñuel. Por otro, una serie de textos elaborados por el grupo de comisariado de EQZE en los que escriben sobre la pervivencia del espíritu de Buñuel y los ecos que encontramos en otras obras de la historia del cine. En el texto del mes de enero, Anna Babos reflexiona a partir de la obra del director húngaro Steve Sekely (Hyppolit, el lacayo, 1931) sobre la comedia popular de los años 30, el exilio europeo en Hollywood y la sexualidad como revolución.


Le Déshabillage impossible, Georges Méliès, Francia, 1900, 2'

Le cochon danseur, Pathé Frères, Francia, 1907, 3'

Satan s'amuse (Satán se divierte), Segundo de Chomón, Francia, 1907, 10'

El hotel eléctrico, Segundo de Chomón, Francia, 1908, 9'

Entente cordiale, Max Linder, Francia, 1912, 14'

The Haunted House, Buster Keaton y Edward F. Cline, EUA, 1921, 21'

Der Müde Tod (La muerte cansada. Las tres luces), Fritz Lang, Alemania, 1921, 105’

El acorazado Potemkin, Sergei M. Eisenstein, URSS, 1925, 77'

La ley del hampa (Underworld), Josef von Sternberg, EUA, 1927, 80'

College, James W. Horne y Buster Keaton, EUA, 1927, 68'

La Chute de la maison Usher (La caída de la casa Usher), Jean Epstein, 1928, 63'

White Shadows in the South Seas (Sombras blancas en los mares del sur), W.S. Van Dyke y Robert J. Flaherty, EUA, 1928, 88'

La coquille et le clergyman (La Concha y el Reverendo), Germaine Dulac, Francia, 1928, 32'

Pour vos beaux yeux, Henri Storck, Bélgica, 1929, 8'

Les mystères du château de Dé, Man Ray, Francia, 1929, 20'

Hyppolit a lakáj (Hyppolit, el lacayo), Steve Sekely, Hungría, 1931, 76'

Le Sang d'un poète, Jean Cocteau, Francia, 1932, 55'

Freaks, Tod Browning, EUA, 1932, 64'

L'Atalante, Jean Vigo, Francia, 1934, 82'

Wuthering Heights (Cumbres borrascosas), William Wyler, EUA, 1939, 103'

Goupi mains rouges, Jacques Becker, Francia, 1943, 104'

Dead of Night (Al morir la noche), Alberto Cavalcanti, Charles Crichton, Basil Dearden, Robert Hamer, Reino Unido, 1945, 103'

The Beast with Five Fingers, Robert Florey, EUA, 1946, 88'

Sciuscià (El limpiabotas), Vittorio De Sica, Italia, 1946, 93'

The Diary of a Chambermaid (Diario de una camarera), Jean Renoir, EUA, 1946, 86'

Monsieur Verdoux, Charles Chaplin, EUA, 1947, 123'

Valahol Európában (En cualquier lugar de Europa), Géza von Radványi, Hungría, 1947, 100'

Portrait of Jennie, William Dieterle, EUA, 1948, 86'

Ladri di biciclette, Vittorio De Sica, Italia, 1948, 93'

The Treasure of the Sierra Madre (El tesoro de Sierra Madre), John Huston, EUA, 1948, 126'

Manon, H.G. Clouzot, Francia, 1949, 101'

Jeux interdits (Juegos prohibidos), René Clément, Francia, 1952, 86'

Umberto D, Vittorio De Sica, Italia, 1952, 84'

Salt of the Earth (La sal de la tierra), Herbert J. Biberman, 1954, EUA, 95'

La strada, Federico Fellini, Italia, 1954, 103'

Le notti di Cabiria, Federico Fellini, Italia, 1957, 110'

Paths of Glory (Senderos de Gloria), Stanley Kubrick, EUA, 1957, 86'

Popiól I Diament (Cenizas y diamantes), Andrzej Wajda, Polonia, 1958, 98'

Vertigo, Alfred Hitchcock, EUA, 1958, 120'

L’imitation du cinéma, Marcel Marien, Bélgica, 1960, 34’

La dolce vita, Federico Fellini, Italia, 1960, 175'

Tlayucan, Luis Alcoriza, México, 1961, 105'

The Exiles, Kent MacKenzie, EUA, 1961, 72'

La casa es negra (Khaneh siah ast), Forugh Farrokhzad, Irán, 1963, 22'

The Servant, Joseph Losey, Reino Unido, 1963, 115'

Suna no onna (La mujer de arena), Hiroshi Teshigahara, Japón, 1964, 147'

Deus e o Diabo na Terra do Sol, Glauber Rocha, Brasil, 1964, 120'

Marnie, Alfred Hitchcock, EUA, 1964, 129'

Lilith, Robert Rossen, EUA, 1964, 114'

El manuscrito encontrado en Zaragoza (Rekopis znaleziony w Saragossie), Wojciech Has, Polonia, 1965, 182'

Nattlek, Mai Zetterling, Suecia, 1966, 105'

La caza, Carlos Saura, España, 1966, 93'

Persona, Ingmar Bergman, Suecia, 1966, 81'

La muerte de un burócrata, Tomás Gutiérrez Alea, Cuba, 1966, 85'

Calanda, Juan Luis Buñuel, Francia, 1967, 21'

Weekend, Jean-Luc Godard, Francia, 1967, 105'

Mujin rettô (The Desert Archipielago), Katsu Kanai, Japón, 1969, 56'

Johnny Got His Gun (Johnny cogió su fusil), Dalton Trumbo, EUA, 1971, 111'

El náufrago de la calle Providencia, Rafael Castanedo y Arturo Ripstein, México, 1971, 49'

Szindbád, Zoltán Huszárik, Hungría, 1971, 90'

A New Leaf, Elaine May, EUA, 1971, 102'

The Heartbreak Kid, Elaine May, EUA, 1972, 104'

O Passado e o Presente, Manoel de Oliveira, Portugal, 1972, 116'

Roma, Federico Fellini, Italia, 1972, 128'

Fat City, John Huston, EUA, 1972, 96'

Lejos de los árboles, Jacinto Esteva, España, 1972, 100'

La prima Angélica, Carlos Saura, España, 1973, 107'

La grande bouffe, Marco Ferreri, Francia, 1973, 125'

Spanien!, Peter Nestler, Alemania, 1973, 43’

Szerelmem, Elektra
(Elektra, My Love), Miklós Jancsó, Hungría, 1974, 70'

Sweet Movie, Dusan Makavejev, Canadá, 1974, 95'

Salò o le 120 giornate di Sodoma (Saló, o los 120 días de Sodoma), Pier Paolo Pasolini, Italia, 1975, 117'

¿Quién puede matar a un niño?, Narciso Ibáñez Serrador, España, 1976, 100'

Ajándék ez a nap, Gothár Péter, Hungría, 1979, 83'

Pixote a lei do mais fraco, Héctor Babenco, Brasil, 1981, 127'

La ville des pirates, Raoul Ruiz, Francia, 1983, 111’

E la nave va, Federico Fellini, Italia, 1983, 132'

Under the Volcano
, John Huston, EUA, 1984, 109'

Barres, Luc Moullet, Francia, 1984, 17'

El imperio de la fortuna, Arturo Ripstein, México, 1985, 135'

Idő van, Gothár Péter, Hungría, 1986, 112'

Essai d'ouverture, Luc Moullet, Francia, 1988, 15'

Marquis, Henri Xhonneux, Francia, 1989, 83’

Santa sangre
, Alejandro Jodorowsky, México, 1989, 123'

Hyènes, Djibril Diop Mambéty, Senegal, 1992, 110'

La ardilla roja, Julio Medem, España, 1993, 114'

Elle, Valeria Sarmiento, Francia, 1995, 86'

Spiklenci slasti (Los conspiradores del placer), Jan Švankmajer, República Checa, 1996, 82'

Lost Highway, David Lynch, EUA, 1997, 134'

Sånger från andra våningen (Canciones del segundo piso), Roy Andersson, Suecia, 2000, 98'

Der Milchshorf: La costra láctea, Velasco Broca, España, 2002, 9'

La niña Santa, Lucrecia Martel, Argentina, 2004, 106’

4, Ilya Khrzhanovskiy, Rusia, 2005, 126'

Batalla en el cielo, Carlos Reygadas, México, 2005, 88'

Belle toujours, Manoel de Oliveira, Portugal, 2006, 70'

Taxidermia, György Pálfi, Hungría, 2006, 91'

Dry martini (Buñuelino cocktail), Adolfo Arrieta, España, 2008, 10'

Misterio, Chema García Ibarra, España, 2013, 12'

Borgman, Alex Borgman, Holanda, 2013, 113’

Magical Girl, Carlos Vermut, España, 2014, 127'

The Love Witch, Anna Biller, EUA, 2016, 120'

La región salvaje, Amat Escalante, México, 2016, 100'

Tenemos la carne, Emiliano Rocha Minter, México, 2016, 80'

The Killing of a Sacred Deer, Yorgos Lanthimos, Reino Unido, 2017, 121'

High Life, Claire Denis, Francia, 2018, 110'

X&Y, Anna Odell, Suecia, 2018, 112'

Buñuel en el laberinto de las tortugas, Salvador Simó Busom, España, 2018, 86'

Parásitos, Bong Joon-ho, Corea del sur, 2019, 132’

jueves, 25 de enero de 2024

ROBERT BROWNING, Poemas escogidos

Si dejamos aparte El anillo y el libro, la magna obra de Robert Browning —desde ahí 21.000 versos nos contemplan—, quizás la antología más asequible en castellano sea esta que publicó Endymión hace más de treinta años. De ella tomo el poema que Salustiano Masó tradujo como "Mi última duquesa" y que Mario Bojórquez lo hizo como "La duquesa muerta".

Recojo las dos traducciones porque invitan a la reflexión sobre las traducciones, sobre el monólogo dramático y la creación de atmósferas.


MI ÚLTIMA DUQUESA
          Ferrara 

Esa es mi última Duquesa pintada en la pared. 
Parece que está viva. Es un prodigio, ved,
Una obra maestra. Fra Pandolfo en su arte
Se afanó cierto día, y ahí está su obra insuperable, 
¿Queréis tomar asiento y contemplarla? He dicho 
«Fra Pandolfo» ex profeso, porque jamás desconocidos 
Como vos ese rostro pintado interpretar supieron, 
La hondura y la pasión de su mirar austero; 
Hacia mí se volvían (pues nadie más que yo 
Aparta la cortina que he descorrido para vos) 
Y era como si desearan saber por mí 
Cómo pudo llegar tal mirada hasta ahí. 
No sois pues el primero en inquirirlo. Señor, 
No sólo la presencia del cónyuge despertó 
Esa pinta de gozo en la mejilla de la Duquesa: 
Fra Pandolfo quizás por ventura dijera 
«El manto cubre la muñeca de mi señora demasiado» 
O bien «La pintura no ha de esperar reproducir ese lánguido 
Semi-rubor que muere en su garganta»: Eso era 
Galantería, pensó ella, y bastó para que le saliera 
Esa pinta de gozo. Ella tenía —¿cómo os diría yo?— 
Un corazón harto fácil de contentar, señor, 
Y demasiado impresionable: le enamoraba todo aquello 
En que ponía la mirada; y su mirar no tenía sosiego. 
¡Señor, todo era igual! Mi favor íntimo a su vera, 
El ocaso del día por poniente, el ramo de cerezas 
Que cualquier oficioso mentecato 
Cortó en el huerto para ella, el mulo blanco 
Que cabalgar solía en la explanada —no había cosa 
Que no arrancara de ella palabras elogiosas, 
O rubor, por lo menos. Agradecida con los hombres... ¡sí!, de alguna manera
Agradecida —no sé bien cómo— tal si pusiera 
Mi don de un apellido de novecientos años 
Al nivel mismo del de cualquier otro cristiano. 
Pero, señor, ¿quién se rebajaría 
A reprochar tal ligereza? Aun con la maestría 
En el hablar —(que yo no tengo)— para dejar bien clara 
La propia voluntad ante persona como ella, y decir: «Basta, 
Esto o aquello en vos me descontenta; aquí os quedáis corta 
O allí os pasáis de raya» —y aun suponiendo que de tal forma 
Se dejara ella aleccionar, y no contrapusiera francamente 
Sus argumentos a los míos, y se excusara —aun en ese 
Caso habría cierto rebajamiento; y es mi lema 
No rebajarme nunca. Oh, señor, sonreía, cuando pasaba junto a ella, 
No hay duda; mas ¿quién se le cruzaba sin ser óbice 
Para obtener análoga sonrisa? Esto fue a más. Di órdenes 
Y cesaron a un tiempo todas las sonrisas. Y ahí la tenéis ahora igual 
Que si estuviera viva. ¿Os place levantaros? Los demás 
Nos aguardan abajo, vamos pues. Y os repito de nuevo, 
La conocida generosidad del Conde, señor vuestro, 
Es caución suficiente de que ninguna justa instancia mía 
Con respecto a la dote será desatendida; 
Aunque como al principio declaré no sea otro mi objeto 
Que la persona de su bella hija. Ea, bajemos 
Juntos, señor. Pero mirad de paso ese Neptuno 
Desbravando un corcel marino: hermoso grupo, 
Obra de singular reputación en sí 
Que Claus de Innsbruck fundió en bronce para mí.



La versión de Bojórquez, en endecasílabos:


LA DUQUESA MUERTA

FERRARA


En aquella pared, ved el retrato
de mi Duquesa muerta: se diría
que vive; prodigioso lo reputo.
Aquí está como un día Fra Pandolfo
la pintó con sus manos. Para verla
¿sentaros no queréis? De intento dije
«Fra Pandolfo», que nunca vio un extraño
como sois vos, en la figura, el hondo
y apasionado y serio encanto suyo,
sin volverse hacia mí (pues la cortina
que la cubre y por vos he descorrido
nadie la toca sino yo) ganoso
de preguntar, si osaba, cómo el raro
prodigio vino aquí; ya en otros muchos
vi tal curiosidad. Señor, no sólo
de su esposo el aspecto en las mejillas
de la Duquesa tonos tan alegres
ponía. Fra Pandolfo bromeaba
con frecuencia diciendo: «La mantilla
de mi señora cae demasiado
por la fina muñeca», o bien: «El arte
pierda toda esperanza, que impotente
será para copiar ese desmayo
de suavidad que muere en su garganta.»
Galanterías de tal suerte fueron
bastantes para dar a sus mejillas
esos alegres tonos. Era el suyo
un corazón —no sé cómo decirlo—
un corazón propenso a la alegría
y a todo encanto fácil. Encontraba
gozo en todas las cosas, y sus ojos
en todo se posaban. Todo grato
para ella, señor: mis agasajos
en su pecho; las luces del poniente;
las cerezas que un necio le traía
del huerto, adulador; la mula blanca
sobre la que, de la terraza en torno,
cabalgaba; cualquiera, cualquier cosa,
su rubor o su elogio merecía.
Daba gracias a todos —¡bien, de alguna
manera! —no sé cómo— y mi regalo,
de novecientos años de nobleza
con el don de cualquiera equiparaba.
¿Quién vituperaría tan ligera
frivolidad? Si yo tuviera ingenio
—que no lo tengo—en el hablar, muy claro
le hubiera dicho: «En esto justamente
me disgustáis, y en esto; erráis en esto;
pasáis en esto de la raya» —y ella,
si al verse corregida, no mostraba
su agudeza ni excusas os pedía,
vituperio existiera; y vituperio
no admito yo. Señor, sonreiría
sin duda al verme tolerar; empero
¿quién toleró, de una sonrisa libre?
Siguió aquello. Con una orden, todas
de una vez, acabaron las sonrisas.
Vedla aquí como en vida. —¿Sois gustoso
de levantaros? Descender podemos
junto a nuestros amigos. —Os repito
que la notoria esplendidez del Conde,
vuestro señor, es buena garantía
de que todas mis justas peticiones
de dote atenderá —mas os declaro
que la sola hermosura de su hija
me aficiona.— Señor, bajemos juntos.
Ved el Neptuno aquel, que va rigiendo
un caballo de mar. Una bicoca
no del todo vulgar: obra de Claudio
de Innsbruck, en bronce para mí fundida.

Y puesto a establecer comparaciones, podéis consultar cómo traduce la inteligencia artificial de Google. Clicad aquí.

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