Iván G.M. (genial, como siempre) continúa creando sin parar y ya tenemos nuevo episodio de la banda sonora original de El espesor de la herida.
Este es el poema:
LAS VÍCTIMAS SE PREGUNTAN
La guerra es la salida cobarde a los problemas de la paz.
THOMAS MANN
Ante la inminencia de la muerte
la víctima intenta averiguar
el valor espiritual y hasta metafísico
del artilugio que la hará desaparecer
y se pregunta:
¿Son más valiosas las bombas
que arrasaron la ciudad de Colonia
durante el 43
o las que cayeron dos años antes
sobre la ciudad de Londres?
¿Es la bala japonesa que mató
al campesino chino en el 31
superior a la del soldado de Lon Nol,
la que privó de la vida
al obrero camboyano?
¿Debo preferir
las flechas que segaban las vidas
disparadas por los arqueros de los Plantagenet
o las de los arqueros al servicio de los Capetos?
¿Qué argumentos debo utilizar
para inclinarme a favor
de la cimitarra musulmana
o, por el contrario,
del lado de la recta espada cristiana?
¿Es mejor la piedra
de la honda de David
o las de los filisteos?
La víctima,
perpleja,
no alcanza a dilucidar
la diferencia ontológica
entre un arma y otra,
y sigue preguntándose
hasta que un enemigo
de la vida
siega la suya
con absoluta limpieza
y convencimiento.
***
Incapaz de resolver la cuestión
del artefacto asesino
otra víctima se pregunta por sí misma:
¿Soy mejor víctima si muero a manos
de un egipcio o de un hitita,
de un troyano o de un heleno,
de un romano o de un cartaginés,
de un franco o de un sajón,
de un vikingo o de un celta,
de un fatimí o de un selyúcida,
de un güelfo o de un gibelino,
de un cruzado o de un otomano?
Llegado a este punto
la víctima reconoce
que ni tan siquiera tendrá tiempo
para poder repasar la infinita lista
de todos sus posibles agresores.
Tampoco sabe si es mejor un continente u otro
para morir,
ni cuál pueda ser la forma más adecuada
de hacerlo.
Por no saber,
no sabe si la razón debe ser
religiosa o económica,
política o cultural,
ideológica o estética,
geográfica o académica,
aunque unos instantes antes
de perder la vida
tiene la sospecha
de que ninguna de ellas
debería utilizarse
para arrebatársela a nadie.
***
Las víctimas no pueden hacer nada,
solo son víctimas,
y mueren por la causa
o tal vez sin causa alguna,
pero mueren.