El programa de la semana pasada estuvo dedicado por entero a poetas. Y como es costumbre en él, Alejandro Alcalde enlazó de singular manera y con la destreza que le caracteriza, las palabras de los poetas con la música de los compositores que han tenido alguna relación con ellos.
Os dejo el corte relativo al poeta portugués Nuno Júdice.
Como suele ocurrir con nuestros vecinos, solemos tender al desconocimiento; sin embargo, hay unas cuantas traducciones —seguramente haya más, pero yo no las conozco— muy interesantes:
- Un canto en la espesura del tiempo. Calambur, 1996.
- Antología. Visor, 2003.
- Tú, a quien llamo amor. Hiperión, 2008.
- Navegación sin rumbo. Editora Regional de Extremadura, 2014.
- El orden de las cosas. Pre-Textos, 2014.
- El fruto de la gramática. Valparaiso, 2015.
DEMOCRACIA
Me topé
con la democracia embalsamada, como
el
cadáver de Lenin, oliendo a formol y aguarrás,
en un
sótano de Europa. Le echaban por encima
ungüentos
y colonias, le quemaban incienso
y
hachís, le rezaban las obras completas de
Rousseau,
de saint-just, de Víctor Hugo, y
el
cuerpo no se movía. Le gritaban la libertad,
la
igualdad, y la fraternidad, y la pobre muerta
olía a
cementerio, como si esperara
autopsias
que no llegaban, memorandos, un ADN
que le
diera familia y descendencia. Esperé
que
todos saliesen de su vera, le observé
el
fondo de un ojo, y vi que se movía. Le cogí
la
mano, le pedí que despertara, y vi temblar
sus
labios, diciendo algo. ¿Un testamento?
¿la
última verdad del mundo? “¿Qué quieres?”,
le
pregunté. Y ella, casi viva: “¡Un cigarrillo!”