La verdad es que me sorprenden estas preguntas porque encontrar algo de esas características es muy sencillo, ya que los propios buscadores derivan hacia estos sitios cuando buscamos un poema.
Es cierto que Google siempre ofrecía entre las primeras opciones la página desaparecida —cuestión de pago, supongo—, y es cierto que se trataba de una página muy completa. Pero que no cunda el pánico, la poesía sigue existiendo en la red y en proporciones mucho más elevadas a las que le corresponde su incidencia social.
Además de todos los espacios particulares de poetas, aficionados, lectores, revistas, universidades, asociaciones y demás entidades de todo tipo, está la ya clásica poesi.as, que dispone de una selección tan amplia o más que la anterior.
En cualquier caso —y sabiendo que son funciones distintas—, recordad que existen las librerías y las bibliotecas, esos espacios que albergan muchos, muchos libros y en los que podemos adquirirlos previo pago en las primeras, de forma gratuita en las segundas. Lo importante, lo verdaderamente importante, es que sigamos leyendo.