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sábado, 14 de diciembre de 2013

W. B. YEATS, 3



Vuelvo a echar mano del programa La Libélula, de Radio 3, para ofrecer información sobre otro poeta. Vuelvo a agradecer la disponibilidad de sus responsables para poder colocar la entrevista con Antonio Linares en este espacio, y vuelvo a recordar a los lectores que posen su atención en esta entrada que no siempre podemos adquirir todos los libros que aquí se mencionan en una librería de nuevo. A veces es necesario recurrir a librerías de viejo, segunda mano o a las bibliotecas. 

La escalera de caracol y otros poemas, Linteo, 2010, es un título básico en la obra de Yeats. Obra de madurez, 1933, supuso la justificación de las aventuras intelectuales que el poeta tuvo en la filosofía, el misticismo y el simbolismo. Como nos señala Antonio Linares en la introducción, tiene una estructura circular en su permanente lucha contra el tiempo y en él se exalta lo inacabado, lo que sucumbe a su paso. La edición, además, se acompaña de una breve pero muy interesante colección de notas sobre cada uno de los poemas que ayudan mucho a la comprensión última de los mismos.

La poesía de W. B. Yeats es el mejor estudio que tenemos en castellano sobre la obra del irlandés. MacNeice, poeta él mismo, hace un estupendo recorrido por la vida y la obra de su compatriota, explicando con estilo claro y sencillo la evolución poética, ideológica y vital del que fuera Premio Nobel en 1923. En mi opinión, este trabajo tiene un valor especial porque MacNeice, como poeta, sostuvo puntos de vista muy diferentes a los de Yeats; sin embargo, supo adentrarse en las motivaciones últimas del escritor y analizar con gran rigor y objetividad tanto su estilo como sus obsesiones temáticas. En definitiva, un buen ensayo que se lee sin esfuerzo y con gran provecho.

Y una recomendación final para los que entendéis el inglés: las clases grabadas del profesor Langdom Hammer (Universidad de Yale) sobre la poesía W. B. Yeats.

martes, 19 de noviembre de 2013

W. B. YEATS, 1

Leer a Yeats en castellano no tiene ninguna dificultad. Existen multitud de traducciones y antologías, y aunque la Poesía reunida que publicó Pre-Textos en 2010 está agotada, es muy fácil encontrar el ejemplar en las bibliotecas.

Igualmente sencillo es hallar información sobre él en Internet, así que os dejo ese entretenimiento a vosotros. Sólo os enlazado un breve trabajo del profesor Barbeito Varela en el que se ocupa del papel de la leyenda y los sueños en la poesía del irlandés. 

Y ahora uno de los poemas más emblemáticos y conocidos de W. B. Yeats, Navegando hacia Bizancio, y cuya primera frase os sonará inmediatamente porque Cormac McCarthy la utilizó para titular una de sus novelas que, posteriormente, los Cohen llevaron al cine.


I

Aquel no es un país para viejos. Los jóvenes
unos en brazos de otros, pájaros en los árboles
–esas generaciones moribundas– cantando,
cascadas de salmones y mares de caballa,
aves, peces o carne celebran en verano
cuanto ha sido engendrado, nace y muere.
Sujetos a esa música sensual todos descuidan
los monumentos de la mente inmarchitable.



II

Cosa indigna es un viejo, un abrigo andrajoso
montado en una estaca, excepto cuando el alma
bate palmas y canta, y canta con más fuerza
por cada desgarrón de su mortal vestido,
pues no hay escuela para el canto, sólo estudiar
los monumentos de su propia magnificencia.
Y por ello he cruzado los mares y venido
a la ciudad sagrada de Bizancio.



III

Oh sabios congregados en el fuego divino
tal figuras murales en un mosaico de oro.
Venid a mí del fuego, girando en la espiral,
para ser los maestros de canto de mi alma.
Purgad mi corazón; enfermo de deseo
y uncido a un animal agonizante,
no recuerda quién es; y encomendadme
al artificio de la eternidad.



IV

Fuera de la naturaleza no tomaré mi forma
corpórea de ningún objeto natural
sino de aquellas formas que los orfebres griegos
crean forjando el oro y en oro recubriéndolas
a fin de prevenir la modorra imperial;
o ponen a cantar en un árbol dorado
ante las damas y señores de Bizancio

los hechos que pasaron, pasan o pasarán.

                                 
                                          La traducción es de Jordi Doce.


PS: Tenéis alguna entrada anterior sobre Yeats en este mismo blog.

miércoles, 24 de diciembre de 2025

UN LIBRO, UN POEMA (W. B. YEATS)

#unlibrounpoema


Sobre W. B. Yeats (1865-1939) existen unas cuantas entradas en este mismo espacio, por eso solamente mencionaré que este poema es uno de los últimos que escribió el Nobel irlandés antes de su muerte, concretamente en septiembre de 1938. Su muerte se produjo en enero. 

Podemos entenderlo como una recopilación de su manera de entender la creación poética y la forma de afrontar la vida; en definitiva, sus convicciones y creencias.

Dejo enlazadas algunas referencias sin las cuales difícilmente se puede entender a qué está aludiendo Yeats cuando realiza esas citas.

Los tres versos finales son los que se grabaron en la lápida de su tumba.  


BAJO BEN BULBEN 

                I

Jurad por lo que dijeron los Sabios 
en derredor del Lago Mareotido 
lo que la Bruja del Atlas sabía, 
decía y hacía cantar a los gallos. 

Jurad por esos caballeros, por esas mujeres 
cuya forma y aspecto se muestran sobrehumanos 
que esa compañía de pálidos rostros largos 
que proclama una inmortalidad 
ganó la compleción de sus pasiones; 
ahora cabalgan la invernal aurora 
donde el Ben Bullen marca la escena. 

Esto es en esencia lo que significan. 


            II

Muchas veces un hombre vive y muere 
entre sus dos eternidades, 
la raza y la del alma, 
y la antigua Irlanda conocía todo esto. 
Ya muera en su cama el hombre
o por disparo de un rifle, 
una breve despedida de los seres queridos
es lo peor que ha de temer.
Aunque largo es el esfuerzo de los sepultureros,
afiladas sus palas, fuertes sus músculos, 
no hacen sino lanzar  a sus enterrados 
de nuevo a la mente humana. 


            III

Quienes oísteis la plegaria de Mitchel,
“¡Envíanos la guerra, Señor!”, 
sabéis que cuando todas las palabras se han dicho 
y un hombre lucha como loco, 
algo cae de ojos mucho tiempo ciegos, 
y completa su mente parcial, 
durante un instante se relaja
ríe fuerte, en paz su corazón
Hasta el hombre más sabio se tensa 
con alguna clase de violencia 
antes de que pueda cumplir su destino,
conocer su obra o elegir a su compañera.


            IV

Poeta y escultor y poeta, haced vuestro trabajo, 
y que el pintor a la moda no eluda 
lo que hicieron sus grandes antepasados,
llevad el alma del hombre a Dios, 
haced que llene bien las cunas. 

La medida inició nuestra poder: 
formas que pensó un severo egipcio, 
formas que modeló el más suave Fidias. 

Miguel Ángel dejó una prueba 
en el techo de la Capilla Sixtina, 
donde un Adán aún no despierto
puede turbar a una señora que recorre el mundo
hasta que se le encienden las entrañas,
prueba de que existe un propósito
en la mente de quien trabaja en secreto: 
la perfección profana de lo humano. 

El Quattrocento puso en pintura 
al fondo de un Dios o un santo
jardines donde el alma se relaja; 
donde todo lo que encuentra el ojo
semeja formas existentes, o lo parece
cuando despiertan los durmientes
y cuando todo se ha desvanecido aún declara, 
donde sólo hay una cama y un cabecero,
que se han abierto los Cielos.
                                           Siguen girando las espirales
cuando ese gran sueño se acabó,
dispusieron un descanso para el pueblo de Dios, 
en expresión de Palmer, mas después
la confusión se abatió sobre nuestro pensamiento. 


            V

Poetas irlandeses, aprended vuestro oficio 
cantad todo lo que está bien hecho, 
burlaos de los que ahora crecen
informes desde los pies a la cabeza, 
sus corazones y cabezas sin memoria 
vilmente nacidos de viles hechos.
Cantad a los labriegos, y  después
a los tenaces caballeros campesinos, 
la santidad de los monjes, y luego
la risa salaz de los bebedores de cerveza; 
cantad a los señores y señoras alegres 
que fueron sepultados en arcilla
a lo largo de siete siglos heroicos;
volved la mente a otros días
para que en días venideros podamos ser
aún el indómito pueblo irlandés.


            VI

Bajo la cima desnuda de Ben Bulben,
en el camenterio de Drumcliff, yace Yeats,
un antepasado suyo fue allí párroco
muchos años ha; cerca se alza una iglesia,
y una antigua cruz junto al camino.
Ni mármol ni una frase ya manida; 
sobre piedra calcárea del lugar,
como él mandó está grabada esta frase: 

            Mira fríamente
            la vida, la muerte.
            ¡Prosigue, jinete!



***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

miércoles, 27 de marzo de 2024

UN LIBRO, UN POEMA, W. B. Yeats

Editorial
#unlibrounpoema

Creo que W. B. Yeats está bien representado en este blog y mejor aun en el mundo editorial, como puede comprobarse por las entradas que le he dedicado y los títulos que en ellas aparecen; no obstante, la aparición el año pasado de He extendido mis sueños a tus pies me ha parecido un buen motivo para traerlo a esta sección. 

Lo valioso del libro no está propiamente en la selección de poemas que ha realizado Jordi Doce, pues él ya se encargó de la traducción de toda su poesía para la editorial Pre-Textos y ninguna otra publicación parcial puede competir con ella. Lo atractivo de este ejemplar es la muy cuidada edición del libro, una marca de la casa, y el añadido de las ilustraciones que aporta Sandra Rilova. Belleza sobre belleza. 

Realizadas las presentaciones, vamos con el poema:


LA MALDICIÓN DE ADÁN



Estábamos sentados, un día de finales de verano,

aquella dulce y bella mujer, tu amiga íntima,

y tú y yo, hablando de poesía.

«Un solo verso puede llevarnos horas —dije—,

pero si no parece algo pensado en un instante

todo nuestro coser y descoser es en vano.

Mejor arrodillarse sobre la médula del hueso

y fregar suelos de cocina o picar piedra

como un viejo indigente, a la intemperie;

pues dedicarse a articular dulces sonidos

es trabajar más duro que ellos, y sin embargo

ser tildado de vago por la ruidosa camarilla

de clérigos, maestros y banqueros

que los mártires llaman mundo».




                                                   Y entonces

aquella bella y dulce mujer por cuya causa

muchos descubrirán la angustia del amor

cuando escuchen su voz discreta y dulce

replicó: «Ser mujer es saber

—aunque en la escuela nadie nos lo diga—

que hemos de trabajar para estar bellas».




«Es verdad —respondí— que no hay cosa admirable

desde la caída de Adán que no requiera un gran esfuerzo.

Recuerdo amantes convencidos de que el amor

debía ser tal muestra de alta cortesía

que suspiraban y citaban con semblante estudioso

precedentes tomados de viejos y hermosos volúmenes;

aunque ahora esa labor parezca más bien vana».




La mención al amor nos sumió en el silencio;

vimos morir los últimos rescoldos de la tarde,

y en el aguamarina temblorosa del cielo

una luna, gastada como una concha que lavara

la marea del tiempo cuando fluye entre las estrellas

y rompe luego en días y años.




Me invadió un pensamiento que solo tú debías escuchar:

que eras hermosa, y que yo me esforzaba

por amarte en la antigua y noble doctrina del amor;

que alegre había parecido todo, y aun así nuestros corazones

estaban tan exhaustos como aquella luna vacía.

 

***


domingo, 8 de diciembre de 2013

W. B. YEATS, 2 (Encrucijadas)

Este título recoge algunos de los primeros poemas de Yeats, poemas que en su origen aparecieron en la primera colección que dio al público bajo el título El peregrinaje de Oisin y otros poemas, en 1889. Ibon Zubiaur se ha encargado de traducirlos y de prologarlos. Son, por tanto, poemas juveniles y los más apegados a la tradición romántica y al imaginario mitológico irlandés. Son, seguramente, los más populares también. Aquí se encuentran El niño robado, La caída de las hojas, La locura del rey Goll o La balada de Moll Magee, poemas emblemáticos entre los lectores irlandeses de Yeats donde los haya.

Al margen de los gustos y opiniones de cada cual, el librito es una buena opción para acercarse a la poesía primera del poeta y para conocer en directo y sin intermediarios cuál era el imaginario en el que se desenvolvía. Y como dice Zubiaur en su prólogo los logros finales de Yeats no pueden disociarse de sus propósitos iniciales.

Entresaco La balada de Moll Magee por la traducción en romance asonantado que, en mi opinión, le va muy bien al texto.

Acercaos, pequeñuelos,
no me echéis piedras a mí
porque voy refunfuñando:
apiadaos de Magee.

Pescador era mi hombre,
con la playa en el hablar;
yo salaba los arenques:
trabajaba sin parar.

No dejaban la cabaña
de salar mis pobres pies
hasta a veces por la noche,
que cruzaban el pavés.

Siempre había sido débil;
mi bebé recién nació;
la cuidaba una vecina
por el día, y luego yo.

¡Ay, queridos pequeñuelos!
Me tendí sobre el bebé;
con el alba helada y clara
contemplé frío al bebé.

¡Duerme mal la hembra cansada!
Rojo y pálido, me dio
mi hombre un poco de dinero
y a Kinsale me devolvió.

Me expulsó y cerró la puerta,
y me echó una maldición;
yo partí de allí en silencio,
ni un vecino se asomó.

Mudas puerta y ventanas,
verde y débil una estrella;
las pajitas se agitaban
a través de la calleja.

Yo partí de allí en silencio.
Más allá del viejo establo
vi a una amable convecina
su primer fuego soplando.

Me sacó toda mi historia.
mi dinero está agotado,
mas burlona y compasiva
aún me da sorbo y bocado.

que vendrá mi nombre me dice,
a llevarme para casa;
pero siempre que ando en torno,
fuera o dentro de la casa,

apilando la madera,
o los tepès, o en el pozo,
voy pensando en mi bebé,
y por dentro, sola, lloro.

Pienso a veces que ella sabe
cuándo abriendo bien sus puertas
Dios enciende las estrellas
y a los pobres nos contempla.

Ahora pues, mis pequeñuelos,
ya más piedras no echaréis,
mas reuniéndoos radiantes
de Magee os apiadaréis.


domingo, 29 de septiembre de 2013

W. B. YEATS

LA RUEDA


A través del invierno invocamos la primavera,
toda la primavera llamamos al verano,
y cuando ya resuenan los setos rebosantes
declaramos que lo mejor es el invierno.
Y después nada hay bueno
porque la primavera no ha venido.
No sabemos que aquello que perturba nuestra sangre
es sólo su nostalgia de la tumba.

Dice Charles Van Doren en su libro Breve historia del leer que su poesía completa ocupa un grueso libro —ese no es el problema para quien lo lea en castellano, porque sólo va a encontrar antologías— , pero él recomienda empezar leyendo una veintena de poemas: La balada del padre Gillighan, Para un amigo cuyo trabajo ha quedado en nada, El gato en la luna, El segundo advenimiento, Navegando a Bizancio, Leda y el cisne, Para Anne Gregory, El frío cielo, Los cisnes silvestres de Coole, Entre colegiales, La torre, Por los jardines de Salley, Cuando seas vieja, Septiembre de 1913, Pascua de 1916, Plegaria por mi hija, Letras para música, tal vez (los poemas de Crazy Jane) y A la sombra de Ben Bulben. Y después de esta relación aconseja que una vez leídos se deje el libro y se medite sobre lo leído. Más tarde, cuando sea mayor y más sabio, regrese a Yeats una y otra vez. 

Consejos aparte, el posible lector no tendrá ningún problema para encontrar todos los poemas de esa relación en cualquiera de las antologías que se han publicado en castellano, la última de las cuales es la de Alianza Editorial (2013), reedición de la de 2002, que es de donde he sacado el poema que abre esta entrada. 

Sea como sea e independientemente del libro que os acerque a Yeats, lo importante son las palabras del autor, la poesía de un irlandés que de joven admiraba el misterio de su tierra bañado por las nieblas casi perennes y que de mayor estaba obsesionado con el paso del tiempo, hasta que el tiempo se lo llevó. 

Y, ahora sí, uno de los poemas que Doren recomienda: Cuando seas vieja.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

W. B. Yeats, y 4

Ya está subida la colección de poemas que utilizaremos como base de la próxima tertulia de enero. Como siempre, podéis encontrarla en el apartado Tertulias de la zona superior o en la columna de la derecha, Tertulias 2014, debajo de Blog de Nahia.

Tal y como aparece en el título, esta es la última entrega de la serie dedicada a Yeats. Si no habéis visto las anteriores, os recomiendo que escribáis su nombre en el buscador del blog —esquina superior, izquierda—, donde aparece la lupa, y después de hacer clic os aparecerán todas las entradas dedicadas al poeta irlandés.

Os dejo un recitado en auténtico pub irlandés con el poema El gato y la luna. La traducción podéis encontrarla en la selección que he preparado.


lunes, 11 de octubre de 2021

LA RECOMENDACIÓN DE LOS LUNES


         

Como la semana pasada no recibí ninguna recomendación lectora, hoy me permito hacer yo mismo la recomendación de los lunes para que no se eche en falta. En este caso son dos títulos del género que mejor conozco, poesía.

Son dos novedades muy distintas. Yeats es ya un clásico del siglo XX, con un extraordinario poder imaginativo que fue galardonado en su momento con el Nobel de Literatura. Su Poesía reunida ya había sido publicada en 2010 por Pre-Textos, y muy bien, por cierto. La novedad, en este caso, viene dada por ser la primera vez que aparece editado en Cátedra, en su colección de Letras Universales, lo que significa disponer de un aparato crítico importante. Tanto la  edición como la traducción han corrido a cargo de José Francisco Ruiz Casanova.

La de Iribarren es una novedad absoluta, puesto que se trata del último poemario que ha publicado en Visor hace tan solo unas semanas. Remito al comentario que dejé en su momento.  
                                           
LOS VIEJOS TIEMPOS

                            A Antonio Lafarque

En la mayoría de los casos
la épica de los viejos tiempos
se reduce a que éramos más jóvenes.

Solo es un mecanismo de defensa,
una mentira piadiosa.

                                 No es fácil asumir.
que ni siquiera entonces
estuvimos a la altura de la vida.

Como no hay que aportar pruebas
le echamos un poco de imaginación.

                         Karmelo C. Iribarren, El escenario.




CUANDO SEAS VIEJA



Cuando seas vieja y cana, el sueño te venza
y cabecees junto al fuego, toma este libro
lee con demora y sueña con la mirada serena
que 
tus ojos tuvieron, y con sus oscuridades, profundas;

y cuántos 
amaron los instantes de tu esplendor,
y tu belleza 
amaron, falsos o sinceros,
pero solo un hombre amó tu alma peregrina,
y amó los infortunios de tu mudable rostro;

pues  encorvada sobre brasas inflamadas,
susurras, con algo de tristeza, cómo huyo el Amor,
cómo recorrió las montañas elevadas
y cubrió su rostro entre confusión de estrellas.

                  W. B. Yeats. 89 poemas. Traducción: J. Fco. Ruiz Casanova.

lunes, 5 de septiembre de 2022

WLLIAM BLAKE, El negrito

A mí del visionario Blake la obra que más me gusta es la primera, la del difícilmente clasificable y divertido Una isla en la Luna, o los poemas breves de las colecciones Cantos de inocencia y Cantos de experiencia. En la primera de ellas se encuentra uno de los poemas que el profesor Pujals calificó como temprana censura del racismo. Estamos hablando de 1789, el año de la Revolución francesa.


Mi madre me engendró en el salvaje sur
y soy negro. Pero ¡ah!, mi alma es blanca.
Blanco como un ángel es el niño inglés;
pero yo soy negro, como desposeído de luz.

Mi madre me instruyó bajo un árbol
y allí sentada, antes del pleno calor del día,
me atrajo a su seno, besándome.
Luego, señalando al este, comenzó a decir:

"Mira el sol naciente. Allí mora Dios
e imparte su luz y regala su calor
y flores y árboles y bestias y hombres reciben
solaz por la mañana y dicha al mediodía.

Y se nos puso en la tierra
para que aprendamos a soportar los rayos del amor;
y estos negros cuerpos y estos rostros tostados
son sólo una nube y semejantes a un umbrío bosquecillo.

Pues cuando nuestras almas hayan aprendido el calor a soportar
la nube se desvanecerá. Oiremos su voz
que nos dirá: Salid del bosque, mis bien amados,
y en torno a mi tienda de oro, como corderos, regocijaos".

Así habló mi madre, besándome
y así lo cuento al niñito inglés.
Cuando yo me libere de mi nube negra y él de la suya blanca
y como corderos nos regocijemos en torno a la tienda de Dios,

le protegeré del calor hasta que pueda soportarlo
y se incline dichoso sobre la rodilla de nuestro padre.
Y entonces me estaré de pie, acariciando su plateado cabello
y seré como él; y en adelante me amará.

(Traducción: Pablo Mañé Garzón).

William Blake falleció en 1827. Digamos que pasó sin pena ni gloria hasta que, como le ocurrió a Góngora, llegó su centenario en 1927 —otra coincidencia— y una multitud de estudios y ediciones de sus obras lo hizo surgir del olvido, sobre todo, gracias al aprecio que le hicieron escritores de la talla de W.B.Yeats o T.S.Eliot.

Si queréis escuchar el poema en versión original, pinchad aquí.

***

Путин, немедленно останови войну!

lunes, 23 de agosto de 2010

CISNE

La estrella más brillante de esta constelación es Deneb, que junto con Vega (en Lira) y Altair (en Águila) forman el triángulo de verano. Está atravesada de cola a cabeza por la Vía Láctea, por lo que en el espacio que ocupa se encuentran numerosos objetos dignos de observación durante las limpias noches de verano. Pero vayamos con el mito:


Desde los más remotos tiempos se ha visto en esta constelación un ave. Si nos vamos a la antigua Grecia, una leyenda identifica el cisne con Orfeo y así podría estar siempre junto a su lira. Sin embargo, la leyenda más extendida es la que se refiere a Zeus y a Leda, la hermosa mujer de Tindáreo.


Cuando Zeus se encaprichó de la diosa Némesis, la persiguió por aire, mar y tierra, transformándose ambos en animales que pudieran surcar rápidamente los distintos elementos. En el aire, Némesis se convirtió en ganso y Zeus en cisne, la dio alcance y, después de cubrirla, la diosa/ganso puso un huevo que entregó a Leda y del que más tarde nacería Helena de Troya.


Pero la versión más divulgada es la que cuenta que fue Zeus el que se unió a Leda, reina de Esparta, y que ésta puso luego un huevo del que nacieron Helena, Cástor y Pólux. Dentro de esta misma versión existe la variante que cuenta que como esa misma noche se había acostado con su esposo, sólo Helena era hija de Zeus, mientras que Cástor y Pólux eran hijos de Tindáreo. Las variables, según quien recoja la leyenda, son numerosas, sobre todo si tenemos en cuenta que también Clitemnestra forma parte de la incubación. Cosas de dioses y de huevos.

Para terminar, el soneto de W. B. Yeats:


LEDA Y EL CISNE

Una ráfaga súbita: las magnas alas desplegadas
sobre la doncella vacilante, los muslos acariciados
por las negras palmas, en el cuello el pico preso;
indefensa y sujeta pecho contra pecho.

¿Cómo pueden esos frágiles dedos aterrados
defender los mansos muslos de la gloria alada?
Y ante ese blanco torrente, un cuerpo así tendido,
¿qué hace salvo sentir el palpitar desconocido?

Un espasmo en la entrepierna concibe
el muro caído, el techo y la torre ardiendo,
a Agamenón y su muerte.
                                  Tan impotente,
tan rendida ante el brutal hijo del aire,
¿unió ella al recibirlos el saber y el poder
antes de que el indiferente pico la dejara caer?

(La traducción es de Gustavo Negrín)

domingo, 3 de noviembre de 2013

TERTULIAS DEL 2014

Ya está diseñada la programación de las tertulias para el próximo año.

17 de enero: W. B. Yeats.
14 de febrero: José Martí.
14 de marzo: Paul Valery.
11 de abril: Aurora Luque.
16 de mayo: John Keats.
***
13 de octubre: Dante.
7 de noviembre: B. Brecht.
12 de diciembre: Ana Merino.

Espero que podamos disfrutarla como se merecen los nombres que en ella aparecen.

Y un poema de la autora que tendremos en diciembre, Ana Merino:

ADORACIÓN NOCTURNA

                                                                   
Para Luis Muñoz

Que te devuelvan el tiempo de los lunes
y los hagan festivos en tu agenda
para que la semana no te pese tanto
y puedas sentir los dientes de las calles
mordisquear con ternura
el último tramo del domingo.

Que te devuelvan las horas de los lunes
y las puedas guardar entre las sábanas
para que la ciudad se duerma en tu regazo
y se llenen de ti los que te miran.

Que te traigan el ritmo de los sueños
y los puedas bailar,
que la luz de tu abrazo
se guarde algún secreto.

Que los lunes se aprendan
de memoria tu cuerpo.
Que no le falte nada a tu universo
porque el dios de la noche
el lunes descansó
para esperarte.

                    De Compañera de celda. Visor, 2006

jueves, 18 de diciembre de 2025

RETRATOS DE AMANTES (Dorelia McNeill), 39

Dorelia Mcneill. Fuente: Tate.


Yo diría que la historia de Dorelia McNeill (1881-1969) y Augustus John (1878-1961) es una historia singular si la comparamos con la del resto de los mortales que habitamos la Tierra, pero diría que se trata de una historia típica dentro del mundo artístico.

Dorothy McNeill, a quien el pintor pidió que se cambiase el nombre para que sonase más exótico, nació en Camberwell, era hija de un oficinista y la cuarta de siete hijos, típica familia numerosa de la época. Mientras asistía a la Escuela de Arte de Westminster en 1903, conoció a Gwen John —hermana de Augustus— quien a su vez la presentó a su hermano. Ese año, Gwen y McNeill viajaron juntas a pie por Francia. Durante una estancia en Toulouse, Gwen John pintó varios óleos de McNeill, incluyendo "Dorelia con un vestido negro ", antes de que ambas se trasladaran a París, donde compartieron alojamiento brevemente en 1904. Se ha dicho que Gwen John sentía algo por McNeill, qué era y de qué intensidad, no lo sabemos.

La joven McNeill se fue a Brujas con un artista belga, hasta allí fue Augustus —el hermano de Gwen—, y al cabo de un tiempo regresaron ambos a Inglaterra. Vivieron en trío Augustus John, la esposa de este, Ida Nettleship, y ella, en ocasiones, formando parte de una caravana gitana que luego incluiría a los hijos que John tuvo con ambas mujeres. Así se mantuvieron hasta la muerte de Nettleship en 1907. A partir de entonces ella se convirtió en la figura femenina principal en la familia John. Más tarde, animada por el propio Augustus, tuvo una aventura con el pintor Henry Lamb

Quienes conocieron a Dorelia decían que era una mujer de una belleza extraordinaria. Algo se intuye en el retrato, lo mismo que su originalidad a la hora de vestir, pues llevaba faldas muy largas —no eran la moda de la época—, elaboradas por ella misma con telas finas y, hasta donde podemos suponer por los retratos que se conservan, era una amante del color negro. 

El óleo emana ternura y originalidad. estamos claramente ante una obra del siglo XX, pero no es una obra vanguardista. Sin duda estamos ante la obra de un consumado y enamorado retratista. Los que realizó a  T. E. Lawrence, Thomas Hardy, W. B. Yeats, Aleister Crowley, Lady Gregory, Tallulah Bankhead, George Bernard ShawGuilhermina Suggia, la marquesa CasatiElizabeth BibescoDylan Thomas hablan claramente de su maestría.

aquí vemos a la modelo al aire libre, sola, delante de un paisaje más o menos yermo, sola, segura y sonriente. Su chaqueta negra y su falda verde oscuro se encuentran bien silueteadas, como la curiosa valla sobre la que parece apoyarse. La blusa se muestra de manera ocasional y sugerente. Es un retrato aparentemente austero, pero lleno de vistosos contrastes que le dan un aire de espontaneidad y frescura. bohemia libre plasmada en un lienzo.


***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).