Según iban surgiendo, fui agrupándolos bajo títulos distintos que intentaban recoger el estado de ánimo o el ambiente intelectual que evocaban. Al releerlos, me he dado cuenta de que lo que todos ellos cuentan en conjunto es mi particular mirada sobre el mundo, algunas de las dolencias y de las alegrías que veo. Eso (y el recuerdo de las Cartas desde mi celda) explica el título.
Los poemas son coetáneos, incluso algunos son anteriores, a los que aparecen en la colección Descender hacia la luz. Con ellos tienen en común la defensa y celebración de que lo verdaderamente importante es cuanto hacemos habitualmente durante los días cotidianos. No aquella vez que nos tiramos en paracaídas y tuvimos una feroz descarga de adrenalina, porque lo maravilloso y extraordinario es encontrarnos a gusto con el ser que somos a diario.
Los poemas se acompañan de la imagen que motivó su nacimiento. La edición en papel los recoge en blanco y negro. De momento no es posible hacerlo en color.
Este que publico ahora es de 2016:
SOÑAR
Para Nahia, que está en camino
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Fotografía de Irene. Localización. |
Tómale el pulso al aire,
pide un deseo,
deposita el sonido de las caracolas
al borde del asfalto,
derriba la desesperanza
que se oculta entre la niebla,
siembra de luz las calles,
coge impulso
y échate a soñar,
pero cuida de que los enemigos
de la risa y el entusiasmo
permanezcan al margen de tu sueño.
***
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