Aprovecho que tengo que pasar por la biblioteca de Aiete para ver la pequeña exposición dedicada a Iban Illaramendi en el humilde, simpático y acogedor Rincón de la Ilustración.
Para mi sorpresa, descubro que hay muchos más illaramendis por los pasillos de acceso a la biblioteca. Son pequeños ilustradores que tal vez con la edad dejen de serlo y opten por otras profesiones. O no. Posiblemente sean ilustradores que en este momento solamente gocen de la atención de sus familiares, especialmente los familiares de mayor edad, pero ahí están. El futuro es suyo y más de un dibujo manifiesta muy buenas maneras:
Me parece una idea estupenda que el centro cultural de su barrio les conceda un sitio para que durante un tiempo sus trabajos y sus nombres puedan salir del reducido espacio de la casa familiar.
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