 |
Vista del Chinon antiguo desde el castillo |
Chinon es un encantador pueblecito a orillas del río Vienne y puerta de entrada a la ruta de castillos del Loira si se llega a esa región francesa desde el sur.
Seguramente es su fortaleza real el mayor centro de atracción turística de la localidad, pero no el único.
De lo que el castillo fue en su momento de máximo esplendor no queda demasiado; sin embargo, las vicisitudes por las que pasó no acabaron con él y las actuaciones de recuperación posterior nos han dejado las suficientes dependencias como para disfrutar de arquitectura e historia con amplitud y solvencia. Si a ello unimos el aprovechamiento de los espacios libres para organizar lugares de recreo, exposición de materiales y las magníficas vistas sobre el valle, el castillo de Chinon se convierte en uno de los castillos más interesantes de la región.
Y aquí fue donde comenzó la singular y extraordinaria historia de Juana de Arco, porque aquí se produjo el encuentro entre la campesina visionaria y el indeciso Carlos VII, al que reconoció, según cuentan los testigos de la época, sin haberlo visto nunca antes, y al que convenció para que acudiera a París y se hiciera proclamar rey de Francia. Poco tiempo después, el entusiasmo y la aptitudes de la joven hicieron de ella la cabeza de un ejército victorioso.


En la torre del reloj se encuentra la reproducción en gran tamaño de una de las hojas del Atlas catalán, obra que se atribuye al mallorquín Abraham Cresques, y una de las colecciones cartográficas más importantes de la Edad Media. Los mapas antiguos son una de mis aficiones. 
Resultaría imperdonable visitar el castillo y no recorrer el casco antiguo de Chinon, especialmente su rue Voltaire, plagada de magníficas casas con entramado de madera de origen medieval.
Y también casas nobles en piedra en las que los detalles ornamentales pueden ser tan atractivos como la propia construcción del edificio.
 |
¿Un bufón? tocando el aulós. |
 |
Puercoespín, símbolo de Luis XII. se repetirá por muchos castillos de la zona. |
 |
Vitrales del ábside |
Y como prueba de que hemos entrado en el reino de la Doncella de Orleans esta obra de Roulleau,
impresionante escultura ecuestre romántico-enaltecedora (1893). Se encuentra en la plaza que, por supuesto, lleva el nombre de la más grande heroína francesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Este blog es personal. Si quieres dejar algún comentario, yo te lo agradezco, pero no hago públicos los que no se atienen a las normas de respeto y cortesía que deben regir una sociedad civilizada, lo que incluye el hecho de que los firmes. De esa forma podré contestarte.