El simpático descaro de los gorriones, de quienes algunos dicen que cada vez hay menos.
Las bandas de diferentes colores con que se visten las laderas desnudas de las Bardenas reales, según sea la composición de las rocas de los distintos sustratos.
Y esta cita de G. E. Moore con la que me he encontrado en la página 141 de una guía de Londres:
Los placeres de las relaciones humanas y el disfrute de los objetos bellos. Son ellos los que forman el último filón de las relaciones humanas.
De Moore dejó escrito Javier Sádaba en Ensayos éticos (Paidós, 1993) que parte de su ética tuvo una influencia notables en el Círculo de Bloomsbury. Es el caso de Lytton Strachey o de Leonard Wolf. La personalidad de Moore debió de ser realmente atractiva. Russell veía en él incluso la reencarnación del genio (p 14).
Todos ellos son regalos de un día especialmente generoso conmigo.
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