Otra de las sorpresas que me ofreció la Ribeira Sacra me la encontré en la Plaza de España de Chantada. Nada más aparcar, me disponía a cruzar la plaza en dirección a la Casa de Cultura cuando me encontré con una doble fila de paneles en homenaje a Xela Arias (1962-2003), a quien la Real Academia Galega dedicó este año el Día de las Letras Galegas. Su poesía está recogida bajo el título Poesía reunida (1982-2004) que publicó la editorial gallega Xerais en 2018. La biblioteca del Koldo Mitxelena guarda un ejemplar.
Unha copa. un fresco o cine.
Un cigarro alabarado,
os pés na area.
Parece que perdura sabéreste así queda,
e asúme-la bendita expresión.
Mata-lo tempo.
O tempo…
¡que se perda!
maino, diante nosa.
Una copa. un fresco el cine.
Un cigarro encendido,
los pies en la arena.
Parece que perdura que te sepas así quieta,
y asumes la bendita expresión.
Matar el tiempo.
El tiempo…
¡que se pierda!
manso, ante nosotros.
***
De certo, a vida ía en serio.
Por iso morrer non conta
números.
Eras moza,
cómplice nunha derrota que non
sumabas. Feliz por terte insomne
por inmortal.
Xa temos cadáveres amigos
e coñecidos,
sabemos da morte o legado inútil.
Pero ique ridículo! ¿non?,
abraza-lo feito feliz de xa medrar
-camiñar ás aforas-
en tempos asepticamente tan
Alienados.
Es cierto, que la vida iba en serio.
Por eso morir no cuenta
números.
Eras chica,
cómplice en una derrota que no
sumabas. Feliz por tenerte insomne
por inmortal.
ya tenemos cadáveres amigos
y conocidos,
sabemos de la muerte el legado inútil.
Pero ¡qué ridículo! ¿no?,
Abrazarlo hecho feliz de ya crecer
-caminar a las afueras-
en tiempos asépticamente tan
alienados.
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