Hay obras musicales que invitan a la acción, a la solidaridad, al entusiasmo, a la alegría, a la tristeza, a la nostalgia, al recuerdo, al abandono, a la gloria, al amor e incluso a la guerra. Algunas nos invitan a la felicidad.
Hoy me siento vocalise. El egoísmo de la felicidad lo impregna todo: el tiempo pausado que transcurre al ritmo de la respiración, el paisaje quieto, el tacto suave de las formas amables, los complacientes colores que acarician las formas, el cariñoso diálogo con los objetos más próximas, la serenidad de la voz que se diluye en el tiempo pausado...
Vocalise es como una voluta que nos envuelve en la felicidad más sosegada. Haced la prueba.
! Veritá!
ResponderEliminarManoli
¡Un abrazo veraniego y musical!
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