Imagen tomada del Metropolitan (id al original para poder ampliar y ver todos los detalles) |
Desconozco la intención del pintor al reflejar esta escena. No sé si pretendía representar el mundo de la picaresca, reflejar los vicios de la época o señalar la tendencia de la soldadesca a perder su soldada en imprudentes y supersticiosos juegos. Yo no puedo dejar de ver una especie de metáfora pesimista sobre la sociedad.
Ciertamente, esa primera época del lorenés tiene un aire desesperanzado y las escenas de tramposos se repiten. Es como si nos quisiera recordar todos los engaños a los que podemos vernos sometidos, en el caso de que no pongamos atención a cuanto nos rodea. La vida está llena de peligros, parece recordarnos.
Y puestos a visualizar símbolos, yo puedo imaginar en esas mujeres las alegorías de grandes compañías —telefónicas, eléctricas, entidades bancarias...— metiendo mano en los bolsillos de la ingenua ciudadanía, mientras el gobierno nos distrae con sus propósitos bienintencionados.
Lo más gracioso de todo es que el mismo cuadro, que hoy se expone como obra maestra en el Metropolitan, puede que sea un fraude, es decir, una falsificación. Al menos eso es lo que supone el experto Christopher Wright en su obra The art of the forger.
Sin ninguna duda, hay engaños que, por desgracia, son una obra maestra.
Muy buena imaginación y sobretodo comparación.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, Sergio.
EliminarOtro abrazo.