lunes, 20 de enero de 2014

SPLEEN*

Junkal envidia la serenidad de Ochogiro
Aquí,
en las antípodas de la fiesta,
casi olvidados desde este frío enero
los halagos y lisonjas del mes de junio,
no encuentro peor prodigalidad
que la del tiempo 
ofreciéndose en vacuo transcurso.

¿Dónde los ánimos, los besos, los saludos?
¿Dónde el cansancio que sobreviene
después del ejercicio?
¿Dónde la ilusión por el siguiente encuentro?

Ahora permanezco aquí,
sentada
y esperando.

*Spleen. Aunque pueda parecer obvia la referencia a Baudelaire, no es ése el motivo.

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