Eleuterio hace honor a su nombre |
no son casi nada
hasta que llega alguien y nos dice:
necesito la lluvia de tus palabras para germinar,
hoy tu sol no me empuja hacia lo alto,
no guardes tu canto sólo para tus oídos,
déjame que alivie tu tristeza con mis manos.
La lluvia, el sol, el canto o la tristeza
pueden vivir cómodamente en el diccionario,
pero son más felices y eficaces
cuando alguien las libera.
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