"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
miércoles, 16 de julio de 2025
UN LIBRO, UN POEMA (Matsuo Bashō)
viernes, 9 de febrero de 2024
TXORIA (Remigio Mendiburu) - PÁJARO (Octavio Paz)
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Está aquí. |

EL PÁJARO
el día reposaba:
la transparencia del espacio
era la transparencia del silencio.
La inmóvil luz del cielo sosegaba
el crecimiento de las yerbas.
Los bichos de la tierra, entre las piedras,
bajo la luz idéntica, eran piedras.
El tiempo en el minuto se saciaba.
En la quietud absorta
se consumaba el mediodía.
Y un pájaro cantó, delgada flecha.
Pecho de plata herido vibró el cielo,
se movieron las hojas,
las yerbas despertaron…
Y sentí que la muerte era una flecha
que no se sabe quién dispara
y en un abrir los ojos nos morimos.
miércoles, 8 de noviembre de 2023
UN LIBRO, UN POEMA (Octavio Paz)
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En librerías. |
Por el arcaduz de sangre
Mi cuerpo en tu cuerpo
Manantial de noche
Mi lengua de sol en tu bosque
Artesa tu cuerpo
Trigo rojo yo
Por el arcaduz de hueso
Yo noche yo agua
Yo bosque que avanza
Yo lengua
Yo cuerpo
Yo hueso de sol
Por el arcaduz de noche
Manantial de soles
martes, 16 de agosto de 2022
SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ, y 4
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Ejemplar del KM |
Primero, tres títulos para leer en papel la obra de la autora:
- Poesía lírica. Edición de José Carlos Gómez Boixo. Cátedra, 2020.
- El sueño. Edición y comentario de Emil Volek. Visor, 2019.
- Poesía, teatro, pensamiento: lírica personal, lírica coral, teatro, prosa. Edición de Georgina Sabat de Rivers y Elías Rivers. Espasa, 2004. (Es el que aparece en la fotografía. Obra completa. Existe en bibliotecas o libro de viejo).
- PAZ, Octavio, Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe. Seix Barral, 1982. (En la actualidad está en el catálogo del FCE.
- PFANDL, Ludwig, Sor Juana Inés de la Cruz. La décima musa de México: su vida, su poesía, su psique. México, 1983. En bibliotecas.
- CORTIJO OCAÑA, Antonio, Sor Juana Inés de la Cruz o la búsqueda de la identidad. Renacimiento, 2015.
sábado, 30 de julio de 2022
UN HAIKU, EL SIRIMIRI Y MI MEMORIA
Hoy la ciudad ha amanecido apaciblemente mojada y fresca. Una llovizna benefactora ha limpiado tanto el aire que nos envuelve como el suelo que pisamos. Un auténtico regalo.
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Editorial |
El poema de Yosa Buson aparece recogido en el libro Matsuo Bashō. Sendas de Oku, traducción de lo que fue un diario de viaje y una de las mejores colecciones de poemas de Matsuo Bashō. Los trabajos introductorios corrieron a cargo de Octavio Paz y la traducción de la obra Senda de Oku la realizaron el hispanista Eikichi Hayashiya y el mismo Paz. El libro, por suerte, podéis leerlo en internet. Está recogido en numerosos sitios. Dejo el enlace a este issue porque mantine el formato libro con su portada.
Este otro, que podría acompañar a la fotografía de la Concha, sí es de Bashō:
Es primavera:
la colina sin nombre
entre la niebla.
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viernes, 1 de julio de 2022
SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ, 2 (la cocina y Aristóteles)
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Ejemplar del KM |

El libro tiene casi 700 páginas, todas ellas vibrantes de excelente investigación y escritura. No voy a descubrir yo ahora nada de este fascinante sabio y poeta que fue galardonado en 1990 con uno de los más merecidos premios que se hayan otorgado a lo largo de la historia del Nobel. El libro está aún en catálogo y también lo podéis encontrar en internet. Y como ando mandando pistas y herramientas para quien quiera acercarse a la tertulia de octubre, este libro y el texto que aparece más abajo me parece que pueden ser de gran utilidad.
Estaban en mi presencia dos niñas jugando con un trompo, y apenas yo vi el movimiento y la figura, cuando empecé, con esta mi locura, a considerar el fácil moto de la forma esférica, y como duraba el impulso ya impreso e independiente de su causa, pues distante la mano de la niña, que era la causa motiva, bailaba el trompillo; y no contenta con esto, hice traer harina y cernerla para que, en bailando el trompo encima, se conociese si eran círculos perfectos o no los que describía con su movimiento; y hallé que no eran sino unas líneas espirales que iban perdiendo lo circular cuanto se iba remitiendo el impulso. Jugaban otras a los alfileres (que es el más frívolo juego que usa la puerilidad); yo me llegaba a contemplar las figuras que formaban; y viendo que acaso se pusieron tres en triángulo, me ponía a enlazar uno en otro, acordándome de que aquélla era la figura que dicen tenía el misterioso anillo de Salomón, en que había unas lejanas luces y representaciones de la Santísima Trinidad, en virtud de lo cual obraba tantos prodigios y maravillas; y la misma que dicen tuvo el arpa de David, y que por eso sanaba Saúl a su sonido; y casi la misma conservan las arpas en nuestros tiempos.
Pues ¿qué os pudiera contar, Señora, de los secretos naturales que he descubierto estando guisando? Veo que un huevo se une y fríe en la manteca o aceite y, por contrario, se despedaza en el almíbar; ver que para que el azúcar se conserve fluida basta echarle una muy mínima parte de agua en que haya estado membrillo u otra fruta agria; ver que la yema y clara de un mismo huevo son tan contrarias, que en los unos, que sirven para el azúcar, sirve cada una de por sí y juntos no. Por no cansaros con tales frialdades, que sólo refiero por daros entera noticia de mi natural y creo que os causará risa; pero, señora, ¿qué podemos saber las mujeres sino filosofías de cocina? Bien dijo Lupercio Leonardo, que bien se puede filosofar y aderezar la cena. Y yo suelo decir viendo estas cosillas: Si Aristóteles hubiera guisado, mucho más hubiera escrito (la negrita es mía).
***
Путин, немедленно останови войну!
jueves, 26 de agosto de 2021
PAZ, BORGES Y ELIZONDO HABLAN DE LA POESÍA Y EL TIEMPO
Gracias a la revista digital Círculo de poesía me encuentro esta conversación entre Octavio Paz (1914-1998), que hace de presentador, Jorge Luis Borges (1899-1986) y Salvador Elizondo (1932-2006).
La relevancia de los protagonistas y el tema sobre el que conversan me ha parecido de sumo interés y no he dudado ni un momento en acercároslo.
miércoles, 14 de octubre de 2020
ELIZABETH BISHOP, EL PEZ
la mitad fuera del agua, con mi anzuelo
enganchado en la comisura de su boca.
Todo él era un peso resoplando,
abatido y honorable
como un empapelado antiguo,
y su diseño en marrón más oscuro
parecía un empapelado:
formas de rosas plenamente florecidas
manchadas y perdidas en el tiempo.
de pequeños blancos piojos de mar,
y debajo, colgándole, dos o tres
tiras de alga verde.
Al inhalar sus branquias
Frescas y crispadas de sangre,
capaces de cortar tan gravemente—
pensé en la blanca carne áspera
las espinas grandes y las pequeñas,
los dramáticos rojos y negros
de sus brillantes vísceras.
y la rosada vejiga natatoria
como una enorme peonía.
Lo miré a los ojos
los iris forrados y embutidos
en papel de estaño deslustrado
vistos a través de las lentes
Se movieron un poco, pero no
me devolvieron la mirada:
era más bien como una inclinación
de un objeto hacia la luz.
Admiré su rostro taciturno,
el mecanismo de su quijada,
y entonces vi
que de su labio inferior
—si pudiera llamarse labio—
triste, mojado, como un arma,
colgaban cinco trozos viejos de sedal,
o cuatro y un alambre
con el emerillón aún amarrado,
los cinco anzuelos grandes
Un sedal verde, raído en el extremo
donde lo había roto, dos sedales más pesados
y un fino hilo negro
cuando se rompió y escapó.
Como medallas con cintas
deshilachadas y vacilantes,
una barba de cinco pelos de sabiduría,
colgaban de su quijada dolorida.
Lo miré y lo miré
y la victoria colmó
la pequeña barca de alquiler,
desde un charco de sentina
donde el aceite formaba un arcoíris
alrededor del motor herrumbroso,
hasta el oxidado naranja del balde,
las bancadas agrietadas por el sol,
los escálamos en sus toletes,
las regalas... ¡hasta que todo
Y dejé escapar al pez.
jueves, 2 de julio de 2020
ALEJANDRA PIZARNIK
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Editorial |
Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencias,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.
Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.
Tú lloras debajo del llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.
Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.
Su buen francés permitió que se internara en París en una época en que todo poeta latinoamericano que se preciara tenía que dar con sus huesos en la ciudad de la luz. Pero ni la luz de la ciudad ni la de Cortázar ni la de Octavio Paz, con quienes amistó rápidamente, fueron suficientes para librarla del dolor que habitaba en ella.
Escucho resonar el agua que cae en mi sueño. Las palabras caen como el agua yo caigo. Dibujo en mis ojos la forma de mis ojos, nado en mis aguas, me digo mis silencios. Toda la noche espero que mi lenguaje logre configurarme. Y pienso en el viento que viene a mí, permanece en mí. Toda la noche he caminado bajo la lluvia desconocida. A mí me han dado un silencio pleno de formas y visiones (dices). Y corres desolada como el único pájaro en el viento.
Este programa de doce escasos minutos realizado por Valle Alonso puede serviros muy bien para ambientaros:
sábado, 20 de julio de 2019
UN VIEJO ESTANQUE
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Dibujo de Basho por Hokusai. Fuente: Wikipedia. |
salta una rana ¡zas!
chapaleteo.
Traducción de Octavio Paz. Versiones y diversiones.
Según dicen, Basho escribió este haiku en 1686 y poco tiempo después ya era famoso. Las traducciones son numerosas y, aunque cambian las palabras, el orden y la puntuación, la situación es la misma.
No creo que a Basho le preocupara mucho cómo se presentara su haiku en otras lenguas. De hecho, no creo que le importaran demasiado las palabras en la suya propia, sino la percepción, ser capaz de plasmar una intuición a través de un instante.
Estamos en Japón, y si la cultura, la sociedad, la naturaleza tienen algo que ver con la forma de entender la realidad, su filosofía, yo diría que este haiku, como otros muchos, está impregnado todo él de Kenshō, esa intuición primigenia que es capaz de captar la naturaleza de las cosas según el budismo zen.
Dice el filósofo Nishida que es el artista, no el erudito, quien accede a la naturaleza auténtica de la realidad. Así, lo que el poema realiza es la transmisión a quien lee de la acción de la rana introduciéndose en el estanque. Ya está, no hay que buscar más. Percepción. Instante. Esencia.
Hay quien va un poco más allá, o más acá, y sin salirse de la percepción intuitiva, nos advierte de que no es el instante del chapoteo, no el momento del ruido en el agua, sino que lo evocado es la ruptura, la perturbación de la quietud y el silencio.
En esencia, estamos hablando de lo mismo. Ya nos situemos en el momento del ruido, ya en el anterior a él, a lo que Basho quiere llevarnos es a un estado de conciencia que es muy ajeno al pensamiento occidental.
jueves, 3 de enero de 2019
LA POESÍA LLAMA, Homero Aridjis
Aquí os dejo un par de muestras de la poesía entendida como llama, como fuego inicial, como pasión por el lenguaje y la comunicación, pero también como llamada, como señal, como voz que nos enseña otro mirar.
Oye la palpitación de la piedra,
la respiración de la luz,
mira el árbol atado por la sombra a la tierra,
la voz del Invisible soplar las lápidas de papel,
siente la pasión del trueno que persigue a la sombra
de la lluvia en el cerro de Altamirano;
mira la voz de los zapatos viejos
que andan sin agujetas debajo de la cama,
sólo tú puedes ver a los soñadores antiguos
que te procrearon en los talleres de la resurrección,
sólo tú puedes escucharlos con los párpados cerrados.
Sólo tú puedes oír el paso de los ausentes
caminando delante y detrás de tu sombra
cuando sufres un apagón de la conciencia.
Sólo tú ves a los fantasmas de ti mismo bailar la música
de la melancolía frente a los reflectores de la nada.
Sólo tú puedes ver los trenes de la infancia
correr veloces hacia atrás, hacia el abismo de ti mismo.
Ven, ven conmigo a la ceremonia del no-yo.
viernes, 31 de agosto de 2018
RECUERDO DE LEÓN FELIPE A LOS CINCUENTA AÑOS DE SU MUERTE
Además, del archivo sonoro han rescatado las voces de destacados amigos y grandes conocedores, en todos los sentidos, del poeta zamorano: el premio nobel mexicano, Octavio Paz; su biógrafo, Luis Rius; y los poetas, Leopoldo de Luis y Francisco Giner de los Ríos. Todos ellos relatan sus vivencias personales con él y sus valoraciones literarias.
Y para que no falte nada, también está presente la voz del poeta, gran lector de su propia obra, como probó numerosas veces en los recitales que dio por medio mundo. Aunque si queréis oír en extensión su voz, en el espacio León Felipe por él mismo están recogidos una veinte de poemas. Por otra parte, La Biblioteca Nacional, bajo el título de El poeta del roto violín mantiene una muestra bibliográfica con más de 30 obras hasta el 14 de septiembre.
Y ahora, disfrutad del programa.
viernes, 13 de julio de 2018
ME TOMO UNAS VACACIONES
- El primero es poeticas.es, un lugar donde se recogen las creaciones de cientos de poetas que, como el nombre del espacio indica, tienen que ver con la forma de entender y concebir la poesía. Un ejemplo:
cógelas del rabo (chillen, putas),
azótalas,
dales azúcar en la boca a las rejegas,
ínflalas, globos, pínchalas,
sórbeles sangre y tuétanos,
sécalas,
cápalas,
písalas, gallo galante,
tuérceles el gaznate, cocinero,
desplúmalas,
destrípalas, toro,
buey, arrástralas,
hazlas, poeta,
haz que se traguen todas sus palabras.
- El segundo, kaixo tv, básicamente un canal de YouTube en donde quedan recogidas las grabaciones sobre eventos culturales acontecidos en Donosti y alrededores, pero no solo. Exploradlo.
miércoles, 25 de abril de 2018
OCTAVIO PAZ, EL DOCUMENTAL
- Teatro de signos; Transparencias. (Antología de textos en prosa y verso).
martes, 6 de marzo de 2018
BLANCA VARELA, 2 (sus poemarios)
- Ese puerto existe. Prólogo de Octavio Paz. Xalapa, Veracruz (México), Universidad Veracruzana, 1959.
- Luz de día. Lima, Ediciones de La Rama Florida, 1963.
- Valses y otras falsas confesiones. Lima. Instituto Nacional de Cultura, 1972.
- Canto villano. Lima, Ediciones Arybalo, 1978.
- Ejercicios materiales. Lima, Jaime Campodónico editor, 1993.
- El libro de barro. Madrid, Ediciones del Tapìr, 1993.
- El falso teclado. Apareció en el nº 137 de Ideele, 2001.
es fría la luz de la memoria
lo apenas entrevisto brilla
con insistencia
gira buscando el casco de botella
o el charco de lluvia
tras cualquier puerta que se abre
está la luna
tan grande y plana
tan fuera de lugar
como si de un cuadro se tratara
óleo sobre papel
endurecido por el tiempo
así cayeron en la mente
formas y colores
casualidades
azar que anuda sombras
vuelcos en la negra marmita
donde a borbotones
se cuecen gozo y espanto
crece el yeso de un cielo
mil veces lastimado
mil veces blanqueado
se borra el mundo y se vuelve
a escribir
hasta el último aliento
sólo esto
eternidad aparente
mísera astilla de luz en
la entraña
del animal
que apenas estuvo
jueves, 22 de febrero de 2018
BLANCA VARELA, 1

Tras más de cinco décadas de producción poética Blanca Varela se afirma como una de las voces más personales y sólidas de la lírica latinoamericana de la segunda mitad del siglo XX. Desde la publicación de su primer libro Ese puerto existe (1959), prologado por Octavio Paz y editado en México, hasta El falso teclado (2001), Blanca Varela ha forjado una poética anclada en la desnudez verbal y sustentada en una ardua lucha con la palabra.
Blanca Varela (1926-2009) pertenece por edad a la Generación del 50 peruana, esa en la que podemos encontrar entre otros a J. E. Eielson, J. Sologuren y S. Salazar Bondy. Correlativa, por tanto, a la española de los Gil de Biedma, Goytisolo, Valente, González, Brines...
Su poesía no es precisamente celebratoria ni luminosa, antes bien, el dolor, la soledad, el deterioro del cuerpo, el paso del tiempo, estos temas tantas veces señalados por la crítica, están tratados en un tono existencialista y sin concesiones al lado más bondadoso de la vida. El concepto predomina sobre el objeto sensible, y la reflexión sobre la impresión. Octavio Paz y el París de los años 50 tuvieron gran influencia en su obra.
Allí entabla relación con los surrealistas, con de Beauvoir, Sartre, Michaux, Giacometti, Léger y, por supuesto, con Octavio Paz, quien dejó plasmado el ambiente del grupo en el prólogo que redactó para el primer libro de la poeta, Ese puerto existe: No creíamos en el arte. Pero creíamos en la eficacia de la palabra, en el poder del signo. El poema o el cuadro eran exorcismos, conjuros contra el desierto, conjuros contra el ruido, la nada, el bostezo, el claxon, la bomba. Escribir era defenderse, defender la vida. La poesía era un acto de legítima defensa (...) En aquellos días todos cantamos. Y entre esos cantos, el canto solitario de una muchacha peruana: Blanca Varela. El más secreto y tímido, el más natural.
Tal vez uno de los poemas más representativos de su forma de hacer y de plasmar su punto punto de vista sea "Conversaciones con Simone Weil". Conviene recordar que la pensadora francesa era de origen judío laico, aunque pronto se adhirió a la tradición espiritual cristiana tamizada por el humanismo griego. Weil, por tanto, estaba convencida de la capacidad humana para explicar y decir el mundo; Varela, en cambio, participa del escepticismo de la época.