viernes, 15 de marzo de 2024

LA SIEMPRE EFICAZ BELLEZA DE LO MÁS SENCILLO



 Salgo de la biblioteca y, como el día está soleado, aprovecho para hacer un par de fotos de la micropradera que me queda a la altura de los ojos. Guardo el móvil en el bolsillo, cojo el libro que he dejado sobre el altillo y me giro para subir las escaleras. Otro usuario que las baja me sonríe y me saluda de manera cómplice, como quien entiende lo que hago y lo comparte. Contesto al amable y espontáneo saludo y sigo mi camino.

Son estas pequeñas, próximas y cotidianas señales las que tal vez impulsaron a Platón a poner en conexión verdad, belleza y bondad. Me inclino incluso a pensar, animado por los primeros síntomas primaverales, que bien pudiera haber sido algún día luminoso y de amable temperatura el que hizo brotar la primera idea.

Primavera en estado primigenio

Lo cierto es que la inmensa belleza de lo mínimo, por su cercanía, por su inmediatez, por su fácil asimilación, es la más propicia a despertar estados de ánimo positivos, la que con mayor frecuencia nos anima a superar las pequeñas inconveniencias con las que tropezamos a diario, las que originan a veces las mejores creaciones. Y es que todos los días están ahí, a nuestro alcance, sin que tengamos que realizar el más mínimo esfuerzo por comprenderlas y disfrutarlas. Directas al corazón.

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