viernes, 25 de febrero de 2022

NO HAY CAMINOS PARA LA PAZ; LA PAZ ES EL CAMINO

 

La vida.

Vuelvo de Zaragoza golpeado brutalmente. No por la capital maña, sino porque allí es donde he recibido el feroz impacto de la noticia. 

No sé si era ingenuidad, estupidez o falta de información por mi parte, pero estaba convencido de que la guerra, finalmente, no se iba a producir. Creía que todo iba a quedar en un alarde chulesco —peligroso, pero nada más que alarde de matonismo chulesco y barriobajero—. 

Toda la belleza de la capital aragonesa, la música de Mahler y de Ibert en ese fantástico auditorio, el mudéjar que se reparte por la ciudad como una balsa civilizatoria, Goya, el parque grande, el majestuoso Ebro y sus puentes; todo eso, de repente, ha saltado hecho añicos ante la decisión de alguien que decide sobre miles de personas que la guerra ha estallado. Y parece que nada tiene sentido porque alguien se cree con el derecho a decidir sobre la vida y la muerte de miles de personas. 

¿Cómo hablar después de la alegría?

Todos esos miles de compatriotas de Tolstoi, de Dostoievski, de Gorki, de Gogol, de Turguéniev, de Chejov... que empuñan las armas, que están matando personas, ¿son conscientes, son verdaderamente conscientes, son positiva y realmente conscientes de lo que hacen? 

¿Cómo hablar después de la alegría?

Sí, ya sé que es en momentos como este cuando debemos realizar ¿un acto de heroísmo? y hablar de la alegría, que es como ofrecer un poco de pan a quien tiene hambre, de consuelo a quien llora, de ayuda a quien la necesita, de calor a quien pasa frio... Sobreponernos al golpe y realizar cualquier acción que esté a nuestro alcance, por insignificante que sea, es, posiblemente, muy importante, pero hoy tengo que presentar un libro de poesía y el acto me parece banal y gratuito y hasta desconsiderado.

¿Cómo hablar después de la alegría?

Perdonadme, pero hoy, ahora, solamente tengo unas ganas ubérrimas de llanto y de tristeza. 


PS: Las palabras que dan título a esta entrada son de Gandhi.

2 comentarios:

  1. Buenas tardes,Jesús:Comparto tú tristeza y dolor por éste momento,tan sin sentido que estamos viviendo. Yo! No tengo palabras, sí una pena muy honda en el alma. Gracias por poner palabras a este dolor. Saludos

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