Diana intenta dormir
los dolores de un cáncer de estómago
no la dejan.
Por la ventana del cuarto
un árbol entra.
Ella lo mira.
Guayacán en flor
álgebra perfecta
en los ojos de Diana.
Las flores amarillas caen
el árbol queda desolado
parece muerto
mas el verdor renace
especies de habichuelas dehiscentes
estallan en flores amarillas.
Gabo dijo que
donde hay flores amarillas
nada malo puede pasar.
Ethel Gilmour pintó
el Guayacán del Parque Bolívar
que veía desde su ventana.
Alejandra Pizarnik escribió
el Árbol de Diana
árbol que no se deja ver
pero que deja ver más allá.
El sueño concilia a Diana
Diana desaparece
vientre abierto.
Guayacán en flor.
J.
P. Henríquez Barrera es un colombiano amable y cariñoso que se
desenvuelve en el campo de la creación escrita y audiovisual. Este es su primer
poemario, que la Editorial El Patio, de Medellín (Colombia) publicó el mes
pasado. Por él transitan el amor, el desamor, situaciones cotidianas, mujeres
mágicas y doloridas, deseos no alcanzados, buenas dosis de abrazos y anhelos a
punto de hacerse realidad. También una puntuación caótica.
Otro más:
Ayer quedé atrapado en el collar que lucía un cuello blanco
como de pavo real
hoy pensé, mientras ponía agua para un café instantáneo:
"necesito una cafetera".
Más tarde mi novia en el teléfono grita.
Río.
Hace tres años otra mujer me dijo:
"demandas mucho tiempo".
El agua hierve.
Dos cucharadas de café Una de azúcar
la soledad hablando desde el fondo de la taza:
"Necesitas una cafetera".
Mi novia sigue gritando por el teléfono.
Vuelvo a reír
después lloraré.
Antes del Amor todo es Gesto
profunda soledad.
Después del amor todo es silencio Risa Algo de sol.
Durante el amor...
Creo que debo comprar una cafetera.
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