sábado, 14 de octubre de 2017

AGUSTÍN FERNÁNDEZ MALLO EN LA TERTULIA

Tal y como se puede ver en el apartado tertulias, el próximo 10 de noviembre tendremos para disfrutar y debatir la poesía de Fernández Mallo, uno de los poetas más renovadores y vanguardistas del panorama poético actual. 

Si siempre es conveniente leer la obra completa para poder disponer de cierto criterio y hacernos una idea más o menos clara de los parámetros, intereses, poética, contenido, etc., de lo que allí aparece, en el caso del poeta gallego es casi un obligación. Acudir a una docena de textos entresacados de sus títulos puede dejarnos tal y como estábamos antes de haberlos leído.

Pero más allá de su obra poética quiero recomendar la lectura de lo que podríamos entender como su poética, además de ser un ensayo general sobre poesía y texto fundacional del movimiento postpoético. Texto casi imprescindible para entender qué es lo que el autor quiere hacer con la poesía. Vaya como aperitivo de reflexión, el comienzo del mismo:

Empecemos diciendo que la Poesía Postpoética actúa por experimentación; es, en esencia, un laboratorio. Mejor dicho, dado que es una actitud, aspira a ser un laboratorio. De la misma manera que, como decía Deleuze, la filosofía debe encargarse de construir conceptos, o de la misma manera que el ingeniero debe construir puentes, el político bienestar, el científico representaciones plausibles, el banquero superávit, el caminante mapas y el juguetero ingenuos monstruos, el postpoeta lo que debe construir son artefactos poéticos que fluyan desde ya para la sociedad contemporánea (la negrita es mía). 

Sin ningún género de dudas, la obra de Fernández Mallo va a sorprender a quien no esté habituado al experimentalismo y los juegos vanguardistas, o a quien esté acostumbrado a pensar en poesía desde los parámetros exclusivos de la poesía como género literario clásico. Para una primera aproximación al pensamiento del poeta, esta conversación entre Federico Soriano y él puede valer. También la entrevista que le hizo Mª Elena Vallés y que aparece al final de la selección de textos preparados para la tertulia.




Dicen que cuando aún estamos en el cristal de la placenta vemos toda nuestra vida pasar en fragmentos desordenados y rotos, acúmulo que olvidamos en el instante de nacer. Camino entre la espuma cristalizada de una civilización, seca desde hace tres mil quinientos años. Primer destino viajero del feto. Quién pidiera sacar ya un ojo y contar sesenta y una estrellas en el cielo. Se acerca noviembre, los turistas van desapareciendo, el vigilante, que a falta de leña solía pasar el invierno quemando mapas y postales, este año se las escribe antes a sí mismo porque le han dicho que usadas queman mejor. Desciendo las escaleras que conducen a los aposentos reales, siento la compresión del aire. Enciendo el mechero. En la pintura un laberinto, lo ilumina un hilo de seda, y un joven que de nada se entera, paciente de cuarenta y tres años, tabaquismo, sin antecedentes familiares. enfisema pulmonar con disnea tras moderados esfuerzos. En agosto de este año inicia cuadro con edema en extremidades y dolor. Nódulo espiculado en LSD. No inclusive en Protocolo de QT adyuvante + Radioterapia. Reprimo una lágrima. Clac. La enfermera me corta el cordón umbilical. A partir de ahí no recuerdo nada. [0]

                            De Creta lateral traveling, 1998.

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