Disfruto del Romanticismo y sus textos en aquello que supuso revuelta contra la universalidad abstracta, búsqueda de la libertad, recuperación de la historias y leyendas de la Edad Media, así como del intento por plasmar una expresión más sincera. En cambio, siento muy lejos de mi forma de entender el mundo y la sociedad todo cuanto supuso de inefabilidad, subjetivismo exacerbado, culto al yo, misterio y palabras oscuras para decir lo que se ignora haciéndolo pasar por explicación de lo que aparentemente se sabe.
Tengo en gran aprecio el intento de Novalis por hacer confluir las dos culturas, pero, me da la impresión de que el camino emprendido nos aproxima más a una barrera insalvable que a una actitud verdaderamente colaboradora. Habla Novalis:
Científicos y poetas han hablado siempre la misma lengua, han pertenecido siempre a un mismo pueblo. Lo que unos consiguieron descubrir y ordenar, los otros lo han utilizado para satisfacer las necesidades del corazón, y darle así su alimento cotidiano. Entre los dos han penetrado esa Naturaleza inmensa, la han convertido en múltiples Naturalezas diferentes, pequeñas, amables.
Más adelante cambia ligeramente el rumbo:
Mientras unos perseguían, con sutil sentimiento, las cosas escurridizas y fugitivas, los otros, a golpe de pico, trataron de penetrar en la esctructura y en las relaciones entre las diferentes partes. Entre los brazos de estos últimos murió la amable Naturaleza, dejando nada más que restos palpitantes o muertos, mientras que reanimada por el vino generoso del poeta emitía sus cantos más despiertos y divinos.
Y termina rematando:
No es necesario emprender largas tareas de investigación: una aparición alada, algunas huellas en la arena bastan para comprender. Será la unidad formada por el hombre y la Naturaleza, imagen divina de su actividad, la que disipe estos fantasmas nacidos de la debilidad.
No parece este el camino que nos pueda llevar a unificar esfuerzos. Ciertamente Los discípulos en Sais es una obra inacabada, pero no diría yo que la búsqueda de la espiritualidad más intensa bajo el palio de la divinidad y el idealismo puedan ofrecernos un mejor conocimiento de lo real ni garantizar la colaboración de las dos culturas. Ahora bien, todo es opinable.
Os dejo, además, una rapidísima semblanza del autor. Pertenece al programa Vidas contadas, de Gonzalo Ugidos, que ya no se emite.
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