Una amiga me da noticia de distintas actuaciones musicales en los extremos del territorio guipuzcoano durante este fin de semana. Durante los días 5 y 6 se celebra el Bidasoako Abesbatza Jaialdia. En él intervienen los coros Mariaren Bihotza, Oñati Abesbatza, Coro Ametsa y Aquam Lauda en la irunesa Parroquia del Juncal.
En el concierto del día 7, en el famoso Santuario de Arantzazu, el grupo Ortzian cantará algunos poemas de J. K. Igerabide, reciente Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2018. Os dejo el primero de ellos. Pertenece al libro Mailu isila / Martillo silencioso. La traducción es del propio Igerabide.
SONETO BAT IHESLARIARI
Iheslaria,
etxerakoan, beti haraxeago
eramaten du haizeak
Bideko
nekeak atseden ditu
etxetik ihesi larri doanak; nahiz aita-amek atzetik deitu, ezin entzun haizeak daroanak.
Urrun,
txit urrun, da pentsatzen ari,
iraganik hogei urte inguru: ekin nahi lioke itzulerari, inor ba ote etxean aiduru?
Lore
bat zaio jaio begietan,
harribitxi lez itsas hegietan?; itzulita ere, etxerik ez du:
beste
kaleak, beste aurpegiak,
gurasoen argazki beilegiak?; ihesak itzulezina berez du. |
SONETO DEL EXILIADO
De
vuelta al hogar, el viento arrastra al exiliado
siempre un
poco más allá.
Descanso
son las penas del camino
para el que huye lejos de su casa; los gritos de sus padres son espino que no hiere su corazón de brasa.
Tras
muchos años de vagar sin tino,
los recuerdos de su infancia repasa; en tierras lejanas sueña un destino que le permita hacer tabla rasa.
Una
flor se cristaliza en sus ojos
como un diamante de brillo cálido, esperanza de atardeceres rojos...
Regresa
al hogar y se queda pálido:
sólo quedan unos cuantos rastrojos y algún recuerdo borroso y escuálido.
Del
exilio nunca se regresa.
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La versión en castellano lleva esta nota: Traducción algo libre, adaptada a la forma de soneto.