La literatura es una cuestión de punto de vista, de densidad y de credibilidad. A todo escritor se le supone el oficio, la técnica, la capacidad de escribir; más aún si es un escritor con numerosos trabajos a sus espaldas y un éxito editorial envidiable. Pérez-Reverte, sin duda, tiene un gran oficio y una imaginación prodigiosa, pero esta novela no es nada más que literatura de evasión, pura aventura, historia para pasar el rato y nada más. Y no tengo nada contra este tipo de novela que, entre otras cosas, tiene la virtud de acercar la lectura a miles de personas a las que si les dieran otra cosa seguramente no leerían.
Dicho esto, El francotirador paciente pierde la ocasión de situarse en un punto de vista interesante para reflexionar seriamente sobre el arte contemporáneo y sus penurias, porque se transforma de manera inmediata en una historia muy bizarra y muy bronca, muy del estilo artículo de fin de semana reverte, cuya mayor gracia es saber a quién le va a dar caña y por qué. Por supuesto, en esta historia todos los personajes principales son muy machos —incluida la protagonista—, dominan el lenguaje soez-auténtico que demuestra que saben quiénes son y dónde están, y no tienen ningún problema para partirse la cara al menor descuido.
Y le falta también densidad a la novela —en realidad es transparente—. Le falta contar una historia real, auténtica, construida con la materia de la que estamos hechos los seres humanos. Esa materia que cuando falta, falta también la literatura. Por eso carece de credibilidad, aunque se le añada mucho barniz técnico y mucho estilo periodístico y mucho personaje real. Por eso se queda en literatura de evasión. Por eso se venderá seguramente muy bien. Por eso, tal vez, hagan una película de aventuras con ella, porque trepidante, lo que se dice trepidante, lo es sin ninguna duda.
"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
viernes, 20 de diciembre de 2013
miércoles, 18 de diciembre de 2013
PARÁFRASIS DE BORGES
Toshio reflexiona mientras observa a lo lejos la actitud de Akito |
No soy tan veloz como el rayo.
No poseo la elegancia del cisne.
Entre mis dones no están los buenos sentimientos.
Ni tan siquiera cultivo la venerada amistad.
Habito el tiempo real de las fieras.
Puedo estar y no estar en el instante preciso.
En ocasiones alcanzo la sutileza del viento.
Mi doble y yo somos lo mismo.
Mi lealtad puede salvarme la vida.
lunes, 16 de diciembre de 2013
MUCHAS GRACIAS, AMIGOS CONTERTULIOS
La gente que me conoce sabe que no hay regalo que más aprecie que un libro, aunque los libros se hayan convertido ya en un problema espacio-temporal porque, además de trabajar, vivo en un habitáculo pequeño.
Quejas aparte, el viernes, en la última tertulia del año, mis queridos compañeros de mesa y de palabra se presentaron con un par de libros bajo el brazo. Uno de ellos, Vida callada, es una recopilación de poemas sobre el silencio.
Me encantan estas paradójicas curiosidades, porque si algo saben sobre mis gustos es que la poesía que más aprecio es la poesía directa y la que se reconoce en el hermoso ruido del enunciar significados. ¿O será una indirecta para que hable menos? ¿O un intento de reeducación?
Vida callada es un hermoso libro que recoge 50 poemas de autores contemporáneos y diversos. De estilos muy diferentes, lo mismo que las poéticas. Todos ellos tienen el silencio como motivo central. Todos ellos seleccionados con gusto exquisito por Antonio Moreno y Josep María Asencio.
De entre todos ellos destaco estos dos:
Dicen las piedras:
aprende a ser feliz,
pero en silencio.
Susana Benet. Huellas de escarabajo, 2011
EL PARAÍSO LITERAL
Brilla sin anunciarse.
Apenas hace falta alzar la vista.
Es un ofrecimiento
que la vida nos hace silenciosa
esperando que sean dignos ojos
y digna su alegría.
Sencillamente azul dentro del pecho:
qué dicha haber llegado
al lugar donde estaba.
Hoy quisiera
no añadir una coma
al cielo literal de cada día.
Andrés Neuman. Mística abajo, 2008
Hermoso libro en el que las palabras rompen el silencio y nos comunican suavemente su belleza.
Gracias.
domingo, 15 de diciembre de 2013
DEJAD LA LUZ ABIERTA
sábado, 14 de diciembre de 2013
W. B. YEATS, 3
Vuelvo a echar mano del programa La Libélula, de Radio 3, para ofrecer información sobre otro poeta. Vuelvo a agradecer la disponibilidad de sus responsables para poder colocar la entrevista con Antonio Linares en este espacio, y vuelvo a recordar a los lectores que posen su atención en esta entrada que no siempre podemos adquirir todos los libros que aquí se mencionan en una librería de nuevo. A veces es necesario recurrir a librerías de viejo, segunda mano o a las bibliotecas.
La escalera de caracol y otros poemas, Linteo, 2010, es un título básico en la obra de Yeats. Obra de madurez, 1933, supuso la justificación de las aventuras intelectuales que el poeta tuvo en la filosofía, el misticismo y el simbolismo. Como nos señala Antonio Linares en la introducción, tiene una estructura circular en su permanente lucha contra el tiempo y en él se exalta lo inacabado, lo que sucumbe a su paso. La edición, además, se acompaña de una breve pero muy interesante colección de notas sobre cada uno de los poemas que ayudan mucho a la comprensión última de los mismos.
La poesía de W. B. Yeats es el mejor estudio que tenemos en castellano sobre la obra del irlandés. MacNeice, poeta él mismo, hace un estupendo recorrido por la vida y la obra de su compatriota, explicando con estilo claro y sencillo la evolución poética, ideológica y vital del que fuera Premio Nobel en 1923. En mi opinión, este trabajo tiene un valor especial porque MacNeice, como poeta, sostuvo puntos de vista muy diferentes a los de Yeats; sin embargo, supo adentrarse en las motivaciones últimas del escritor y analizar con gran rigor y objetividad tanto su estilo como sus obsesiones temáticas. En definitiva, un buen ensayo que se lee sin esfuerzo y con gran provecho.
Y una recomendación final para los que entendéis el inglés: las clases grabadas del profesor Langdom Hammer (Universidad de Yale) sobre la poesía W. B. Yeats.
jueves, 12 de diciembre de 2013
AFORISMOS DE LICHTENBERG
Lichtenberg, Aforismos |
Os dejo algunos de los que he visto en ese deambular sin rumbo por el libro:
Hoy le permití al sol levantarse antes que yo.
Si al cielo le pareciera útil y necesario volverme a editar en la vida, me gustaría comunicarle algunas vanas observaciones que se refieren, sobre todo, al dibujo del retrato y al plan general.
La hermenéutica de la hipocondría.
Nada nos hace envejecer con más rapidez que el pensar incesantemente en que nos hacemos viejos.
Cuando el espíritu se eleva el cuerpo se arrodilla.
A la gloria de los más famosos se adscribe siempre algo de la miopía de los admiradores.
Por más que se predique las iglesias siguen necesitando pararrayos.
Eso que ustedes llaman corazón está bastante más abajo del cuarto botón del chaleco.
Por más que se predique las iglesias siguen necesitando pararrayos.
Si pensáramos más por nuestra cuenta, tendríamos muchos más libros malos y muchos más libros buenos.
Era un pensador tan minucioso que siempre veía un grano de arena antes que una casa.
Como todas las cosas corrosivas, el chiste y el humor deben emplearse con cuidado.
Nada se juzga con tanta ligereza como el carácter y en nada hay que ser más cuidadoso. Siempre he notado que las malas personas mejoran al conocerlas mejor y las buenas empeoran.
Georg Christoph Lichtenberg (1742-1799), físico y escritor. Descubrió las imágenes que hoy llevan su nombre, figuras lichtenberg.
miércoles, 11 de diciembre de 2013
¿POR QUÉ NECESITAMOS CREER?
Somos hijos del caos, y la estructura profunda del cambio es la degradación. En el fondo, sólo existe la degradación y la imparable marea del caos. No hay finalidad; hay tan sólo dirección. Esta es la cruda realidad que tenemos que aceptar si escudriñamos con profundidad y de forma desapasionada el corazón del universo. Con estas palabras cerraba La segunda ley el químico y profesor Peter Atkins. Sin embargo, los humanos, la mayoría de los humanos, nos aferramos a la creencia, al lado edulcorado de la realidad, al sentimentalismo cósmico, a la finalidad de la vida, y aunque nos reconozcamos incluso materialistas, seguimos actuando en nuestra vida diaria como auténticos creyentes.
Las palabras con las que Atkins concluía su libro se refieren a la materia, es decir, al universo, a todo cuanto existe, a la vida. El que una estrella nazca y otra muera no forma parte de un plan determinado. Que la vida se haya desarrollado como lo ha hecho en el planeta Tierra, tampoco. Que la especie humana haya sido capaz de generar autoconciencia y diseñar planes sobre sí misma y lo que le rodea, lo mismo. Somos la consecuencia, entre otras cosas, de tan numerosos como azarosos cambios genéticos. Nada más y nada menos. Es, simplemente, así.
Esto que la comunidad científica ha explicado tan bien; esto que está recogido en tantos y tantos libros científicos, divulgativos y escolares; esto que los que no nos dedicamos a la ciencia somos capaces de entender sin problemas; esto que parece tan claro, tan sencillo y tan natural; esto, y la racionalidad que esto implica, lo olvidamos alegremente y lo sustituimos por unas buenas dosis de irracionalidad llena de fe que impregna todas y cada una de las actividades humanas, desde las manifestaciones artísticas a las ceremonias festivas, desde la organización política a los gestos más consuetudinarios.
La verdad es que no sé por qué necesitamos creer. Supongo que será por eso de que es más fácil terminar creyéndonos que todo va a salir mejor, que las cosas van a cambiar a bien, que hay algo en alguna parte que reconocerá el esfuerzo de lo bueno que hemos hecho, y que es más fácil dejarse llevar por ese estilo blandengue y rosado que afrontar los hechos, encararse con la realidad y ofrecer nuestro generoso esfuerzo para que la realidad cierta y racionalmente mejore. Supongo que es por eso de la famosa esperanza, el último regalo envenenado de los dioses que quedó dentro de la caja de Pandora.
O tal vez sea porque llevamos siglos poblando las más excelsas manifestaciones del género humano —es decir, todas y cada una de las manifestaciones artísticas en todas y cada una de las grandes civilizaciones que han sido y son en el planeta—, de seres divinos y fantásticos que hacen lo que nosotros no nos atrevemos a hacer, de fenónemos extraordinarios que resuelven nuestros problemas, de justificaciones fantasiosas para dar por buena nuestra falta de convicción en lo que somos y podemos. Y no me refiero, por supuesto, a la literatura fantástica y de evasión, que esa tiene su función y nada que ver con lo que aquí digo.
Insisto en mi ignorancia: no sé por qué necesitamos creer. Ni tan siquiera sé si necesitamos hacerlo, espero que no, aunque parezca que sí. Lo cierto, lo constatable, lo que nos rodea es la enorme extensión aún del pensamiento mítico en cualquiera de sus formas, cuando lo verdaderamente hermoso y fantástico es sabernos capaces de comprender lo que nos rodea y mejorarlo utilizando el más poderoso de los instrumentos que tenemos: la capacidad de razonar y descubrir, el pensamiento creativo. Dawkins lo dice mejor que yo: Un Keats y un Newton que se escucharan mutuamente podrían oír cantar las galaxias (p 330, Destejiendo el Arco Iris, Tusquets).
Las palabras con las que Atkins concluía su libro se refieren a la materia, es decir, al universo, a todo cuanto existe, a la vida. El que una estrella nazca y otra muera no forma parte de un plan determinado. Que la vida se haya desarrollado como lo ha hecho en el planeta Tierra, tampoco. Que la especie humana haya sido capaz de generar autoconciencia y diseñar planes sobre sí misma y lo que le rodea, lo mismo. Somos la consecuencia, entre otras cosas, de tan numerosos como azarosos cambios genéticos. Nada más y nada menos. Es, simplemente, así.
Esto que la comunidad científica ha explicado tan bien; esto que está recogido en tantos y tantos libros científicos, divulgativos y escolares; esto que los que no nos dedicamos a la ciencia somos capaces de entender sin problemas; esto que parece tan claro, tan sencillo y tan natural; esto, y la racionalidad que esto implica, lo olvidamos alegremente y lo sustituimos por unas buenas dosis de irracionalidad llena de fe que impregna todas y cada una de las actividades humanas, desde las manifestaciones artísticas a las ceremonias festivas, desde la organización política a los gestos más consuetudinarios.
La verdad es que no sé por qué necesitamos creer. Supongo que será por eso de que es más fácil terminar creyéndonos que todo va a salir mejor, que las cosas van a cambiar a bien, que hay algo en alguna parte que reconocerá el esfuerzo de lo bueno que hemos hecho, y que es más fácil dejarse llevar por ese estilo blandengue y rosado que afrontar los hechos, encararse con la realidad y ofrecer nuestro generoso esfuerzo para que la realidad cierta y racionalmente mejore. Supongo que es por eso de la famosa esperanza, el último regalo envenenado de los dioses que quedó dentro de la caja de Pandora.
O tal vez sea porque llevamos siglos poblando las más excelsas manifestaciones del género humano —es decir, todas y cada una de las manifestaciones artísticas en todas y cada una de las grandes civilizaciones que han sido y son en el planeta—, de seres divinos y fantásticos que hacen lo que nosotros no nos atrevemos a hacer, de fenónemos extraordinarios que resuelven nuestros problemas, de justificaciones fantasiosas para dar por buena nuestra falta de convicción en lo que somos y podemos. Y no me refiero, por supuesto, a la literatura fantástica y de evasión, que esa tiene su función y nada que ver con lo que aquí digo.
Insisto en mi ignorancia: no sé por qué necesitamos creer. Ni tan siquiera sé si necesitamos hacerlo, espero que no, aunque parezca que sí. Lo cierto, lo constatable, lo que nos rodea es la enorme extensión aún del pensamiento mítico en cualquiera de sus formas, cuando lo verdaderamente hermoso y fantástico es sabernos capaces de comprender lo que nos rodea y mejorarlo utilizando el más poderoso de los instrumentos que tenemos: la capacidad de razonar y descubrir, el pensamiento creativo. Dawkins lo dice mejor que yo: Un Keats y un Newton que se escucharan mutuamente podrían oír cantar las galaxias (p 330, Destejiendo el Arco Iris, Tusquets).
martes, 10 de diciembre de 2013
LOS FANTÁSTICOS LIBROS VOLADORES DEL SR. MORRIS LESSMORE
Este cortometraje de William Joyce y Joe Bluhm ganó el Oscar al mejor cortometraje en 2011. Poco después se convertía en libro y un poco más tarde surgía una aplicación para ipads. Los tres nos invitan a disfrutar de la lectura y su magia.
Que el placer de leer os acompañe... después de ver el corto de animación.
Que el placer de leer os acompañe... después de ver el corto de animación.
lunes, 9 de diciembre de 2013
YO SOY UN HOMBRE SINCERO
Este es el poema con el que José Martí abría el libro Versos sencillos, Nueva York, 1891. Estaba dedicado a dos grandes amigos de Martí, Manuel Mercado y Enrique Trazas. Después de la dedicatoria aparecía una presentación del propio autor en la que confesaba que los poemas que componían el libro le habían salido del corazón.
Desde entonces han pasado más de cien años y muchas versiones musicales de este Guantamera que Martí nunca tituló así y al que quitándole estrofas de aquí y de allá le han transformado parte del sentido. Posiblemente la versión que más se ajuste a los versos sea la de Pablo Milanés. Podéis entreteneros buscándolas y comparándolas en YouTube, yo os dejo las cuartetas originales del cubano.
Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma,
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.
De donde crece la palma,
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.
Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.
Yo sé los nombres extraños
De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.
De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.
Yo he visto en la noche oscura
Llover sobre mi cabeza
Los rayos de lumbre pura
De la divina belleza.
Llover sobre mi cabeza
Los rayos de lumbre pura
De la divina belleza.
Alas nacer vi en los hombros
De las mujeres hermosas:
Y salir de los escombros,
Volando las mariposas.
De las mujeres hermosas:
Y salir de los escombros,
Volando las mariposas.
He visto vivir a un hombre
Con el puñal al costado,
Sin decir jamás el nombre
De aquella que lo ha matado.
Con el puñal al costado,
Sin decir jamás el nombre
De aquella que lo ha matado.
Rápida, como un reflejo,
Dos veces vi el alma, dos:
Cuando murió el pobre viejo,
Cuando ella me dijo adiós.
Dos veces vi el alma, dos:
Cuando murió el pobre viejo,
Cuando ella me dijo adiós.
Temblé una vez —en la reja,
A la entrada de la viña, —
Cuando la bárbara abeja
Picó en la frente a mi niña.
A la entrada de la viña, —
Cuando la bárbara abeja
Picó en la frente a mi niña.
Gocé una vez, de tal suerte
Que gocé cual nunca: —cuando
La sentencia de mi muerte
Leyó el alcalde llorando.
Que gocé cual nunca: —cuando
La sentencia de mi muerte
Leyó el alcalde llorando.
Oigo un suspiro, a través
De las tierras y la mar,
Y no es un suspiro, —es
Que mi hijo va a despertar.
De las tierras y la mar,
Y no es un suspiro, —es
Que mi hijo va a despertar.
Si dicen que del joyero
Tome la joya mejor,
Tomo a un amigo sincero
Y pongo a un lado el amor.
Tome la joya mejor,
Tomo a un amigo sincero
Y pongo a un lado el amor.
Yo he visto al águila herida
Volar al azul sereno,
Y morir en su guarida
La víbora del veneno.
Volar al azul sereno,
Y morir en su guarida
La víbora del veneno.
Yo sé bien que cuando el mundo
Cede, lívido, al descanso,
Sobre el silencio profundo
Murmura el arroyo manso.
Cede, lívido, al descanso,
Sobre el silencio profundo
Murmura el arroyo manso.
Yo he puesto la mano osada,
De horror y júbilo yerta,
De horror y júbilo yerta,
Sobre la estrella apagada
Que cayó frente a mi puerta.
Que cayó frente a mi puerta.
Oculto en mi pecho bravo
La pena que me lo hiere:
El hijo de un pueblo esclavo
Vive por él, calla y muere.
La pena que me lo hiere:
El hijo de un pueblo esclavo
Vive por él, calla y muere.
Todo es hermoso y constante,
Todo es música y razón,
Y todo, como el diamante,
Antes que luz es carbón.
Todo es música y razón,
Y todo, como el diamante,
Antes que luz es carbón.
Yo sé que el necio se entierra
Con gran lujo y con gran llanto.
Y que no hay fruta en la tierra
Como la del camposanto.
Con gran lujo y con gran llanto.
Y que no hay fruta en la tierra
Como la del camposanto.
La pompa del rimador:
Cuelgo de un árbol marchito
Mi muceta de doctor.
Cuelgo de un árbol marchito
Mi muceta de doctor.
domingo, 8 de diciembre de 2013
W. B. YEATS, 2 (Encrucijadas)
Este título recoge algunos de los primeros poemas de Yeats, poemas que en su origen aparecieron en la primera colección que dio al público bajo el título El peregrinaje de Oisin y otros poemas, en 1889. Ibon Zubiaur se ha encargado de traducirlos y de prologarlos. Son, por tanto, poemas juveniles y los más apegados a la tradición romántica y al imaginario mitológico irlandés. Son, seguramente, los más populares también. Aquí se encuentran El niño robado, La caída de las hojas, La locura del rey Goll o La balada de Moll Magee, poemas emblemáticos entre los lectores irlandeses de Yeats donde los haya.
Al margen de los gustos y opiniones de cada cual, el librito es una buena opción para acercarse a la poesía primera del poeta y para conocer en directo y sin intermediarios cuál era el imaginario en el que se desenvolvía. Y como dice Zubiaur en su prólogo los logros finales de Yeats no pueden disociarse de sus propósitos iniciales.
Entresaco La balada de Moll Magee por la traducción en romance asonantado que, en mi opinión, le va muy bien al texto.
Acercaos, pequeñuelos,
no me echéis piedras a mí
porque voy refunfuñando:
apiadaos de Magee.
Pescador era mi hombre,
con la playa en el hablar;
yo salaba los arenques:
trabajaba sin parar.
No dejaban la cabaña
de salar mis pobres pies
hasta a veces por la noche,
que cruzaban el pavés.
Siempre había sido débil;
mi bebé recién nació;
la cuidaba una vecina
por el día, y luego yo.
¡Ay, queridos pequeñuelos!
Me tendí sobre el bebé;
con el alba helada y clara
contemplé frío al bebé.
¡Duerme mal la hembra cansada!
Rojo y pálido, me dio
mi hombre un poco de dinero
y a Kinsale me devolvió.
Me expulsó y cerró la puerta,
y me echó una maldición;
yo partí de allí en silencio,
ni un vecino se asomó.
Mudas puerta y ventanas,
verde y débil una estrella;
las pajitas se agitaban
a través de la calleja.
Yo partí de allí en silencio.
Más allá del viejo establo
vi a una amable convecina
su primer fuego soplando.
Me sacó toda mi historia.
mi dinero está agotado,
mas burlona y compasiva
aún me da sorbo y bocado.
que vendrá mi nombre me dice,
a llevarme para casa;
pero siempre que ando en torno,
fuera o dentro de la casa,
apilando la madera,
o los tepès, o en el pozo,
voy pensando en mi bebé,
y por dentro, sola, lloro.
Pienso a veces que ella sabe
cuándo abriendo bien sus puertas
Dios enciende las estrellas
y a los pobres nos contempla.
Ahora pues, mis pequeñuelos,
ya más piedras no echaréis,
mas reuniéndoos radiantes
de Magee os apiadaréis.
Al margen de los gustos y opiniones de cada cual, el librito es una buena opción para acercarse a la poesía primera del poeta y para conocer en directo y sin intermediarios cuál era el imaginario en el que se desenvolvía. Y como dice Zubiaur en su prólogo los logros finales de Yeats no pueden disociarse de sus propósitos iniciales.
Entresaco La balada de Moll Magee por la traducción en romance asonantado que, en mi opinión, le va muy bien al texto.
Acercaos, pequeñuelos,
no me echéis piedras a mí
porque voy refunfuñando:
apiadaos de Magee.
Pescador era mi hombre,
con la playa en el hablar;
yo salaba los arenques:
trabajaba sin parar.
No dejaban la cabaña
de salar mis pobres pies
hasta a veces por la noche,
que cruzaban el pavés.
Siempre había sido débil;
mi bebé recién nació;
la cuidaba una vecina
por el día, y luego yo.
¡Ay, queridos pequeñuelos!
Me tendí sobre el bebé;
con el alba helada y clara
contemplé frío al bebé.
¡Duerme mal la hembra cansada!
Rojo y pálido, me dio
mi hombre un poco de dinero
y a Kinsale me devolvió.
Me expulsó y cerró la puerta,
y me echó una maldición;
yo partí de allí en silencio,
ni un vecino se asomó.
Mudas puerta y ventanas,
verde y débil una estrella;
las pajitas se agitaban
a través de la calleja.
Yo partí de allí en silencio.
Más allá del viejo establo
vi a una amable convecina
su primer fuego soplando.
Me sacó toda mi historia.
mi dinero está agotado,
mas burlona y compasiva
aún me da sorbo y bocado.
que vendrá mi nombre me dice,
a llevarme para casa;
pero siempre que ando en torno,
fuera o dentro de la casa,
apilando la madera,
o los tepès, o en el pozo,
voy pensando en mi bebé,
y por dentro, sola, lloro.
Pienso a veces que ella sabe
cuándo abriendo bien sus puertas
Dios enciende las estrellas
y a los pobres nos contempla.
Ahora pues, mis pequeñuelos,
ya más piedras no echaréis,
mas reuniéndoos radiantes
de Magee os apiadaréis.
viernes, 6 de diciembre de 2013
STONER, de John Williams
No es precisamente nueva esta novela, pero el boca a boca y el comentario de Vila-Matas están haciendo que alcance cierto éxito de ventas. En la actualidad, y en castellano, lleva cuatro ediciones y varias reimpresiones. Y si los comentarios elogiosos continúan, serán más las ediciones que se hagan.
Ciertamente es una de esas historias que se leen muy bien —ideal para este frío fin de semana—, que no tienen ninguna complejidad para el lector y que guardan un personaje memorable y absolutamente próximo y cotidiano. En este sentido, la mejor presentación que he leído es la del actor Tom Hanks, que aparece en la contraportada: Se trata simplemente de una novela sobre un tipo que va a la universidad y se convierte en un maestro. Pero es una de las cosas más fascinantes que jamás he encontrado.
Así es, la historia tiene la grandeza absoluta de contarnos la vida de un hombre como cualquier otro, con sus miedos y miserias, con su humilde tozudez, con sus cotidianos problemas que a nadie importan...salvo al lector, que se ve sumergido en ellos gracias a la destreza del autor. Y esos dos elementos siempre funcionan muy bien: de un lado la épica de lo consuetudinario, de lo que todos vivimos y entendemos; del otro, el que la historia esté completa, como las historias clásicas, desde el nacimiento hasta la muerte.
Una novela de esas cuyos personajes se quedan pegados a la memoria. Feliz lectura.
Ciertamente es una de esas historias que se leen muy bien —ideal para este frío fin de semana—, que no tienen ninguna complejidad para el lector y que guardan un personaje memorable y absolutamente próximo y cotidiano. En este sentido, la mejor presentación que he leído es la del actor Tom Hanks, que aparece en la contraportada: Se trata simplemente de una novela sobre un tipo que va a la universidad y se convierte en un maestro. Pero es una de las cosas más fascinantes que jamás he encontrado.
Así es, la historia tiene la grandeza absoluta de contarnos la vida de un hombre como cualquier otro, con sus miedos y miserias, con su humilde tozudez, con sus cotidianos problemas que a nadie importan...salvo al lector, que se ve sumergido en ellos gracias a la destreza del autor. Y esos dos elementos siempre funcionan muy bien: de un lado la épica de lo consuetudinario, de lo que todos vivimos y entendemos; del otro, el que la historia esté completa, como las historias clásicas, desde el nacimiento hasta la muerte.
Una novela de esas cuyos personajes se quedan pegados a la memoria. Feliz lectura.
jueves, 5 de diciembre de 2013
¿ESTO ES TODO LO QUE HAY?
Cuando tenía doce años, mi padre me llevó a ver el circo,
el mayor espectáculo del mundo.
Había payasos y elefantes y osos bailarines.
Y una señora muy hermosa en mallas rosas
volaba sobre nuestras cabezas.
De modo que permanecí allí sentada contemplando
el maravilloso espectáculo.
Tenía la sensación de que faltaba algo.
No sé qué, pero cuando terminó la función,
me dije a mí misma: "¿Esto es todo lo que hay en un circo?"
¿Esto es todo lo que hay? ¿Esto es todo lo que hay?
Si esto es todo lo que hay, amigos míos,
entonces sigamos bailando.
Que corra la bebida y empecemos a bailar,
si esto es todo lo que hay.
Sé lo que estaréis diciendo,
"si esta es la manera en que ella lo siente, ¿por qué
no acaba con todo de una vez?".
Oh, no, yo no. No me corre prisa ese desencuentro final,
porque sé con la misma certeza que estoy hablando aquí
contigo, que cuando llegue ese momento final y yo exhale
mi último suspiro, me estaré preguntando:
"¿Es eso todo lo que hay? ¿Es eso todo lo que hay?"
Si eso es todo lo que hay, amigos míos, entonces sigamos bailando.
Que corra la bebida y empecemos a bailar, si eso es todo lo que hay.
Is That All There Is? fue uno de los éxitos del muy lejano 1969 en el mundo anglosajón. Era una canción existencialista, muy en la línea de lo que Camus escribía en sus estupendos El mito de Sísifo o El hombre rebelde. Quiénes la escribieron y en qué se inspiraron podéis leerlo en Wikipedia.
Hoy la traigo hasta aquí porque yo fui un indocumentado y voluntarioso adolescente existencialista; pero, sobre todo, como contraste al desenfrenado y empalagoso ritual de buenos estereotipados sentimientos y falsas escenas amorosas que se nos viene encima.
Seguid bailando..., si eso es lo que os apetece.
miércoles, 4 de diciembre de 2013
HEIDEGGER Y UN HIPOPÓTAMO VAN AL CIELO
Esta es la tercera entrega de Cathcart y Klein sobre la filosofía. En la primera (Platón y un ornitorrico entran en un bar) nos ofrecían una visión general, algo así como un repaso de los grandes temas y las escuelas más destacadas. En la segunda (Aristóteles y un armadillo van a la capital) se centraban en la política. En esta tercera afrontan el siempre espinoso tema de la muerte con la mejor de las sonrisas.
Por supuesto, además de los muy serios y prolíficos pensadores que se han ocupado del tema, a veces en jerga no apta para humanos, aparecen también los menos académicos pensadores, como son Marx (don Groucho) y su heredero Allen (don Woody), quienes nos ofrecen algunas de las mejores reflexiones sobre el tema:
¿Por qué tengo que preocuparme de la posteridad? ¿Qué ha hecho por mí la posteridad? (G. Marx). La respuesta en forma de expresión de un deseo se la da el heredero: No quiero vivir en los corazones de mis paisanos; quiero vivir en mi apartamento (W. Allen).
Quizás el libro no valga para aprobar la selectividad. Posiblemente, ni tan siquiera sea útil para salir airoso de la Filosofía de 1º de Bachiller, pero para lo que sí vale es para pasar un buen rato disfrutando del repertorio de chistes y de la perspectiva un tanto jocosa que utilizan los autores para repasar lo que Heidegger, Sartre, Kierkegaard, Schopenhauer o las religiones han dicho sobre la muerte.
Joe consiguió una entrada en su empresa para la Super Bowl, pero su asiento estaba en la última fila de una de las esquinas del estadio. En la mitad del primer cuarto, Joe vio con los prismáticos un asiento vacío a diez filas del campo, justo en la línea de la yarda número 50. Decidió aprovechar la oportunidad y se puso en marcha hacia el asiento desocupado.
Cuando llegó, Joe preguntó al que estaba en el asiento de al lado:
—Perdone, ¿hay alguien aquí?
—No —dijo el tipo.
Joe insistió:
—¡Es increíble! ¿Quién en su sano juicio no aprovecharía este asiento para la Super Bowl?
—Bueno, en realidad, el asiento me pertenece. Se suponía que iba a venir con mi esposa, pero murió. Es la primera S.B. en la que no estamos juntos desde que nos casamos en 1967.
Joe se lamentó:
—Es realmente triste. Pero ¿no ha encontrado a nadie que quisiera quedarse con la entrada? ¿Un amigo, un pariente... ?
Y el hombre dijo:
—No, todos están en el funeral.
Por supuesto, además de los muy serios y prolíficos pensadores que se han ocupado del tema, a veces en jerga no apta para humanos, aparecen también los menos académicos pensadores, como son Marx (don Groucho) y su heredero Allen (don Woody), quienes nos ofrecen algunas de las mejores reflexiones sobre el tema:
¿Por qué tengo que preocuparme de la posteridad? ¿Qué ha hecho por mí la posteridad? (G. Marx). La respuesta en forma de expresión de un deseo se la da el heredero: No quiero vivir en los corazones de mis paisanos; quiero vivir en mi apartamento (W. Allen).
Quizás el libro no valga para aprobar la selectividad. Posiblemente, ni tan siquiera sea útil para salir airoso de la Filosofía de 1º de Bachiller, pero para lo que sí vale es para pasar un buen rato disfrutando del repertorio de chistes y de la perspectiva un tanto jocosa que utilizan los autores para repasar lo que Heidegger, Sartre, Kierkegaard, Schopenhauer o las religiones han dicho sobre la muerte.
Joe consiguió una entrada en su empresa para la Super Bowl, pero su asiento estaba en la última fila de una de las esquinas del estadio. En la mitad del primer cuarto, Joe vio con los prismáticos un asiento vacío a diez filas del campo, justo en la línea de la yarda número 50. Decidió aprovechar la oportunidad y se puso en marcha hacia el asiento desocupado.
Cuando llegó, Joe preguntó al que estaba en el asiento de al lado:
—Perdone, ¿hay alguien aquí?
—No —dijo el tipo.
Joe insistió:
—¡Es increíble! ¿Quién en su sano juicio no aprovecharía este asiento para la Super Bowl?
—Bueno, en realidad, el asiento me pertenece. Se suponía que iba a venir con mi esposa, pero murió. Es la primera S.B. en la que no estamos juntos desde que nos casamos en 1967.
Joe se lamentó:
—Es realmente triste. Pero ¿no ha encontrado a nadie que quisiera quedarse con la entrada? ¿Un amigo, un pariente... ?
Y el hombre dijo:
—No, todos están en el funeral.
martes, 3 de diciembre de 2013
CUANDO LA NATURALEZA HABLA, EL ARTE ESCUCHA
Desierto de la Roca Negra (Nevada). Fotografía de National Geographic |
lunes, 2 de diciembre de 2013
FORMAS DISTINTAS DE COMBATIR LA CRISIS
Oigo en un programa de madrugada —tengo tendencia a despertarme a horas imposibles— que el Gobierno de Islandia va a destinar 913 millones de euros para ayudar a las personas que tienen problemas para pagar las hipotecas y, así, fomentar el consumo y el crecimiento económico. Es más, esta iniciativa será financiada con impuestos que recaerán sobre el sector financiero.
Acudo corriendo a los medios de comunicación para averiguar si lo he soñado o realmente lo he oído. Y sí, la noticia no la he imaginado en ese duermevela en el que a veces caigo a lo largo de la noche. Es así y ha aparecido en estos medios: El Economista, Cadena Ser, Oonot, Actualidad, Unapáginadenoticias, 20 minutos, lo que demuestra que, efectivamente, no es producto de mi imaginación como fácilmente se puede comprobar punteando sobre los enlaces.
Pero lo más importante de la noticia no es que exista en sí misma, sino que hay otra manera de hacer frente a la crisis económica, hay otra forma de afrontar la situación, otro tipo de política económica, sin que el esfuerzo, como siempre, recaiga sobre las espaldas del que sólo tiene para sobrevivir... y eso cuando tiene algo para sobrevivir.
Pero lo más importante de la noticia no es que exista en sí misma, sino que hay otra manera de hacer frente a la crisis económica, hay otra forma de afrontar la situación, otro tipo de política económica, sin que el esfuerzo, como siempre, recaiga sobre las espaldas del que sólo tiene para sobrevivir... y eso cuando tiene algo para sobrevivir.
Por cierto, el Gobierno islandés no es precisamente de izquierdas, ni pretende extender la revolución por todo el planeta. Ojalá su ejemplo cunda en otros territorios.
ANTONIO GÓMEZ, POETA VISUAL
Un paseo rápido sobre qué es la poesía visual y quién es Antonio Gómez lo podemos encontrar en este vídeo de cuatro escasos minutos del programa La Isla de Viernes, del Canal Extremadura
Buena parte de su obra está a disposición de cualquiera en su espacio Boek visual. Espacio, por cierto, muy dinámico y generoso. En él se halla la mayor colección de poesía visual que conozco en Internet, con una relación de poetas y obras extensísima.
Sí queréis una información más detallada sobre poesía visual en general y Antonio Gómez en particular, podéis encontrarla en este vídeo (luego, picad sobre el icono de la cámara de vídeo o el nombre del artista).
domingo, 1 de diciembre de 2013
FIESTAS Y BUENAS INTENCIONES
Cuando miramos los sentimientos a través de una realidad cóncava, nos salen abscesos de cursilería.
EL CIELO DE DICIEMBRE, 2013
Efemérides de diciembre:
- Planetas: Mercurio sólo será visible durante los primeros días del mes en el horizonte SE, antes del amanecer. Venus es visible al anochecer en el horizonte SO (alcanza el mayor brillo del año, -4,7). Marte es visible en la segunda parte de la noche en la constelación de Virgo. Júpiter es visible durante casi toda la noche en Géminis. Saturno es visible al final de la noche en Libra.
- Luna: nueva el día 3; llena el día 17.
- Solsticio de invierno: el día 21 comienza el INVIERNO a las 18:00 horas.
- Lluvia de estrellas: las Gemínidas alcanzarán su máxima actividad durante el 13 de diciembre.
- Cometas: Lovejoy permanecerá visible durante las dos primeras semanas del mes. Del cometa ISON no sabemos al día de hoy si ha perdido su núcleo o si será visible dentro de unos días.
- Estación Espacial Internacional: para consultar los momentos y los lugares desde donde es visible, en este enlace. Para consultar otros satélites, aquí.
Feliz observación.
sábado, 30 de noviembre de 2013
LUIS FELIPE COMENDADOR, Y 3
Termino esta serie de entradas dedicadas al autor protagonista de la tertulia de diciembre con la presentación de El amante discreto de Lauren Bacall, el poemario más accesible de todos los del poeta, puesto que aún podemos encontrarlo en las librerías.
El libro fue galardonado con el accésit al XVIII Premio de Poesía Rafael Albeti, tal y como aparece en la portada y es, tal vez, la colección de poemas técnica y formalmente más elaborada del salmantino. Todo el libro es una reflexión sobre el amor y la muerte, sobre lo tenido y lo perdido, sobre lo que se fue y lo que nos queda.
En este ambiente de pérdida, el tono nostálgico invade todo el libro. Así mismo, están presentes la reflexión, como elemento que permite el conocimiento, y la actitud culturalista que tan suave y hábilmente utiliza el poeta en muchos de sus libros.
También conviene señalar todo ese conjunto de citas —unas veces dentro del poema, otras sirviendo de título en francés a los mismos— con las que rinde su homenaje personal a Laforgue, Rimbaud, Pessoa y A. Gómez, interesantes a su vez por la alusión que implican.
Y un poema, el que cierra la colección.
RESENTIMIENTO DEL TIEMPO
No hay nada por encima de la verdad,
ni amor siquiera.
Me esfuerzo en ser mi sombra
para no ser luz
ni ser las lágrimas,
pero el miedo se convierte en razón
y alumbra al hombre
que ahora no quiero ser.
Un algo inexpresable
que sabe a despedida
va nublando mis ojos.
Me quedaré sentado
al borde de esta nada
por si el cortejo próximo
llevase en su silencio mi cadáver.
Te besé siempre
como si cada beso
fuera el último.
El libro fue galardonado con el accésit al XVIII Premio de Poesía Rafael Albeti, tal y como aparece en la portada y es, tal vez, la colección de poemas técnica y formalmente más elaborada del salmantino. Todo el libro es una reflexión sobre el amor y la muerte, sobre lo tenido y lo perdido, sobre lo que se fue y lo que nos queda.
En este ambiente de pérdida, el tono nostálgico invade todo el libro. Así mismo, están presentes la reflexión, como elemento que permite el conocimiento, y la actitud culturalista que tan suave y hábilmente utiliza el poeta en muchos de sus libros.
También conviene señalar todo ese conjunto de citas —unas veces dentro del poema, otras sirviendo de título en francés a los mismos— con las que rinde su homenaje personal a Laforgue, Rimbaud, Pessoa y A. Gómez, interesantes a su vez por la alusión que implican.
Y un poema, el que cierra la colección.
RESENTIMIENTO DEL TIEMPO
No hay nada por encima de la verdad,
ni amor siquiera.
Me esfuerzo en ser mi sombra
para no ser luz
ni ser las lágrimas,
pero el miedo se convierte en razón
y alumbra al hombre
que ahora no quiero ser.
Un algo inexpresable
que sabe a despedida
va nublando mis ojos.
Me quedaré sentado
al borde de esta nada
por si el cortejo próximo
llevase en su silencio mi cadáver.
Te besé siempre
como si cada beso
fuera el último.
viernes, 29 de noviembre de 2013
MAPA ESTELAR DEL MOMENTO
jueves, 28 de noviembre de 2013
UN LIBRO AL DÍA
Una manzana al día mantiene al médico en la lejanía dice la adaptación del famoso dicho inglés de la época victoriana an apple a day keeps the doctor away. Quizás en ese refrán estaban pensando los autores del blog Un libro al día cuando lo pusieron en marcha. O tal vez no, no lo sé. La verdad es que es un título muy atractivo para un blog que se dedica a comentar libros, más aún si los responsables del mismo cumplen lo que el lema dice. Y lo cumplen, vaya si lo cumplen.
Desde que pusieron el blog en marcha en el año 2009, todos los días ha estado apareciendo, sin falta, una reseña, de tal forma que ya tienen comentados más de 1700 libros. Pero con ser atractiva la idea de publicar una información diaria sobre un libro nuevo, lo que a mí se me hace más interesante es que sean un grupo de lectores empedernidos, cuya máxima afición es la lectura y que no son críticos profesionales, sino lectores independientes con respecto a cualquier revista, periódico o editorial.
Y la verdad es que el blog funciona y cumple su cometido, porque entre la crítica que presenta el autor correspondiente y los comentarios que genera —en ocasiones, muchos—, el lector que haya pasado por allí puede obtener una idea bastante acertada de si ese libro le va a gustar o no. Y, al fin y al cabo, esa es la función de las revistas sobre libros.
El blog (estupenda idea) también está abierto a las críticas, reseñas o comentarios que quieran mandar sus lectores, si es que desean hacerlo. No contentos con esa puerta abierta a la participación, se dedican también a liberar libros que previamente hayan sido comentados en el blog (en qué consiste esa liberación y dónde se produce, podéis leerla en el enlace).
miércoles, 27 de noviembre de 2013
CARPE DIEM
Posiblemente de lo que hoy entendemos por poesía sea en buena parte Horacio el responsable. O dicho de otra manera: aquellos géneros que eran en otro tiempo la quintaesencia de lo poético (epopeya y didáctica), han desaparecido del panorama. Hoy entendemos como poesía, básicamente, lo que tiene que ver con la lírica, es decir, con esa forma de expresar que el maestro latino recogió en sus Odas.
Casi otro tanto podemos decir de los temas o motivos de los que la poesía se ocupa: el elogio de la vida retirada, lejos del mundanal ruido (beatus ille); el hedonismo epicúreo que busca el alejamiento de lo desproporcionado y grandielocuente (aurea mediocritas); el saber aprovechar el momento, por pequeño que sea (carpe diem); el elogio de la amistad (amicitias).
De entre todos ellos, el más divulgado, el que mayor influencia ha tenido en escritores de todas las latitudes es el Carpe diem, que hoy, aunque no hayamos estudiado latín, todos entendemos y seguimos utilizando en su idioma original, porque ha pasado a ser una expresión no ya de un tema poético, sino coloquial.
En la oda 11 del libro 1 de las odas aparece la formulación original:
Tu ne quaesieris, scire nefas, quem mihi, quem tibi
finem di dederint, Leuconoe, nec Babylonios
temptaris numeros. Ut melius, quidquid erit, pati!
seu pluris hiemes seu tribuit Iuppiter ultimam,
quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare
Tyrrhenum: sapias, vina liques et spatio brevi
spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit invida
aetas: carpe diem quam minimum credula postero.
Que en la traducción de Vicente Cristóbal queda así:
Tú no preguntes —¡pecado saberlo!— qué fin a mí, cuál a ti dieron los dioses, Leucónoe, ni las babilonias cábalas consultes.
¡Cuánto mejor soportar lo que venga, ya si más inviernos nos ha concedido Júpiter o si es el último este que ahora deja sin fuerzas al mar Tirreno batiéndolo contra los escollos que se le enfrentan!
Sé sabia, filtra el vino y, siendo breve la vida, corta la esperanza larga. Mientras estamos hablando, habrá escapado envidiosa la edad: aprovecha el día, fiando lo menos posible en el que ha de venir.
PS: Después de publicar la entrada me he encontrado a una alumna del profesor Vicente Cristóbal que incluso se atreve a cantar la oda de Horacio. Tiene su punto. Y no dejéis de leer la dedicatoria.
PS: Después de publicar la entrada me he encontrado a una alumna del profesor Vicente Cristóbal que incluso se atreve a cantar la oda de Horacio. Tiene su punto. Y no dejéis de leer la dedicatoria.
martes, 26 de noviembre de 2013
CASABLANCA
Tal día como hoy de hace muchos, muchísimos años, se estrenó Casablanca, una de esas películas de la que todos sabemos algo aunque no la hayamos visto nunca. Una de esas películas tan universales que todos sabemos alguna frase de memoria, aunque no sea exactamente como la dicen los protagonistas, porque para eso está la memoria colectiva, para pulir y mejorar el guión.
Echadle un vistazo a la entrada de Wikipedia, merece la pena.
Echadle un vistazo a la entrada de Wikipedia, merece la pena.
lunes, 25 de noviembre de 2013
SOBRE ALMAS Y VIDAS
Ya sabemos que la religión puede salvar muchas almas, pero eliminar muchas vidas (cruzadas, inquisición, fatwas, reconquista, yihad...). Si alguien tiene alguna duda sobre esto de las almas y las vidas, puede consultar el libro de Hitchens Dios no es bueno.
Sin entrar en detalles y desde un punto de vista menos trascendente y más divertido, Emo Phillips, tiene un chiste que ilustra bien este esplendor del fanatismo:
Un día que estaba cruzando un puente vi a un hombre de pie en el borde, a punto de saltar. Entonces eché a correr mientras gritaba:
—¡Alto! ¡No lo haga!
—¿Por qué no habría de hacerlo? —preguntó él.
—Bueno... ¡es que hay tanto por lo que vivir!
—¿Por ejemplo?
—En fin... ¿es usted religioso?
El respondió que sí.
—¡Yo también! —dije— ¿Ha visto? Ya tenemos un montón de cosas en común, hablemos de ello. ¿Es usted cristiano o budista?
—Cristiano.
—¡Yo también! ¿Católico o protestante?
—Protestante.
—¡Igual que yo! ¿Episcopaliano o bautista?
—Bautista.
—¡Vaya! ¡Yo también! ¿Bautista de la Iglesia de Dios o de la Iglesia del Señor?
—De la Iglesia de Dios.
—¡Lo mismo que yo! ¿de la Iglesia de Dios original o de la Reformada?
—De la Reformada.
—¡Yo también! ¿De la Reformada de 1879 o de la Reformada de 1915?
—De la Reformada de 1915.
—Muere, escoria hereje —le dije yo; y lo empujé.
El chiste lo he tomado de Heidegger y un hipopótamo van al cielo, Cathcart y Klein, 2010.
Sin entrar en detalles y desde un punto de vista menos trascendente y más divertido, Emo Phillips, tiene un chiste que ilustra bien este esplendor del fanatismo:
Un día que estaba cruzando un puente vi a un hombre de pie en el borde, a punto de saltar. Entonces eché a correr mientras gritaba:
—¡Alto! ¡No lo haga!
—¿Por qué no habría de hacerlo? —preguntó él.
—Bueno... ¡es que hay tanto por lo que vivir!
—¿Por ejemplo?
—En fin... ¿es usted religioso?
El respondió que sí.
—¡Yo también! —dije— ¿Ha visto? Ya tenemos un montón de cosas en común, hablemos de ello. ¿Es usted cristiano o budista?
—Cristiano.
—¡Yo también! ¿Católico o protestante?
—Protestante.
—¡Igual que yo! ¿Episcopaliano o bautista?
—Bautista.
—¡Vaya! ¡Yo también! ¿Bautista de la Iglesia de Dios o de la Iglesia del Señor?
—De la Iglesia de Dios.
—¡Lo mismo que yo! ¿de la Iglesia de Dios original o de la Reformada?
—De la Reformada.
—¡Yo también! ¿De la Reformada de 1879 o de la Reformada de 1915?
—De la Reformada de 1915.
—Muere, escoria hereje —le dije yo; y lo empujé.
El chiste lo he tomado de Heidegger y un hipopótamo van al cielo, Cathcart y Klein, 2010.
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