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viernes, 18 de octubre de 2024

VERSOS MEMORABLES

No, no me refiero a poemas completos como los que recoge la estupenda antología de la derecha, sino a versos sueltos a los que en ocasiones acudimos como si se tratara de refranes o de sentencias, a versos que son capaces de expresar por sí solos toda una concepción del mundo, o de lo que somos, o del amor, o de la tristeza, o de la solidaridad, o de la justicia, o de lo que sea, y que somos capaces de recordar en un momento dado bien sea por su enorme belleza, por su expresividad o porque queremos reforzar con una frase brillante y redonda lo que estamos diciendo, porque tiene la capacidad de comunicar mejor lo que deseamos sugerir. Son versos que, sin que seamos necesariamente lectores de poesía, y, acaso sin saber quiénes los escribieron, podemos citar de memoria. He aquí unos pocos: 



Polvo serán, mas polvo enamorado.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien.

Quiéreme toda… O no me quieras.

Hombres necios que acusáis / a la mujer sin razón.

A mis soledades voy, / de mis soledades vengo;

Lo que permanece lo fundan los poetas.

La belleza es verdad y la verdad, belleza.

Escribía silencios, noches, anotaba lo inexpresable. Fijaba vértigos.


Conmigo lo llevaba todo: / llevaba mi dolor por compañía.



Hay muchos más versos memorables. Cada cual tiene su propia colección, aunque algunos de ellos están en las de todos. Con el paso del tiempo y las lecturas van aumentando paulatinamente. 

***



sábado, 29 de mayo de 2021

LOCUS AMOENUS

 

Locus amoenus, espacio que buscamos, soñamos o, incluso, con suerte, llegamos a construir en algún momento de nuestra vida. Lugar agradable, lugar que nos protege del ruido, las tensiones y los conflictos del exterior. Lugar en el que descansar. Refugio momentáneo o duradero. Paraíso fugaz o prolongado.


¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;

Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado!

Fray Luis, "Oda a la vida retirada", estrofas 1ª y 2ª.


Dichoso aquél que lejos de los negocios,
como la antigua raza de los hombres,
dedica su tiempo a trabajar los campos paternos con sus propios bueyes,
libre de toda deuda,
y no se despierta, como el soldado, al oír la sanguinaria trompeta de guerra,
ni se asusta ante las iras del mar,
manteniéndose lejos del foro y de los umbrales soberbios
de los ciudadanos poderosos.

Horacio, "Epodos 2", primera estrofa.


Locus amoenus. Lugar, sí, pero también momento, música, palabra, imagen, actividad, persona. Existen tantos, por lo menos, como seres humanos. Tan solo necesitamos saber cuál es el nuestro para poder acudir a él cuando sea necesario. Acaso hoy pueda ser este recital que encontré hace unos días. José Luis Padrón, Teresa Calo, Ekain Perez y Elena Martinez de Murgia hacen lo posible para que así sea.

Feliz sábado.

sábado, 29 de agosto de 2009

TERRADILLOS DE ESGUEVA

De Nueva York a Terradillos. A veces damos saltos muy grandes. De la gran ciudad, al pueblo más pequeño; del ruido, al silencio; de la actividad, a la quietud. Como si nada. Un día aquí y otro allá. Al fin y al cabo, lo que importa es la gente que vive en los lugares, no el lugar mismo. Cualquier ciudad puede ser el mejor sitio del mundo, si en él viven las personas que queremos.
Aquí, en Terradillos, el pueblo donde nacieron mi madre y me hermano José, a la sombra de una hermosa chopera, estuve comiendo con parte de mi familia burgalesa. Sirvan estas líneas, y el poema de fray Luis, de agradecimiento a la acogida que todos ellos me brindaron.
¡Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido;
Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, ni del dorado techo se admira, fabricado del sabio Moro, en jaspe sustentado!
No cura si la fama canta con voz su nombre pregonera, ni cura si encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera.
La oda entera podéis leerla aquí