miércoles, 20 de junio de 2018

LAS CONSTELACIONES SON PARA EL VERANO


Cuando llega el buen tiempo y se pone el sol, algunos levantamos la cabeza y miramos hacia arriba en busca de esas formas caprichosas que tan solo existen porque así lo hemos acordado: las constelaciones, esos dibujos que formamos con la unión imaginaria de varias estrellas y que resultan tan cómodas para orientarnos con facilidad en el cielo nocturno y poder avanzar por la tierra o por el mar.

Hoy ya no las necesitamos para orientarnos, nos dejamos llevar por indicaciones y señales de todo tipo o por la última tecnología. Ni tan siquiera nos molestamos en mirar un mapa. Pero el cielo nocturno puede ofrecernos mucho más que orientación. Además del placer de sentirnos parte de la naturaleza mientras miramos hacia arriba tumbados sobre una manta, las curiosas formas que vemos en una noche despejada nos ofrecen mucho más.

Nos ofrecen conocimiento del pasado, pues todo cuanto vemos sucedió exactamente a la distancia a que se encuentra de nosotros. El sol que vemos es el sol que estaba allí hace ocho minutos, y la estrella alfa de la constelación de Sagitario es la que era hace casi cuatro años y medio. Estas son las estrellas más próximas, todo lo demás que podemos ver a simple vista son fenómenos que han sucedido entre esos 8 minutos y los dos millones y medio de años, que es la distancia a la que se encuentra la galaxia Andrómeda.

Nos ofrecen tiempo y silencio para percibirnos a nosotros mismos en relación con el universo. Tal vez tiempo para realizar una reflexión sobre quiénes somos y asumir con humildad nuestra presencia en el desarrollo de la vida. Tal vez el silencio suficiente como para comprender que no somos otra cosa que una especie más que puebla la naturaleza. Acaso el tiempo y el silencio necesarios como para asumir la infinita belleza de la vida a través de sus formas de mayor tamaño, aunque desde aquí las veamos diminutas.

Nos ofrecen historias antiquísimas, registradas en el brillo titilante de las estrellas. Historias de amor y desconsuelo, de traiciones, de gestos heroicos, de dioses que no merecían serlo, de sueños truncados y de solidarios esfuerzos. Historias que imaginaron nuestros ancestros para intentar comprender el mundo, y que hoy forman parte de nuestro acervo cultural. Historias que justifican por sí mismas mirar hacia arriba y descubrir quiénes fuimos cuando solo disponíamos de narraciones para entender cuanto nos rodeaba y entendernos.

Estas últimas son las que a mí más me gustan y las que me empujaron a levantar la cabeza y mirar hacia arriba cada vez que tenemos una noche despejada. Ellas también me dieron el impulso necesario para escribir mi primer poemario. Ellas fueron las que alimentaron una de las secciones más breves de este blog y, sin embargo, la más visitada: Mitología y constelaciones. Que ellas y el verano sean de vuestro agrado.

2 comentarios:

  1. En Constelaciones.top hablo en profundidad sobre las constelaciones. Me he informado en varios blogs y de lejos, el que más me ha gustado ha sido el tuyo. Me ha servido de inspiración. ¡Gracias Jesús!

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    Respuestas
    1. Muchas gracias a ti, Carmen, por tu amable comentario.

      Mucha suerte con tu blog y buen cielo para seguir mirándolo.

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