Mentiría si dijese que los transportes públicos me han echado en brazos de este tipo de novela, pero es cierto que resulta difícil practicar la lectura en un tren de cercanías en horas habituales de trabajo. El nivel de ruido es alto y la concentración es difícil. Una novela de consumo rápido ayuda en estos casos.
Ibérica 2242 es una novela fantástica que nos presenta una sociedad futura en la que se han perdido los adelantos científico-técnicos actuales. A causa de esa regresión, nos encontramos en una situación similar a la que se podría vivir en la Alta Edad Media. Los señores de la guerra forman la clase dominante y la esclavitud ha vuelto a imponerse en las relaciones sociales. En este contexto se sitúa la narración de la que es protagonista la esclava Teresa.
Como novela fantástica, distópica y de aventuras que es, lo importante es la narración de los hechos y la agilidad del relato. En este aspecto el autor no se equivoca y ofrece al lector lo que éste espera de una novela así: mucha aventura y mucho diálogo.
Particularmente atractivo se me hace el paisaje en el que transcurre la novela. Acostumbrado al cine de Hollywood, de repente, aquí, todos los lugares que se citan son conocidos. La devastada y abandonada Zaragoza es el centro neurálgico de la aventura y el lugar donde habitan las más temibles pesadillas.
Muy recomendable para adictos al género o para abstraerse de las incomodidades del transporte público.
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