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lunes, 21 de septiembre de 2015

POESÍA COMPLETA de José Saramago

José Saramago, Nobel de Literatura en 1998, es mundialmente conocido por sus novelas y mucho menos por su obra poética. Excelente narrador, seguramente su obra como tal seguirá presente en la historia de la literatura cuando pasen cien, doscientos o trescientos años. Sin embargo, estoy convencido de que, en general, un autor —independientemente de la calidad artística— es mucho más él cuando escribe poesía. Quiero decir que podemos acercarnos más a la persona íntima, conocerlo mejor, a través de sus poemas que de sus novelas. Es, claro está, una opinión y no un aserto científico.

Publicó su primer libro de poesía en 1966, Os poemas possíveis. Cuatro años después, Provavelmente alegria. En 1975, O anno de 1993. Finalmente, en 2005, apareció su Poesía completa. Es cuando yo lo conocí como poeta, gracias al regalo que unos amigos me hicieron en mi cumpleaños. Desde entonces lo he cogido y lo he dejado en numerosas ocasiones. He ido adentrándome paulatinamente en su mundo. Diez años después de ir leyendo ocasionalmente sus poemas el Saramago poeta me gusta tanto o más que el novelista al que un día le dieron el Nobel de Literatura.

BARAJA

Sobre las mesas echo las cartas de la baraja:
Los amores de cartón y las espadas,
Los diamantes rojos de oro falso,
El trébol que amenaza.
Junto y separo damas y caballos.
Mientras los reyes andan pasmados en la farsa.
Y cuando cuento los puntos de la derrota,
Me sale de allí riendo, como perdido,
En la figura del bufón mi retrato.



"ES TAN HONDO EL SILENCIO"

Es tan hondo el silencio entre las estrellas.
Ni el son de la palabra se propaga,
Ni el canto de mlas aves milagrosas.
Pero allá, entre las estrellas, donde somos
Un astro recreado, es donde se oye
El íntimo rumor que abre las rosas.

                       Traducción de Ángel Campos Pámpano.

***

Hay un poema dando vueltas por internet atribuido a Saramago, ¿Que cuántos años tengo?, que se reproduce como las setas. Es uno de esos textos que alguien atribuye a un autor de reconocido prestigio (Neruda, Borges, García Márquez, Saramago...) y del que nunca se ofrece la referencia del libro o de la página original del autor. Suelen tener como elemento común la defensa de la vida, la ilusión y el buenismo. En cualquier caso, estaría bien que todas estos "autores" frenaran sus impulsos atributivos y dejaran de sembrar confusión. 

sábado, 14 de mayo de 2016

JOSÉ SARAMAGO EN LA TERTULIA DE JUNIO

El 10 de junio realizaremos la última tertulia del curso con la poesía de Saramago. Para quienes deseéis la lectura directa y completa de sus versos, podéis encontrar el ejemplar de Alfaguara en la biblioteca de Hondarribia y en el Koldo Mitxelena. También se encuentra aún disponible en las librerías. Y para quienes no podáis o no queráis haceros con el ejemplar, ya tenéis la selección colocada en este blog —tertulias, 2016, Saramago—.

El poema que os dejo es el que cierra el libro. Aparece bajo el epígrafe de Epílogo. Más abajo está el vídeo de YouTube con la lectura que el propio poeta hace de él en su lengua original, el portugués. Es una grabación subida del disco Nesta esquina do tempo.


CATORCE DE JUNIO


Cerremos esta puerta.
Lentas, despacio, que nuestras ropas caigan
Como de sí mismos se desnudarían dioses.
Y nosotros lo somos, aunque humanos.
Es nada lo que nos ha sido dado.
No hablemos pues, sólo suspiremos
Porque el tiempo nos mira.
Alguien habrá creado antes de ti el sol,
Y la luna, y el cometa, el espacio negro,
Las estrellas infinitas.
Ahora juntos, ¿qué haremos? Sea el mundo
Como barco en el mar, o pan en la mesa,
O el rumoroso lecho.
No se alejó el tiempo, no se fue. Asiste y quiere.
Su mirada aguda ya era una pregunta
A la primera palabra que decimos:
Todo. 


sábado, 23 de diciembre de 2023

REGALOS DEL DÍA (diario de un epicúreo agradecido), 9


Siento debilidad por las rosas y esta me la encontré hace unos días atravesando el cementerio. Sobre una lápida alguien había colocado un magnífico ramo de rosas blancas. La belleza era tanta que quise hacer mía una parte de ella recogiéndola en mi cámara. Llovía, era tarde, había poca luz y el paraguas, además de reducir la luz, me impedía maniobrar bien el teléfono con la otra mano. Después de varios disparos, me apareció la imagen que estáis viendo en la pantalla. No es la hermosísima rosa que yo vi, pero casi. Merecía un poema.

Por eso del cementerio, me acordé del de Góngora, "A una rosa", que es un canto sobre el paso del tiempo, la brevedad de la vida y la vanidad de lo mundano. Pero todo ese lloriquear me cansa y me aburre. Ya sé que me voy a morir cualquier día no muy lejano, pero esa rosa tuvo la capacidad de complacerme unos minutos con su perfecta belleza perlada de lluvia, lluvia que nos da de beber y de comer a toda la humanidad, además de ofrecernos imágenes tan extraordinarias como esta. 

Según bajaba hacia mi casa, fui intentando recordar poemas (hay cientos) dedicados a la rosa y su belleza, pero no di con ninguno que pudiera acompañar a esta. Hoy, sin buscarlo, he dado con este de Saramago que me parece perfecto para formar pareja con mi rosa:
 


ALZO UNA ROSA

Alzo una rosa, y todo se ilumina
como no hace la luna ni el sol puede:
serpiente de luz ardiente y enroscada
o viento de cabellos que se mueve.

Alzo una rosa, y grito a cuantas aves
el cielo colorean de nido y de cantos,
en el suelo golpeo la orden que decide
la unión de los demonios y los santos.

Alzo una rosa, un cuerpo y un destino
contra la fría noche que se atreve,
y con savia de rosa y con mi sangre
perennidad construyo en vida breve.

Alzo una rosa, y dejo, y abandono
cuanto me duele de penas y de asombros.
Alzo una rosa, sí, y oigo la vida
en este cantar de las aves en mis hombros.


                  Poesía completa, p 327.

***