Así es, la persona Juan Gelman ha dejado de existir. Ya no podremos volver a oírle leer sus poemas en directo, no podremos oírle hablar de poesía en vivo, o no podremos asistir a sus conferencias en las que reclamaba justicia para todos.
Pero Gelman tiene la suerte de ser un creador y de que su obra está bien publicada y ampliamente recogida en todo tipo de medios. Así, aunque lo hayamos perdido físicamente, tenemos sus palabras, nos queda el regalo de su obra.
Mis mejores deseos para las personas que le quisieron de cerca y para quien aún no le conozca el consejo de que se acerque a su poesía.
ARTE POÉTICA
Entre tantos oficios ejerzo éste que no es mío,
como un amo implacable
me obliga a trabajar de día, de noche,
con dolor, con amor,
bajo la lluvia, en la catástrofe,
cuando se abren los brazos de la ternura o del alma,
cuando la enfermedad hunde las manos.
A este oficio me obligan los dolores ajenos,
las lágrimas, los pañuelos saludadores,
las promesas en medio del otoño o del fuego,
los besos del encuentro, los besos del adiós,
todo me obliga a trabajar con las palabras, con la sangre.
Nunca fui el dueño de mis cenizas, mis versos,
rostros oscuros los escriben como tirar contra la muerte.