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martes, 8 de octubre de 2024

OLVIDAR EL PARAÍSO (El espesor de la herida)

#elespesordelaherida


Incomprensiblemente este poema quedó olvidado cuando subí la colección. Estaba en una carpeta que no correspondía. Me di cuenta ayer y subsané el error. Ya está colocado junto a los demás, en la sección VIII, esa que lleva por título Yo también tengo un sueño. De paso, he cambiado la fotografía de la cubierta (es la que utilizo todos los días para cerrar las entradas) y he ajustado los poemas a las páginas.

Espero que quienes os hicisteis en su momento  con el ejemplar podáis disculparme.                      


Es necesario olvidar el paraíso,

la edad de oro,

la utopía salvífica,

la creencia redentora

y caminar al borde del abismo.

No hay más luz

que la luz propia.



Renunciar al centro,

asirnos al extrarradio.



Sin intermediarios ni profetas.

Ni perfección ni plenitud.

Tú y yo frente a frente

construyendo el abrazo consuetudinario,

imaginando el futuro

mientras celebramos el presente

en primera persona del plural

sin más bandera

que la comprensión y el entendimiento.




***


sábado, 13 de abril de 2024

A PROPÓSITO DE "El espesor de la herida"

Hace muy poco tiempo le decía a un amigo que existen muchos tipos de lectores y que cada cual entiende como puede o quiere. Sin duda, hay lecturas muy diversas, incluso interesadas y perversas. Existen también, es cierto, textos difíciles, oscuros y herméticos sobre los que podemos especular mucho acerca del significado. Pero cuando el texto es claro y sencillo, no querer entender lo que el  texto dice, me parece, cuando menos, preocupante.

Viene esto a cuento de un comentario maleducado y malintencionado que he recibido acerca del poemario que publiqué el año pasado, El espesor de la herida. Dejando a un lado las expresiones insultantes, venía a decir la autora que era un texto en el que se igualaba la sublevación fascista con el régimen democráticamente establecido en 1931. 

Afirmar eso es no haber querido leer con la más mínima atención los poemas o, peor aún, tener mala intención.

Ciertamente, el poema central, el que habla del asesinato de mis abuelos, a quienes no conocí, pero sí conocí a mi padre, antes de terminar tiene estos dramáticos versos que, si solo leyéramos esas pocas palabras, podrían ser motivo tal vez para pensar otra cosa: Ciego de ira, / deja el internado / y se apunta a matar rojos. / Ni por Dios / ni por España, / por venganza.

En todas las guerras podemos encontrar gestos heroicos y altruistas. (Nota importante: no tomo por tales las acciones militares o similares en las que alguien se juega la vida y es capaz de eliminar no sé cuántos enemigos o poner fuera de funcionamiento no sé qué aparatos de matar del otro bando; considero acciones heroicas las de las personas que ponen en peligro su vida para salvar las de otras, sean o no de su bando, porque están convencidas de que es la vida lo que en última instancia debemos salvar). 

Es cierto, durante las guerras hay gestos y comportamientos que dignifican al ser humano. Pero no es lo habitual. Lo que suele ocurrir es que las guerras, más la guerras civiles, lo que estimulan y producen son acciones violentas, odio y un mayor enconamiento en las posturas. Por desgracia, no son las respuestas cariñosas, ni amables, ni civilizadas, ni racionales las que se producen en medio de un conflicto. De cualquier conflicto.

No conocí a mis abuelos, pero sí a mi padre, quien de no haber sufrido la pérdida violenta de los suyos en un acto nocturno y rastrero cuando todavía no había cumplido los 15 años, de ninguna manera habría formado parte del ejército sublevado y tal vez nunca hubiera formado parte de esa masa de población que durante el franquismo se situaba políticamente en lo que podemos definir como derecha. Simplemente, era una persona de las que hoy consideraríamos tradicional. 

De lo que estoy absolutamente seguro es de que su posicionamiento durante el conflicto fue una consecuencia del daño recibido. Y como él, muchos miles más. En un bando y en el otro. Evidentemente, nadie lo puede negar, muchos más en el lado republicano, porque fue el de los sublevados el que terminó ganando la guerra.

De eso básicamente es de lo que el poemario habla, de las consecuencias que la violencia genera una vez que se desata. Y se habla del dolor inmenso que provoca —"Nieve negra", "El orden de la vida"...—, y del sinsentido que supone —"Las víctimas se preguntan"— y de la profunda falsedad de la victoria —"Desolación de la victoria"; No hay mayor derrota / que el éxito alcanzado / exterminando vidas—. Y del necesario trabajo conjunto de todas las personas que componemos la sociedad para cimentar un mundo mejor y sin violencia —"Venid": Venid y hagamos un pacto con nuestros mejores gestos e intenciones. /Un pacto como un abrazo sin fisuras. / Un pacto donde tengan sentido las palabras. / Venid / e intentemos un futuro sin hipótesis con todas las manos—.

Sinceramente, creo que el mensaje colaborativo, solidario y pacifista no es que sea claro y evidente, sino prístino, desde el comienzo hasta el final. No querer entenderlo así me parece preocupante.

Y si alguien desea escribir algún comentario, que no lo haga anónimamente y que mantenga las elementales normas de cortesía y educación. Muchas gracias.

***


sábado, 6 de abril de 2024

VENID (El espesor de la herida)

Amazon

#elespesordelaherida

Con este poema, el último del libro, damos Ivan y yo por finalizado el trabajo de convertir en audio lo que solamente era texto y palabra. 

Aprovecho esta última entrada para darle las gracias públicamente por el tiempo, el esfuerzo y la imaginación que tan generosamente ha dedicado al proyecto y, cómo no, por el resultado conseguido. En definitiva, para darle las gracias por un trabajo absolutamente magnífico y desinteresado.



VENID


Venid desde las frías tierras del extremo norte.

Venid desde los cálidos desiertos que se extienden por todos los continentes.

Venid desde las altas montañas y desde los valles fértiles y amables.

Venid desde las limpias praderas tropicales

y también desde las inmensas praderas templadas abarrotadas de cereal nutricio.

Venid desde las ricas orillas de los ríos,

desde las innumerables islas de los mares,

desde la profunda selva.

Desde todas las ciudades de la Tierra

venid.


Venid y hagamos un pacto con nuestros mejores gestos e intenciones.

Un pacto como un abrazo sin fisuras.

Un pacto donde tengan sentido las palabras.


Venid

e intentemos un futuro sin hipótesis con todas las manos.

 

***


lunes, 18 de marzo de 2024

VERANO DEL 36

Editorial
 #elespesordelaherida

La banda sonora de El espesor de la herida se adentra en la penúltima sección del poemario y la creación de Ivan G.M. alcanza la excelencia. No es que la composición que ha realizado me parezca la mejor de las posibles, es que me ha dado pena tener que grabar sobre ella y que no podáis disfrutarla por sí misma. Es una auténtica cantata del dolor que recoge y expresa en toda su intensidad el dolor y las consecuencias que de él se derivaron, tal y como el poema cuenta.

"Verano del 36" es el texto más duro de todos cuantos conforman el poemario, porque cuenta un hecho real que no es una excepción ni un caso aislado. Estos hechos se producen en todas las guerras, aunque nunca sean noticia en ninguna. Son la cara oculta de todas ellas y su aspecto más feroz e inhumano. En este caso, se trata del asesinato de un maestro y su mujer que no militaban en ningún bando, y que marcará toda la vida del hijo huérfano.

Pero El espesor de la herida es, fundamentalmente y por encima de todo, un poemario pacifista, un grito de dolor ante la guerra, todas las guerras, y una reivindicación apasionada de un mundo que sea capaz de resolver sus diferencias sin recurrir a la violencia.

El espesor de la herida ha sido redactado en el deseo, sin duda ingenuo, pero fervientemente sincero, de que algún poema de los que en este librito se recogen sirva para modificar alguna conciencia. Quisiera creer que cumple la intención e, incluso, puede llevar a alguien a territorios del pensamiento próximos a los que defendían GandhiLuther King o Mandela.

La banda sonora:

El recitado con la música:



VERANO DEL 36


Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

MACHADO




José María y Valeriana,

naturales de Hervás y Aldeanueva del Camino

(Cáceres),

fallecieron algún día

del verano del 36,

poco antes de que las fuerzas sublevadas

llegaran a la ciudad.

Nadie sabe dónde están sus cadáveres.

Ni sus nombres. Nada.




No murieron

ni por Dios ni por España.

Alguien que no consta

ni en las listas de vencedores

ni vencidos

los sacó de casa

y los apeó de la vida

brutalmente

una noche de verano

del 36.

No sabemos

si llegó a salir la luna

o estuvo nublado todo el tiempo.

Tampoco sabemos

si cayeron de bruces

o lo hicieron de perfil.

Cayeron,

aunque no fuera

ni por Dios

ni por España.




Ni ellos ni sus asesinos

forman parte de la memoria.

Materia de olvido.

Ni vencidos ni vencedores,

solo un vacío en el registro de la historia,

en las listas de ausentes

y en las de las reivindicaciones.

Ni papeles. Ni cruces. Ni cementerios.

Silencio.

Ni por Dios

ni por España.




***




Días después

—ni por Dios ni por España—,

Luis, un muchacho

a punto de cumplir

los 15 años, recibe

la noticia

y el reloj de José María

rescatado de las ruinas.

Ni por Dios ni por España.

Solo rabia.

Y rencor.

Ciego de ira,

deja el internado

y se apunta a matar rojos.

Ni por Dios

ni por España,

por venganza.




***




No conocí a mis abuelos.

Unos pocos hombres malos

—ellos se creerían buenos—

una noche los mataron.

***


martes, 27 de febrero de 2024

DESAJUSTE EMOCIONAL ANTE LA MADRE PATRIA

Ivan G. M. ante su estudio.

Este poema aparece en la sección sexta de El espesor de la herida, la que lleva por título "Escucha, oh patria, mi aflicción". Surgió hace ya bastantes años, cuando vi por primera vez la estatua de La madre patria o "La madre patria llama". Ante ella quedé verdaderamente espantado. Se encuentra en Volgogrado, pero otras muchas similares y con el mismo mensaje se pueden ver por todo el mundo. No es precisamente la imagen de la patria que deseo para nadie.

Más tarde, cuando comencé a redactar el poemario, me di cuenta de que encajaba perfectamente en él. Este y "Desolación de la victoria" son los dos poemas escritos años antes de que pensara escribir El espesor de la herida, y como surgieron de una imagen concreta es por lo que prefiero que sea ella la que acompañe al audio y no la de la portada del libro.

El tema musical es obra de Ivan G. M., quien lo ha creado ex profeso para él, y quien continúa trabajando en la creación de la banda sonora del poemario. Un regalo para el que no tengo palabras de agradecimiento suficientes. 




***


jueves, 22 de febrero de 2024

LAS VÍCTIMAS SE PREGUNTAN

 

Iván G.M. (genial, como siempre) continúa creando sin parar y ya tenemos nuevo episodio de la banda sonora original de El espesor de la herida

Este es el poema: 



LAS VÍCTIMAS SE PREGUNTAN

La guerra es la salida cobarde a los problemas de la paz.

THOMAS MANN




Ante la inminencia de la muerte

la víctima intenta averiguar

el valor espiritual y hasta metafísico

del artilugio que la hará desaparecer

y se pregunta:

¿Son más valiosas las bombas

que arrasaron la ciudad de Colonia



durante el 43

o las que cayeron dos años antes

sobre la ciudad de Londres?

¿Es la bala japonesa que mató

al campesino chino en el 31

superior a la del soldado de Lon Nol,

la que privó de la vida

al obrero camboyano?

¿Debo preferir

las flechas que segaban las vidas

disparadas por los arqueros de los Plantagenet

o las de los arqueros al servicio de los Capetos?

¿Qué argumentos debo utilizar

para inclinarme a favor

de la cimitarra musulmana

o, por el contrario,

del lado de la recta espada cristiana?

¿Es mejor la piedra

de la honda de David

o las de los filisteos?




La víctima,

perpleja,

no alcanza a dilucidar

la diferencia ontológica

entre un arma y otra,

y sigue preguntándose

hasta que un enemigo

de la vida

siega la suya

con absoluta limpieza

y convencimiento.



***



Incapaz de resolver la cuestión

del artefacto asesino

otra víctima se pregunta por sí misma:

¿Soy mejor víctima si muero a manos

de un egipcio o de un hitita,

de un troyano o de un heleno,

de un romano o de un cartaginés,

de un franco o de un sajón,

de un vikingo o de un celta,

de un fatimí o de un selyúcida,

de un güelfo o de un gibelino,

de un cruzado o de un otomano?




Llegado a este punto

la víctima reconoce

que ni tan siquiera tendrá tiempo

para poder repasar la infinita lista

de todos sus posibles agresores.

Tampoco sabe si es mejor un continente u otro

para morir,

ni cuál pueda ser la forma más adecuada

de hacerlo.

Por no saber,

no sabe si la razón debe ser

religiosa o económica,

política o cultural,

ideológica o estética,

geográfica o académica,

aunque unos instantes antes

de perder la vida

tiene la sospecha

de que ninguna de ellas

debería utilizarse

para arrebatársela a nadie.



***



Las víctimas no pueden hacer nada,

solo son víctimas,

y mueren por la causa

o tal vez sin causa alguna,

pero mueren.

Y este es el resultado: 


***


miércoles, 31 de enero de 2024

EL ORDEN DE LA VIDA

 Antes de nada, la presentación:


Se llama Iván, Iván G. M., compone música que podéis encontrar en su espacio de Spotify. Y ahí lo tenéis, delante de su equipo con el que es capaz de hacer auténticas diabluras. Una de ellas, si sois habituales, ya la conocéis. Es la que montó para "Las quimeras" de Nerval, el pasado día 9.

En fin, la casualidad ha querido obsequiarme con un vecino que además de simpático y buena persona hace música. Y no solo eso, sino que se ha ofrecido para crear acompañamientos a unos cuantos poemas del último título que he publicado; o sea, que va a realizar la banda sonora de El espesor de la herida. No hay mejor manera de comenzar el año.

Como anticipo, ya ha montado el primer poema de la sección II, la que lleva por título "El orden de la vida". Suena, en mi opinión, así de bien:

 
Muchas gracias, Iván, eres un auténtico artista y un lujo contar contigo como vecino.
***


martes, 10 de octubre de 2023

LECTURAS PÚBLICAS DE "EL ESPESOR DE LA HERIDA"




Estas son las lecturas que tengo previstas realizar durante el mes de octubre. Habrá poca explicación y mucha lectura de poemas. También, por supuesto, la posibilidad de que preguntéis cuanto consideréis conveniente. 

La sesión la he planteado para que pueda percibirse con total claridad cuál es la intención del poemario; por eso, iré leyendo de todas y cada una de las secciones con alguna aclaración previa —las justas nada más—. Quiero que el peso del contenido recaiga sobre la parte poética y no sobre la exégesis. La intención es, por tanto, hacer que la sesión se parezca lo más posible a un recital poético y no a una presentación.

Quienes deseéis adquirir el libro, podéis hacerlo mediante este enlace. Ahí mismo podéis expresar vuestras opiniones. El día de la lectura no va a estar presente. Yo no me encargo de eso. En cualquier caso, lo podéis leer completo desde este mismo blog.

Aquí disponéis de más información.
***

martes, 3 de octubre de 2023

EL ESPESOR DE LA HERIDA (Nieve negra)


"Nieve negra" es la tercera sección del poemario. A ella corresponden las composiciones más fragmentarias, breves y conceptuales. También es el apartado más oscuro, porque tiene como tema exclusivo el dolor, pero se habla de él sin referentes anecdóticos ni realistas. 

Salvando las distancias, la sección está inspirada en las composiciones del último Paul Celan y del Gamoneda de Lápidas o el Libro del frío.

***


martes, 26 de septiembre de 2023

TAL VEZ



 


"Tal vez" forma parte del último apartado del poemario. No será necesario nada más que mencionar el título para percibir que El espesor de la herida tiene un final esperanzado, aunque la realidad sea terca y no ofrezca muchas posibilidades de vislumbrar una sociedad que haya aprendido a resolver sus conflictos sin recurrir a la violencia.

El título es "Yo también tengo un sueño". Creo que es suficiente para indicar cuál es su referencia, el pensamiento con el que se alinea y qué deseo expresa.

***


viernes, 22 de septiembre de 2023

VERANO DEL 36

#elespesordelaherida

"Verano del 36" es el texto más duro de todos cuantos conforman el poemario, porque cuenta un hecho real que no es una excepción ni un caso aislado. Estos hechos se producen en todas las guerras, aunque nunca sean noticia en ninguna. Son la cara oculta de todas ellas y su aspecto más feroz e inhumano. En este caso, se trata del asesinato de un maestro y su mujer que no militaban en ningún bando, y que marcará toda la vida del hijo huérfano.

Pero El espesor de la herida es, fundamentalmente y por encima de todo, un poemario pacifista, un grito de dolor ante la guerra, todas las guerras, y una reivindicación apasionada de un mundo que sea capaz de resolver sus diferencias sin recurrir a la violencia.

El espesor de la herida ha sido redactado en el deseo, sin duda ingenuo, pero fervientemente sincero, de que algún poema de los que en este librito se recogen sirva para modificar alguna conciencia. Quisiera creer que cumple la intención e, incluso, puede llevar a alguien a territorios del pensamiento próximos a los que defendían Gandhi, Luther King o Mandela.



VERANO DEL 36


Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

MACHADO




José María y Valeriana,

naturales de Hervás y Aldeanueva del Camino

(Cáceres),

fallecieron algún día

del verano del 36,

poco antes de que las fuerzas sublevadas

llegaran a la ciudad.

Nadie sabe dónde están sus cadáveres.

Ni sus nombres. Nada.




No murieron

ni por Dios ni por España.

Alguien que no consta

ni en las listas de vencedores

ni vencidos

los sacó de casa

y los apeó de la vida

brutalmente

una noche de verano

del 36.

No sabemos

si llegó a salir la luna

o estuvo nublado todo el tiempo.

Tampoco sabemos

si cayeron de bruces

o lo hicieron de perfil.

Cayeron,

aunque no fuera

ni por Dios

ni por España.




Ni ellos ni sus asesinos

forman parte de la memoria.

Materia de olvido.

Ni vencidos ni vencedores,

solo un vacío en el registro de la historia,

en las listas de ausentes

y en las de las reivindicaciones.

Ni papeles. Ni cruces. Ni cementerios.

Silencio.

Ni por Dios

ni por España.




***




Días después

—ni por Dios ni por España—,

Luis, un muchacho

a punto de cumplir

los 15 años, recibe

la noticia

y el reloj de José María

rescatado de las ruinas.

Ni por Dios ni por España.

Solo rabia.

Y rencor.

Ciego de ira,

deja el internado

y se apunta a matar rojos.

Ni por Dios

ni por España,

por venganza.




***




No conocí a mis abuelos.

Unos pocos hombres malos

—ellos se creerían buenos—

una noche los mataron.


***


jueves, 14 de septiembre de 2023

DESAJUSTE EMOCIONAL ANTE LA MADRE PATRIA

Estatua de la madre patria. Volgogrado.
#unlibrounpoema
#elespesordelaherida
¿Hacia qué brutal hazaña nos conduces?
¿Qué pretendes enseñarnos?
¿Cómo quieres que nos deshagamos del miedo,
si tu presencia asusta
y tu gesto intimida?

¿Cuál es el precio necesario para conseguir tu afecto?
A tu lado Shylock parece, ciertamente, generoso.

¿Dónde guardas el anhelo de vida,
el impulso hacia la ternura,
el reparto, la comprensión, el abrazo,
el gesto amable y afectivo?

Yo tampoco he de callar
por más que con la espada o con la boca
anuncies guerra o amenaces miedo.

De ti me alejo cuanto puedo,
elijo la orfandad y el desamparo,
rechazo tanto tu calor como tu pecho
y me declaro, con amor, apátrida.



***


martes, 5 de septiembre de 2023

EL ESPESOR DE HERIDA

Editorial




CANTARES Y LAMENTOS 



Ni las verdades del odio 

ni las del corazón 

son verdades 

a fuerza de sufrimientos 

ni de repetición. 



*** 


Lo digo del derecho 

y lo digo del revés: 

en las guerras 

unos matan cuanto pueden, 

los demás 

sufren o mueren.

Así comienza este pequeño poemario, con dos sencillas estrofas a manera de las cancioncillas populares. 

Yo, que no utilizo el verso rimado, he recurrido a esta forma para aligerar todo el peso y presentar un par de afirmaciones que, en su rotundidad, pudieran resultar pretenciosas expresadas de otra manera. 

Son un primera llamada de atención sobre cuanto rodea a una guerra y la maquinaria propagandística que moviliza —lemas, mentiras arrogantes, publicidad descarada, enaltecimiento de la violencia, exacerbación del odio al enemigo, proclamas patrioteras...—, pero puestas de la manera más ligera e ingenua posible. 

Son pequeñas verdades a las que la rima y el verso corto quitan espesor a la herida. Incluso se puede poner música.

Son también un cariñoso y tímido abrazo al Machado de los Proverbios y cantares, otra gran víctima de la guerra.

***


sábado, 2 de septiembre de 2023

EL ESPESOR DE LA HERIDA

Editorial



Este poemario nace, desde el punto de vista temático, de la confluencia de un brutal hecho familiar y del estallido de la guerra en Ucrania. Podía haber surgido mucho antes, porque desde que yo tengo noticia del asesinato de mis abuelos paternos hasta que lo di por concluido hace relativamente poco tiempo, los conflictos armados en el mundo han sido muchos, demasiados, pero no fue así. El tema no me atraía entonces. 

Tampoco han sido mis fuertes convicciones pacifistas las que dieron el empujón inicial a cuanto en él expreso. Han sido anécdotas mucho más insignificantes las que al final me han determinado a escribirlo y publicarlo. La más cruel y estúpida de ellas la conforman pequeños comentarios de gente amiga y muy próxima recordándome que mis abuelos ya tenían su reconocimiento en esas cruces y placas que se colocaron al finalizar la guerra civil en pueblos y ciudades, con el lema: Caídos por Dios y por España, pero donde no figuraba nombre alguno. 

Este proceso llega a su nivel más despreciable cuando inicio una pequeña indagación para intentar averiguar en qué cuneta podrían estar sus ya irreconocibles esqueletos o en qué registro podrían constar sus nombres. Como ya se habrá entendido, a mis abuelos no los pasearon los insurgentes. Pero la memoria, ay, es caprichosa y parcial. Desde una de las asociaciones a las que acudo solicitando información se me dice: Pero es que tú eres de los vencedores. Me pareció soez. Di las gracias y colgué. 

Yo no gané nada. Tampoco mis abuelos. Tan solo mi padre ganó la pérdida de los suyos y con ellos, el norte. Ese hecho determinó de por vida su manera de entender el mundo. Manera que yo no compartía ni a los veinte ni a los treinta ni nunca. Pero que ahora, cuando él ya no está, puedo entender. Las personas somos mucho más que ideologías, aunque hay algunas a las que la ideología les ocupa todo el cerebro. 

Llegados a este punto, tal vez alguien piense que este poemario puede ser mi ajuste de cuentas personal con una parte de la historia de este país. Nada más lejos de la realidad. Basta con leer la contraportada que he redactado para darse cuenta de ello. Y quien lea el interior descubrirá inmediatamente que es una reflexión desde el dolor universal sobre el estado de guerra. Afortunadamente, ni soy yo quien la sufrió ni quien está sufriendo ninguna. Es una aproximación empática ante el horror de los más viles comportamientos que afloran en un estado de violencia total. La idea de matar a otra persona me parece abominable. Es todo ese horror y desconcierto el que he intentado plasmar en la sección Nieve negra, pero sin recurrir en ningún momento a escenas o episodios violentos.

También es un poemario que plantea preguntas sobre nuestra historia, no la de este país, sino la de la humanidad. Pretende despertar interrogantes con la sana intención, tal vez ingenua, de que nos los planteemos, aunque tan solo sea durante el breve instante que dura la lectura de un poema, con el propósito de que recordemos que son cuestiones que aún no hemos resuelto.

Y es una presentación de imágenes y elementos que tenemos muy asumidos en la historia de los pueblos y que diariamente vemos en unas ciudades y en otras, desde Lisboa hasta Tokio y desde Tokio a Nueva York. Las guerras y sus rituales de muerte dejan demasiados iconos esparcidos por doquier. Incluso contemplamos algunos como obras de arte.

El poema central, ahí donde el poemario alcanza el clímax emocional, es, claro está, donde se cuenta, ahora sí, la anécdota familiar del asesinato de mis abuelos, que empieza a manera de nota necrológica y va subiendo en intensidad emocional. 

Después, y por último, llega la expresión de un deseo que es el mismo deseo que se ha expresado tantas veces por personas más capaces e importantes que yo. Es la última sección. Lleva por título Yo también tengo un sueño. Con ese título no es necesario que aclare nada. 

Ojalá os guste y, si es así, me lo digáis. Pero mucho más me gustaría que tuviera la capacidad de remover alguna conciencia.

Y si no lo tenéis claro, aquí está el pdf del libro.

***