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sábado, 5 de abril de 2025

SALVADOR DÍAZ MIRÓN

Leer a Salvador Díaz Mirón en papel no es fácil porque esta edición, excelente edición, de FCE ya no está disponible, y en las bibliotecas del País Vasco no tienen ningún ejemplar. La única forma de conseguir algún ejemplar es recurriendo a Iberlibro, donde podemos encontrar unos cuantos títulos, bien de su Poesía completa, diversas antologías,  o bien títulos sueltos. Lascas, su obra más importante, está en unos cuantos formatos, y hasta una primera edición de 1901.

Si nos olvidamos de leer en papel, la Universidad Nacional autónoma de México, dispone de una buena colección de cuadernillos sobre poetas de todo el mundo y, por supuesto, de poetas nacionales. El dedicado a Díaz Mirón lo preparó Héctor Valdés y puede valer para una primera aproximación. 

Por suerte, la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes tiene recogido en su página el pdf de Lascas, edición original de 1901. El documento se puede descargar y leer en pantalla o, si se prefiere, imprimirlo en papel. En esa misma página web se encuentran tres ensayos sobre la obra del poeta mexicano: 

Al filo del Novecientos. Estudios de intercomunicación hispánica. De Guillermo Díaz-Plaja.

Díaz Mirón: poeta y artífice. De Alfonso Méndez Plancarte.


Y por si alguien tiene interés en la evolución del territorio mexicano desde lo que fue el virreinato hasta la actualidad, Geacron puede resultar de utilidad.

Y después de tantas advertencias, cierro esta entrada con la 


EPÍSTOLA JOCO-SERIA


                                                    Al editor

Mientras haya en ciudad y cortijo
gallineros que ostenten su rijo;
y por calles, y en lúbricos tratos,
ardentías de perros o gatos;
y en el aire y el muro y el suelo
moscas tiernas, a pares, en celo;
mi librillo en palacios y chozas
ha de ser inocente a las mozas.

Pero quise pecar de discreto;
y en extraño y heroico soneto
dejo dicho a mis trovas que apiñas:
"¡respetad el pudor de las niñas!"
Por "Idilio" y "Avernus", y acaso
algún otro desliz en el paso,
lo demás, que no funda querellas,
¡sufrirá privación de doncellas!

A las chicas ofreces lectura
de un primor: la Sagrada Escritura.
¿Y Sodoma con fieros priapismos
amagando a los ángeles mismos,
que se libran merced a un encanto?
¿Y las hijas de Lot? ¿Y el Rey Santo,
Betsabé y el cadáver de Urías?
¿Y Tamar con Amnán? ¡Fruslerías!

¡Ay! las cosas en sí quedan lejos.
Sólo dan al sensorio reflejos.
En mí el Cosmos intima señales
y es un haz de impresiones mentales.
Pero cunde al través de una lente
comba y tinta y jamás indolente,
que perturba en la imagen virgínea
el matiz, el calor y la línea.

¿Qué cristal el que filtra y altera?
Pues mi humor peculiar, mi manera.
Para mí, por virtud de objetivo,
todo existe según lo percibo.
Y el tamiz proporciona elemento
propio y lírico al gayo talento,
y es quien pone carácter y timbre,
novedad y valor a la urdimbre.

Pese a ti, lo real no anda fuera,
sino en sellos del alma, y espera
que facundia o cincel, brocha o pluma,
tornen diáfano el cerco de bruma.
Externarse con metro gallardo
y en fiel copia es el triunfo del bardo.
La mentira es la muerte y la escoria.
La verdad es la vida y la gloria.

Cuando pugno en las bregas del arte
por verter en trasunto una parte
del caudal que atesoro por dentro,
y en las voces hurañas encuentro
la precisa expresión y el buen giro
¡qué alborozo y qué orgullo respiro!
¡Cuál me alegra y ufana el acierto!
¡Un oasis hallado al desierto!

¿La moral? ¡Es el ara divina!
Mas escúchame, piensa y atina.
Una cosa en la práctica es fiemo,
es horror, ese feísimo extremo;
Pero exacta en la intensa pintura,
resplandece magnífica y pura,
si allí el vate no insufla malicia,
sino un grito a la eterna justicia.

¿Que la nota poluta y la torva
vibran mucho en el son de mi tiorba?
En el mundo lo dulce y lo claro
son, por ley de la suerte, lo raro.
¿Cómo hacerlos aquí lo frecuente?
No: la cámara obscura no miente.
Además: la tragedia sublime
es piedad y terror, sangra y gime.

Forma es fondo; y el fausto seduce
si no agranda y tampoco reduce.
¡Que un estilo no huelgue ni falte,
por hincar en un yerro un esmalte!
¡Que la veste resulte ceñida
al rigor de la estrecha medida,
aunque muestre, por gala o decoro,
opulencias de raso y de oro.

¿Que repulsas mi código? Basta.
La bandera, prendida en el asta
y undulando a las rachas supremas,
luce y riza colores y lemas;
y debajo a que nadie los toque,
y blandiendo flamígero estoque,
una musa de fuerza y de gracia
yergue a sol su hermosura y su audacia.

Escribe en nota Manuel Sol que los versos 82-88 (los que he subrayado) parecen haber inspirado al pintor catalán Juan Bernadet el dibujo de la primera portada de Lascas; sin embargo, ésta fue sustituida más tarde (...) por una más sobria y simple, que ostentaba el escudo del gobierno del Estado de Veracruz. 

***


miércoles, 12 de marzo de 2025

UN LIBRO, UN POEMA (Eduardo Chicharro)

En librerías
#unlibrounpoema


Eduardo Chicharro (1905-64) era hijo de pintor y él mismo se ganaba la vida como profesor en ese medio artístico. De hecho, no será hasta su regreso a España en 1943 —hasta entonces la mayor parte de su vida la había pasado en Italia— cuando comience a escribir poesía.

Y aquí surge el postismo, esa creación muy poco conocida y juguetona de Carlos Edmundo de Ory, Silvano Sernesi y el propio Eduardo Chicharro. Pero los años 40 en España no eran años para el juego creador ni la fabricación de versos. En realidad, no eran años para casi nada, pero ese es otro tema.

El libro, publicado diez años después de la muerte del escritor, recoge prácticamente la totalidad de su obra poética (La plurilingüe lengua, Tetralogía, Cartas de noche, Música celestial y otros mucho poemas no incluidos en título alguno, además de diversos materiales en prosa, como por ejemplo los manifiestos postistas).

Y vamos ahora con la más famosa de las Cartas de noche, la que dirigió al amigo de Ory:


CARTA DE NOCHE A CARLOS


Carlos yo te escribo trece trenes
trinos trece te estremece
y te envío mecedoras
a tu casa.
Que tu casa es una cosa
que no pasa.
En el filo sutilísimo te escribo
del estribo.
Puesto el pie en el mismo digo
como sigo por el hilo de tu higo
en el higo sutilísimo que sigo.
De mi casa a la tu casa sigo sigo
enviando mecedoras rutilantes.
Por la noche duermo, sueño, como, orino,
sueño papa manos pone tuyos hombros
cara tiene nívea cera transparente
gesto ambiguo de sus labios mucho temo
pasan cabras por sus ojos, dame leche
y en un coche pon la estrecha remolacha
por los siglos de los siglos que me orino.
Pasan ciervos por mis ojos
luchan truchas en mi lecho
por debajo pasa el grajo, por la orilla la abubilla.
Que mis huesos son de corcho sueño a veces
y las heces que vomito son como oro.
Un gigante se aparece cada noche
y me dice cada cosa cada cosa,
cada cosa que no entiendo va y me dice.
No me llama por mi nombre el gigante ese
ni me tira de la oreja.
Te pregunto Carlos ahora por qué escribo
y te envío mecedoras.
Si te cuento lo que sueño no entristezco
a ningún amigo bueno que me escucha
por lo menos así pienso entumecido
ya a las puertas de esta noche.
¿Qué me espera? ¿Quién se agita en la penumbra
que los párpados me cierra suavemente?
He aquí pues que vuelvo al sueño como un guante
del conejo que hay delante de mi fuente.
Guardo un trozo de casulla del gigante
pongo botas quito mantas cuelgo abrigos
traigo trapos y amontono las almohadas.
En un hoyo me cobijo, me hago el muerto
y en espera de que el sueño llegue aúllo.
Vuelve el viento, la casulla, la osamenta,
el gigante, el calcetín y la abubilla.
Mientras tanto, Carlos, rápido te envío mecedoras.
¿Las entiendes? ¿Tú las ves que te las mando?
Si entre tanto te lo cuento estáte atento
al bicho ese que se sube por las barbas
es un tanto alocadillo y come mucho.
Al abrigo de la noria está la liebre
el molino escupe hileras de cipreses
el anciano da patadas al pesebre
el obispo zurce el culo de la avispa
y en el mango de la escoba vive el piojo.
¿No ves Carlos por la noche tú también,
un portero con al hombro una escopeta?
¿Tiene una hija ese portero tú también?,
con la mano me hace señas y me enseña
una cosa mucilaginosa. ¿A ti no?
¿He de decir que me canso, que de cansar estoy vivo?
¿O he de decir que me vivo, que de vivir estoy canso?
Let me I write you, my dear.
Digo que me digas que digo
a estas cuatro paredes mi pena
mi congoja de hombre destartalado.
¿Soy yo cura, ámbito habito
o es el hábito del obispo
que hace al monje o no lo hace?
Sigo enviándote mecedoras,
cuídalas, límpialas, pómpalas,
góndolas, lámparas, ordéñalas,
albérgalas en tu pecho
que el sultán viejo lo dice:
si el refrán mata a la rata
pon tu casa enjalbegada
que a decir viene lo mismo.


[Los muy interesados podéis descargar y leer la tesis doctoral de Andreu Van Hooft Comajuncosas acudiendo a este enlace de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.]

***


miércoles, 26 de febrero de 2025

UN LIBRO, UN POEMA (Guillermo Carnero)

Editorial

#unlibrounopoema


Guillermo Carnero no es precisamente uno de esos poetas de la línea clara. No en vano, este ejemplar, que recoge su obra entre 1999 y 2009, tiene un estudio introductorio de 200 páginas, y añado: creo que necesarias. El tomo anterior, el que recoge la obra poética desde 1966 hasta 1990, también se acompaña de un extenso trabajo. El que aparece aquí, se ve en la cubierta, corrió a cargo de Elide Pitarello; del anterior, Dibujo de la muerte, se ocupó Ignacio Javier López

Conviene recordar aquí que Carnero no solo tiene una obra poética extensa e intensa, sino que ha recibido la mayor parte de los premios importantes que se dan en España. 

Y habrá que recordar también que la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes tiene una buena antología de su obra, por donde tal vez se puede empezar a leer y estudiar su poesía.

El poema:



DISOLUCIÓN DEL SUEÑO

Nadie puede instalarse
en los sueños de otro: están fundados
en la incredulidad, la decepción y el miedo,
y su inquietud no admite compañía.
Juguetes rotos de una niñez tapiada
que no quiere arriesgar el privilegio
de mecerse en la paz de no haber sido;
un andrajo sin nombre
vacante en el umbral del paraíso
al no tener un cuerpo que lo vista.
El que contempla el Sol no ve su fuego,
cifrado en cenital circunferencia;
baja la vista, y teme. Lo confunde la luz;
sólo puede mirarla si se mezcla
a los colores turbios de las cosas.
Tampoco se permite
afrontar la arrogancia de sus sueños.
Finge que no lamenta su vacío
pues no los tiene ni jamás los tuvo,
o  están a su alcance confirmados
en la corriente lenta donde flotan
las heces de los pactos de sus días;
o los destierra al sótano más hondo
sin calor ni alimento, hasta que mueren
y vagan insepultos y lo acosan
al apagar la luz en un cuarto de hotel;
y por fin engalana su cadáver,
lo corona de mirto y lo pasea
para ofrecerlo a quien lo pisotee,
y lo destierra al fin a la página escrita
para eludir su insulto de blancura,
salpicando de tinta su amenaza de espejo,
su insoslayable potestad de lirio.
Sueño: región más alta,
sonora en geometría cuyo color se vuelve
imán de la certeza del exilio.
La voz es una brisa que nos trae
los primeros jirones
de los aromas del jardín del sueño.
Ha de reburujarse como seda
o desplegarse cálida y redonda,
henchida al ascender en su ternura,
y volar sobre cumbres y estuarios.
Así tu voz, umbral de tantos mundos,
sabía concederlos resumidos
en la proximidad del horizonte
de la luz de la llama de una vela;
pero hoy vendría a mí tenue y descalza,
sobre la duda de cristales rotos
que esparciste en la estela de tu nombre.
Si rompieras a hablar, tu voz tendría
una pátina oscura de parajes
donde se pudre la lección del tiempo.
Ya no podré entenderte si me hablas:
sólo olvidando el lastre de las cosas
y las aristas negras de los nombres
tiene tu voz la pulcritud del sueño:
música en el estuche de su brillo.

En los sueños, los ojos son azules:
si son de otro color, no estás soñando.
El azul es un reino de dulzura.
Dulzura no es palabra suficiente
en lo espiritual y trascendido;
es la de los torrentes cuando llegan
a presentar en el Abril del valle
la rendición templada de su hielo,
conservando en color de las alturas
la transfiguración del aire límpido;
la del rumor de guijas y de conchas
que resuena en las playas por la noche,
llenando de sí misma
la conciencia de estar oculto y solo.
Cuando abrías los ojos levantabas
una cúpula azul sobre la tierra,
coronada de flámulas ardientes;
un recinto tan alto
y en su ofrenda de luz tan silencioso
que toda voluntad se deslizaba
por la pendiente del desasimiento.
Así unos ojos pueden encender
la latitud inaugural del mundo
diáfana y trasparente sin frontera,
y entrecerrar su propio laberinto
de heces y esquirlas de rumor taimado.
No quiero su amenaza
en la consternación del aire turbio:
sólo el azul extático y redondo.

La curvatura es vocación del río
con inflexiones lentas de meandro
en el arroyo que desciende al valle,
es consuelo en el círculo del Sol
cuando tiñe de rojo la parábola
en que la luz dibuja el horizonte,
espiral aguzada
en el brillo del brote de la hoja,
convexidad en la tensión del fruto,
densidad y turgencia
en todo lo colmado y lo creciente.
La redondez es signo de la carne
de mujer, salvación,
oasis de volumen
en la angustia del plano y de la recta;
pero ha de ser jardín al que no lleve
la ausencia de un camino no trazado.
Esa es la norma capital del sueño,
lo que confiere elevación de nube
y resplandor solar de paraíso
a la entereza de un jardín redondo
retirado al secreto
de su concavidad, sin que el dardo del tiempo
—serpiente rectilínea que hiere con la ciencia
del veneno sin paz de la memoria—
tenga puerta cerrada en que clavarse.
Pero tú oscureciste el horizonte
donde pudo brillar el más diáfano
silencio precursor de voz primera,
y trajiste al preludio
de su estación redonda la maldición del tiempo:
un largo corredor de palabras caídas
pudriéndose en la sombra de su otoño.
Así llegué al umbral del paraíso
como Moisés en su último viaje;
y en la desolación de la memoria
y la miseria del entendimiento
se desvanecen un jirón azul,
geometría sin voz, música abstracta.

Del poemario Espejo de gran niebla, 2002.

***


viernes, 6 de diciembre de 2024

ROSALÍA DE CASTRO

Adiós ríos, adiós fontes
adiós, regatos pequenos;
adiós, vista dos meus ollos,
non sei cándo nos veremos.


Miña terra, miña terra,
terra donde m’eu criei,
hortiña que quero tanto,
figueiriñas que prantei.

Prados, ríos, arboredas,
pinares que move o vento,
paxariños piadores,
casiña d’o meu contento.

Muiño dos castañares,
noites craras do luar,
campaniñas timbradoiras
da igrexiña do lugar.

Amoriñas das silveiras
que eu lle daba ó meu amor,
camiñiños antre o millo,
¡adiós para sempre adiós!

¡Adiós, gloria! ¡Adiós, contento!
¡Deixo a casa onde nacín,
deixo a aldea que conoso,
por un mundo que non vin!

Deixo amigos por extraños,
deixo a veiga polo mar;
deixo, en fin, canto ben quero…
¡quén pudera non deixar!
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 

Adiós, adiós, que me vou,
herbiñas do camposanto,
donde meu pai se enterrou,
herbiñas que biquei tanto,
terriña que nos criou.


Xa se oien lonxe, moi lonxe,
as campanas do pomar;
para min, ¡ai!, coitadiño,
nunca máis han de tocar.


¡Adiós tamén, queridiña…
Adiós por sempre quizáis!…
Dígoche este adiós chorando
desde a beiriña do mar.

Non me olvides, queridiña,
si morro de soidás…
tantas légoas mar adentro…
¡Miña casiña!, ¡meu lar!


(Aquí tenéis una traducción)

La poesía española del siglo XIX tendría muy poca importancia si no fuera por las dos grandes figuras que la coronan y la mejoran: Bécquer y Rosalía. Ambas figuras, a pesar de sus muchas diferencias, comparten tiempo (solo un año separa sus nacimientos), tendencia romántica, interés por la creación popular y, como consecuencia, el esfuerzo por simplificar el lenguaje poético para conseguir que exprese lo más íntimo y personal.

La poesía de nuestra gallega universal es muy fácil de encontrar, tanto en papel como en línea. Para quien desee la lectura en pantalla, la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes o la Fundación Rosalía tienen un buen catálogo de sus obras. Quien quiera leerlas solamente tiene que pulsar sobre el icono del libro que aparece sobre las letras html.

De la Fundación Juan March recojo el audio de la conferencia que impartió Ana Rodríguez Fischer en 2013:


Del Instituto Cervantes recojo este ciclo que bajo el título de Rosalía de Castro, tradición y modernidad, ofreció la conferencia de García Montero, Penélope sin Ulises. La herencia de Rosalía (minuto 22' 40'', en los actos protocolarios las presentaciones son siempre excesivas) y el recital de Amancio Prada (1h 16' 35''):

 
Al día siguiente, Arcadio López-Casanova impartió la conferencia Presencia de Rosalía en la poesía gallega contemporánea (10' 56''):


Después vino la mesa redonda Rosalía de Castro: su vida y su literatura en la que participaron Luis Alberto de Cuenca (10' 25''), Marina Mayoral (39' 03'') y Carlos G. Reigosa (1h 09' 05''), todos ellos presentados por Ángel Basanta.


Para quienes se atrevan un poco más, resultará de gran ayuda y mucho interés el Estudio literario de la obra de Rosalía de Castro, de Marina Mayoral, que la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes mantiene accesible para todo el mundo, tanto en castellano como en Galego.





Y para los que quieran profundizar todavía más en su poesía, La poesía de Rosalía de Castro, de la misma autora.
 
***


viernes, 15 de noviembre de 2024

TIEMPO DE SILENCIO, Luis Martín-Santos

Editorial
El centenario del nacimiento de Luis Martín-Santos (1924-1964) está sirviendo para recordar esta excepcional novela que algunos señalan como una de las mejores novelas del siglo XX de la literatura española. Pero habrá que argumentarlo. 

Tiempo de silencio, dicen algunos críticos enamorados de la novela y su infinidad de recursos técnicos, es mucho mejor que un curso intensivo de escritura creativa si se lee y se relee con atención. Efectivamente, cualquier gran novela, no las que forman torres en los comercios de libros, valen por un intensivo y muy provechoso curso de escritura creativa. Pero es necesario leerlas con mucha atención y lápiz en la mano.

Yo no voy a redactar ahora una reseña, porque eso requiere mucho más espacio que el de una simple entrada de blog. Luego citaré algún ensayo sobre esta novela que sí merece la pena ser leído si alguien busca ayuda para entenderla en extensión y profundidad. Aquí lo único que voy a señalar son algunas de esas virtudes y recursos para motivar a quien no la haya leído para que se acerque a ella y se dé cuenta de que no está ante una historia que se escribe para pasar el rato.

Lo primero que es necesario decir es que no se trata de una lectura sencilla. Conozco a alguna persona que abandonó la abandonó en el primer capítulo. Pero tampoco es una obra hermética ni llena de dificultades y, desde luego, nada aburrida, todo lo contrario. Por lo tanto, que nadie se desanime. 

Pero vayamos con algunos de esos recursos técnicos que la escritura de Martín-Santos pone en funcionamiento y que hacen de ella una escritura profundamente inteligente y atractiva.

  • Fragmentación del relato en una sucesión de episodios que pueden funcionar como un pequeño rompecabezas; eso sí, sin ninguna dificultad para el entendimiento del argumento, que aumenta la intensidad dramática de la historia y despierta el interés lector. 
  • Uso de un léxico riquísimo perfectamente adecuado a cada una de las situaciones de la novela: extranjerismos, latinismos, neologismos, argot, lenguaje chulesco de los barrios humildes,  lenguaje técnico, cultismos...
  • Monólogo interior (recordemos que el autor, además de un gran psiquiatra, era un voraz lector y conocía bien tanto la obra de los escritores del 98 como la de Joyce, Proust o Faulkner).
  • Como buen científico, era un profundo observador, lo que le permitía realizar unas finísimas descripciones de ambientes, tanto de grupos humanos como de espacios urbanos.
  • Puesta en práctica del estilo indirecto libre en el que se mezcla con soltura y eficacia la voz del narrador con la del personaje que habla.
  • Empleo de un estilo jocoso por parte del autor omnisciente que da origen a pequeñas charlas eutrapélicas insertas en el discurso narrativo y que ya practicaba Cervantes en sus Novelas Ejemplares.
  • Dicen los especialistas, pero esto ya no lo puedo decir yo, que ambiente, trama y personajes son totalmente barojianos y que Tiempo de silencio puede leerse como una actualización de El árbol de la ciencia, obra que yo no he leído.
  • Y no quiero dejar de citar las magníficas digresiones que le sirven para ir introduciendo reflexiones sobre la época, los grupos sociales, los ambientes, los personajes, las costumbres... Esta sobre Madrid en los años 40 es para leer con detenimiento: Hay ciudades tan descabaladas, tan faltas de sustancia histórica, tan traídas y llevadas por gobernantes arbitrarios, tan caprichosamente edificadas en desiertos, tan parcamente pobladas por una continuidad aprehensible de familias, tan lejanas de un mar o de un río, tan ostentosas en el reparto de su menguada pobreza, tan favorecidas por un cielo espléndido que hace olvidar casi todos sus defectos, tan ingenuamente contentas de sí mismas al modo de las mozas quinceñas, tan globalmente adquiridas para el prestigio de una dinastía, tan dotadas de tesoros —por otra parte— que puedan ser olvidados los no realizados a su tiempo, tan proyectadas sin pasión pero con concupiscencia hacia el futuro, tan desasidas de una auténtica nobleza, tan pobladas de un pueblo achulapado, tan heroicas en ocasiones sin que se sepa a ciencia cierta por qué sino de un modo elemental y físico como el del campesino joven que de un salto cruza el río, tan embriagadas de sí mismas aunque en verdad el licor de que están ahítas no tenga nada de embriagador, tan insospechadamente en otro tiempo prepotentes sobre capitales extranjeras dotadas de dos catedrales y de varias colegiatas mayores y de varios palacios encantados —un palacio encantado al menos para cada siglo—, tan incapaces para hablar su idioma con la recta entonación llana que le dan los pueblos situados hacia el norte a doscientos kilómetros de ella, tan sorprendidas por la llegada de un oro que puede convertirse en piedra pero que tal vez se convierta en carrozas y troncos de caballos con gualdrapas doradas sobre fondo negro, tan carentes de una auténtica judería, tan llenas de hombres serios cuando son importantes y simpáticos cuando no son’ importantes, tan vueltas de espalda a toda naturaleza —por lo menos hasta que en otro sitio se inventaron el tren eléctrico y la telesilla—, tan agitadas por tribunales eclesiásticos con relajación al brazo secular, tan Tiempo de silencio 10 poco visitadas por individuos auténticos de la raza nórdica, tan abundantes de torpes teólogos y faltas de excelentes místicos, tan llenas de tonadilleras y de autores de comedias de costumbres, de comedias de enredo, de comedias de capa y espada, de comedias de café, de comedias de punto de honor, de comedias de linda tapada, de comedias de bajo coturno, de comedias de salón francés, de comedias del café no de comedia dell’arte, tan abufaradas de autobuses de dos pisos que echan humo cuanto más negro mejor sobre aceras donde va la gente con gabardina los días de sol frío, que no tienen catedral.
Esto no es nada más que una pincelada para animar a la lectura. Su argumento es bien simple y eficaz (Wikipedia os lo cuenta en cinco parrafitos). Pero si queréis adentraros en planteamientos mucho más jugosos y disfrutar en profundidad, estos dos ensayos os ayudarán en todo el recorrido (hay más, pero tampoco es necesario abusar):

Alfonso Rey, Construcción y sentido en "Tiempo de silencio"

Juan Luis Suárez Granada, Guía de lectura de "Tiempo de silencio"

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sábado, 9 de noviembre de 2024

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

Después de haber dicho lo que dije en la tertulia del martes pasado, me desdigo y, para facilitar la consulta, agrupo en esta entrada todo aquello que andaba disperso por multitud de ellas. Recojo cuanto considero de mayor interés. 

Lo primero es la obra, sus Rimas. Yo todavía conservo el de la colección Austral. Hay infinidad de ediciones y todas las bibliotecas tienen alguna cuando no tienen varias. Para quienes prefieran leer en pantalla, la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes también las tiene recogidas.

  • De los documentales varios o conferencias diversas a los que se puede acceder en internet, los mejores, los que se ajustan al trabajo de investigación, son estos que dejo insertados: Bécquer desconocido con guión de Aleix Raya y Miguel A. Reina, la dirección es de Manuel H. Martín.
  • Una de las dos conferencias que ofreció Jesús Rubio Jiménez en la Fundación Juan March hace ya poco más de diez años.
  • Hay otro documental realizado por RTVE que se emitió en la serie de Imprescindibles y que tenía como centro temático el misterio. Para verlo hay que abrir cuenta en RTVE Play (es gratuito).

 

Para quienes deseen ir más allá y profundizar en la pulcra perfección de sus rimas o adentrarse en los detalles de su biografía, un par de recomendaciones: el primer ensayo corto de Dámaso Alonso en su célebre Poetas españoles contemporáneos; para la biografía, el voluminoso y bien documentado trabajo de investigación del hispanista Robert Pigeard, Bécquer, leyenda y realidad (Muchas gracias, Santi)

El punto y final lo pongo con esta recopilación de sugerencias becquerianas: 
  • el concierto de Amancio Prada cantando poemas del poeta sevillano,
 


sátira pornográfico-política atribuida, la investigación actual pone en duda esa atribución, a los hermanos Bécquer. El catálogo de las acuarelas comienza en la página 76. 



***


lunes, 29 de julio de 2024

PERO LÓPEZ DE AYALA Y SU RIMADO DE PALACIO

Editorial
Menéndez y Pelayo lo presenta 
así en su inmensa Antología, en un párrafo multitud de veces citado en muchos trabajos sobre el Canciller: 

Nacido en Vitoria, ciudad ya medio castellana, de padre alavés y madre montañesa, pareció juntar en su persona los opuestos caracteres de las dos razas que desigualmente se reparten el Norte de España, y fue perseverante y tenaz como el euskaro; astuto, cauteloso y sutil como el cántabro. Así acertó a atravesar con fama de hombre honrado y de buen caballero el calamitoso siglo XIV, sin mancharse, como casi todos sus contemporáneos, con actos de brutal fiereza, sin cometer ninguna acción positivamente indigna, pero sin descuidar un punto el propio provecho, sacando partido hasta de sus desgracias y reveses, para acumular sin tasa, pero también sin escándalo de nadie, señoríos, alcaldías, tenencias, heredamientos y buena cantidad de sonantes doblas; con lo cual, de pobre solariego del Norte, vino a ser prócer opulentísimo, canciller del Reino y árbitro de los destinos de Castilla, haciendo sus evoluciones políticas tan a punto y con tal destreza y tan aparente color del bien público, que el mismo Maquiavelo le hubiera saludado como aventajadísimo precursor teórico y práctico de sus máximas y aforismos, principalmente en lo de bordear los límites de la inmoralidad sin caer resueltamente dentro de ella. Su larga vida (1332-1406), que le permitió alcanzar cinco reyes en Castilla, fué una obra maestra de engrandecimiento y medro personal, una verdadera obra de arte más interesante que su Rimado de Palacio, aunque menos noble y severa que sus Crónicas. Es cierto que la fortuna no le desamparó nunca, pero fué porque él supo forzar a la fortuna y someterla a la fría combinación de sus cálculos, que no le fallaron ni una vez sola, porque iban fundados en profunda observación de la naturaleza humana. Quien escriba la historia de nuestra Edad Media, verá en él el primer tipo de hombre moderno Antología de poetas líricos castellanos, vol I, p 346).

Casa solar en Quejana. Es visitable. Fotografía tomada desde La robleda de los sueños.

López de Ayala no era el Arcipreste, ni tenía su frescura ni su gracejo. Mientras que el Arcipreste es un hombre que se mezcla con el pueblo llano y tiene un estilo vivo, lleno de humor, el Canciller es un hombre metido en política, que conoce bien lo que se cuece detrás de las bambalinas del poder y lo denuncia con clara intención moral y aleccionadora. 

Posiblemente hoy lo que más nos interese y nos atraiga de su Rimado (8200 versos escritos en su mayor parte en cuaderna vía) sean los capítulos Del governamiento de la república, De los mercadores, De los letrados, De la guerra, De la justiçia, De los fechos del palaçio; en fin, todo eso que mejor conocía y que más le preocupaba. Tomo el ejemplo donde habla de la guerra, ya que es el más corto y puedo ofrecerlo completo (el libro entero lo podéis leer en la Biblioteca virtual Miguel de Cervantes):

Cobdician caballeros las guerras de cada día,
por levar muy grant sueldo e doblar la cuantía;
e fuelgan cuando la tierra veen en robería
de ladrones e cortones que traen en compañía.


Olvidado han a los moros e las sus guerras fazer,
que en otras tierras llanas asaz fallan que comer:
unos son ya capitanes, otros enbian correr,
sobre los pobres sin culpa se acostumbran mantener.


Los cristianos han las guerras, los moros están folgados,
en todos los más regnos ya tienen reyes doblados;
e todo aquesto viene por los malos nuestros pecados,
ca nos somos contra Dios en todas cosas errados.


Los que solían las tierras con los sus bueyes labrar,
todos toman ya armas e comiençan a andar,
a robar las pobres gentes, e así las fazen hermar:
Dios solamente es Aquél que esto podría emendar.


Non pueden usar justiçia los reyes en la su tierra,
ca dizen que lo non sufre el tal tiempo de guerra:
asaz es engañado e contra Dios mucho yerra
quien el camino llano desanpara por la sierra.


Y un par de estrofas sobre la jefatura eclesiástica:


Agora que el papadgo es puesto en riqueza,
de le tomar qualquiera no l' toman grant pereza;
maguera sean viejos, nunca sienten flaqueza,
ca nunca vieron papa que muriese en pobreza.


En el tiempo muy santo non podían aver
uno que este estado se treviese a tener;
agora , mal pecado, ya lo podedes ver
do se dan a puñadas quién podrá papa ser.


Para contextualizar la obra es conveniente recordar que la época en que vive y escribe López de Ayala es la de la guerra civil entre seguidores de Pedro I y su hermanastro Enrique II, que a su vez se encuadra dentro de la más amplia guerra de los Cien Años; sin olvidar que es también la época del famoso Cisma de Occidente, que ocasionó una gran tensión en la sociedad de la época y llegaron a convivir hasta tres papas al mismo tiempo. No es de extrañar que ante esta situación el tono del Canciller fuera un tanto pesimista.

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lunes, 3 de junio de 2024

LITERATURA Y ENTRETENIMIENTO

Editorial

Editorial
 No es necesario ser un lince para darse cuenta de que hay una enorme diferencia entre unos libros que están escritos para que pasemos un buen rato leyéndolos, sean del género que sean, si bien generalmente son textos narrativos, y otros que, además de entretenimiento, nos ofrecen mucho más, incluso nos exigen mucho más. Los primeros sirven para pasar el rato; los segundos nos dan una visión del mundo, es decir, nos enseñan a descubrir aspectos de la realidad o de nosotros mismos. Estos son los que forman parte de la historia de la literatura. Los otros no van más allá de ser un producto comercial, que pueden estar incluso muy bien escritos, pero que nunca formarán parte de la historia colectiva de la humanidad. 

Ya sé que esta no es una idea novedosa, aunque de vez en cuando sea necesario recordarla para no caer en la falacia de pensar que Murasaki, Cervantes, Austen o Flaubert son equivalentes a algunos de los muchos nombres que llenan los espacios de muchas librerías en la actualidad o firman libros en alguna feria. Está muy bien vender libros y ganarse la vida escribiendo, pero conviene diferenciar entre lo que es actividad mercantil y actividad intelectual, aunque en ocasiones se den las dos al mismo tiempo.

En el libro de Gomá podemos leer: Llamamos artistas a quienes, por una inspiración misteriosa, completan con la imaginación las cuarenta piezas que faltan a la experiencia y, como si ya estuvieran colocadas las cincuenta del total, son conmovidos por la visión resultante, que ensambla la pluralidad desordenada de los fragmentos y les da por primera vez unidad de sentido. Y más adelante: Escritos a secas es aquella persona que ha aprendido el oficio de poner una palabra después de la otra y componer con ellas un texto, mientras que poeta es aquel escritor con vocación cuyo texto, además de bien redactado, plasma la imagen del mundo que ha conocido en el curso de la visión. 

En el breve ensayo de Rorty, el primero de los que aparecen recogidos en el libro de Kairós (Filósofos, novelistas y comparaciones interculturales: Heidegger, Kundera y dickens) se va más allá y se defiende la idea de que podemos apreciar mucho mejor la visión del mundo y la transmisión de ideas a través del trabajo de los poetas que de los profesionales encargados de la tarea, es decir, de los filósofos. Para eso inicia su argumentación apoyándose en una cita de Kundera a través de la cual podemos entender que para comprender en qué fallaron las expectativas de la Ilustración, no es a Horkheimer Adorno a quienes debemos leer, sino a Flaubert. Quien lo dice es un filósofo, no un poeta.

Lo que quiero destacar con este par de citas es que la Literatura (es decir, la que hacen los poetas; no la que practican quienes tienen por oficio escribir), además de ser una fuente inagotable de placeres estético-intelectuales, es, y ahí reside la diferencia sustancial, una inmensa lección de humanidad donde aprender del mundo y sus problemas, de lo que somos y nos configura, de lo que nos rodea y de cómo afrontarlo. La Literatura, en definitiva, nos descubre el placer de encontrarnos y reconocernos. 

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sábado, 27 de abril de 2024

FRANCISCO RICO (1942-2024)

 

Francisco Rico28 de abril de 1942-27 de abril de 2024

Ha fallecido Francisco Rico. Nos deja una obra llena de conocimiento para que sigamos aprendiendo y disfrutando:

Ediciones a su cuidado:

La novela picaresca española.
Agustín Moreto, El desdén, con el desdén.
Francesco Petrarca, Obras 1
Historia y crítica de la literatura española.
Mateo Alemán, Guzmán de Alfarache.
Lope de Vega, El caballero de Olmedo.
Lazarillo de Tormes.
Mil años de poesía española.
Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha.
Francesco Petrarca.
Mil años de poesía europea.
Carmina burana.

Y una conversación con José-Carlos Mainer en la Fundación March de hace diez años: 

Y una conferencia bajo el título de La realidad de la fantasía que recomiendo vivamente.

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lunes, 15 de abril de 2024

VALLADOLID, ARTE EN LA CALLE

Lo profundo es el aire

 Cada vez aprecio más la escultura urbana y me gusta ver cómo las ciudades, en general, van ampliando la oferta e incorporando obra de todos los estilos, no solamente la de corte realista y reproducción de figura en homenaje a tal o cual personalidad destacada. En este sentido, no es lo mismo pasear por una de las grandes capitales del mundo que por una ciudad de provincias, pero en cualquiera de ellas podemos encontrar siempre algo que nos sorprenda y agrade. 

Prácticamente nada más llegar a Valladolid, lo primero que hice fue acercarme a la obra de Chillida. Las conexiones de todo tipo que tenemos en casa con ella son especiales y era una visita obligada. Por desgracia, cuanto se ve en la fotografía que abre este comentario es lo que se podía ver. Las obras de limpieza y rehabilitación en el exterior de la iglesia de san Pablo han obligado a protegerla.

Pero si ya sabéis de dónde procede el título de la obra del exportero de la Real Sociedad, que esa es la conexión fundamental en este caso —no la personal—, se me hacía obligatorio acercarme hasta el pequeño estanque donde Jorge Guillén se divierte jugando a los barquitos con la infancia.  

Jorge Guillén y la infancia

Claro, si empezamos a tocar el mundo literario, Valladolid es algo así como sinónimo de Zorrilla. Y este monumento, por representar lo que representa, el autor del don Juan más famoso de la literatura española, por estar situado donde está y porque será uno de las más antiguos de la ciudad, es, posiblemente, el monumento homenaje a una persona real más conocido por la ciudadanía propia y por la ajena.


La conexión literaria, de fuerte raigambre en la ciudad del Pisuerga, nos lleva inmediatamente a otras dos esculturas mucho más recientes, la de Miguel Delibes, a pocos metros de la anterior, justo a la entrada del parque Campo Grande


y la de Rosa Chacel, en la Plaza del Puente, muy cerca de donde se encuentra la de su compañero de generación, la de Jorge Guillén (también hay un busto de la escritora en el Campo Grande).


Exactamente cien años —conexión temporal—después de que naciera Rosa Chacel, Faustino Aizkorbe —conexión vasco-navarra— dejó está abstracción en acero corten A la amistad, Stella III. Se encuentra al final de la calle Héroes de Alcántara.

La conexión vasco-abstracta nos puede llevar unas pocas calles hacia el este, hasta la entrada a la Fundación Segundo y Santiago Montes, en la calle Núñez de Arce, donde nos encontramos con este Retrato de un gudari llamado Odiseo obra de Oteiza, que, por cierto, no es la única que existe en las calles de la ciudad.


Y el capricho del azar quiso que mientras me encontraba por allí, en el Museo Patio Herreriano estuviera la exposición temporal "Vanguardia y destino" donde se puede ver otro Retrato de un gudari llamado Odiseo. Conexión absoluta.


Pero no quedan ahí los caprichos conectivos del azar. En la misma exposición, dos salas más allá de la anterior, asomaba la cola de la ballena más famosa de la historia de la literatura, Moby Dick, de Adolf o Adolfo Schlosser, que toda la vecindad de la plaza José Mª Sert de Donosti ve diariamente cada vez que se asoma desde su casa. 


Y continuando dentro del ambiente de la abstracción, en la otra orilla del Pisuerga se encuentra, junto al parlamento de Castilla y León, esta obra mucho más colorista y de tendencia vertical, Metamorfosis, del murciano Cristóbal Gabarrón


Entre la abstracción y el figurativismo nos podemos dejar encantar por esta pareja con la que casualmente me encontré cuando iba de camino hacia la Museo Casa de Cervantes. Se titula, precisamente, Encuentro, y es obra de Feliciano Álvarez Buenaposada.


Muy cerquita de este gozoso Encuentro se produjeron estos otros tres, de estilos muy diferentes, pero los tres llenos de encanto, todos ellos en la plaza de España:

Escenas del mercado, de Gonzalo Coello Campos

Homenaje al voluntariado social, de Eduardo Cuadrado

La bola del mundo, de Ana Jiménez

Hubo más encuentros, resultado de todo tipo de conexiones, pero no quiero abusar de vuestra paciencia. Eso sí, si el arte urbano os interesa y tenéis intención de pasar por Valladolid, podéis utilizar la página de Arte en la calle o la de Arte en ValladolidCualquiera de las dos puede realizar el servicio de guía para indicaros qué ver y dónde. 

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