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viernes, 15 de noviembre de 2024

TIEMPO DE SILENCIO, Luis Martín-Santos

Editorial
El centenario del nacimiento de Luis Martín-Santos (1924-1964) está sirviendo para recordar esta excepcional novela que algunos señalan como una de las mejores novelas del siglo XX de la literatura española. Pero habrá que argumentarlo. 

Tiempo de silencio, dicen algunos críticos enamorados de la novela y su infinidad de recursos técnicos, es mucho mejor que un curso intensivo de escritura creativa si se lee y se relee con atención. Efectivamente, cualquier gran novela, no las que forman torres en los comercios de libros, valen por un intensivo y muy provechoso curso de escritura creativa. Pero es necesario leerlas con mucha atención y lápiz en la mano.

Yo no voy a redactar ahora una reseña, porque eso requiere mucho más espacio que el de una simple entrada de blog. Luego citaré algún ensayo sobre esta novela que sí merece la pena ser leído si alguien busca ayuda para entenderla en extensión y profundidad. Aquí lo único que voy a señalar son algunas de esas virtudes y recursos para motivar a quien no la haya leído para que se acerque a ella y se dé cuenta de que no está ante una historia que se escribe para pasar el rato.

Lo primero que es necesario decir es que no se trata de una lectura sencilla. Conozco a alguna persona que abandonó la abandonó en el primer capítulo. Pero tampoco es una obra hermética ni llena de dificultades y, desde luego, nada aburrida, todo lo contrario. Por lo tanto, que nadie se desanime. 

Pero vayamos con algunos de esos recursos técnicos que la escritura de Martín-Santos pone en funcionamiento y que hacen de ella una escritura profundamente inteligente y atractiva.

  • Fragmentación del relato en una sucesión de episodios que pueden funcionar como un pequeño rompecabezas; eso sí, sin ninguna dificultad para el entendimiento del argumento, que aumenta la intensidad dramática de la historia y despierta el interés lector. 
  • Uso de un léxico riquísimo perfectamente adecuado a cada una de las situaciones de la novela: extranjerismos, latinismos, neologismos, argot, lenguaje chulesco de los barrios humildes,  lenguaje técnico, cultismos...
  • Monólogo interior (recordemos que el autor, además de un gran psiquiatra, era un voraz lector y conocía bien tanto la obra de los escritores del 98 como la de Joyce, Proust o Faulkner).
  • Como buen científico, era un profundo observador, lo que le permitía realizar unas finísimas descripciones de ambientes, tanto de grupos humanos como de espacios urbanos.
  • Puesta en práctica del estilo indirecto libre en el que se mezcla con soltura y eficacia la voz del narrador con la del personaje que habla.
  • Empleo de un estilo jocoso por parte del autor omnisciente que da origen a pequeñas charlas eutrapélicas insertas en el discurso narrativo y que ya practicaba Cervantes en sus Novelas Ejemplares.
  • Dicen los especialistas, pero esto ya no lo puedo decir yo, que ambiente, trama y personajes son totalmente barojianos y que Tiempo de silencio puede leerse como una actualización de El árbol de la ciencia, obra que yo no he leído.
  • Y no quiero dejar de citar las magníficas digresiones que le sirven para ir introduciendo reflexiones sobre la época, los grupos sociales, los ambientes, los personajes, las costumbres... Esta sobre Madrid en los años 40 es para leer con detenimiento: Hay ciudades tan descabaladas, tan faltas de sustancia histórica, tan traídas y llevadas por gobernantes arbitrarios, tan caprichosamente edificadas en desiertos, tan parcamente pobladas por una continuidad aprehensible de familias, tan lejanas de un mar o de un río, tan ostentosas en el reparto de su menguada pobreza, tan favorecidas por un cielo espléndido que hace olvidar casi todos sus defectos, tan ingenuamente contentas de sí mismas al modo de las mozas quinceñas, tan globalmente adquiridas para el prestigio de una dinastía, tan dotadas de tesoros —por otra parte— que puedan ser olvidados los no realizados a su tiempo, tan proyectadas sin pasión pero con concupiscencia hacia el futuro, tan desasidas de una auténtica nobleza, tan pobladas de un pueblo achulapado, tan heroicas en ocasiones sin que se sepa a ciencia cierta por qué sino de un modo elemental y físico como el del campesino joven que de un salto cruza el río, tan embriagadas de sí mismas aunque en verdad el licor de que están ahítas no tenga nada de embriagador, tan insospechadamente en otro tiempo prepotentes sobre capitales extranjeras dotadas de dos catedrales y de varias colegiatas mayores y de varios palacios encantados —un palacio encantado al menos para cada siglo—, tan incapaces para hablar su idioma con la recta entonación llana que le dan los pueblos situados hacia el norte a doscientos kilómetros de ella, tan sorprendidas por la llegada de un oro que puede convertirse en piedra pero que tal vez se convierta en carrozas y troncos de caballos con gualdrapas doradas sobre fondo negro, tan carentes de una auténtica judería, tan llenas de hombres serios cuando son importantes y simpáticos cuando no son’ importantes, tan vueltas de espalda a toda naturaleza —por lo menos hasta que en otro sitio se inventaron el tren eléctrico y la telesilla—, tan agitadas por tribunales eclesiásticos con relajación al brazo secular, tan Tiempo de silencio 10 poco visitadas por individuos auténticos de la raza nórdica, tan abundantes de torpes teólogos y faltas de excelentes místicos, tan llenas de tonadilleras y de autores de comedias de costumbres, de comedias de enredo, de comedias de capa y espada, de comedias de café, de comedias de punto de honor, de comedias de linda tapada, de comedias de bajo coturno, de comedias de salón francés, de comedias del café no de comedia dell’arte, tan abufaradas de autobuses de dos pisos que echan humo cuanto más negro mejor sobre aceras donde va la gente con gabardina los días de sol frío, que no tienen catedral.
Esto no es nada más que una pincelada para animar a la lectura. Su argumento es bien simple y eficaz (Wikipedia os lo cuenta en cinco parrafitos). Pero si queréis adentraros en planteamientos mucho más jugosos y disfrutar en profundidad, estos dos ensayos os ayudarán en todo el recorrido (hay más, pero tampoco es necesario abusar):

Alfonso Rey, Construcción y sentido en "Tiempo de silencio"

Juan Luis Suárez Granada, Guía de lectura de "Tiempo de silencio"

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sábado, 9 de noviembre de 2024

GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER

Después de haber dicho lo que dije en la tertulia del martes pasado, me desdigo y, para facilitar la consulta, agrupo en esta entrada todo aquello que andaba disperso por multitud de ellas. Recojo cuanto considero de mayor interés. 

Lo primero es la obra, sus Rimas. Yo todavía conservo el de la colección Austral. Hay infinidad de ediciones y todas las bibliotecas tienen alguna cuando no tienen varias. Para quienes prefieran leer en pantalla, la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes también las tiene recogidas.

  • De los documentales varios o conferencias diversas a los que se puede acceder en internet, los mejores, los que se ajustan al trabajo de investigación, son estos que dejo insertados: Bécquer desconocido con guión de Aleix Raya y Miguel A. Reina, la dirección es de Manuel H. Martín.
  • Una de las dos conferencias que ofreció Jesús Rubio Jiménez en la Fundación Juan March hace ya poco más de diez años.
  • Hay otro documental realizado por RTVE que se emitió en la serie de Imprescindibles y que tenía como centro temático el misterio. Para verlo hay que abrir cuenta en RTVE Play (es gratuito).

 

Para quienes deseen ir más allá y profundizar en la pulcra perfección de sus rimas o adentrarse en los detalles de su biografía, un par de recomendaciones: el primer ensayo corto de Dámaso Alonso en su célebre Poetas españoles contemporáneos; para la biografía, el voluminoso y bien documentado trabajo de investigación del hispanista Robert Pigeard, Bécquer, leyenda y realidad (Muchas gracias, Santi)

El punto y final lo pongo con esta recopilación de sugerencias becquerianas: 
  • el concierto de Amancio Prada cantando poemas del poeta sevillano,
 


sátira pornográfico-política atribuida, la investigación actual pone en duda esa atribución, a los hermanos Bécquer. El catálogo de las acuarelas comienza en la página 76. 


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lunes, 29 de julio de 2024

PERO LÓPEZ DE AYALA Y SU RIMADO DE PALACIO

Editorial
Menéndez y Pelayo lo presenta 
así en su inmensa Antología, en un párrafo multitud de veces citado en muchos trabajos sobre el Canciller: 

Nacido en Vitoria, ciudad ya medio castellana, de padre alavés y madre montañesa, pareció juntar en su persona los opuestos caracteres de las dos razas que desigualmente se reparten el Norte de España, y fue perseverante y tenaz como el euskaro; astuto, cauteloso y sutil como el cántabro. Así acertó a atravesar con fama de hombre honrado y de buen caballero el calamitoso siglo XIV, sin mancharse, como casi todos sus contemporáneos, con actos de brutal fiereza, sin cometer ninguna acción positivamente indigna, pero sin descuidar un punto el propio provecho, sacando partido hasta de sus desgracias y reveses, para acumular sin tasa, pero también sin escándalo de nadie, señoríos, alcaldías, tenencias, heredamientos y buena cantidad de sonantes doblas; con lo cual, de pobre solariego del Norte, vino a ser prócer opulentísimo, canciller del Reino y árbitro de los destinos de Castilla, haciendo sus evoluciones políticas tan a punto y con tal destreza y tan aparente color del bien público, que el mismo Maquiavelo le hubiera saludado como aventajadísimo precursor teórico y práctico de sus máximas y aforismos, principalmente en lo de bordear los límites de la inmoralidad sin caer resueltamente dentro de ella. Su larga vida (1332-1406), que le permitió alcanzar cinco reyes en Castilla, fué una obra maestra de engrandecimiento y medro personal, una verdadera obra de arte más interesante que su Rimado de Palacio, aunque menos noble y severa que sus Crónicas. Es cierto que la fortuna no le desamparó nunca, pero fué porque él supo forzar a la fortuna y someterla a la fría combinación de sus cálculos, que no le fallaron ni una vez sola, porque iban fundados en profunda observación de la naturaleza humana. Quien escriba la historia de nuestra Edad Media, verá en él el primer tipo de hombre moderno Antología de poetas líricos castellanos, vol I, p 346).

Casa solar en Quejana. Es visitable. Fotografía tomada desde La robleda de los sueños.

López de Ayala no era el Arcipreste, ni tenía su frescura ni su gracejo. Mientras que el Arcipreste es un hombre que se mezcla con el pueblo llano y tiene un estilo vivo, lleno de humor, el Canciller es un hombre metido en política, que conoce bien lo que se cuece detrás de las bambalinas del poder y lo denuncia con clara intención moral y aleccionadora. 

Posiblemente hoy lo que más nos interese y nos atraiga de su Rimado (8200 versos escritos en su mayor parte en cuaderna vía) sean los capítulos Del governamiento de la república, De los mercadores, De los letrados, De la guerra, De la justiçia, De los fechos del palaçio; en fin, todo eso que mejor conocía y que más le preocupaba. Tomo el ejemplo donde habla de la guerra, ya que es el más corto y puedo ofrecerlo completo (el libro entero lo podéis leer en la Biblioteca virtual Miguel de Cervantes):

Cobdician caballeros las guerras de cada día,
por levar muy grant sueldo e doblar la cuantía;
e fuelgan cuando la tierra veen en robería
de ladrones e cortones que traen en compañía.


Olvidado han a los moros e las sus guerras fazer,
que en otras tierras llanas asaz fallan que comer:
unos son ya capitanes, otros enbian correr,
sobre los pobres sin culpa se acostumbran mantener.


Los cristianos han las guerras, los moros están folgados,
en todos los más regnos ya tienen reyes doblados;
e todo aquesto viene por los malos nuestros pecados,
ca nos somos contra Dios en todas cosas errados.


Los que solían las tierras con los sus bueyes labrar,
todos toman ya armas e comiençan a andar,
a robar las pobres gentes, e así las fazen hermar:
Dios solamente es Aquél que esto podría emendar.


Non pueden usar justiçia los reyes en la su tierra,
ca dizen que lo non sufre el tal tiempo de guerra:
asaz es engañado e contra Dios mucho yerra
quien el camino llano desanpara por la sierra.


Y un par de estrofas sobre la jefatura eclesiástica:


Agora que el papadgo es puesto en riqueza,
de le tomar qualquiera no l' toman grant pereza;
maguera sean viejos, nunca sienten flaqueza,
ca nunca vieron papa que muriese en pobreza.


En el tiempo muy santo non podían aver
uno que este estado se treviese a tener;
agora , mal pecado, ya lo podedes ver
do se dan a puñadas quién podrá papa ser.


Para contextualizar la obra es conveniente recordar que la época en que vive y escribe López de Ayala es la de la guerra civil entre seguidores de Pedro I y su hermanastro Enrique II, que a su vez se encuadra dentro de la más amplia guerra de los Cien Años; sin olvidar que es también la época del famoso Cisma de Occidente, que ocasionó una gran tensión en la sociedad de la época y llegaron a convivir hasta tres papas al mismo tiempo. No es de extrañar que ante esta situación el tono del Canciller fuera un tanto pesimista.

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lunes, 3 de junio de 2024

LITERATURA Y ENTRETENIMIENTO

Editorial

Editorial
 No es necesario ser un lince para darse cuenta de que hay una enorme diferencia entre unos libros que están escritos para que pasemos un buen rato leyéndolos, sean del género que sean, si bien generalmente son textos narrativos, y otros que, además de entretenimiento, nos ofrecen mucho más, incluso nos exigen mucho más. Los primeros sirven para pasar el rato; los segundos nos dan una visión del mundo, es decir, nos enseñan a descubrir aspectos de la realidad o de nosotros mismos. Estos son los que forman parte de la historia de la literatura. Los otros no van más allá de ser un producto comercial, que pueden estar incluso muy bien escritos, pero que nunca formarán parte de la historia colectiva de la humanidad. 

Ya sé que esta no es una idea novedosa, aunque de vez en cuando sea necesario recordarla para no caer en la falacia de pensar que Murasaki, Cervantes, Austen o Flaubert son equivalentes a algunos de los muchos nombres que llenan los espacios de muchas librerías en la actualidad o firman libros en alguna feria. Está muy bien vender libros y ganarse la vida escribiendo, pero conviene diferenciar entre lo que es actividad mercantil y actividad intelectual, aunque en ocasiones se den las dos al mismo tiempo.

En el libro de Gomá podemos leer: Llamamos artistas a quienes, por una inspiración misteriosa, completan con la imaginación las cuarenta piezas que faltan a la experiencia y, como si ya estuvieran colocadas las cincuenta del total, son conmovidos por la visión resultante, que ensambla la pluralidad desordenada de los fragmentos y les da por primera vez unidad de sentido. Y más adelante: Escritos a secas es aquella persona que ha aprendido el oficio de poner una palabra después de la otra y componer con ellas un texto, mientras que poeta es aquel escritor con vocación cuyo texto, además de bien redactado, plasma la imagen del mundo que ha conocido en el curso de la visión. 

En el breve ensayo de Rorty, el primero de los que aparecen recogidos en el libro de Kairós (Filósofos, novelistas y comparaciones interculturales: Heidegger, Kundera y dickens) se va más allá y se defiende la idea de que podemos apreciar mucho mejor la visión del mundo y la transmisión de ideas a través del trabajo de los poetas que de los profesionales encargados de la tarea, es decir, de los filósofos. Para eso inicia su argumentación apoyándose en una cita de Kundera a través de la cual podemos entender que para comprender en qué fallaron las expectativas de la Ilustración, no es a Horkheimer Adorno a quienes debemos leer, sino a Flaubert. Quien lo dice es un filósofo, no un poeta.

Lo que quiero destacar con este par de citas es que la Literatura (es decir, la que hacen los poetas; no la que practican quienes tienen por oficio escribir), además de ser una fuente inagotable de placeres estético-intelectuales, es, y ahí reside la diferencia sustancial, una inmensa lección de humanidad donde aprender del mundo y sus problemas, de lo que somos y nos configura, de lo que nos rodea y de cómo afrontarlo. La Literatura, en definitiva, nos descubre el placer de encontrarnos y reconocernos. 

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sábado, 27 de abril de 2024

FRANCISCO RICO (1942-2024)

 

Francisco Rico28 de abril de 1942-27 de abril de 2024

Ha fallecido Francisco Rico. Nos deja una obra llena de conocimiento para que sigamos aprendiendo y disfrutando:

Ediciones a su cuidado:

La novela picaresca española.
Agustín Moreto, El desdén, con el desdén.
Francesco Petrarca, Obras 1
Historia y crítica de la literatura española.
Mateo Alemán, Guzmán de Alfarache.
Lope de Vega, El caballero de Olmedo.
Lazarillo de Tormes.
Mil años de poesía española.
Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha.
Francesco Petrarca.
Mil años de poesía europea.
Carmina burana.

Y una conversación con José-Carlos Mainer en la Fundación March de hace diez años: 

Y una conferencia bajo el título de La realidad de la fantasía que recomiendo vivamente.

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lunes, 15 de abril de 2024

VALLADOLID, ARTE EN LA CALLE

Lo profundo es el aire

 Cada vez aprecio más la escultura urbana y me gusta ver cómo las ciudades, en general, van ampliando la oferta e incorporando obra de todos los estilos, no solamente la de corte realista y reproducción de figura en homenaje a tal o cual personalidad destacada. En este sentido, no es lo mismo pasear por una de las grandes capitales del mundo que por una ciudad de provincias, pero en cualquiera de ellas podemos encontrar siempre algo que nos sorprenda y agrade. 

Prácticamente nada más llegar a Valladolid, lo primero que hice fue acercarme a la obra de Chillida. Las conexiones de todo tipo que tenemos en casa con ella son especiales y era una visita obligada. Por desgracia, cuanto se ve en la fotografía que abre este comentario es lo que se podía ver. Las obras de limpieza y rehabilitación en el exterior de la iglesia de san Pablo han obligado a protegerla.

Pero si ya sabéis de dónde procede el título de la obra del exportero de la Real Sociedad, que esa es la conexión fundamental en este caso —no la personal—, se me hacía obligatorio acercarme hasta el pequeño estanque donde Jorge Guillén se divierte jugando a los barquitos con la infancia.  

Jorge Guillén y la infancia

Claro, si empezamos a tocar el mundo literario, Valladolid es algo así como sinónimo de Zorrilla. Y este monumento, por representar lo que representa, el autor del don Juan más famoso de la literatura española, por estar situado donde está y porque será uno de las más antiguos de la ciudad, es, posiblemente, el monumento homenaje a una persona real más conocido por la ciudadanía propia y por la ajena.


La conexión literaria, de fuerte raigambre en la ciudad del Pisuerga, nos lleva inmediatamente a otras dos esculturas mucho más recientes, la de Miguel Delibes, a pocos metros de la anterior, justo a la entrada del parque Campo Grande


y la de Rosa Chacel, en la Plaza del Puente, muy cerca de donde se encuentra la de su compañero de generación, la de Jorge Guillén (también hay un busto de la escritora en el Campo Grande).


Exactamente cien años —conexión temporal—después de que naciera Rosa Chacel, Faustino Aizkorbe —conexión vasco-navarra— dejó está abstracción en acero corten A la amistad, Stella III. Se encuentra al final de la calle Héroes de Alcántara.

La conexión vasco-abstracta nos puede llevar unas pocas calles hacia el este, hasta la entrada a la Fundación Segundo y Santiago Montes, en la calle Núñez de Arce, donde nos encontramos con este Retrato de un gudari llamado Odiseo obra de Oteiza, que, por cierto, no es la única que existe en las calles de la ciudad.


Y el capricho del azar quiso que mientras me encontraba por allí, en el Museo Patio Herreriano estuviera la exposición temporal "Vanguardia y destino" donde se puede ver otro Retrato de un gudari llamado Odiseo. Conexión absoluta.


Pero no quedan ahí los caprichos conectivos del azar. En la misma exposición, dos salas más allá de la anterior, asomaba la cola de la ballena más famosa de la historia de la literatura, Moby Dick, de Adolf o Adolfo Schlosser, que toda la vecindad de la plaza José Mª Sert de Donosti ve diariamente cada vez que se asoma desde su casa. 


Y continuando dentro del ambiente de la abstracción, en la otra orilla del Pisuerga se encuentra, junto al parlamento de Castilla y León, esta obra mucho más colorista y de tendencia vertical, Metamorfosis, del murciano Cristóbal Gabarrón


Entre la abstracción y el figurativismo nos podemos dejar encantar por esta pareja con la que casualmente me encontré cuando iba de camino hacia la Museo Casa de Cervantes. Se titula, precisamente, Encuentro, y es obra de Feliciano Álvarez Buenaposada.


Muy cerquita de este gozoso Encuentro se produjeron estos otros tres, de estilos muy diferentes, pero los tres llenos de encanto, todos ellos en la plaza de España:

Escenas del mercado, de Gonzalo Coello Campos

Homenaje al voluntariado social, de Eduardo Cuadrado

La bola del mundo, de Ana Jiménez

Hubo más encuentros, resultado de todo tipo de conexiones, pero no quiero abusar de vuestra paciencia. Eso sí, si el arte urbano os interesa y tenéis intención de pasar por Valladolid, podéis utilizar la página de Arte en la calle o la de Arte en ValladolidCualquiera de las dos puede realizar el servicio de guía para indicaros qué ver y dónde. 

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jueves, 29 de febrero de 2024

CELEBRACIÓN DE WALT WHITMAN

El 30 de septiembre de 2019, en el Salón de actos de la Biblioteca de Humanidades "Emilio Alarcos Llorach", se produjo una celebración del 200º aniversario del nacimiento del poeta americano. Intervinieron la profesora de Literatura Norteamericana de la Universidad de Oviedo Esther Álvarez López; Luis Alberto de Cuenca, poeta y profesor del CSIC; Luis García Montero, poeta y director del Instituto Cervantes; José Luis García Martín, escritor y profesor de la Universidad de Oviedo; la poeta Aurora Luque; y la directora de la Cátedra Emilio Alarcos de la Universidad, Josefina Martínez

Una pequeña aclaración sobre el contenido: quien desee obtener alguna información significativa sobre el poeta americano, que vaya al minuto 11'20", a la ponencia de Esther Álvarez López. Son los únicos 20 minutos en los que realmente se habla del autor que se pretende celebrar. En las demás, o se dicen generalidades archiconocidas o se habla de los gustos, inclinaciones y opiniones propias de quien expone más que de Walt Whitman. Resulta difícil entender por qué se acepta estar presente en una ponencia si quien lo hace no se va a molestar en preparar algo del más mínimo interés sobre el tema.


CANTO DE MÍ MISMO

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Walt Whitman, un cosmos, el hijo de Manhattan, 
turbulento, carnal, sensual, comedor, bebedor y procreador, 
ni sentimental, ni superior a hombres y mujeres, ni alejado de ellos, 
tan modesto como inmodesto. 

¡Arrancad los cerrojos de las puertas! 
¡Arrancad las puertas de los quicios! 
Quien degrada a otro, me degrada a mí; 
y cuanto se hace o dice, revierte en mí. 

La inspiración divina me desborda, y me recorren el torrente y el índice. 

Pronuncio el santo y seña primigenio; hago el signo de la democracia. 

¡Por Dios! No aceptaré nada que no puedan recibir los demás, en las mismas condiciones. 

Brotan de mí muchas voces largamente acalladas: 
voces de las interminables generaciones de prisioneros y esclavos; 
voces de los enfermos y desesperados, de los ladrones y enanos; 
voces de ciclos de gestación y crecimiento; 
y de los hilos que hilvanan las estrellas, y de los vientres, y de la sustancia paterna, 
y de los derechos de aquéllos a los que otros oprimen, 
y de los deformes, los triviales, los simples, los necios y los despreciados, 
de la niebla en el aire y los escarabajos peloteros, con sus bolas de mierda.

Brotan de mí voces prohibidas: 
voces de sexo y lujuria; voces veladas, a las que retiro el velo; 
voces indecentes, que yo clarifico y transfiguro. 

Yo no me tapo la boca con la mano. 
Me mantengo tan puro en las tripas como en la cabeza y en el corazón. 
La cópula no es para mí más vergonzosa que la muerte. 

Creo en la carne y en los apetitos. 
Ver, oír, tocar, son milagros, y cada parte, cada ápice de mí, es un milagro. 
Divino soy por dentro y por fuera, y santifico cuanto toco y me toca: 
el aroma de estas axilas es más exquisito que todas las plegarias; 
y esta cabeza es más que las Iglesias, las biblias y todos los credos. 

Si algo venero más que otra cosa, es la extensión de mi cuerpo, o de cualquiera de sus partes: 
¡translúcida arcilla mía, eres tú!, ¡bordes y basas en sombra, sois vosotros!, ¡firme reja masculina, eres tú!, 
¡cuanto contribuye a mi cultivo, eres tú!, 
¡tú, poderosa sangre mía, y tu lácteo fluir, pálida desolladura de mi vida!, 
¡pecho que se abraza a otros pechos, eres tú!, 
¡ocultas circunvoluciones de mi cerebro, sois vosotras!, 
¡lavada raíz de cálamo, becada asustadiza, nido resguardado, con dos huevos iguales, sois vosotros!, 
¡heno enmarañado de la cabeza, la barba y los músculos, eres tú!, 
¡savia que goteas del arce, fibra del trigo viril, sois vosotras!, 
¡sol generoso, eres tú!, 
¡vapores que ilumináis u oscurecéis mi rostro, sois vosotros!, 
¡arroyos y rocíos de sudor, sois vosotros!, 
¡vientos que me cosquilleáis, restregando vuestros genitales contra mí, sois vosotros!, 
¡amplios campos musculares, ramas de encina del sur, amoroso haragán de mis tortuosas sendas, sois vosotros!, 
¡manos que he cogido, caras que he besado, mortales a quienes he llegado a tocar, sois vosotros! 
Me adoro a mí mismo: hay tantas cosas en mí, y todas tan deliciosas. 
Cada momento y cada hecho me estremecen de alegría. 
No sabría decir por qué se me doblan los tobillos, ni el origen del más leve de mis deseos, 
ni la causa de la amistad que dispenso, ni de la amistad que recibo. 
Al subir las escaleras de mi veranda, me paro a considerar si todo esto existe, en verdad. 
Un dondiego en la ventana me satisface más que toda la metafísica de los libros. ¡Contemplar el amanecer! 
La escasa luz disipa las sombras, diáfanas e inmensas. 
El sabor del aire es grato a mi paladar. 
Fragmentos del mundo cambiante se elevan en silencio —escarceos inocentes, que exudan frescura— 
y se precipitan, oblicuos, por todas partes. 
Algo que no alcanzo a ver endereza sus púas libidinosas. 
Mares de zumo brillante inundan el cielo. 
La tierra invadida por el cielo, 
la consumación diaria de su unión, 
el desafío lanzado por oriente, en ese instante, sobre mi cabeza, 
la burla mordaz: ¡veremos quién es el amo!

Traducción: Eduardo Moga.


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jueves, 22 de febrero de 2024

GERTRUDIS GÓMEZ DE AVELLANEDA

Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873) es, seguramente, la romántica en lengua española más tópica y decididamente romántica de todas las escritoras románticas de la época. Quiero decir que si en la concepción popular de "lo romántico" la característica que se suele tener como central y casi exclusiva para identificarlo es la del sentimentalismo, el apasionamiento y la exaltación amorosa, Gómez de Avellaneda cumplía muy bien con ella. Fue mujer tremendamente apasionada que hizo del amor —tanto humano como divino— su bandera. 

Sobre el humano yo diría que sus cartas personales son mucho más expresivas y emocionalmente más poderosas que su poesía —Así he llegado a esta época de mi vida sin más recuerdos hondos que los de dos grandes infortunios: el de un amor mal colocado, y el de una felicidad pasajera, que ni aun supe apreciar sino después de haberla perdido. Objeto de un grande amor que me fue arrebatado cuando empezaba a conocerlo; víctima de un amor loco que supe sentir conociendo su locura, jamás he sido feliz ni he hecho feliz a nadie (carta a Antonio Romero Ortiz, 28-IV-1853)—, pero como en este espacio me ocupo más de la poesía que de la correspondencia, he aquí un ejemplo de cada uno:


Amor humano:



A Él

No existe lazo ya: todo está roto:
plúgole al cielo así: ¡bendito sea!
Amargo cáliz con placer agoto:
mi alma reposa al fin: nada desea.

Te amé, no te amo ya: piénsolo al menos:
¡nunca, si fuere error, la verdad mire!
Que tantos años de amarguras llenos
trague el olvido: el corazón respire.

Lo has destrozado sin piedad: mi orgullo
una vez y otra vez pisaste insano...
Mas nunca el labio exhalará un murmullo
para acusar tu proceder tirano.

De graves faltas vengador terrible,
dócil llenaste tu misión: ¿lo ignoras?
No era tuyo el poder que irresistible
postró ante ti mis fuerzas vencedoras.

Quísolo Dios y fue: ¡gloria a su nombre!
Todo se terminó, recobro aliento:
¡Ángel de las venganzas!, ya eres hombre...
ni amor ni miedo al contemplarte siento.

Cayó tu cetro, se embotó tu espada...
Mas, ¡ay!, cuán triste libertad respiro...
Hice un mundo de ti, que hoy se anonada
y en honda y vasta soledad me miro.

¡Vive dichoso tú! Si en algún día
ves este adiós que te dirijo eterno,
sabe que aún tienes en el alma mía
generoso perdón, cariño tierno.



A DIOS

Soneto


¿No es delirio, Señor? Tú, el absoluto
En belleza, poder, inteligencia;
Tú, de quien es la perfección esencia
Y la felicidad santo atributo;

Tú, a mí —que nazco y muero como el bruto— 
Tú, a mí —que el mal recibo por herencia—
Tú, a mí —precario ser, cuya impotencia
Sólo estéril dolor tiene por fruto...

¿Tú me buscas ¡oh Dios! Tú el amor mío
Te dignas aceptar como victoria
Ganada por tu amor a mi albedrío?

¡Sí! no es delirio; que a la humilde escoria,
Digno es de tu supremo poderío
Hacer capaz de acrecentar tu gloria!

En Rtve Play hay otro interesante documental dedicado a Gertrudis Gómez de Avellaneda, Carolina Coronado y Robustiana Armiño. Para poder verlo hay que darse de alta. 

En la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes podéis leer muchas de sus obras.

La coronación de Quintana, Luis López Piquer.
Fuente y copyright de la imagen: ©Museo Nacional del Prado.

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viernes, 1 de diciembre de 2023

EL ROMANTICISMO ÉPICO DE VICTOR HUGO

Fuente: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (ahí está el libro completo)


Sobre una barricada, en medio de los adoquines manchados de sangre culpable y lavados con sangre de inocentes, es preso un niño de doce años junto con algunos hombres compañeros suyos.—¿Formas parte de la gavilla? se le pregunta.—El niño contesta afirmativamente.—Bien está, añade el oficial, vas á ser fusilado. Aguarda que venga tu turno.—El niño ve brillar varios relámpagos, y á todos sus compañeros caer al pie de la pared. Y dice al oficial: —¿Queréis concederme que llegue hasta mi casa para entregar este reloj á mi madre? —¿Intentas evadirte?—Volveré. —Estos bribonazos tienen miedo. ¿Dónde vives?— Allá, junto á la fuente. Volveré, señor capitán. —¡Vote, pillo! —El niño parte. —¡Grosero lazo! Y reían los soldados lo mismo que el oficial, confundiéndose las risotadas con el estertor de los moribundos; pero cesó la risa, pues de improviso preséntase la pálida criatura, tan altiva como Víala, se apoya contra la pared, y dice: —Aquí estoy. Avergonzóse la estúpida muerte y el oficial le perdonó. Ignoro ¡oh niño ! en medio del huracán que pasa y todo lo confunde, así el bien como él mal, los héroes, los bandidos, lo que te impelía en semejante combate; mas digno que tu alma ignorante es sublime. Bueno é intrépido, das dos pasos en el fondo del abismo, uno hacia tu madre y el otro hacia la muerte. El niño posee el candor y el hombre el remordimiento, y no respondes de lo que se te mandó hacer; pero es magnífico y valiente el niño que á la huida, á la vida, á la aurora, á los juegos lícitos, á la primavera, prefiere la sombría pared do se apoyan los cadáveres de sus amigos. La gloria imprime dulce ósculo en tu frente ¡oh tierno joven! En la antigua Grecia, mi dule amigo, Estesícoro te hubiese encargado la defensa de una de las puertas de Argos, y Cinegires te habría dicho: ¡Somos iguales! Y te hubieran admitido en el rango de los puros efebos, Tirteo en Mesene y Esquilo en Tebas. Grabaríase tu nombre sobre discos de bronce, y te contarías en el número de aquellos que, bajo el sereno cielo, si pasan junto al pozo sombreado por el sauce, causan la admiración de la pensativa joven que carga en sus hombros la urna do apagarán su sed los jadeantes búfalos.

Creo que este poema puede ser francamente representativo del estilo romántico épico que adopta Hugo en algunas de sus creaciones; puede servir para repasar las características propias del romanticismo francés y, más concretamente, de lo que fue el pensamiento humanista y humanitario del autor; pero, además, puede servirnos para comprobar cómo evoluciona el lenguaje de la sociedad y, de paso, comprender por qué es necesario volver a traducir de tanto en tanto las obras, porque, si no se actualizan, se corre el riesgo de que los propios hablantes no entiendan lo que en ella se decía hace poco más de cien años.

Por si fuera necesario, dejo una traducción actual y coloco unos cuanto enlaces que pueden ser de utilidad:

Entre los adoquines de una barricada,
manchados por una sangre culpable y por otra pura lavados,
un niño de doce años es apresado junto a los hombres.
—¿Tú estás con ellos?— El niño dice:
—Con ellos estoy.
—Está bien, dice el oficial, serás fusilado
cuando sea tu turno—. El niño ve brillar los fogonazos,
y a todos sus compañeros caer bajo la muralla.
Y dice al oficial: —¿Me permitiría que fuese 
a casa para darle este reloj a mi madre?
—¿Quieres huir? —Volveré. —¡Estos bribones 
tienen miedo! ¿Dónde vives? —Ahí, al lado de la fuente.
Y voy a volver, señor capitán.
—¡Vete, pilluelo!— Y el niño se va. —¡Qué treta tan burda!
Reaparecido de repente, orgulloso como Viala,
se pegó al muro y les dijo: —Aquí estoy.
La estúpida muerte se avergonzó, y el oficial le indultó.
—Niño, yo no sé, en este huracán que pasa
y todo lo confunde (el bien, el mal, héroes y bandidos),
lo que a esta lucha te empujaba, pero yo afirmo
que tu alma ignorante es un alma sublime.
Bueno y valiente, tu das, en el fondo del abismo,
dos pasos, uno hacia tu madre, otro hacia la muerte.
Cándido el niño, el hombre se arrepiente,
y tú no respondes de lo que te hicieron hacer.
Mas impresionante y valiente es el niño que prefiere
a la huida, a la vida, al alba, a los legítimos juegos, a la primavera,
el oscuro paredón donde han muerto sus amigos.
La gloria te besa la frente, ¡oh, tú, tan joven aún!
Dulce amigo, en la antigua Grecia, Estesícoro 
te hubiera encargado la defensa de una puerta de Argos;
Cinégiro te hubiese dicho: ¡Nosotros dos somos idénticos!
Y habrías sido admitido entre los puros efebos
por Tirteo en Mesenia y por Esquilo en Tebas.
Grabarían tu nombre sobre discos de bronce,
y serías uno de los que si, bajo el cielo azul,
pasan junto a un pozo a la sombra de un sauce,
hacen que la muchacha que lleva al hombro
la vasija donde los sedientos búfalos beben,
se gire, embelesada, y los contemple un largo rato.
 
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