Puente de los poetas |
Editorial |
Hoy, miércoles, toca la sección Un libro, un poema. Ni me olvido de ella ni la traiciono si dedico esta entrada a unos cuantos versos que Blas de Otero nos dejó de su paso por la ciudad.
Seguramente el más citado y repetido de todos cuantos tienen como referencia Zamora sea el que lleva por título "Aceñas", palabra de hermoso sonido y casi ya perdida, pues solamente quienes todavía conservan alguna en su población conocen. [Para quienes no tienen aceñas en su entorno: Molino harinero de agua situado en el cauce de un río (DRAE)].
ACEÑAS
Me pongo la palabra en plena boca
y digo: Compañeros. Es hermoso
oír las sílabas que os nombran,
hoy que estoy (dilo en voz muy baja) solo.
... Es hermoso oír la ronda
de las letras, en torno
a la palabra abrazadora: C-o-m-p-a-
ñ-e-r-o-s. Es como un sol sonoro.
El Duero. Las aceñas de Zamora.
El cielo luminosamente rojo.
Compañeros. Escribo de memoria
fe que tuve delante de los ojos.
Aceñas de Olivares |
No es fácil pasear por la orilla del Duero sin quedarse enamorado del transcurrir de sus aguas y de la silenciosa quietud de sus puentes, en especial del de piedra, con su multitud de años, de ojos, de matices y de palomas.
CANCIÓN CINCO
Por los puentes de Zamora,
sola y lenta, iba mi alma.
No por el puente de hierro,
el de piedra es el que amaba.
A ratos miraba al cielo,
a ratos miraba al agua.
Por los puentes de Zamora,
sola y lenta, iba mi alma.
sobre las aguas del Duero.
Puente para labriegos, carros,
mulas con campanillas, niños
brunos.
Vieja piedra cansada
de ver bajo tus arcos
pasar el tiempo.
Junto a la orilla, baten
las aceñas, España
de rotos sueños.
Cuando el poniente pone
sutil el aire y el rojo
el cielo,
el puente se dibuja
tersamente, y se oye
gemir el Duero.
Ávila de plata.
Contra el azul del cielo
torres se dibujaban.
Románicos mosaicos,
ágiles espadañas.
Zamora de oro,
Ávila de plata.