sábado, 15 de junio de 2024

ACTOS GRATUITOS DE BONDAD


No he comentado ninguna película desde hace muchísimo tiempo, lo que no quiere decir que no vea películas, pero es cierto que siempre las tengo en un segundo plano, me interesa más la palabra escrita y eso se nota en este blog. Hoy voy a romper ese silencio porque quiero destacar una frase de uno de los personajes.

Testament es una comedia blanca con ribetes satíricos contra algunas de las formas de actuación y pensamiento posmoderno, más específicamente woke. Javier Ocaña en El País la califica de sátira reaccionaria contra lo woke. Tal vez el pensamiento único consista en que cada cual expresa su pensamiento sin poner la más mínima atención al pensamiento de los demás. O, acaso, el pensamiento crítico consista en criticar el pensamiento de los demás como falso y confuso, porque el único criterio válido es el nuestro. 

Ni voy a contar la película, ni voy a realizar una reseña. Solamente quiero dejar aquí una cita de la misma que, en mi opinión —nótese que hablo de mi opinión— es lo mejor de la película y algo que deberíamos tener siempre presente en nuestras relaciones con las demás personas que conforman nuestro universo personal.

Contextualizo: una residencia de gente mayor, una directora un tanto rígida que desde hace muchos años no tiene noticia de su hija, un profesor jubilado que también desde hace tiempo contempla la vida con distancia, y una serie de conflictos propios de este tiempo pospandémico. Después de unas cuantas situaciones cómicas propiciadas por lo que ocurre dentro y fuera de la residencia, el profesor jubilado se entera de la pérdida de la directora. Hace cuanto puede para localizar a la hija y lo consigue. La hija, que tiene un niño poco menor de un año, no quiere saber nada de la madre. El profesor, después de utilizar el argumento familiar y materno-filial sin éxito, aduce como quien no quiere la cosa: De vez en cuando hay que hacer actos gratuitos de bondad, son los que hacen la vida soportable para uno mismo y para los demás.

Repito: De vez en cuando hay que hacer actos gratuitos de bondad, son los que hacen la vida soportable para uno mismo y para los demás.

Si me dan a elegir, prefiero el conservadurismo de alguien que de vez en cuando realice actos gratuitos de bondad, a la progresía que de vez en cuando realice actos gratuitos de protesta. Bien entendido, por supuesto, que se puede ser progresista y realizar actos gratuitos de bondad al mismo tiempo que se denuncian situaciones injustas, porque lo fundamental no es la ideología, sino la persona. 

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3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con la frase. Es más, yo añadaría que realizar actos gratuitos de bondad es un hábito que aporta felicidad a uno mismo y a los que le rodean.

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  2. Se me ha olvidado poner el nombre en el comentario anterior. Soy Ana Cristina.

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    1. Hola, Ana Cristina. Me alegro de que hayas dejado aquí tu comentario.
      Un abrazo.

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