Disgustos amorosos: en un vídeo
musical una cantante
llena de copos de maíz el cuarto
girando al ritmo de su música:
cuantos más copos tira más sonríe.
En un libro, una estudiante en paro
estrella en la pared de la cocina, histérica,
tres vasos de a seis dólares.
En un film de aventuras una rubia
grita y rompe un cristal y luego llora.
Me salva la pereza: dignamente
me siento en un sillón, no tiro nada,
nada discuto: soy independiente.
Hasta donde yo sé, que sé poco, además de este poemario tiene uno anterior, Memoria de rafia, y otro posterior al que aparece aquí, Mujeres, también publicado en Pre-Textos.
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