El mundo de Giorgio de Chirico. CaixaForum. |
Warhol. El arte mecánico. CaixaForum. |
Como Giorgio de Chirico está en la planta 2 y Warhol en la 3, empezamos por el metafísico. Comentamos, coincidimos, disfrutamos, nos sorprendemos con las historias que nos cuenta, reímos con el buen humor del artista (vídeo de la exposición) y sacamos alguna foto por si acaso. Me alegro de haberla visto, dice ella.
Planta 3. Salas llenas. Los móviles disparan aún más rápido que Lucky Luke. Todo el mundo quiere una selfie-prueba que poder colocar en las redes sociales. Yo estoy/he estado aquí. Guay.
No voy a opinar sobre el trabajo de ninguno de los dos artistas. A mi de Chirico me gusta más que Warhol, pero esos son mis gustos, y de las sopas que no consumo podrían interesarme las del bote real, nada de las pintadas. Lo que no entiendo es la necesidad de figurar en alguna imagen que indique haber estado allí. Al parecer el "allí" y su contenido importa menos que el "haber estado".
Lo curioso del caso es que la propia institución impulse este ambiente de supermercado claramente favorable al neoyorquino —la adquisición de la imagen puede tener tanto o más valor que la de un producto material—. Al bajar hacia la salida, pasamos por la tienda de la sala. Mientras que de Chirico se reparte entre dos estanterías a medio llenar, Warhol ocupa siete, más los carteles.
Marcel Berlins proponía en 2009 una multa para aquellas personas que no miraran la obra al menos un minuto. No creo que esto, ni prohibir el uso de móviles, como sugería en plan drástico, vayan a causar el más mínimo efecto mientras no sea el mundo del arte el que se plantee la actividad artística como tal y se niegue a participar en el circo mediático-empresarial en el que vive. Poderoso caballero es don dinero.