A mi hermana Guadalupe
El 8 de septiembre el mundo cristiano católico festeja el nacimiento de María, madre de Jesús. Es una de esas fechas en las que muchísimos lugares tienen la fiesta local bajo alguno de los variados nombres con que se presenta. Cada cual en su pueblo sabrá cuál.
Lo cierto es que, como ocurre con su hijo, nadie sabe cuándo nació. Para saber por qué se le adjudicó esa fecha a principios del siglo IV, tenemos que remontarnos más atrás en el tiempo, pues, como casi siempre ocurre con las religiones, la nueva se asienta sobre ritos de otra religión anterior.
Y retrocediendo en la historia nos encontramos con que en esas fechas se celebraban en Eleusis (Grecia) los misterios en honor de Deméter, una de las representaciones de la diosa Madre Primigenia. Los misterios eleusinos eran uno de los ritos anuales más importantes de la Grecia antigua y, por extensión, de todo el Mediterráneo oriental.
Teniendo en cuenta esta situación, la iglesia de Oriente decide utilizar las mismas fechas para neutralizarlos. Poco más tarde, la iglesia de Occidente acoge esta celebración y así es como se extiende por todo el mundo cristiano de la antigüedad. Poco a poco las fiestas paganas en honor de la Diosa Madre, pasan a ser la fiesta en honor de la madre del dios principal del universo cristiano, por tanto, madre de todos esos creyentes.
Y así es como tenemos la Virgen de Guadalupe, la de Covadonga, la de la Encina, la de la Concha, la del Pino, la de la Vega... y no sé cuántas más.
Pues eso, felices fiestas estéis donde estéis, aunque no estéis en Eleusis.
Para saber más:
- Eleusis: imagen arquetípica de la madre y la hija. Kerényi. Siruela, 2004.
- El origen de las fiestas. Domené Sánchez. Ediciones Laberinto, 2010.