Pero la mímesis no asegura la supervivencia, algunas orugas simulan ser brotes de matorrales y el jardinero las poda, hay insectos-hoja que se comen entre ellos porque se toman por hojas reales, la simulación de la identidad conduce a la homofagia, incita al canibalismo.
La muerte es una fiesta de la objetividad.
Ya nadie se llamará como yo, p 65.
Mientras durante los últimos días paseaba por el universo José Trigo a horas matutinas —ver entrada de ayer—, durante las horas vespertinas me dejaba llevar por el caos perfectamente organizado de Agustín Fernández Mallo. Había leído hace tiempo Carne de pixel, poesía, y su mediático Proyecto nocilla, narración. Ahora me he dado un auténtico chapuzón en su, hasta el momento, poesía completa. Mañana la comentaré.
PS para contertulios: El próximo año será uno de los autores a trabajar. Podéis ir leyendo esta entrevista y visitando su blog.
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