miércoles, 15 de abril de 2015

UN TRAPO ENREDADO EN LAS RAMAS


Un día llega la tormenta
y el trapo pierde el puesto,
la dignidad del equilibrio
que le otorgaba desempeñar 
su cometido.

Remolino de afectos 
en el aire,
vóragine de miedos,
se agarra como puede
a la intemperie.
Queda expuesto 
a las miradas
y al ridículo,

Otro día cambia la luz
y la belleza surge
entre sus pliegues.


No desesperes,
en algún momento
esa misma luz 
nos alcanza siempre.

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