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En Falsa pimienta aparecen los poemas que había recogido en Roto Madrid, más otros tantos nuevos. Amalia Bautista se mantiene fiel a su estilo y a su tono: verso intimista, ritmo sosegado, anclaje en lo cotidiano, técnica impecable, arquitectura limpia del verso y humor, buenas dosis de humor e ironía, sin renunciar de vez en cuando a la sorpresa final —estupendo en este sentido el poema Compañeros de viaje—. En cualquier caso, creo que es el título donde el tema amoroso aparece con mayor asiduidad, pero tampoco me he puesto a contar los poemas.
Sobre lo de la técnica, que es como más frío y en lo que no suele gustarnos reparar, recojo sólo un ejemplo. Fijaos en el magnífico encabalgamiento que hace que toda la carga del poema se concentre en el último verso:
OTRA PUERTA GIRATORIA
Resulta que la vida no era sólo empujar,
ni un juego de engañosos espejismos.
No había que perderse dando vueltas
en una puerta giratoria,
ni desconfiar de todos los reflejos,
ni creer cualquier cosa sólo porque
la imagen parecía verdadera.
Había que encontrar el punto justo
donde azar y destino son lo mismo,
el exacto momento en que la puerta
giratoria te ofrece una salida.
Son estos detalles, que además no se notan, los que marcan la diferencia entre la buena poesía y la gran poesía.
Feliz lectura.
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