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lunes, 16 de enero de 2023

BYRON, RUSSELL Y LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA

Desde el verano pasado ando releyendo algunos textos de y sobre Byron, recopilando otros, cotejando traducciones y poniendo en orden la carpeta sobre el más satánico, rebelde y emblemático romántico inglés. Como la tarde de ayer estuve entretenido en esa tarea, volví a encontrarme con el capítulo que Bertrand Russell dedica a su compatriota en la ya clásica Historia de la filosofía occidental. En ella se explica por qué el autor del Don Juan figura en una historia del pensamiento y la diferente estima que se le tiene en el continente y en las islas británicas. La cita es un poco larga, pero merece la pena (los subrayados son míos):

El siglo XIX, en comparación con el presente, aparece racional, progresivo y satisfecho; sin embargo, las cualidades opuestas de nuestro tiempo las poseyeron muchos de los hombres más notables durante la época del optimismo liberal. Cuando consideramos los hombres, no como artistas o descubridores, ni como simpáticos o antipáticos para nuestro gusto, sino como fuerzas, como causas de cambios en la estructura social, en los juicios de valor o en la actitud intelectual, encontramos que el curso de los acontecimientos en los tiempos recientes ha exigido mucho reajuste en nuestras apreciaciones, haciendo que muchos hombres sean menos importantes de lo que habían parecido y otros mucho más. Entre aquellos cuya importancia es mayor de lo que parecía, Byron merece un alto lugar. En el continente, tal opinión no parecerá sorprendente, pero en el mundo de habla inglesa puede considerarse extraña. Fue en el continente donde Byron tuvo influencia y no es en Inglaterra donde ha de buscarse su progenie espiritual. Para muchos de nosotros, sus versos parecen con frecuencia pobres y su sentimiento a menudo chillón, mas en el extranjero, su manera de sentir y su actitud ante la vida se transmitieron y desarrollaron hasta tener tal difusión que fueron factores de los grandes acontecimientos. 

El rebelde aristócrata, cuyo modelo fue Byron en su tiempo, es un tipo muy diferente del cabecilla de una sublevación campesina o proletaria. Los que tienen hambre no necesitan una filosofía complicada para estimular o excusar el descontento, y todo lo de esta especie les parece simplemente un entretenimiento del rico perezoso. Ellos quieren lo que otros tienen, no un bien metafísico e intangible. Aunque pueden predicar el amor cristiano, como los rebeldes comunistas medievales, sus verdaderas razones para hacerlo son muy simples: la falta de este amor en el rico y poderoso causa los sufrimientos del pobre, y la presencia de este amor entre los compañeros de rebelión se considera esencial para el éxito. Pero la experiencia de la lucha lleva a desesperar del poder del amor, quedando el odio puro como fuerza impulsora. Un rebelde de este tipo, si, como Marx, inventa una filosofía, inventa una solamente destinada a demostrar la victoria final de su partido, no una filosofía interesada por los valores. Sus valores siguen siendo primitivos: lo bueno es tener bastante que comer, lo demás son palabras. Ningún hombre hambriento es probable que hable de otro modo.

El rebelde aristócrata, como tiene bastante que comer, tiene que tener otras causas de descontento. No incluyo entre los rebeldes los simples cabecillas de las facciones que se hallan temporalmente fuera del Poder; sólo incluyo a los hombres cuya filosofía requiere algún cambio mayor que su propio éxito personal. Puede ser que el afán de poder sea la fuente subterránea de su descontento, pero en su pensamiento consciente hay una crítica del Gobierno del mundo que, cuando es bastante profunda, adopta la forma de una autoafirmación cósmica de tipo titánico o, en los que conservan alguna superstición, de satanismo. Ambos se han de encontrar en Byron. Ambos, debido en gran parte a hombres en quienes influyó, se hicieron frecuentes en grandes sectores de la sociedad que difícilmente podía considerarse aristocrática. La filosofía aristocrática de la rebelión, creciendo, desarrollándose y cambiando al aproximarse a la madurez, ha inspirado una larga serie de movimientos revolucionarios, desde los carbonarios, después de la caída de Napoleón, hasta el golpe de Hitler en 1933; y en cada etapa ha inspirado una correspondiente manera de pensar y de sentir entre los intelectuales y artistas.

Aprovecho la entrada para dejar la conferencia que impartió Dámaso López García en la Fundación Juan March el 19 de noviembre de 2009, y lamentar profundamente que ocupe toda la hora para hablar de la persona y del personaje Byron, pero ni una sola mención sobre las cualidades literarias de la obra del poeta inglés, cosa que sí hizo T.S. Eliot en el ensayo que cita tan sesgadamente el profesor López García. Se puede leer en La aventura sin fin. No os llevará más de media hora.

Y una bibliografía mínima de obras de Byron en castellano:

  • Diarios. Alamut. 2008.
  • Poemas escogidos. Visor. 2007.
  • Débil es la carne: correspondencia veneciana (1816-1819). Tusquets. 1999.
  • Mazeppa. Visor. 1998.
  • Don Juan. Tomos I y II. Cátedra. 1994.
  • Poemas satánicos. Manfred y Caín. Akal, 2021.
***



viernes, 29 de julio de 2022

BYRON, BAEZ, COHEN (un poema y dos versiones)

Editorial
Byron es ese poeta singular al que Bertrand Russell dedicó un capítulo, el XXIII, en su Historia de la filosofía occidental. De él decía que era más apreciado como poeta en el continente que en el mundo de habla inglesa. De hecho, como recuerda Douglas Dunn en la introducción a los Poemas escogidos, tal vez exagerando un poco, el público inglés se siente mucho más atraído por el anecdotario riquísimo y siempre jugoso del poeta romántico que por su obra. 

El caso es que ando peleándome con su Don Juan y sus mil alusiones a través de juegos semánticos, latinismos, citas, juegos de palabras y demás artillería oculta que la edición que he enlazado no ofrece, y mientras estaba sumergido en el canto XII, una referencia me llevó a Shakespeare y desde allí a la versión que Joan Báez hizo del estupendo "So, we'll go no more a roving" (ahí lo tenéis en versión original) y que el poeta escribió en una carta dirigida a Thomas More en 1817.

Eso me llevó a un intercambio de desacuerdos domésticos en torno a la interpretación de una de las metáforas que Byron utiliza. Más tarde, el desacuerdo, siempre doméstico y cariñoso, se extendió a las versiones de Báez y de Cohen (podéis preguntar en casa cuál os parece más adecuada y cuál os gusta más, y si introducís la variante género en la resolución del asunto, os puede resultar un auténtico temazo).  



 

Pues ahí estábamos ella y yo cuando no contentos con interpretaciones musicales, añadimos la cuestión un poco más peliaguada de la traducción. Estas son las dos que barajamos:

NO VOLVEREMOS A VAGAR

Así es, no volveremos a vagar
Tan tarde en la noche,
Aunque el corazón siga amando
Y la luna conserve el mismo brillo.

Pues así como la espada gasta su vaina,
Y el alma consume el pecho,
Asimismo el corazón debe detenerse a respirar,
E incluso el amor debe descansar.

Aunque la noche fue hecha para amar,
Y los días vuelven demasiado pronto,
Aún así no volveremos a vagar
A la luz de la luna.

          (Traducción: ¿María Alfaro, Poemas líricos, Editorial Hispánica, 1945?)


ENTONCES YA NO VAGAREMOS MAS

Entonces ya no vagaremos más
tan tarde por la noche,
aunque el corazón siga tan amante,
y siga tan clara la luna.

Pues la espada dura más que la vaina,
y el alma agota el pecho,
y el corazón tiene que detenerse y respirar
y el mismo amor tener descanso.

Aunque la noche fue hecha para amar,
y el día regresa demasiado pronto,
aún así, ya no vagaremos más
bajo la luz de la luna.

          (Traducción: José María Martín Triana, Visor).

Y entonces surgió la queja y el acuerdo. La primera aparece en cientos de espacios internautas. No se indica quién la ha traducido, pero cuando alguien lo hace, tiene la desfachatez de decir que es suya (la traducción, no el poema). Por cierto, Byron tenía 29 años cuando andaba pidiendo un descanso en el amor. No es de extrañar que su Don Juan presente como protagonista a un jovenzuelo de 16 años. 

Moraleja: no toméis nunca en serio una cita que no venga referenciada (procedencia, edición o página web, autoría, traducción...) y leed a Byron o, si lo preferís, su biografía. La muy entretenida de Luis Antonio de Villena seguro que no os defrauda.
***

Путин, немедленно останови войну!

lunes, 27 de febrero de 2023

BYRON EN CASTELLANO (una selección)



Como aconsejaba Van Dorenal leer a Byron, conviene ser selectivo. No toda su vasta obra poética conserva la frescura que le vieron los lectores de antaño. Tal vez lo mejor sea comenzar con alguna antología e ir después profundizando en la obra. Pero cada persona tiene sus gustos y costumbres, y tampoco está mal lanzarse de golpe e impregnarse del autor hasta hartarse... o quedar prendido de su encanto. 

Don Juan es su obra mayor y última, tanto que está inacabada. Nada que ver con el Don Juan de Zorrilla o el de Tirso. La de Cátedra es una edición crítica —yo echo de menos unas cuantas notas más— y, por lo tanto, bilingüe y con estudio introductorio. En este poema épico-narrativo aprovecha para ofrecer su visión del mundo, proyectarse en el personaje y hasta para poner a caldo a los poetas de su terruño con los que no compartía gustos ni manías. Unos 16.000 versos y multitud de aventuras. El lord no era lo que se dice lacónico.

Librerías.

La publicación en 1812 de los dos primeros cantos del Childe Harold —son cuatro— le convirtieron inmediatamente en el poeta más famoso de Inglaterra. Más asequible que el anterior por su extensión, nos cuenta los viajes y reflexiones de un joven aburrido de su patria, él mismo. El corsario fue el poema que inspiró a Espronceda para componer un pirata bastante más breve y, por eso mismo, más intenso. 


Estos son, posiblemente, sus dos poemas dramáticos más famosos —escribió ocho—, más satánicos y más legibles en la actualidad. La que aquí aparece es una edición crítica de gran calidad y muy cuidada. Se recoge, incluso, la respuesta de W. Blake al Caín de Byron: El fantasma de Abel (1822). Entre iconoclastas rebeldes y heréticos andaba el juego.


Para este tiempo de picoteo y cambio rápido de lectura o de pantalla, cualquiera de estas dos antologías van muy bien —ambas se encuentran fácilmente en las librerías—. Ofrecen una buena selección de la obra lírica breve. Ambas son bilingües. La de Visor ofrece una pequeñísima muestra del Childe Harold y del Don Juan. La de Alba, el poema largo La visión del juicio (tremendo ajuste de cuentas con R. Southey al más puro estilo quevediano, incluso redactó un prefacio firmado como Quevedo Redivivus. Ahí es nada).  


 Ya tenéis Byron para entreteneros.

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domingo, 26 de marzo de 2023

MANFRED, Chaikovski (Byron)

Para el grupo de las tertulias irunesas.

 

Cierro la semana dedicada a la poesía con este Manfred, que quizás no sea la obra más apreciada de Chaikovski, pero recoge muy bien la intensidad y la intención del poema dramático en que se inspiró y del que el mismo Byron escribió en carta dirigida a su editor Murray, 15 de febrero de 1817: 

Olvidaba mencionarte que la especie de poema dialogado en verso blanco , o drama (...) que empecé el verano pasado en Suiza, está ya terminado; consta de tres actos, pero son de un tipo muy salvaje, metafísico e inexplicable. Casi todos los personajes, excepto dos o tres, son Espíritus de la tierra y el aire, o de las aguas; la escena está situada en los Alpes; el héroe es una especie de mago que está atormentado por algún tipo de remordimiento (cuya causa se deja a medio explicar); él va invocando a esos espíritus, que aparecen ante él y no le son de ninguna utilidad; se va al fin a la misma morada del Principio del Mal in propria persona, para invocar a un fantasma, que aparece y le da una respuesta ambigua y desagradable; y en el tercer acto es hallado por sus criados, agonizando en una torre donde había estudiado sus artes (traducción de Joan Curbet Soler).

Sobre la sinfonía hay opiniones para todos los gustos, quien opina que no merece la pena (Bernstein) y a quien le parece lo mejor del compositor ruso (Toscanini). Como siempre, detalles técnicos a un lado, lo mejor es que os dejéis llevar por vuestros gustos. También el texto de Byron tiene detractores y entusiastas. 

Interpreta la Orquesta Sinfónica de la Radio de Frankfur

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domingo, 2 de abril de 2023

SHE WALKS IN BEAUTY


Paul Mealor no ha sido el primero en componer música para el poema de Byron, ni tampoco el último. La tradición viene de lejos. Este poema, al parecer inspirado por la mujer de su primo, Anne Beatrix Wilmot, ha despertado la creatividad de toda una legión de compositores entre los que están Roger Quilter, Gerald Finzi, Toby Hession, Ivy Frances Klein, Jean Coulthard, Isaac Nathan, Nicolas Flagello, Sally Whitwell y Eric Barnum

Fuera del ámbito de lo que podríamos llamar música clásica también ha tenido numerosas interpretaciones. Por ofrecer solo dos, aquí tenéis la del grupo femenino medievalista Mediæval Bæbes:


y la de Saby O'


Sí, Byron da para mucho. Por cierto, la traducción (José María Martín Triana, Visor, 2015) es esta: 

CAMINA RODEADA DE BELLEZA

Camina rodeada de belleza, como la noche
de climas serenos y cielos estrellados;
y todo lo que es mejor de la penumbra y el esplendor
se juntan en su semblante y en sus ojos:
así suavizada en esa tierna luz
que el cielo al ostentoso día niega.

Una sombra de más, un rayo de menos,
han disminuido a medias la innombrable gracia
que ondea en toda la negra y lustrosa trenza,
o suavemente relampaguea en su rostro;
donde los pensamientos con dulzura serena expresan
cuán pura, cuán querida es su morada.

Y sobre esas mejillas, sobre esa frente,
tan suave, tan sosegada, sin embargo elocuente,
la sonrisa que triunfa, los matices que refulgen,
no cuentan sino de días en bondad pasados,
mente en paz con todo lo que está debajo,
   ¡corazón cuyo amor es inocente!

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jueves, 7 de junio de 2018

FRANKENSTEIN O EL MODERNO PROMETEO, 200 años de una idea genial

Editorial Anaya
Prácticamente todo cuanto rodea a esta obra es excepcional: la autora, la edad a la que la escribió, el origen de la misma...

Mary Wollstonecraft Shelley, como su apellido indica, era la hija de la primera feminista de la historia en el sentido de la primera mujer que redacta una obra para desarrollar propiamente un pensamiento feminista, Vindicación de los derechos de la mujer. La madre, por desgracia, murió en el parto. Pero sigamos adelante. A los dieciocho años se encuentra en Suiza, junto con P. B. Shelley —el marido—, Byron y alguna que otra amistad. Allí Byron desafió a sus amigos a escribir un cuento de terror. Solamente Polidori, lo llevó a cabo; pero fue M. Shelley la que a partir de algún sueño y de las investigaciones de Galvani y E. Darwin desarrolló una historia completa: Frankenstein o el moderno Prometeo.

La historia se inicia en el Polo Norte donde un explorador llamado Walton ve un día un ser de aspecto casi humano pasando a toda velocidad en un trineo tirado por perros. Al día siguiente el barco en el que viaje el explorador recoge al doctor Frankenstein. Este le cuenta su historia a Walton. La criatura que había creado el doctor desapareció un día del laboratorio e intentó relacionarse con las personas, leyó a Plutarco, a Milton, a Goethe. Su aspecto solamente provoca temor y desconfianza. El monstruo regresa al laboratorio y pide al doctor que cree una compañera con la que compartir su vida. Frankenstein se niega, lo que provoca la ira del monstruo y la consiguiente tragedia: mata a todas las personas queridas por el doctor y este se dedica a perseguirlo. La aventura termina en el Polo Norte donde Frankenstein muere agotado y su "creación" se da fuego y desaparece en la oscuridad de la noche.

Como véis, el argumento es ligeramente distinto de lo que más tarde nos presentó Hollywood. Pero lo importante de la novela no es quién muera o quién no. Lo importante es el punto de vista que adopta la autora. El romanticismo vio en Prometeo el símbolo del creador, del artista creador, porque el artista no imitaba a la naturaleza, el artista la creaba. La escritura era considerada un nuevo acto de creación. De esta manera pasaban a ser semejantes a Dios. Eran los genios, aquellas personas que tenían la capacidad de crear un mundo mediante un acto de su imaginación. M. Shelley sustituye en esta historia el genio artístico por el científico. En eso también se adelantó.

Si no la habéis leído durante la infancia o la adolescencia, no perdáis la ocasión del bicentenario para hacerlo. Tenéis la ventaja de que ya conocéis la historia y más experiencia, lo que alejará el miedo de la lectura y permitirá que disfrutéis de otras honduras literarias de las que no podemos disfrutar normalmente cuando se tienen doce años. Y si todavía no os he provocado las ganas de leerla, escuchad este audio, que lo cuenta todo mucho mejor que yo.

lunes, 19 de septiembre de 2022

DONDE ESTÁN LOS ETERNOS

Editorial
Hace menos de un año —noviembre 2021— Reino de Cordelia publicaba esta magnífica antología de poemas de P. B. Shelley a cargo de José Luis Rey

La verdad es que se hacía necesaria una antología amplia —podéis ver el índice aquí— del romántico inglés, pues desde que Hiperión publicó en 1991 No despestéis a la serpiente, no se había publicado nada importante del amigo de Byron. 

No voy a comparar las ediciones porque son imcomparables. La de Hiperión es la clásica y bien cuidada edición de bolsillo —a cargo de Juan Abeleira y Alejandro Valero—; la del Reino de Cordelia, en cambio, es una edición en tapa dura, cosida, con sobrecubierta, papel ahuesado, letra generosa, interlineado espacioso y de un contenido muchímo mayor. Un regalo para amantes de Shelley y de la poesía.

Si tuviera en este momento que hacerme con alguna de las dos, sin duda, optaría por la segunda que me parece, repito, magnífica. Solamente echo en falta un pequeño poema o fragmento o lo que sea, que sí aparecía en la primera y que era el que daba título a la antología:

NO DESPERTÉIS JAMÁS A LA SERPIENTE

No despertéis jamás a la serpiente,
por miedo a que ella ignore su camino;
dejad que se deslice mientras duerme
sumida en la honda yerba de los prados.
Que ni una abeja la oiga al arrastrarse,
que ni una mosca efímera resurja
de su sueño, acunada en la campánula,
ni las estrellas, cuando se escabulla
silente entre la yerba, escurridiza.


(Traducción: Abeleira y Valero).


WAKE THE SERPENT NOT


Wake the serpent not – lest he
Should not know the way to go, –
Let him crawl which yet lies seleeping
Through the deep grass of the meadow!
Not a bee shall hear him creeping,
Not a way-fly shall awaken
From its cradling blue-bell shaken,
Not the starlight as he's sliding
Through the grass with silent gliding.

Si el poemilla os deja confusos, acudid a la nota que aparece en la página 193, y que no voy a repetir aquí. Esto es poesía.

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Путин, немедленно останови войну!

miércoles, 22 de febrero de 2023

UN LIBRO, UN POEMA (Lord Byron)

Editoial
#unlibrounpoema
 

HOY CUMPLO TREINTA Y SEIS AÑOS

1.

Ha llegado el momento en que este corazón no debería conmoverse,

porque otros han dejado de conmoverlo;

sin embargo, aunque no me puedan amar,

¡dejadme que yo siga amando!


2.

Mis días tienen ya las hojas amarillas,

las flores y los frutos del Amor ya no existen,

¡los gusanos, el cáncer y la pena

es lo único que me queda!


3. 

La fiebre que ha hecho presa en mi pecho

es como esas islas volcánicas:

ninguna antorcha brilla ante su resplandor...

una pira funeraria.


4.

La esperanza, el miedo, el cariño celoso,

esa parte sublime del dolor

y el poder del amor, no puedo compartirlo,

sino cargar con mi condena.


5. 

Pero no es así, y ni aquí

ni ahora cuando tales pensamientos deberían estremecer mi alma,

cuando los honores engalanan el ataúd del héroe,

o [el laurel] ciñe su frente.


6. 

La espada, la bandera y el campo de batalla,

¡Gloria y Grecia, os veo a mi alrededor!;

el espartano, derribado junto a su escudo,

no fue más libre.


7. 

¡Despierta...! (No Grecia: ella está despierta).

¡Despierta, alma mía! ¡Piensa por quién

tu sangre busca su fuente original

y luego vuelve a casa!


8. 

¡Sigue las huellas de esas pasiones vivificantes,

indigna humanidad...! Aunque para ti

siempre es indiferente la sonrisa o el disgusto

de la Belleza.


9.

Si lamentas la juventud, ¿por qué vives?

La patria de las muertes honrosas

está aquí: ¡ve al campo de batalla y entrega

tu último aliento!


10. 

Busca —pocos la han buscado y muchos la han hallado—

la tumba del soldado, y busca la mejor para ti;

luego mira a tu alrededor, y escoge la tierra,

y descansa.

                                    Missolonghi, 22 de enero de 1824

Traducción: José C. Vales.

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miércoles, 10 de agosto de 2016

RECORDANDO A WORDSWORTH DESDE EL JARDÍN DE SU CASA

Casa de Wordsworth, en el Distrito de los Lagos, hoy museo.
William Wordsworth fue un enamorado de la tierra en la que nació, el Distrito de los Lagos, y el poeta que aglutinó a su alrededor el grupo que después se ha conocido como lakistaslake, lago en inglés—. De los 80 años que alcanzó a vivir, tres cuartos los pasó en su provincia, la única montañosa de Inglaterra y la que ofrece un paisaje natural más variado y hermoso de ese país. Los otros 20 años los dedicó a viajar por Europa —algún estudioso ha calculado en más de 150.000 kilómetros los que hizo caminando durante toda su vida—.

Los lakistas —Wordsworth, Coleridge, Southey— fueron los primeros poetas propiamente románticos en lengua inglesa. Después vendrían Byron, Shelley y Keats. Pero es Wordsworth el que reivindica por primera vez el lenguaje cotidiano como elemento de expresión sustancial para la poesía. Esta característica ha sido auténticamente seminal, pues ha impregnado toda la poesía occidental desde entonces. Con ello quería demostrar hasta qué punto el lenguaje de la conversación en las clases medias y bajas de la sociedad sirve para los propósitos del placer poético (Prólogo a Baladas Líricas).


Iba solitario como una nube... 

Iba solitario como una nube
que flota sobre valles y colinas,
cuando de pronto vi una muchedumbre
de dorados narcisos: se extendían
junto al lago, a la sombra de los árboles,
en danza con la brisa de la tarde.

Reunidos como estrellas que brillaran
en el cielo lechoso del verano,
Poblaban una orilla junto al agua
dibujando un sendero ilimitado.
Miles se me ofrecían a la vista,
moviendo sus cabezas danzarinas.

El agua se ondeaba, pero ellas
mostraban una más viva alegría.
¿Cómo, si no feliz, será un poeta
en tan clara y gozosa compañía?
Mis ojos se embebían, ignorando
que aquel prodigio suponía un bálsamo.

Porque a menudo, tendido en mi cama,
pensativo o con ánimo cansado, 
los veo en el ojo interior del alma
que es la gloria del hombre solitario.
Y mi pecho recobra su hondo ritmo
y baila una vez más con los narcisos.


                          Versión de Gabriel Insausti.

miércoles, 20 de marzo de 2019

PASEO DE LA POESÍA / POESIAREN BIDEA


El paseo ni es nuevo ni se encuentra en una calle de una ciudad por donde habitualmente podamos transitar, pero tampoco se trata de un lugar escondido e inasequible. Este paseo de la poesía se encuentra en un campus universitario, en el de Leoia, Vizcaya. Aproximadamente, a veinte minutos en coche desde el centro de Bilbao y a unos cuarenta minutos en transporte público.

La numeración corresponde al listado de poemas que tenéis más abajo.
Aunque fue inaugurado en mayo de 2012, apenas es conocido fuera de la comunidad universitaria, pero es de acceso público. En él podemos encontrar cuarenta losetas donde están inscritos poemas o partes de poemas de muy variada procedencia. Es algo así como un paseo de las estrellas, o como una antología mínima en piedra. En definitiva, un reconocimiento del valor de la palabra y la necesidad que tenemos de ella. Este es el listado completo:
  1. HIRUROGEITA HAMABOST URTE, Andoni Egaña.
  2. CAMINANTE NO HAY CAMINO, Antonio Machado.
  3. JosAnton Artze.
  4. HOW DO I LOVE THEE?, Elisabeth Barret Browning.
  5. COMO TÚ, Leon Felipe.
  6. EUSKAL HARRIA, Gabriel Aresti.
  7. LE GRAND HOMME, Jacques Prevert.
  8. TE QUIERO, Mario Benedetti.
  9. MENDIGOXALIARENA, Estepan Urkiaga «Lauaxeta».
  10. NEGRA SOMBRA, Rosalía de Castro.
  11. OIA, Xabier Lizardi.
  12. CANCIÓN 51, Rafael Alberti.
  13. ARDURA DORPEA, Itxaro Borda.
  14. LA POESIA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO, Gabriel Celaya.
  15. NI NAIZ, Xalbador.
  16. ROMANCE SONÁMBULO, Federico García Lorca.
  17. ESKU 2, Juan Mari Lekuona.
  18. SENSATION, Arthur Rimbaud.
  19. OBRA ESCRITA EN 1966, Jorge Luis Borges.
  20. APEXA ETA LOREA, Juan Bautista Elizanburu.
  21. EL CLAMOR, Alfonsina Storni.
  22. ESPERANTZARI LEIHO BAT, Bitoriano Gandiaga.
  23. SHE WALKS IN BEAUTY, Lord Byron.
  24. EN EL PRINCIPIO, Blas de Otero.
  25. ASSAIG DE CÀNTIC EN EL TEMPLE, Salvador Espriu.
  26. IZARREN HAUTSA, Xabier Lete.
  27. BESOS, Gabriela Mistral.
  28. HAUTSI DA ANPHORA, Bernardo Atxaga.
  29. LA PENSADORA DEL AURA, María Zambrano.
  30. KONTRAPAS, Bernard Etxepare.
  31. VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN, Miguel Hernandez.
  32. AGUR EUSKALERRIARI, Jose Maria Iparraguirre.
  33. ALALÁ, Manuel Rivas.
  34. GIZARTEAREN HORMA HANDIAN, Xabi Paya.
  35. SUSTRAIAK HAN DITUENAK, Joseba Sarrionandia.
  36. UNO NO ESCOGE, Gioconda Belli.
  37. BIDAIA KAIERA: BHUTAN, Kirmen Uribe.
  38. LOVE AND FRIENDSHIP, Emily Brontë.
  39. BLANCA BRUNA, Joan Salvat-Papasseit.
  40. SUA, Maialen Lujanbio.

Os dejo el poema de Alfosina Estorni y la invitación a que os acerquéis a este singular paseo donde la poesía brota del suelo.


EL CLAMOR

Alguna vez, andando por la vida,
por piedad, por amor,
como se da una fuente, sin reservas,
yo di mi corazón.

Y dije al que pasaba, sin malicia,
y quizá con fervor:
-Obedezco a la ley que nos gobierna:
He dado el corazón.

Y tan pronto lo dije, como un eco
ya se corrió la voz:
-Ved la mala mujer esa que pasa:
Ha dado el corazón.

De boca en boca, sobre los tejados,
rodaba este clamor:
-¡Echadle piedras, eh, sobre la cara;
ha dado el corazón!

Ya está sangrando, sí, la cara mía,
pero no de rubor,
que me vuelvo a los hombres y repito:
¡He dado el corazón!

viernes, 28 de abril de 2023

SHELLEY CONTRA LA PENA DE MUERTE

Editorial
Ante la llegada de un periodo de gran cambio político, la primera ley que un reformador debe sancionar es la abolición de la pena de muerte.

Está suficientemente claro que la venganza, la represalia, la purga y la expiación son reglas y motivaciones que causan tal cantidad de miseria en la vida en la vida cotidiana de una sociedad que están muy lejos de merecer un lugar en cualquier sistema medianamente inteligente de vida política. Es evidente que incluso aunque el espíritu de la legislación haya pretendido fundar las instituciones sobre argumentos filosóficos, hasta el momento, en los casos denominados como criminales, no ha hecho sino consolar al espíritu ofreciéndole una gratificación parcial, haciendo un pacto entre su mejor parte —no infringir ningún mal a un ser sensible sin que por ello se desprenda un trato beneficioso, al menos para el involucrado— y la peor: que debe ser sometido a tortura para placer de aquellos a los que haya injuriado, o se crea que ha injuriado.

(El texto completo son una siete páginas. Traducción: Julio Monteverde). 

Tal vez sorprenda a gente poco advertida que Percy Bysshe Shelley, además de ser uno de los tres grandes poetas de la segunda generación romántica inglesa, era un auténtico polemista que no renunciaba a escribir sobre cualquier tema que le preocupara y del que sintiera la necesidad de expresar su opinión. El volumen que hace unos años publicó Pepitas de calabaza puede servir para hacernos una idea de la variedad de temas a los que dedicó su pluma: el ateísmo, los derechos humanos, la dieta natural, la política, el matrimonio, la defensa de la poesía o este Ensayo sobre la pena de muerte del que he copiado los dos párrafos iniciales. El texto completo (en inglés) lo podéis leer en wikisource.

Del texto me interesa destacar su claro posicionamiento a favor de la abolición de un castigo a todas luces inhumano y vengativo, y el hecho de ser uno de los primeros manifiestos en su contra. Es cierto que algunos de los argumentos que emplea pueden resultarnos hoy un tanto sorprendentes, pero eso no debería ser motivo para alejarnos de su lectura; antes al contrario, un estímulo para reforzar los argumentos que busquen el ejercicio de la justicia, nunca la revancha.

Fuente: wikimedia

Y una vez puesto a la tarea de dar noticia sobre Shelley, no está demás recordar que ese ambiente ensoñador, romántico y conmovido que produce la obra de Louis Edouard Fournier, El funeral de Shelley, está bastante lejos de ofrecernos el ambiente de lo que realmente ocurrió en aquel fatídico día en el que encontraron el cuerpo sin vida del poeta en la playa y después lo incineraron. 

El artículo de Miquel Molina Génova para La Vanguardia ilustra bien lo que ocurrió y no lo que Byron nos dejó escrito en su carta a Thomas Moore (20-VIII-1822): We have been burning the bodies of Shelley and Williams on the sea-shore, to render them fit for removal and regular interment. You can have no idea what an extraordinary effect such a funeral pile has, on a desolate shore, with mountains in the background and the sea before, and the singular appearance the salt and frankincense gave to the flame.All of Shelley was consumed, except his heart, which would not take the flame, and is now preserved in spirits of wine

(Más o menos: "Hemos estado quemando los cuerpos de Shelley y Williams en la orilla del mar para hacerlos aptos para su traslado y entierro. No puedes hacerte una idea del efecto extraordinario que tiene una pila funeraria en una costa desolada, con las montañas al fondo, el mar al frente y la singular apariencia que la sal y el incienso daban a la llama. Todo Shelley fue consumido, excepto su corazón, que no aceptaba la llama, y ahora se conserva en alcohol").

***


jueves, 23 de febrero de 2023

MUSIKA MÚSICA 2023


MUSIKA-MÚSICA se celebrará el primer fin de semana de marzo –días 3, 4 y 5– bajo el título de Notak & Letrak. En total, más de 70 conciertos en tres días, en diferentes espacios de forma simultánea en el Palacio Euskalduna.

El Teatro Arriaga acogerá el viernes 3 de marzo, a las 19:00 horas, el concierto de apertura con El sueño de una noche de verano, de Mendelssohn, composición inspirada en la obra homónima de teatro de William Shakespeare.

Este será el primero de los distintos diálogos entre música y literatura que recorrerán el Festival a través de las obras de compositores como Beethoven, Liszt, Chaikovski, Purcell, Schubert, Schumann, Bizet, Strauss o Marais entre otros, y las obra escrita de Byron, Virgilio, Goethe, Ibsen, Ovidio, Cervantes, Shakespeare o Tolstoi.

PROGRAMA

ENTRADAS

INTÉRPRETES

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viernes, 20 de enero de 2023

ARDE DONOSTI

Para Irene.


Tratar de captar el cielo y sus colores es una de las actividades fotográficas que más me atrae. También es una de las que más dificultades me da, porque cuando veo la imagen en una pantalla grande me doy cuenta de que el resultado suele estar bastante lejos de la realidad —la realidad siempre es mucho más bonita—. Dicho esto con toda la prudencia y humildad del mundo pues no soy nada más que un mero aficionado a recoger apuntes de lo que ocasionalmente me llama la atención y, además, no suelo llevar nunca una cámara fotográfica conmigo. 

El caso es que andaba buscando una imagen para acompañar un poema de Byron y me he encontrado con esta foto que hice en 2020, en un hermosísimo crepúsculo de primeros de julio, el archivo de la captura me dice exactamente que fue un 4 de julio, a las 22:16. Volvía a casa, era más de noche que de día y, al atravesar el Puente María Cristina, me sorprendieron los intensos tonos rojizos que aún coloreaban buena parte del cielo sobre el mar. En cambio, el cielo que veía de frente —el del oeste— estaba ya bastante oscurecido, como si fueran dos cielos totalmente independientes.

Casualmente, llevaba una cámara colgada al hombro. Tiré de zoom —entre el puente en que yo estaba y el edificio que asoma arriba a la derecha hay tres cuartos de kilómetro— y los tonos rosados aparecieron en toda su intensidad en la pequeña pantalla de la cámara —no he retocado absolutamente nada la fotografía, tal cual—. En la pantalla del ordenador mantenían su esplendor crepuscular. Hoy la he visto y me ha parecido que hacerla pública era algo así como hacer un pequeño homenaje a esta ciudad hermosa como pocas y cara como un pequeño lujo. Y a su cielo y a su mar y a su río.

Y no, no es París la que arde, ni el mar de Gimferrer, ni el Mississippi. Es la ciudad en la que ahora vivo y que hoy celebra su fiesta. Las llamaradas musicales están por toda la ciudad.

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miércoles, 17 de abril de 2024

UN LIBRO, UN POEMA (Ch. Baudelaire)

#unlibrounpoema

Hacía tiempo que Ivan G. M., el encantador vecino y mejor músico trance que tengo la suerte de disfrutar, me había pedido volver a las andadas de aquello que hicimos con Las quimeras al comenzar el año. O sea, algo en plan gótico-terrorífico, un poco para asustar al personal de las redes. 

De los tres textos que le ofrecí para que él eligiera uno con el que se podría sentir más a gusto creando la ambientación, eligió "Las letanías de Satán", poema perteneciente al apartado "Rebelión" del celebérrimo Las flores del mal. 

Los tres poemas que integran ese apartado tienen un fuerte contenido satánico, algo que estaba bastante de moda en el siglo XIX, especialmente desde que Byron escribiera Manfred y Caín; aunque para satánico de verdad, nada comparable a Los cantos de Maldoror, culmen, en mi opinión, del género. 

No sé si es que algunos escritores en aquella época tenían un componente gamberro muy fuerte o que la adolescencia les duró mucho tiempo. Fuese lo que fuese, aquí tenéis, en la traducción de Manuel Neila, Las letanías de Satán. Debajo de ellas está el audio con el que tanto Ivan como yo os deseamos que no paséis demasiado miedo👿👿👿😂😂😂.

Oh tú, el más bello y sabio de los Ángeles todos,
Dios privado de suerte, privado de alabanzas,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Príncipe del exilio a quien tanto agraviaron,
Y que, vencido, luego te levantas más fuerte,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú que 
todo lo sabes, rey de lo subterráneo,
Familiar curandero de congojas humanas,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú que, incluso al leproso, y a los parias malditos
Enseñas por amor el gusto del Edén,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

¡Oh tú que de la Muerte, la vieja y firme amante,
Engendras la Esperanza —¡esa loca adorable!

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú que das al proscrito esa 
altiva mirada 
Que en torno del cadalso condena a todo un pueblo,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú que sabes en qué rincones de la tierra 
El Dios celoso guarda toda piedra preciosa,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú cuyos ojos claros saben en qué arsenales
Dormita amortajado el pueblo de metales,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú cuya larga mano oculta precipicios
Al sonámbulo errante al borde de las casas,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú que, mágicamente, ablandas la osamenta
Del ebrio rezagado que arrollan los caballos,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú que, por consolar al débil ser que sufre,
Enseñas a mezclar azufre con salitre,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú que imprimes tu signo, ¡oh cómplice sutil!
En la frente del Creso implacable y ruin,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Tú que en el corazón de rameras enciendes
El culto por las llagas y el amor al andrajo,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Garrote de los exiliados, lámpara de los inventores,
Confesor de ahorcados y de conspiradores,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!

Padre adoptivo de esos que, en su cólera ciega,
El Dios Padre arrojó del edén terrenal,

¡Oh, Satán, ten piedad de mi larga desdicha!


            ORACIÓN

¡Gloria a ti y alabanza, Satán, en las alturas
Del Cielo, donde reinas, y en las profundidades
Del Infierno en que sueñas en silencio, vencido!
¡Haz que mi alma, a la sombra del Árbol de la Ciencia,
Cerca de ti repose, cuando sobre tu frente
Como un Templo novísimo se extiendan sus ramajes!



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