lunes, 12 de diciembre de 2022

SANTA LUCÍA

13 de diciembre, Feria de Santa Lucía en Urretxu-Zumarraga. Fuente: Urretxu udala

Diciembre es una mina para el recolector de leyendas o para el interesado en la mitología cristiana. Y puedo suponer que a los únicos que no les interesa esta mitología es a los cristianos católicos, que cómo se han puesto porque su santo varón ha escrito por primera vez en un libro que eso del buey y la mula no tiene visos de ser una verdad histórica.

Diciembre, sí, es el mes mitológico por antonomasia en el imaginario cristiano—juntamente con el de abril—, porque en él se instala uno de los eventos más significativos para los creyentes de esta religión: el nacimiento de Jesús. Pero no es de la navidad de lo que voy a ocuparme aquí, sino de alguno de sus vecinos, que son muchos y bien conocidos.

En este mes se encuentran alojados nada menos que santa Bárbara (sólo nos acordamos de santa Bárbara cuando truena), san Nicolás (Papá Noel, Santa Claus, San Nicolás, Colacho, Viejo Pascuero, Julemanden, Jultomten...), la Inmaculada, santa Lucía (acorta la noche y alarga el día), los Santos Inocentes y san Silvestre. De momento, una brevísima mención a santa Lucía, por ser mañana su fiesta.

La anécdota, muy conocida, podéis leerla aquí. Lo que me interesa de ella es el nombre, lo que se nos dice de los ojos y la fecha en que está colocada. Lucía, es evidente, procede del latín lux, -cis, y significa "la que emite luz". Los ojos que se quita para ofrecérselos a su pesadísimo pretendiente son el medio con el que adquirimos la luz, todo cuanto vemos, y, yendo más allá, el propio conocimiento. Y la fecha del martirio, 13 de diciembre, es la fecha en que en aquella época coincidía el solsticio de invierno como consecuencia de la diferencia entre el calendario solar y el juliano.

Santa Lucía es la metáfora de la luz que se anhela y espera. Es la anunciadora de la luz —de la vida— que en seguida vendrá. Es, otra vez más, la referencia a la naturaleza cíclica del tiempo, la promesa de que la vida vuelve a regenerarse.

Y un poquito de música:


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ESTA LUZ, ANTONIO GAMONEDA

Editorial
Galaxia Gutenberg ha vuelto a editar en 2019 la obra poética del que tal vez sea el poeta español vivo en lengua castellana con mayor prestigio internacional. Los cambios entre la edición de 2004 y esta última no son muy pocos, y el más importante de todos y el que justifica la nueva edición es la incorporación de los títulos nuevos que ha ido escribiendo Gamoneda durante estos últimos años. Así, Canción errónea (2012); La prisión transparente (2015-2018); No sé (2014-2017 y 2019); Las venas comunales (2015-2019); Plinio, Dioscórides y otros. Para un diccionario apócrifo de sustancias, venenos phisiologías y aflicciones (2016); y en la serie Mudanzas que entonces solamente contaba con el apartado Trakl, ahora se han añadido Cantos del rey Nezahualcóyolt, Stéphane Mallarmé y Herberto Helder. Cierran la ampliación tres poemas inéditos: "Fumaba a la puerta del hotel", "Fresas y agonías" y "Nadie estaba solo". A todos estos títulos hay que añadir Libro de los venenos que, siendo como era anterior a 2004, no fue recogido en la edición de Esta luz de aquel año.

Editorial
Entre los cambios o añadidos de menor relieve se encuentra la Adenda a la nueva edición de 2019, redactada por el poeta, un ligero cambio de papel (ligeramente más satinado), y el que la edición haya estado al cargo de Jordi Doce, en tanto que de la anterior se había ocupado Nicanor Vélez. Los dos volúmenes cuestan 29,50€ + 25,90€. Pero si queréis haceros con la edición anterior, la editorial todavía lo mantiene en catálogo al precio de 21,90€. 


En 2017, en una entrada que dediqué a la estupenda antología que preparó Tomás Sánchez Santiago para Alianza, recomendaba cuatro direcciones para ampliar noticias y conocimientos sobre el poeta. Sigo haciéndolo: 
Y ahora, para terminar esta recomendación lectora producto de la admiración, un poema:



FUGACIDAD

Hemos venido a la vida en un tiempo feliz;
hemos venido en el tiempo de la primavera.
Será solo un brevísimo instante, amigos míos: vivamos su brevedad.

Yo soy Yoyontzin. Ahora estamos en la vida y advertimos que la alegría posee nuestros rostros y nuestros corazones.

Hemos venido a comprender la belleza de vuestras palabras. 
Será solo un brevísimo instante, amigos míos, vivamos su brevedad.

(Primer poema de Cantos del rey Nezahualcóyotl).

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domingo, 11 de diciembre de 2022

LOCUS ISTE, BRUCKNER


Estuve el viernes en el Kursaal oyendo a la Orquesta Sinfónica de Euskadi cómo interpretaba la 8ª de Bruckner y eso me dejó con las ganas de seguir hurgando en el repertorio de este austríaco atormentado por su valía como compositor y de una fe religiosa a prueba de todo. 

No me he atrevido a colocar aquí su grandiosa 8ª sinfonía, más que nada por su hora y media de duración, pero como desde el viernes, cada vez que me pongo músico siempre elijo algo de él, he decidido que el motete Locus iste —este lugar— es una excelente pieza para que quien todavía no crea en el poder sanador de la música empiece a hacerlo. 

En música, son mis gustos y opiniones, ningún instrumento iguala en belleza y capacidad acogedora al de las voces humanas bien combinadas. 

Feliz domingo.
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sábado, 10 de diciembre de 2022

LOS MIL METROS MÁS ARTÍSTICOS DE LA CASTELLANA MADRILEÑA

Toros ibéricos. Alberto Sánchez (1895-1962).

No se puede decir que tuviera mucha suerte el día que pasé por Madrid. El Museo de escultura al aire libre se encontraba en obras como bien puede verse:

La sirena varada. Eduardo Chillida (1924-2002).


Proyecto para un monumento IV B, Palazuelo (1952-2004).
Al otro lado del muro, Subirachs (1927-2014).
Estructura permutacional, Sobrino 81932-2014).

Mère Ubu, Miró (1893-1983).
Proalí, Martí (1925-2010).

Siguiendo hacia la Biblioteca Nacional, en la misma acera de la izquierda en sentido bajada, se encuentra una de esas magníficas cabezas de Plensa que tanta paz transmiten y tanta belleza derrochan. 


Es la cabeza de Julia, un decorado de lujo que colabora con el cielo azul y las blanquecinas nubes rotas.


Pero todas esas esculturas ya las conocía. Había pasado por allí para volverlas a disfrutar y que me dejaran nuevos recuerdos o que avivaran los de otro tiempo. La sorpresa, porque ignoraba su existencia, fue encontrarme a pocos metros de la niña Julia al pasaitarra Blas de Lezo (1689-1741). Allí estaba él sobre su pata de palo —la de carne y hueso se la arrancó una bala de cañón en la batalla de Vélez-Málaga—, en la otra esquina de la plaza, la que da al Museo Arqueológico.


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viernes, 9 de diciembre de 2022

POEMAS CON JUGUETE VISITA MIRANDA DE EBRO


 
Fuente: WikipediaPl. Cervantes, 5, Miranda de Ebro, Burgos.

Si todo libro puede ser en algún momento un regalo, este poemario viene, además, con muchos juguetes. 


Un pequeño adelanto: 


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jueves, 8 de diciembre de 2022

SAN JUAN DE GAZTELUGATXE en imágenes


 No, esto no es San Juan de Gaztelugatxe, es el islote de Aquech (en euskera: Akatxe, Aketx o Akatz Uhartea). Muy fotogénica ella, aunque estando al lado de la otra, que lo es mucho más, casi nadie se para a dedicarle una mirada.

Esta sí. Esta es la preciosísima San Juan de Gaztelugatxe —en el enlace encontraréis todo cuanto necesitáis saber para acercaros hasta ella y realizar una agradable visita—. 

Y esta extraña cosa que invade el horizonte no es una plataforma petrolífera, es la plataforma Gaviota, que en los años 80 y 90 estuvo extrayendo gas natural y desde que se agotó sirve para almacenar el que traen importado. 

Y estas son las famosas escaleras (algo menos de 250 peldaños) tan pintorescas como atractivas. 

Esta otra es la isla Villano, y está a unos diez kilómetros al oeste. La costa, ya véis, es muy abrupta y rica en formas, peñascos y acantilados.


San Juan era uno de los lugares de visita típicos del País Vasco. Relativamente tranquilo y asequible en cualquier momento. Yo he llegado a estar solo un día de julio. Desde que apareció en Juego de tronos, se ha convertido en un lugar al que acude gente desde cualquier punto del mundo. Afortunadamente, la organización actual hace que se tenga que sacar reserva de visita (es gratuita) y cuando el cupo está lleno no se admiten más personas, lo que quiere decir que aunque el cupo esté completo, nunca se produce ningún agobio por masificación.

La muy verdadera y única huella de...


La isla está llena de anécdotas y de historias en torno a San Juan, la pesca, los piratas, batallas ganadas y perdidas, vírgenes bajo el agua... Como todos los lugares espectaculares y situados en un marco geológico encantador, a los seres humanos se nos da muy bien inventar historias para acrecentar el encanto. Pero, aun siendo todas ellas atractivas, nada supera en belleza y fascinación el paisaje que la propia naturaleza ha construido.  


Nótese el timón enmarcado en la vidriera enmarcada.



Tres direcciones que recogen información sobre San Juan de Gaztelugatxe de manera muy atractiva:

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miércoles, 7 de diciembre de 2022

MIGUEL ÁNGEL BUONARROTI (poeta)

Fuente: Wikipedia.

Fuente: Wikipedia.

No parece difícil reconocer al autor de estas obras, al artífice de este David, al del El Juicio Final, al de la Piedad, al del Moisés, o al de la escalera de la Biblioteca Laurenziana. Todas esas obras y otras muchas más son obras maestras del genial artista italiano. Son imágenes perfectamente reconocibles de su autor. Lo mismo que sabemos situarlas sin dificultad dentro del sorprendente Renacimiento italiano que tantos grandes nombres nos dio y que se prolongó durante tanto tiempo (englobo bajo esa etiqueta lo que se conoce como renacimiento tardío y también el manierismo).

Sin embargo, resulta mucho más difícil saber a quién pertenecen estos poemas, aunque no sería demasiado complicado situarlos en la época:

Para Tommaso Cavalieri 

Siento cómo un frío rostro que el fuego enciende,
me quema en la distancia y se vuelve hielo;
dos hermosos brazos me subyugan a una fuerza 
que siendo inmóvil mueve los otros seres; 

único y sólo, por mí asido, un espíritu 
que no tiene muerte, mas que de los otros la muerte 
urde; le veo y lo hallo atándome el pecho 
que era libre, al que sólo rencor sentir me hace. 

Señor, de rostro tan hermoso, ¿cómo puede 
soportar el mío efectos tan contrarios? 
Duro es dar a los hombres lo que tú no tienes. 

Y puede, sobre la feliz vida que me arrebató, 
actuar como el sol si tú no lo impides, 
que calienta al mundo, aunque no esté caliente.




A la muerte de Vittoria Colona 

Qué prodigio sería si, ya que ardí y fui 
destruido del fuego que afuera se consume, 
en el interior pudiese aún arder y doler, 
y pedazo a pedazo reducirme a cenizas. 

Tan brillante como ardía, vi el lugar 
que era origen de mi tortura opresiva, 
y con sólo verlo me hizo sentirme alegre, 
juegos y delicias para mi muerte y abuso. 

Pero el Cielo me ha arrancado el esplendor 
del gran fuego que ardía y me alimentaba;
ahora sólo soy brasa, escondida y ardiente. 

Mas si amor no me brinda más madera 
para aumentar la llama, en mí no habrá 
ni una sola chispa, ya todo vuelto cenizas.



Para Vasari, al publicar su "Vida de los artistas"

Si diste con tu pluma o con colores
a Natura su hermana equiparable en tu arte,
y en realidad en parte le achicaste la gloria,
al devolvernos su belleza más acrecentada,

ahora, sin embargo, con labor más valiosa,
te has puesto a escribir con mano sabia,
y así le robas lo único que de su gloria
le resta y te faltaba, al dar vida a los seres.

Rivales tuvo en cualquier siglo con obras
hermosas, más al menos, le rendían tributo,
cuando a su final señalado por fuerza llegaban. 

Pero hiciste que sus memorias tan perdidas
volviesen cargadas de luz, ellos mismos y tú,
a su pesar, para siempre vueltos a la vida.

(Traducción: Guido Gutiérrez).


Sí, Miguel Ángel era un genial escultor, pintor y arquitecto que, como casi todos los artistas de la época, escribía poesía. Aquellas gentes eran hombres y mujeres del renacimiento, y nunca mejor dicho.

He optado por tres sonetos de esta edición, porque tengo gran cariño a los pocos libros que conservo de aquella época en que comprar ediciones más cuidadas no estaba al alcance de mi bolsillo. Para quien se quiera acercar por primera vez a la poesía de Miguel Ángel, la editorial Pre-Textos dispone en su catálogo de un excelente Rimas (1507-1555)en traducción de Manuel J. Santayana. Me gusta más incluso la de Cátedra, Sonetos completos, de la que se encargó Luis A. de Villena, pero es de hace treinta años y está descatalogada.

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lunes, 5 de diciembre de 2022

TRILCE, 100 AÑOS

Mi ya un poco ajado ejemplar del 74.
Hace cien años se produjeron unos cuantos acontecimientos editoriales de gran significación para la literatura. Algunos estuvieron muy bien arropados, otros estuvieron rodeados por el escándalo y fueron inmediatamente visibles hasta para el gran público. Otros solo alcanzaron a llegar al reducido ámbito de un puñado de amistades. Este es el caso de Trilce. El 6 de noviembre de 1920 César Vallejo ingresa en la cárcel por un turbio incidente acaecido en Santiago de Chuco. Allí estará durante unos meses y allí terminará de escribirlo. En 1922 gana un concurso literario de narrativa. Con el dinero del premio paga la edición del poemario. El libro es recibido con total indiferencia por algunos; por otros, con desprecio. "Incomprensible" y "estrambótico" son algunos adjetivos que se le aplican. Las pocas personas que lo leyeron carecieron de la inteligencia suficiente como para entenderlo o bien de la sensibilidad requerida para apreciar la radical renovación que suponía. Mucho más adelante, ya muerto Vallejo, Benedetti dirá aquella hermosa frase: Vallejo obliga a decir a las palabras aquello para lo que no están preparadas. Trilce es un libro vanguardista antes de que su autor supiera nada de las vanguardias. Vallejo es uno de los grandes poetas en castellano de todos los tiempos. Tiene la fuerza creativa de la que solamente están dotadas unas pocas personas, y nos ha dejado algunas de las más hermosas y extrañas imágenes poéticas. 

XIII


Pienso en tu sexo.
Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,
ante el hijar maduro del día.
Palpo el botón de dicha, está en sazón.
Y muere un sentimiento antiguo
degenerado en seso.

Pienso en tu sexo, surco más prolífico
y armonioso que el vientre de la Sombra,
aunque la Muerte concibe y pare
de Dios mismo.
Oh Conciencia,
pienso, sí, en el bruto libre
que goza donde quiere, donde puede.

Oh, escándalo de miel de los crepúsculos.
Oh estruendo mudo.

Odumodneurtse!




XIV


Cual mi explicación.
Esto me lacera de tempranía.

Esa manera de caminar por los trapecios.

Esos corajosos brutos como postizos.

Esa goma que pega el azogue al adentro.

Esas posaderas sentadas para arriba.

Ese no puede ser, sido.

Absurdo.

Demencia.

Pero he venido de Trujillo a Lima.
Pero gano un sueldo de cinco soles.





XVIII


Oh las cuatro paredes de la celda.
Ah las cuatro paredes albicantes
que sin remedio dan al mismo número.

Criadero de nervios, mala brecha,
por sus cuatro rincones cómo arranca
las diarias aherrojadas extremidades.

Amorosa llavera de innumerables llaves,
si estuvieras aquí, si vieras hasta
qué hora son cuatro estas paredes.
Contra ellas seríamos contigo, los dos,
más dos que nunca. Y ni lloraras,
di, libertadora!

Ah las paredes de la celda.
De ellas me duele entretanto, más
las dos largas que tienen esta noche
algo de madres que ya muertas
llevan por bromurados declives,
a un niño de la mano cada una.

Y sólo yo me voy quedando,
con la diestra, que hace por ambas manos,
en alto, en busca de terciario brazo
que ha de pupilar, entre mi dónde y mi cuándo,
esta mayoría inválida de hombre.




XXIII


Tahona estuosa de aquellos mis bizcochos
pura yema infantil innumerable, madre.

Oh tus cuatro gorgas, asombrosamente
mal plañidas, madre: tus mendigos.
Las dos hermanas últimas, Miguel que ha muerto
y yo arrastrando todavía
una trenza por cada letra del abecedario.

En la sala de arriba nos repartías
de mañana, de tarde, de dual estiba,
aquellas ricas hostias de tiempo, para
que ahora nos sobrasen
cáscaras de relojes en flexión de las 24
en punto parados.

Madre, y ahora! Ahora, en cuál alvéolo
quedaría, en qué retoño capilar,
cierta migaja que hoy se me ata al cuello
y no quiere pasar. Hoy que hasta
tus puros huesos estarán harina
que no habrá en qué amasar
¡tierna dulcera de amor,
hasta en la cruda sombra, hasta en el gran molar
cuya encía late en aquel lácteo hoyuelo
que inadvertido lábrase y pulula ¡tú lo viste tánto!
en las cerradas manos recién nacidas.

Tal la tierra oirá en tu silenciar,
cómo nos van cobrando todos
el alquiler del mundo donde nos dejas
y el valor de aquel pan inacabable.
Y nos lo cobran, cuando, siendo nosotros
pequeños entonces, como tú verías,
no se lo podíamos haber arrebatado
a nadie; cuando tú nos lo diste,
¿di, mamá?






XXXIV

Se acabó el extraño, con quien, tarde
la noche, regresabas parla y parla.
Ya no habrá quien me aguarde,
dispuesto mi lugar, bueno lo malo.

Se acabó la calurosa tarde;
tu gran bahía y tu clamor; la charla
con tu madre acabada
que nos brindaba un té lleno de tarde.

Se acabó todo al fin: las vacaciones,
tu obediencia de pechos, tu manera
de pedirme que no me vaya fuera.

Y se acabó el diminutivo, para
mi mayoría en el dolor sin fin,
y nuestro haber nacido así sin causa.




XLIX


Murmurado en inquietud, cruzo,
el traje largo de sentir, los lunes
de la verdad.
Nadie me busca ni me reconoce,
y hasta yo he olvidado
de quién seré.

Cierta guardarropía, sólo ella, nos sabrá
a todos en las blancas hojas
de las partidas.
Esa guardarropía, ella sola,
al volver de cada facción,
de cada candelabro
ciego de nacimiento.

Tampoco yo descubro a nadie, bajo
este mantillo que iridice los lunes
de la razón;
y no hago más que sonreir a cada púa
de las verjas, en la loca búsqueda
del conocido.

Buena guardarropía, ábreme
tus blancas hojas:
quiero reconocer siquiera al 1,
quiero el punto de apoyo, quiero
saber de estar siquiera.

En los bastidores donde nos vestimos,
no hay, no Hay nadie: hojas tan sólo
de par en par.
Y siempre los trajes descolgándose
por sí propios, de perchas
como ductores índices grotescos,
y partiendo sin cuerpos, vacantes,
hasta el matiz prudente
de un gran caldo de alas con causas
y lindes fritas.
Y hasta el hueso!




LXV


Madre, me voy mañana a Santiago,
a mojarme en tu bendición y en tu llanto.
Acomodando estoy mis desengaños y el rosado
de llaga de mis falsos trajines.

Me esperará tu arco de asombro,
las tonsuradas columnas de tus ansias
que se acaban la vida. Me esperará el patio,
el corredor de abajo con sus tondos y repulgos
de fiesta. Me esperará mi sillón ayo,
aquel buen quijarudo trasto de dinástico
cuero, que para no más rezongando a las nalgas
tataranietas, de correa a correhuela.

Estoy cribando mis cariños más puros.
Estoy ejeando ¿no oyes jadear la sonda?
¿no oyes tascar dianas?
estoy plasmando tu fórmula de amor
para todos los huecos de este suelo.
Oh si se dispusieran los tácitos volantes
para todas las cintas más distantes,
para todas las citas más distintas.

Así, muerta inmortal. Así.
Bajo los dobles arcos de tu sangre, por donde
hay que pasar tan de puntillas, que hasta mi padre
para ir por allí,
humildóse hasta menos de la mitad del hombre,
hasta ser el primer pequeño que tuviste.

Así, muerta inmortal.
Entre la columnata de tus huesos
que no puede caer ni a lloros,
y a cuyo lado ni el destino pudo entrometer
ni un solo dedo suyo.

Así, muerta inmortal.
Así.


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domingo, 4 de diciembre de 2022

PURCELL, DIDO Y ENEAS


Como esta tarde iré al Victoria Eugenia a disfrutar con la obra de Purcell, me ha parecido de lo más apropiado traer hasta aquí esta versión de L'Arpeggiata para el Festival Oude Muziek Utrecht de 2015.  Está dirigida por Christina Pluhar

La historia, ya sabéis, se basa de manera muy libre en el libro IV de la Eneida, de Virgilio. Ahí aparecen la reina de Cartago, Dido, y el troyano Eneas. Se enamoran, pero los envidiosos y siempre puñeteros dioses se confabulan e infunden la idea  a Eneas de que por encima del amor debe cumplir su destino, es decir, tiene que partir y fundar la nueva Troya, la que será Roma. Dido no puede sufrir la ausencia de su amante; sin embargo, cuando Eneas decide quedarse, ella le rechaza y se deja morir. Tremenda tragedia.

El lamento de Dido antes de morir de pena es una de las arias más conmovedoras de la historia de la música. Aunque solo fuera por eso, Dido y Eneas merece figurar como una de las grandes óperas de todos los tiempos. Un aria magnífica.

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Путин, немедленно останови войну!