"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
Con motivo de recopilación de la poesía de K. Iribarren por parte de la Editorial Renacimiento, que saldrá esta primavera, estamos preparando un recital con alguno de sus poemas y ambientación musical tipo jazz session.
Mientras improvisábamos, se quedó grabado esto que os dejo aquí a manera de adelanto.
En este enlace se encuentran los poemas que vamos a utilizar en el recital de Puentedey. Puede resultarte cómodo y más agradable tener una primera aproximación al gran místico de la poesía española antes de acudir al recital.
Puentedey
Os dejo también el enlace con la página web de este encantador pueblo, en el que, por cierto, también podréis encontrar este viernes una feria de artesanía.
Tras de un amoroso lance,
y no de esperanza falto,
volé tan alto, tan alto,
que le di a la caza alcance.
Traducir es siempre una tarea difícil y compleja, más aún si se trata de poesía. Como ejemplo he aquí una muestra:
I like a look of Agony, Because I know it's true — Men do not sham Convulsion, Nor simulate, a Throe —
The Eyes glaze once — and that is Death —
Impossible to feign
The Beads upon the Forehead
By homely Anguish strung.
Es el poema 241, datado en torno a 1861 y publicado por primera vez en 1890.
-Primera traducción, Margarita Ardanaz, Cátedra:
Me gusta un aspecto de Agonía,
Porque sé que es verdad —
Los Hombres no fingen Convulsiones,
Ni simulan Estertores —
Los Ojos se vidrian una vez — y eso es la Muerte —
Es imposible aparentar
Las cuentas de la Frente
Por la Angustia doméstica ensartadas.
-Segunda traducción, Rubén Martín, Bartleby:
Me gusta cómo luce la Agonía,
pues sé que es verdadera —
Los hombres no simulan el Dolor,
ni fingen un Espasmo —
Se vidrian nuestros Ojos — es la Muerte —
No hay forma de imitar
esas Perlas que enhebra
en nuestra frente la cotidiana angustia.
-Tercera traducción, Lorenzo Oliván, Pre-Textos:
A mí me gusta el rostro que muestra la agonía
porque sé que no es falso.
Los hombres nunca fingen convulsiones
ni simulan dolor.
Una vez que se velan los ojos —y es la muerte—
no pueden impostar
en su frente el rosario de esas gotas
que va ensartando la sencilla angustia.
De las tres (hay bastantes más, podéis comprobarlo en la selección que he preparado para la tertulia), la más poética, la que suena mejor en castellano actual, la que posee un ritmo más elaborado, la mejor es la de Oliván. Y, sin embargo, yo he elegido la de Ardanaz para realizar el cuadernillo porque me parece más fiel a lo que Dickinson nos legó.
Ardanaz mantiene en su traducción todos los elementos visuales del poema (uso arbitrario de las mayúsculas y guiones), mantiene la sequedad de la sintaxis y de la semántica, no intenta mejorar en ningún momento el poema, deja el prosaísmo y las elipses intencionadas de la poeta; en definitiva, es más fiel a la autora, aunque nos resulte más cortante y extraño. Es una opción que en el caso de la poesía de Emily Dickinson me parece importante.
Este es el vídeo realizado por HubbleSite y traducido por Fernando Beltrán. Si vivís en el hemisferio sur, acudid a su canal de youtube —su nombre está enlazado con su canal— para saber qué se ve desde dicho hemisferio. Y si sois habitantes del norte también, porque está realizando unos vídeos francamente buenos.
Y después de ver el vídeo, anotemos los acontecimientos más sobresalientes:
Planetas: Mercurio será visible al amanecer en el este durante la cuarta semana del mes. Venus sigue siendo, después de la luna, el objeto más brillante del cielo nocturno (un telescopio nos mostrará la fase en la que se encuentra). Marte continúa situado en Leo y es visible durante toda la noche. Júpiter podemos verlo en el horizonte oeste, pero a medida que el Sol vaya poniéndose más tarde, lo iremos viendo durante menos tiempo, hasta que a finales del mes dejemos de verlo. Saturno, como nos dicen en el vídeo, estará en oposición, lo que quiere decir que se encontrará un poco más cerca de nosotros (día 15) y lo podremos ver un poco más brillante. Es observable durante toda la noche en Virgo.
Luna: llena el día 6; nueva el día 21.
Lluvia de estrellas: las Líridas alcanzarán su máxima actividad el día 21, día de luna nueva, con lo que no habrá dificultades para la observación, si el cielo estuviere despejado.
Estación Espacial Internacional: para seguir sus pasos durante este mes, acudid a esta dirección y colocad el país y la ciudad donde residís.
Para empezar, este breve vídeo de la casa de Emily Dickinson, hoy casa museo.
Básicamente, lo que en él se da a entender es la necesidad de poder disponer de un espacio para la intimidad —"esta es la llave de mi libertad" —, sin la cual la creación no es posible.
Una buena aproximación a su poesía se puede realizar desde cualquiera de las antologías que han realizado las grandes editoriales que se dedican a publicar poesía: Cátedra, Tusquets, Lumen, Bartebly, Alianza, Hiperión, Comares... En este enlace podéis ver los libros de Dickinson disponibles en la actualidad.
Si os atrevéis a más, la obra completa la tenéis a vuestro alcance en Ediciones el otro, el mismo. Dos tomos y casi 600 páginas.
Si lo que pretendéis es leer a la Dickinson, pero sin tener que gastar un euro, las bibliotecas suelen estar bien surtidas. En nuestro entorno, lo mejor es acudir al Koldo Mitxelena, donde hay una buena selección de libros de y sobre la original poeta americana.
Para terminar esta entrada, os dejo dos comentarios que pueden servir de presentación. El primero es de Margarita Ardanaz, traductora y estudiosa de su obra. El segundo, de Harold Bloom, archifamoso crítico americano.
Los poemas de Emily Dickinson apenas tienen adherencias ambientales, y la aproximación a los mismos y cualquier posible explicación sólo puede surgir del compromiso personal e intransferible que cada lector haga con el texto mismo (Poemas. Cátedra. pag. 32).
Quizás William Blake —cuyo propio genio era único— sea el verdadero semejante de Dickinson. Ella no es una religionaria americana posprotestante, como Emerson o como Whitman, sino una secta de uno, como Blake. Perturba todas nuestras certezas, como lo hace Blake, pero ella no pretende —como él— crear una ficción suprema. Es discutible que un poeta pueda empezar siempre de cero con cada nuevo poema. Pero si alguno pudo, esa fue Dickinson (Genios. Anagrama. pag. 429).
Me encontré este libro entre los saldos de una librería de Vitoria e inmediatamente me hice con él, ya que me pareció que ofrecía mucho más que lo que indicaba su valor comercial, además de ser relativamente nuevo (2007) y estar editado con mucho detalle. El libro no es propiamente una historia de las medidas, sino una pequeña enciclopedia sobre todo tipo de medidas. Podéis juzgar por vosotros mismos en este enlace, pues en él encontraréis el índice y una cuarta parte del contenido del mismo. Se puede leer página tras página —así lo he hecho yo—, pero es más recomendable como libro de consulta, como texto al que se acude para encontrar un dato, una referencia, una explicación, un gráfico, una información o una anécdota sobre el tema deseado. Como herramienta de consulta el libro aguanta muy bien el tipo, ya que maneja una bibliografía excelente, utiliza datos de actualidad y el autor es del todo fiable. Sin embargo, lo que me atrajo del libro fue ver plasmada en un texto la obsesión humana de tenerlo —o intentar tenerlo— todo medido y controlado. Este afán forma parte del desarrollo de la ciencia. Sin él, seguramente, estaríamos aún despiojándonos unos a otros en alguna caverna. Y forma parte también de nuestra empecinada lucha contra la muerte. Ésta es, claro, una afirmación más psicológica y antropológica. Medimos, ordenamos, clasificamos, contamos... para no perdernos en los infinitos espacios del desorden, la desolación, el caos, el sinsentido que nos acerca un poco más al final del que nada sabemos. Queremos hacernos con la última respuesta, pero ésta se nos escapa continuamente de las manos del conocimiento. El fuego último que arde en las entrañas de lo que somos no se sacia con todos los saberes que podamos acumular, aunque la aventura del conocer sea verdaderamente apasionante.
Este es el poema que el propio Carlos Bousoño lee en la grabación que aparece aquí. Es el último poema de la colección Oda en la ceniza. Apareció grabado en el CD que acompañaba a la famosa antología Mil años de poesía española que en 1996 publicó la editorial Planeta, todavía hoy, afortunadamente, a la venta.
A Ángel Gonzalez En el desván antiguo de raída memoria,
detrás de la cuchara de palo con carcoma,
tras el vestuario viejo ha de encontrarse, o junto al muro
desconchado, en el polvo
de siglos. Ha de encontrarse acaso más allá del pálido gesto de una mano
vieja de algún mendigo, o en la ruina del alma
cuando ha cesado todo.
Yo me pregunto si es preciso el camino
polvoriento de la duda tenaz, el desaliento súbito
en la llanura estéril, bajo el sol de justicia,
la ruina de toda esperanza, el raído harapo del
miedo la desazón invencible a mitad del sendero que conduce al torreón derruido.
Yo me pregunto si es preciso dejar el camino real
y tomar a la izquierda por el atajo y la trocha,
como si nada hubiera quedado atrás en la casa desierta.
Me pregunto si es preciso ir sin vacilación al horror de la noche,
penetrar el abismo, la boca del lobo,
caminar hacia atrás, de espaldas hacia la negación
o invertir la verdad, en el desolado camino.
O si más bien es preciso el sollozo de polvo en la confusión del verano
terrible, o en el trastornado amanecer del alcohol con trompetas de sueño
saberse de pronto absolutamente desiertos, o mejor,
es quizá necesario haberse perdido en el sucio trato del amor,
haber contratado en la sombra un ensueño,
comprado por precio una reminiscencia de luz, un encanto
de amanecer tras la colina, hacia el río.
Admito la posibilidad de que sea absolutamente preciso
haber descendido, al menos alguna vez, hasta el fondo del edificio oscuro,
haber bajado a tientas el peligro de la desvencijada escalera, que amenaza a ceder
a cada paso nuestro,
y haber penetrado al fin con valentía en la indignidad, en el sótano oscuro.
Haber visitado el lugar de la sombra,
el territorio de la ceniza, donde toda vileza reposa
junto a la telaraña paciente. Haberse avecinado en el polvo,
haberlo masticado con tenacidad en largas horas de sed
o de sueño. Haber respondido con valor o temeridad al silencio
o la pregunta postrera y haberse allí percatado y rehecho.
Es necesario haberse entendido con la malhechora verdad
que nos asalta en plena noche y nos devela de pronto y nos roba
hasta el último céntimo. Haber mendigado después largos días
por los barrios más bajos de uno mismo, sin esperanza de recuperar lo perdido,
y al fin, desposeídos, haber continuado el camino sincero y entrado en la noche
absoluta con valor todavía.
Bousoño es, sin duda, mucho más conocido por su obra teórica que por su obra poética; es más, como crítico ha tenido una influencia absoluta en España durante la segunda mitad del siglo veinte y ha sido uno de los críticos de referencia en Europa. Su Teoría de la expresión poética es una obra básica para cualquier estudio que se quiera emprender sobre la poesía. Aún así, títulos como Oda en la ceniza, Las monedas contra la losa o Metáfora del desafuero son bien conocidos por el lector de poesía y han sido reconocidos con premios tan importantes como el de la Crítica (1967, 1973) o el Nacional de Poesía (1988).
Os dejo aquí el poema Análisis del sufrimiento, el tercer poema de Oda en la ceniza. Ya sé que es largo, pero dedicadle un par de minutos, que el mundo no se va a parar por eso.
A José Olivio Jiménez.
El cruel es un investigador de la vida,
un paciente reconstructor, un objetivo relojero, un perito
que quisiera conocer la existencia,
el secreto de la vida que en el sufrimiento se explora.
El amante de la sabiduría está listo
para su operación delicada.
Y la materia del análisis queda
a su merced: un hombre sufre.
Horrible es conocer la verdad, y el miserable hallazgo
destruye a quien lo obtiene,
pues nadie en otro pudo ni podrá nunca conocer hasta el fondo en su verdad palpable, sin morir,
la vida misma revelada.
Sin embargo, es muy cierto
que el sufrimiento expresa
al hombre, aunque lo arruina,
porque tras la experiencia dolorosa
es otro hombre el que nace, al conocerse,
y conocer el mundo.
No siempre, ciertamente,
puede quien ha sufrido
resistir todo el peso de su sabiduría.
Alguno nunca vuelve
a la vida, pues es difícil ser
tras la vergüenza de haberse así sabido.
Otros viven, mas rota
su dignidad, en la infamia
que todo dolor es,
indignamente
prosiguen, y una mueca
es su gesto, su hábito.
Hay quien asume
de otro modo el dolor,
la concentrada reflexión que todo dolor es. Tras la meditación espantosa, el hombre puede oír,
palpar y ver,
y conocerse y ser entre los hombres.
Y he ahí como el cruel se equivoca
en su filosófica labor, porque sólo quien sufre,
si acaso lo merece,
logra el conocimiento que el cruel buscara en vano.
Conoce aquel que sufre y no el que hace sufrir,
éste no sobrevive a su conocimiento,
y aunque tampoco el otro muchas veces
puede sobrellevar esa experiencia
terrible, logra en otras
escuchar sorprendido el más puro concierto, la melodía inmortal de la luz inoíble, allí, en el centro mismo de la humana miseria.
Acabo de recibir información del VIII Festival de Poesía que organizan en Oliva, Valencia, y me ha parecido una propuesta muy interesante para el último fin de semana de este mes.
Este es el cartel que he me han mandado:
La información completa y detallada la encontraréis pinchando aquí.
El lógico y matemático Odifreddi recoge en este libro trece artículos publicados anteriormente en revistas y periódicos, dedicados todos ellos a la literatura y sus relaciones con la lógica, la matemática o con algún otro aspecto de la actividad científica. Como hábil divulgador y gran lector que es, expone de forma clara y atractiva esas relaciones que muchas veces permanecen ocultas entre el mundo científico y el de la narración. No todos los artículos tienen el mismo atractivo, ni tampoco todos los autores que aparecen comentados tienen la misma relevancia, ni mucho menos la misma relación con la ciencia. A nadie se le escapa hoy —porque ha sido cumplidamente estudiado— que introducirse en la obra narrativa de Lewis Carroll significa sumergirse en los juegos de lógica y el nonsense; o que Borges era un maestro de la paradoja, los juegos con el infinito y un entusiasta de las geometrías fantásticas, a veces no tan fantásticas. Quizás menos conocidas sean las implicaciones matemáticas de los textos producidos dentro del movimiento OULIPO (Perec, Quenau, Calvino y compañía). Sin embargo, muy forzada parece la aparición dentro de este libro del capítulo que dedica a Hesse. Sea como fuere, el libro es atractivo, está bien escrito y supone una mirada diferente sobre la literatura o, más bien, un hacer visible aspectos que generalmente dejamos de lado cuando estamos leyendo novela. Todo eso, sin dejar de destacar la reflexión final que realiza sobre la novela moderna (es decir, la que nace con El Quijote) y sus posibles negaciones.
Somos quienes somos y pensamos lo que pensamos: somos Celaya, somos Paco Ibañez y somos miles de personas en la calle reclamando lo que entendemos como justo y necesario.
Esta es mi pequeña contribución a favor de la igualdad entre todas las personas:
Es la lectura del libroArturo y Clementina, escrito por Adela Turín e ilustrado por Nelia Bosnia. Lo publicó la editorial Lumen en 1976, en aquella famosa colección A favor de las niñas.
He aquí un libro divertido y de lectura más que interesante sobre la Química. Para ser más preciso, sobre la tabla periódica. Cuando estaba en la librería, me atrajo por el texto de la contraportada sobre una cucharilla de café hecha con galio y sobre la cara que pondrían los invitados cuando comprobaran que la cucharilla iba desapareciendo en el líquido negro. El galio, claro, funde a los 30º C. En aquel momento pensé que estaría bien divertirse con un montón de anécdotas sobre los elementos. Sin embargo, el libro es mucho más que un conjunto de anécdotas bien contadas. Sam Kean ha escrito un excelente relato sobre la historia de la Física y de la Química del último siglo y medio entrelazando historias de todo tipo, en las que van apareciendo los investigadores protagonistas, las circunstancias de la época y, cómo no, el descubrimiento y catalogación de los elementos de la tabla periódica. Todo ello con una lenguaje asequible a cualquiera y un sentido del humor encomiable. La cuchara menguantees un libro recomendable para todo el mundo, no sólo para los estudiantes o aficionados a la Química, porque, como el autor señala al final de la introducción, "entre el hidrógeno de su extremo superior izquierdo—se está refiriendo a la disposición en la tabla periódica— y las imposibilidades sintetizadas por el hombre que acechan desde los bajos fondos, encontramos burbujas, bombas, dinero, alquimia, mala política, historia, veneno, crimen y amor. Y si me apuran, hasta ciencia" (pag. 13). O sea, que el libro tiene de todo. Post-post: Jon, si llegas hasta aquí y pones cualquier comentario, te regalo el libro.
En este vídeo podéis escuchar la opinión razonada de Adoración Guamán sobre la nueva reforma laboral. Como se trata de aclarar algunas situaciones económicas complejas, el vídeo dura algo más que los videoclips musicales: 20 minutos.
Está la tierra recién humedecida por una lluvia mansa y cariñosa que hace tan solo unos minutos ha reavivado los aromas del boj, la menta y la melisa. El sol atentamente se asoma al borde del arroyo y del camino. Desde el atardecer sonrío a una nueva primavera. Para ser feliz lo tengo todo: el tiempo, el sol, la lluvia y tu apacible compañía.
Amos Oz se revela en este libro como hábil y, sobre todo, perspicaz lector. Ya sé que, por trabajo, todo novelista es fundamentalmente un gran lector. De ahí se nutre buena parte de su actividad. Sin embargo, no todos son lectores tan sagaces como demuestra ser en esta obra el escritor israelí. Recoge este breve ensayo el análisis de 10 comienzos de otras tantas obras narrativas. Algunas son obras universales; otras, de la literatura hebrea. Independientemente de la adscripción, lo mejor es el comentario sabio, la glosa rica y acertada, la exégesis siempre brillante del autor. Con sus palabras hace que podamos descubrir elementos que no habíamos visto en las obras ya leídas o que nos entren las ganas de leer las que no hemos leído. Al margen de tendencias, estilos o escuelas, Oz nos va introduciendo con sus comentarios en todo aquello que hay en el mismo texto, pero que sólo un lector muy atento es capaz de descubrir. Él nos va desvelando la carpintería interna con la que un escritor bien dotado construye sus historias y qué es lo que hace que un relato esté bien escrito. Entre las obras comentadas se encuentran: Nadie decía nada, de Carver; El otoño del patriarca, de García Márquez; Un médico rural, de Kafka; La nariz, de Gógol; o el violín de Rothschild, de Chéjov. 140 páginas que se leen casi como una novela.
Todo lo que se mueve cambia de lugar, y la verdad es que en el Universo todo se está moviendo sin cesar: la Tierra, la Luna, el Sol, las galaxias... Lo que quiere decir que nuestro punto de vista cambia continuamente y lo hace de manera más rápida cuanto más cerca esté de nosotros aquello que observamos.
Del único satélite que tiene la Tierra siempre vemos la misma cara porque realiza un giro sobre su propio eje en el mismo tiempo que tarda en dar un vuelta alrededor de la Tierra. Lo podéis comprobar fácilmente poniendo atención sobre el punto rojo (Mare Crisium). Cuando la Luna ha completado una vuelta alrededor de la Tierra, el punto rojo ha atravesado todas las posiciones del giro sobre su propio eje, es decir, ha dado también un vuelta completa sobre sí misma (360º).
Me valgo de este mismo dibujo para intentar explicar por qué vemos más o menos superficie lunar según el día del mes, esto es, por qué tiene fases la Luna.
Como la Luna da vueltas alrededor de la Tierra, según en qué momento nos hallemos de ese giro, vamos a ver una parte mayor o menor de su superficie desde aquí. En el dibujo tenemos el Sol situado a la izquierda de la imagen; por consiguiente, cuando la Luna se encuentra a la izquierda de la Tierra (fase de luna nueva), no vemos nada, porque el lado que mira hacia nosotros no recibe luz, está en sombra, permanece en la oscuridad. A medida que la Luna se va desplazando alrededor de nuestro planeta, vamos viendo una sección cada vez mayor de su superficie, hasta que llega al lado contrario (derecha en el dibujo) y podemos apreciar toda la superficie completa de la cara que está situada de frente a nosotros, ya que recibe de lleno la luz solar.
Otra cosa distinta es por qué vemos de forma circular o abombada la línea que separa la superficie sombreada de la iluminada. No se trata de que la Tierra se interponga entre el Sol y la Luna (eso sólo lo hace en los eclipses de Luna) y produzca esa zona de umbría; se debe, simplemente, a que es un cuerpo esférico y, por tanto, la zona que se vea siempre va a presentar una curvatura, excepto en la situaciones de cuarto creciente y cuarto menguante, en que vemos exactamente la mitad de esa aparente circunferencia. Si no os queda suficientemente claro con el dibujo, haced la prueba con cualquier pelota (Luna) y un foco de luz (Sol).
El porqué de la dedicación a los que celebran la Semana Santa se debe a que este acontecimiento religioso depende absolutamente en su ubicación temporal de la Luna y sus movimientos como traté de explicar aquí hace un año aproximadamente.
Planetas: Mercurio se ve bien durante la primera semana del mes. Venus brilla ostensiblemente durante las primeras horas de la noche en Aries. Marte es visible durante toda la noche y se encuentra en Leo; el 3 de marzo estará en oposición, con lo que se hallará un poco más cerca de nosotros, a sólo 101 millones de km. Júpiter es visible durante la primera parte de la noche en Aries y el día que más cerca estará de Venus será el 13 (no os lo perdáis). Saturno es visible durante la mayor parte de la noche en Virgo.
Luna: luna llena el día 8, luna nueva el día 22.
Equinoccio de primavera: día 20, comienza la primavera.