Posiblemente sea la condición de profesor de J. Wood, la que haga que el librito tenga una sólida organización clásica y predomine el aspecto explicativo sobre cualquier otro. Esto se agradece especialmente cuando lo que buscamos en un texto es que nos aporte luz y no que nos deslumbre.
J. Wood, partidario del realismo, arranca con Flaubert como constructor de la narrativa moderna y realiza una buena exposición de aquellos elementos -los detalles, el diálogo, el lenguaje, los personajes...- que hacen posible la construcción de una buena novela. Singularmente buenas me parecen las páginas dedicadas a explicar qué es lo que hace que una frase sea brillante y no un lugar común.
Se puede estar o no de acuerdo con las opiniones del autor sobre el arte de narrar, el estilo indirecto, la eficacia del realismo, o la pequeña discusión que se trae con el oscuro R. Barthes, pero lo que no se le puede negar al libro es la enorme utilidad que tiene para quien se quiera acercar a una novela con una mirada más crítica y mejor documentada.
Más adelante dedicaré una entrada a la cita de la página 125. Soberbia.
Feliz lectura.