domingo, 8 de julio de 2018

EDGAR MORIN Y EL PENSAMIENTO COMPLEJO

Aprovecho que hoy cumple 97 años este pensador francés para dedicarle un breve comentario e incitaros a leer su obra que, si bien hace referencia a la complejidad y la palabra aparece en algún que otro título suyo, puede ser leída tranquilamente por cualquier persona interesada en el tema.

Con la intención de poner fin a la superespecialización de saberes, especialmente en el terreno científico, que suele terminar en áreas y disciplinas compartimentadas y que viven a veces dándose las espaldas, Edgar Morin propone la idea de complejidad y pone en marcha los estudios transdisciplinarios.

Simplificando extraordinariamente, más con el ánimo de animaros a su lectura que con el de realizar un resumen, Morin es consciente de que el desarrollo de las ciencias nos ha mostrado un individuo que es al mismo tiempo sujeto social y ser biológico, de que lo conocido tiene la marca de quien lo conoce y viceversa, esto es, el sujeto cognoscente está marcado por el mundo exterior conocido. 

Para afrontar, pues, la complejidad de la naturaleza y del espíritu es necesario que desaparezcan los viejos dualismos de naturaleza y cultura, de materia y espíritu, de sujeto y objeto, de causa y efecto, de sentimiento y razón... Es necesario, en suma, adoptar el paradigma de la complejidad para poder afrontar con éxito el conocimiento sin adjetivos.

No entro aquí a exponer el método del autor, porque me interesa más resaltar la accesibilidad de sus textos y que nadie se asuste pensando en la dificultad que puede tener entender su obra. Un ejemplo:

Por doquier surge la necesidad de un principio de explicación más rico que el principio de simplificación (disyunción/reducción) que puede ser llamado principio de complejidad. ciertamente, al igual que el anterior, éste se funda en la necesidad de distinguir y analizar. Pero además se propone establecer la comunicación entre lo que es distinguido: el objeto y el entorno, lo observado y el observador. El principio no se esfuerza en sacrificar el todo por la parte, o la parte por el todo, sino en concebir la difícil problemática de la organización, en donde, como decía Pascal, "es imposible conocer las partes sin conocer el todo, al igual que conocer el todo sin conocer en particular las partes".

Se esfuerza por abrir y desarrollar por doquier el diálogo entre orden, desorden, y organización para concebir, en su especificidad, en cada uno de sus niveles, los fenómenos físicos, biológicos y humanos. Se esfuerza en la visión poliocular o poliscópica en la que, por ejemplo, las dimensiones físicas, biológicas, espirituales, culturales, sociológicas o históricas de aquello que es humano dejan de ser incomunicables (Ciencia con conciencia, pp 47-8).

La filosofía puede ser compleja, pero no incomprensible.

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