Galdós rodeado por los Quintero. Fuente: Exposición. Del 22 de septiembre de 2020 - 3 de enero de 2021. |
"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
Galdós rodeado por los Quintero. Fuente: Exposición. Del 22 de septiembre de 2020 - 3 de enero de 2021. |
El edificio antes de la restauración |
KM KULTURUNEA |
Si bien la obra literaria de Gorrotxategi es muy amplia e incluye numerosos artículos de opinión en prensa, la obra poética está recogida en estos títulos:
Taxi bat Hamlet-entzat, 2002, Hiria.Voy a ser generoso. Os voy a dejar todas las fotos que hice ayer por la tarde cuando iba en busca del Dantzari.
Caballito que corona el carrusel del Alderdi Eder. |
Gaviota que te dice: eh, aprovecha, que poso un ratito. |
Desde Chillida se ve Oteiza. |
Una rosa que no quiere ser menos que la gaviota. |
La fuente de Francisco López y... |
Y esta especie de chimenea agujereada que surge del estanque. |
Villarcayo, Carretera BU-561. |
¿Dónde estoy? Ayer alguien ya había resuelto el misterio del lugar. |
Muchas gracias, amigos de Lagun.
Muchas gracias, Irene.
Escaparate de la librería Lagun. |
La segunda jornada de Poesía y Pensamiento 2020 se inició ayer con una disertación de Fernando Golvano —nada más adecuado— sobre el arte, la creación y el conocimiento, o dicho de otra manera sobre la poiesis y la physis. Por sus párrafos desfilaron las inevitables y bien traídas citas de Heráclito, Platón, Aristóteles, Lyotard o Heidegger; aunque la más hermosa de todas y la que mejor explica la manera que tiene el acto creativo de aproximarnos a la realidad sigue siendo la que el escultor robó a Guillén, lo profundo es el aire. Estoy seguro de que Chillida hubiera asistido muy a gusto a la conferencia.
Después de la reflexión, vino la creación. Luis Garde y Eli Tolaretxipi se encargaron de poner las palabras; Iratxe Paredes y Jon Makuso, la música. La música de Bach, por supuesto. Tan querida por el escultor al que, de alguna manera y sin que se haga explícito, se homenajea año tras año en estas jornadas.
Gif de Irene |
Editorial |
¿De Warhol, de Bultén, de Bidlo o una caja para guardar estropajos? |
¿De Warhol, de Bultén, de Bidlo o una caja para guardar estropajos? |
¿Alguien sabría decir si alguna de estas cajas son de cartón y contienen estropajos de aluminio de la marca Brillo, si son objetos realizados en madera imitando las cajas de cartón de la marca comercial, si son objetos de madera a imitación de los objetos de madera que imitaban las cajas cartón que contenían estropajos de aluminio o si son objetos de madera que imitaban los objetos que imitaban las cajas de cartón para saber cómo se realizaron los segundos?
Cuidado, porque si eliges el objeto que imitaba la caja de cartón estarás eligiendo un objeto valorado en un pastón. Los otros objetos, mientras nadie lo descubra, también, pero si tienes la mala suerte de que alguien averigua que son una ¿copia?, valdrán muy poco. Bueno, depende. El de los estropajos, casi nada. Los otros dos varían bastante.
Te voy aclarando. La marca de estropajos, durante los años 60, empaquetaba sus estropajos en cajas como esas. No valen nada. En 1964 Andy Warhol cogió madera y pintura y convirtió la caja en un objeto artístico. A finales de los sesenta, cuando alguna salió a subasta, alcanzó los 2 millones de dólares.
En 1984 Mike Bidlo organizó una reinvención de "The Factory". Allí aparecieron varias imitaciones de los trabajos de Warhol, entre ellas la famosa caja. Digamos que Bidlo era un artista apropiacionista, imitaba lo que hacían otros para "entender" cómo lo hacían. Si Brillo box representaba el pop de los 60, la Not Brillo box representaba el arte conceptual de los 90.En 1990, el director de museos como el de arte moderno de Estocolmo o el Pompidou, Pontus Hultén, poco después de la muerte de Warhol, mandó que unos carpinteros fabricasen un centenar de cajas que, posteriormente certificó como auténticas. Todavía pululan por ahí.
Atención, más preguntas:
¿Cuál es la obra original? ¿Hay originalidad en alguna de ellas? ¿Debemos considerar a dos de ellas como obras de arte y a otras dos no? ¿Y si todo fuese una simple y monumental tomadura de pelo?
Editorial |
Su obra poética abarca, creo, cinco títulos: La frente de una mujer oblicua (1986), La cometa o las manos sobre el papel (1992), El movimiento de las flores (2003), El sueño de las piedras (2007) y El aliento del cazador (2014). Los tres últimos forman una trilogía que es la que se recoge en este tomo bajo el título de Un aguijón de luz (2014).
Lola Velasco es una autora esencial, quiero decir que no pierde el tiempo con anécdotas, no introduce detalles ni se entretiene creando ambientes. Palabra en vena y directa al meollo. Frases cortas, oraciones predicativas, sentenciosas, como si fueran adagios antiguos o máximas vitales. Solamente la esencia metafísica, la alegoría sustancial sin adorno. El poema queda construido con menos de veinte palabras. Pero no olvidemos que en un poema cabe un mundo. Investigación de la realidad sin concesiones.
Huérfana
en mi caverna,
donde el universo
es un cerebro
quimérico
de sí mismo.
***
Creamos universos
con palabras
que nunca
pronunciamos,
la cara
sucia
de las cosas,
manantial a solas
se limpia
después de cada
muerte.
***
Prefieres
perder
la razón
a sentir
desconsuelo.
Pero sin dolor
no hay
conocimiento.
A mí el estilo cortante y esencialista de esta mujer me recuerda mucho al último Celan, pero con una gran diferencia a favor de Lola Velasco: ella nos sitúa ante el meollo existencial del ser humano, mientras que el poeta rumano-alemán daba vueltas y vueltas en torno al ser judío que él no era, pero quería ser.
Los poemas de esta poeta son un picotazo doloroso, pero esclarecedor.
Editorial |
Sí, este no es el inmenso Patria, friso de una época que afortunadamente ya pasó e historia en la que nos sumergimos a grandes tragos de pasión y sufrimiento. Como los poemas que el autor ha escogido, las glosas que va desgranando se detienen acá o allá, sin el corsé de la crítica literaria, sin el rigor académico de la explicación técnica, y se van convirtiendo más en una excusa para acercarnos al mundo afectivo-literario del escritor que al propio poema seleccionado.
Son pequeñas reflexiones sin aparente trascendencia, comentarios que surgen al calor del poema, anécdotas que cohabitan los versos, susurros que se desprenden entre los pliegues de las estrofas. Es decir, palabras de amor que tienen una mayor relación con el lector enamorado de esos versos, que con el autor del poema.
Y son palabras claras, transparentes, sencillas, naturales y espontáneas (si es que hay palabras espontáneas cuando alguien hace público un texto). Son palabras que, como las del poema que las motiva, crean emoción y ganas de hacerlas nuestras y volverlas a leer. Pero despacio, siempre despacio, dejando que empapen y acompañen. Celebración de la poesía para gozo de quien lee.
Para quien no sepa qué son las regatas de traineras diré que son competiciones deportivas que se realizan en el Cantábrico con embarcaciones que en su origen se dedicaban a pescar. La Bandera de la Concha es, seguramente, la prueba de mayor prestigio de cuantas se celebran con este tipo de embarcaciones. Se remonta, ahí es nada, a 1879. Sí, no me he confundido, la prueba tiene ¡más de 140 años!
A las 10 de la mañana se iniciaba la competición con las traineras femeninas:
Así las cosas, en los años cincuenta del siglo XX se inició un debate en torno al tema que incluye nuevas ideas, nuevos valores estéticos y nuevos conceptos culturales, sociales y hasta políticos. El debate produce miles de páginas, pero ningún acuerdo con el que la comunidad artística pueda sentirse cómoda. Porque aquello de arte es lo que la propia comunidad artística decide, no termina de convencer al resto de la sociedad que se cree con algún derecho, aunque sea pequeño, a dar su opinión. ¿No existe ninguna característica, cualidad, propiedad... intrínseca al arte que podamos reconocer?
A responder esa pregunta se lanzó en 2013 uno de los filósofos del arte más destacados del mundo contemporáneo, Arthur D. Danto. De hecho, prácticamente todos sus libros, desde El fin del arte (1984) hasta este mismo, donde la pregunta por el arte es el mismo título, son un intento de superar la respuesta de la teoría institucional que es, en pocas palabras, la que he enunciado en cursiva en el párrafo anterior.
¿Y qué nos responde Danto que agregue alguna novedad y aporte universalidad? Pues la verdad es que bien poco, salvo el concepto de significado encarnado con el que quiere superar este peliagudo y recursivo asunto. Textualmente: La explicación de que un significado encarnado es lo que convierte un objeto en una obra de arte sirve tanto para la obra de David como para la de Warhol. De hecho, sirve para todo lo que es arte (p 53).
Enriquece el concepto de arte con la idea de sueños despiertos. Esos juegos de la imaginación que toma de Descartes y sus Meditaciones metafísicas, y de Platón y su caverna. Otros más llanamente diríamos experimentos mentales. El caso es que Danto habla de la obra de arte como aquello que tiene un significado encarnado (implícito) y a su vez es un sueño despierto.
Eso le sirve para concluir que gran parte del arte contemporáneo no es estético en absoluto, pero en su lugar tiene el poder del significado y la posibilidad de la verdad, y de la interpretación depende que dichas cualidades afloren o no (p 152).
Sin duda, uno de los intentos más serios y trabajados por conseguir un consenso en torno a lograr una definición del arte, aunque me temo que infructuoso, pues desde el momento en que introdujimos valores no estéticos y métodos de trabajo y materiales procedentes de todos los campos de la actividad humana, el concepto de arte estalló en tantas direcciones como formas hay de entender, interpretar y expresar el mundo.
***
PS: Es una lástima que una escritura tan buena como la de Danto, esté tan descuidadamente traducida. Y lo de Charlotte Corday como un personaje masculino durante varias líneas en la página 42 no tiene nombre. El autor merecía mayor atención y mejor trato.
Fuente: NG |
Cartel diseñado por Imanol Larrinaga. |