"El espacio puede tener un horizonte y el tiempo un final, pero la aventura del aprendizaje es interminable". Timothy Ferris. La aventura del Universo.
Descubro con sorpresa que este poemilla infantil fue visitado ayer (9/9/2020) un número considerable de veces, tantas que se ha colado entre las entradas más visitadas de la semana. Se ha ganado esta imagen.
Como bien sabéis los lectores de este blog, el miércoles estuve en la Biblioteca Eugenio Trías de Madrid, donde participaba en una lectura para niños de edad escolar —3º de Primaria—. No soy ni un habitual de los textos infantiles y he escrito muy pocos a lo largo de mi vida, siempre de manera ocasional y con algún destinatario. Como no creo que vaya a realizar una colección os dejo aquí este inocente poemilla juguetón y cantarín. Pata y pato juegan juntos en un charco. Una,dos, tres y cuatro. Pato y pata nada tienen. Son felices en su charca: vuelan, ríen, cuentan, cantan, chapotean en el agua. Pata y pato con tanta risa y tanto canto ya no son dos sino... uno, dos, tres y ¡cuatro!
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El poemilla sigue dándome más sorpresas.
Esta mañana, al abrir el correo, me he encontrado con esta "respuesta-comentario" que me envía Kontxi Gauarin:
Mila esker, Kontxi, esparru hau irakurtzen jarraitzeagatik eta zure ekarpenagatik.
Conozco algunos libros raros y curiosos, pero no tenía constancia de una antología poética asociada a una marca comercial de licores, aunque la tradición de la bebida y la creación literaria es tan antigua casi como la propia escritura, como bien recordó el poeta Jidi Majia cuando la presentó en su país. En esta curiosa antología se reúnen 49 poetas de 39 países y 16 idiomas diferentes. Es, por tanto, una buena ocasión para conocerlos, aunque solamente a través de un poema, y provocar la curiosidad de saber más o intentar acercarnos a su obra. Podéis ver los nombres y las nacionalidades en el índice de la obra:
Acostado contigo, oigo pasar los trenes, y sus ventanas cruzan encendidas mi frente rasgando el terciopelo de esta noche. La pausa de silencio me deja una luz roja, la nota en el pentágrama de cables y de vías oscuras y brillantes. Acostado contigo, oigo cómo se alejan con el ruido más triste. Quizá me he equivocado no subiendo a uno de ellos. Quizá el último acierto sea —abrazado a ti— dejar pasar los trenes en la noche.
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Es una pena que la antología no se pueda conseguir si no es adquiriendo la caja que contiene la botella de ron.
Los relámpagos alumbran la soledad en días profundos ¿La existencia viene y va al infinito? ¿Quién la explica? Todos llevamos destierro en los huesos. El infortunio. La mariposa aletea en el aire su transparencia. Los astros nutren el panal de la noche con su ternura. Los leñadores remecen la floresta. La tierra llora. Ni la belleza resiste la sentencia mortal del tiempo.
Afortunadamente para el haiku hay todavía poetas que lo cultivan, lo renuevan y le dan el contenido emocional necesario para que no se convierta en una pieza de museo, en un fósil —tal vez bellísimo, pero falto de la esencia vital del tiempo—. Sergio Macías, chileno de la Araucanía, tiene ya una larga y extensa obra en la que destacan los títulos dedicados a la poesía, pero en la que también podemos encontrar una novela y una larga relación de ensayos, principalmente de carácter literario. Durante la presentación del premio, ya convertido en título publicado, Macías leyó unos cuantos haikus que quedaron registrados en este vídeo:
En la página web del autor podéis encontrar una completa información sobre su obra.
Salí de casa cuando el Cantábrico estaba así de hermoso y sosegado. Presagio, tal vez, del buen tiempo poético que me esperaba en Madrid. Pero no voy a realizar aquí una crónica de las dos jornadas transcurridas entre versos y nuevas amistades, tan solo quiero dejar constancia de mi agradecimiento a cuantas personas me hicieron disfrutar con sus poemas, su conversación y su entusiasmo. Como siempre ocurre en estos casos, la estancia es corta para poder estar con cada uno, para departir como se quisiera y para disfrutar cuanto es necesario de los poemas de los demás; aunque, afortunadamente, podré solventar en una pequeña medida esta última carencia porque la generosidad de unos cuantos poetas me dejó en la mochila algunos de sus libros, además de tenerlos a todos reunidos en esa cordial antología sobre las estaciones que es Ahora que calienta el corazón. La presentación de la misma tuvo lugar en uno de los salones del Ayuntamiento de Madrid, donde pudimos disfrutar en directo de las palabras de Luis Alberto de Cuenca —¡qué grande y qué sencillo es el maestro!— y de la mayor parte de los poetas que han colaborado en ella. No quiero mencionar a ninguno en particular porque sería menospreciar a todos los demás. Al fin y al cabo, lo maravilloso del acto consistió en disfrutar de voces, estilos e idiomas diferentes construyendo un arcoiris de palabras hermoso y delicado.
Paloma Navares parece que se despide de la participación en los montajes de las exposiciones con esta muestra del Kubo Kutxa. La irreversible dolencia que padece acabará dejándola ciega y, según dicen, esta es la última ocasión en que toma parte activa en el montaje de una exposición. Seguramente algo tendrá que ver esa dolencia en la profusión de "ojos" y miradas por toda la muestra y en la hermosa iluminación de los objetos artísticos que presenta. Algo tendrá que ver en la importancia que tiene la luz en toda la exposición.
Ojos que miran el universo
Pero no hay que suponer que esa bella iluminación nos lleve a ideas y realidades alegres y celebratorias. Los mismos títulos de los distintos espacios en que se organiza la exposición nos recuerdan qué estamos viendo: Amnesia, sueño y locura; Resilencia; In memoriam... La mujer, la mujer y el arte, la luz y la mirada, la muerte, el paso del tiempo, la autoimagen, la manipulación de la naturaleza, son los tópicos con los que construye sus propuestas. De entre todos ellos, uno de los más atractivos es el recuerdo a las mujeres suicidas.
En principio debería alegrarme por las visitas recibidas en el blog. Que alguien muestre interés por lo que escribo, me llena de satisfacción. Sin embargo, no todo cuanto dice el contador de visitas resulta positivo. De ahí habría que descontar las visitas producidas por error; las que llegan por especificación insuficiente; las de quienes esperan encontrar una cosa y se tropiezan con otra; o las de quienes sabiendo adónde van se decepcionan con el contenido o se quedan con una imagen, pero ni tan siquiera leen el texto.
No sé cuál es el tanto por ciento que corresponde a visitas que poco o nada tienen que ver con el contenido de este espacio. No sé, por tanto, cuál es el porcentaje que corresponde a visitas verdaderamente interesadas en lo que escribo, a eso que podría llamar con orgullo "mis lectores": los que llegan, leen y vuelven otro día. Sí sospecho que son más lectoras que lectores, pero, en cualquier caso, creo que el número no es precisamente elevado. Sean los porcentajes los que sean, lo que verdaderamente me preocupa es que desde el atentado contra Charlie Hebdo, cada cierto tiempo, tengo un número de visitas exageradamente altas que rompen la frecuencia habitual de las mismas. El contador se dispara durante un día o dos, tres a lo sumo. Acudo a la información interna sobre visitas que todo blog ofrece y, ¡oh, casualidad!, siempre proceden de Rusia. Pensando en positivo, puedo imaginar que son visitas procedentes del alumnado de algún centro de aprendizaje de español, cuyos profesores han visto lo bien que me explico y han decidido que los alumnos exploren el blog y luego reseñen la entrada que más les haya interesado. O puedo pensar que los pocos audios que me quedan son un modelo de pronunciación para extranjeros. La verdad es que puedo pensar muchas cosas a cual más graciosa, pero lo cierto es que no me hace ninguna gracia que el número de visitas se dispare uno o dos días, que no se busque ninguna entrada en particular —ninguna contabiliza un número superior de visitas—, sino que se realice un rastreo a lo largo y ancho del blog en busca de algo que desconozco. Más bien me preocupa que desde un lugar con el que no tengo relación, salvo los comentarios que he realizado sobre algunos de sus grandísimos escritores, se haga una exploración sintomática y peculiar. ¿Estaré enfermo y necesito que me exploren a fondo? ¿Los facultativos rusos leerán esto?
Este año los temas sobre los que girará el Encuentro son tres: materia, vida y conciencia. Copio el texto con la enunciación de cada uno:
Materia
La materia vista desde la física. ¿Qué es la materia? La mirada literaria del universo material. Simetría y belleza. La apreciación estética en ciencia y literatura. Materia y lenguaje. Metáforas que permiten comprender la materia. Complejidad y autoorganización de la materia
Vida (complejidad y emergencia)
De la materia a la vida. ¿Qué es la vida?
Origen y evolución de la vida. Propiedades emergentes. Selección y Adaptación.
Dinámicas de interacción con el entorno. Cambio y contingencia.
La creatividad como propiedad emergente.
Emergencia del sentido en literatura.
Complejidad y orden en la literatura.
Conciencia
Biología de la mente. ¿Qué es la conciencia?
Base biológica del acto de conocer. Cognición encarnada.
El valor adaptativo de la conciencia en la evolución del ser humano.
Conciencia y lenguaje. Fundamentos neurobiológicos, lingüísticos, filosóficos y literarios.
Autoconsciencia. ¿Qué es el «yo»? Estudios científicos y filosóficos sobre el yo (self).
El texto literario como corpus de la conciencia humana.
Encuentros y actividades de este tipo dotan de realidad el poema-prólogo con que se abre el poemario Un punto de encuentro. Curiosamente el año en que se ponía en marcha el proyecto Mestizajes (2011) escribía yo la mayor parte de los poemas del libro.
ENTRE LAS VERDADES de la poesía
y la evidencia de los sucesos
necesitamos un punto de encuentro
que mantenga el aliento de las
palabras,
que nutra la belleza de la verdad.
Y ya que ayer mencionaba en una presentación el haiku relativista y postpoético de Fernández Mallo, me parece que en esta entrada puede encontrarse muy a gusto:
Fernando Aramburu es el autor de Patria, una de las novelas más vendidas desde que se publicó en 2016 y la que le ha hecho ganar el Premio Nacional de Narrativa. Hoy todo el mundo conoce al autor haya leído o no la novela. Eso se llama éxito. Lo que es mucho menos conocido es que Aramburu ha escrito poesía —poca—, y que su primer libro de poemas fue uno de poesía infantil y humilde título, tanto que en el prólogo-carta de presentación el mismo librito se dirigía a sus lectores así: Me da mucha pena pensar que a lo mejor no voy a gustaros. Si no me queréis para leerme y cuando se haga de noche ponerme a dormir debajo de la almohada, dejadme por lo menos jugar con vosotros a otros juegos: sé ser una alfombra y que me pisen; también sé que me tiren por la ventana o que me recorten con tijeras. Llenadme de dibujos y de manchas de chorizo; rompedme por las esquinas y arrancadme las hojas: eso es lo más me gusta. Yo, como ya no era un niño cuando lo adquirí, todavía lo conservo en buen estado, como otros muchos que tengo de la estupenda colección Ajonjolí, el sello de Hiperión para la poesía infantil. Todos los títulos de la colección cuentan con el trabajo ilustrador de algún artista. En este caso, el de Patricia Garrido.
GÁRGARA ENVIDIOSA Están cantando los grillos junto al charquito de agua, donde puso el pie mi niña para curarse una llaga. La luna, diente de plata, queriendo mojar sus pies se mojó toda la falda. ¡Ay luna, siempre tan alta!
La Sinfónica de Galicia continúa compartiendo generosamente sus trabajos con todo el mundo, cosa que nunca agradeceré suficientemente. En este caso, y para celebrar su vigésimo quinto cumpleaños, grabaron la interpretación que realizaron en el Palacio de la Ópera de A Coruña el 15 de mayo, bajo la dirección de Dima Slobodeniouk. Hace menos de una semana la subieron a YouTube. Desde que allá por 1813 se estrenó la obra y la acogida fue tal que la orquesta tuvo que repetir el allegretto (2º movimiento), la Séptima ha seguido emocionando a cuantas generaciones se han incorporado a su escucha. Un fragmento del mismo, por cierto, es el que suena en la película El discurso del rey, en la escena del discurso precisamente.
Ignoro si Fernando Mircala adquirió la pasión por el recorte y la destreza en el mismo mientras veía la película de Eduardo Manostijeras, o fue el amor por el séptimo arte el que le llevó a esculpir algunas de las imágenes más icónicas de la historia del cine. El caso es que recorrer la pequeña sala de exposiciones del Centro Cultural Okendo es entrar en un juego visual que nos lleva al mismo tiempo a la infancia, al cine y al placer artístico de la miniatura.
En la exposición se recogen dioramas sobre películas de todas las épocas, pero hay una diferencia notable entre los trabajos dedicados a representar las películas extranjeras y las películas españolas. Como el mismo Mircala explica en el vídeo, estos últimos son más un homenaje a los grandes cartelistas que una recreación original.
Seguramente la exposición gustará más a quien sea aficionado al cine y tenga ya unos cuantos años, porque la memoria de lo visto añadirá encanto y detalles a cuanto ahí se recoge; sin embargo, el placer que produce el objeto visual en sí y el aporte lúdico del diorama hará que disfruten de la muestra todas las edades, aunque tal vez los más pequeños sufran un poco al no poder echar mano a las piezas y moverlas a su antojo.
Ver la exposición acompañado y recrearse después charlando con la compañía de las películas que en la exposición se representan puede ser uno de esos pequeños placeres que hacen el día más suave y entrañable. Aquí os dejo con Fernando Mircala.
—Oye, me voy a nadar. ¿No te gustaría venir? Pero, claro, te gustará más trabajar. Claro que te gustará.
Tom se le quedó mirando un instante y dijo:
—¿A qué llamas tú trabajo?
—¡Qué! ¿No es eso trabajo?
Tom reanudó su blanqueo y le contestó, distraídamente:
—Bueno; puede ser que lo sea y puede que no. Lo único que sé es que le gusta a Tom Sawyer.
—¡Vamos! ¿Me vas a hacer creer que a ti te gusta? La brocha continuó moviéndose.
—¿Gustar? No sé por qué no va a gustarme. ¿Es que le dejan a un chico blanquear una cerca todos los días?
Aquello puso la cosa bajo una nueva luz. Ben dejó de mordisquear la manzana. Tom, movió la brocha, coquetonamente, atrás y adelante; se retiró dos pasos para ver el efecto; añadió un toque allí y otro allá; juzgó otra vez el resultado. Y en tanto Ben no perdía de vista un solo movimiento, cada vez más y más interesado y absorto. Al fin dijo:
—Oye, Tom: déjame encalar un poco.
Tom reflexionó. Estaba a punto de acceder; pero cambió de propósito: —No, no; eso no podría ser, Ben. Ya ves..., mi tía Polly es muy exigente para esta cerca porque está aquí, en mitad de la calle, ¿sabes? Pero si fuera la cerca trasera no me importaría, ni a ella tampoco. No sabes tú lo que le preocupa esta cerca; hay que hacerlo con la mar de cuidado; puede ser que no haya un chico entre mil, ni aun entre dos mil que pueda encalarla de la manera que hay que hacerlo.
—¡Quiá!... ¿Lo dices de veras? Vamos, déjame que pruebe un poco; nada más que una miaja. Si tú fueras yo, te dejaría, Tom.
—De veras que quisiera dejarte, Ben; pero la tía Polly... Mira: Jim también quiso, y ella no le dejó. Sid también quiso, y no lo consintió. ¿Ves por qué no puedo dejarte? ¡Si tú fueras a encargarte de esta cerca y ocurriese algo!...
—Anda..., ya lo haré con cuidado. Déjame probar. Mira, te doy el corazón de la manzana.
—No puede ser. No, Ben; no me lo pidas; tengo miedo...
—¡Te la doy toda!
Tom le entregó la brocha, con desgana en el semblante y con entusiasmo en el corazón. Y mientras el exvapor Gran Missouri trabajaba y sudaba al sol, el artista retirado se sentó allí, cerca, en una barrica, a la sombra, balanceando las piernas, se comió la manzana y planeó el degüello de los más inocentes. No escaseó el material: a cada momento aparecían muchachos; venían a burlarse, pero se quedaban a encalar. Para cuando Ben se rindió de cansancio, Tom había ya vendido el turno siguiente a Billy Fisher por una cometa en buen estado; cuando éste se quedó aniquilado, Johnny Miller compró el derecho por una rata muerta, con un bramante para hacerla girar; así siguió y siguió hora tras hora. Y cuando avanzó la tarde, Tom, que por la mañana había sido un chico en la miseria, nadaba materialmente en riquezas. Tenía, además de las cosas que he mencionado, doce tabas, parte de un cornetín, un trozo de vidrio azul de botella para mirar las cosas a través de él, un carrete, una llave incapaz de abrir nada, un pedazo de tiza, un tapón de cristal, un soldado de plomo, un par de renacuajos, seis cohetillos, un gatito tuerto, un tirador de puerta, un collar de perro (pero sin perro), el mango de un cuchillo y una falleba destrozada. Había, entretanto, pasado una tarde deliciosa, en la holganza, con abundante y grata compañía, y la cerca ¡tenía tres manos de cal! De no habérsele agotado la existencia de lechada, habría hecho declararse en quiebra a todos los chicos del lugar.
Tom se decía que, después de todo, el mundo no era un páramo. Había descubierto, sin darse cuenta, uno de los principios fundamentales de la conducta humana, a saber: que para que alguien, hombre o muchacho, anhele alguna cosa, sólo es necesario hacerla difícil de conseguir.
Este es uno de los pasajes más conocidos de la obra de Mark Twain y con el que se nos presenta claramente qué tipo de muchacho es su protagonista: travieso, inquieto, de inteligencia viva, imaginativo, divertido y sincero.
El libro se nos presenta como una novela de aventuras para jóvenes en el que un chico que quiere hacerse un lugar en la vida, pero como toda obra maestra es eso y mucho más. En esta novela encontramos una muy amena crítica social de las costumbres, los estereotipos y la hipocresía de la época, lo que la convierte en una obra de la que también una persona adulta puede disfrutar, y mucho. Además, cómo no, es una novela de formación o aprendizaje, donde podemos comprobar el cambio que se opera en las personas a través de las experiencias vividas, comienzan siendo niños y terminan siendo adultos.
Un canto a la amistad y una entretenidísima historia para un par de tardes, se tenga la edad que se tenga. Con razón Faulkner dijo de Twain que "era el padre de la literatura americana".
Y para los que sois un poco más perezosos, el Audio completo (no adaptado) de la novela:
o la adaptación (esta sí) cinematográfica del director Norman Taurog:
Al borde mismo del leve anochecer, cuando la luna pinta grande y redonda y sólo Venus es capaz de competir en sutileza con el horizonte, el paseante se acodó en el pretil del puente y observó lo que el momento le ofrecía: la luz y sus magníficos reflejos sobre el agua, la mansedumbre de la ciudad, el aire transparente de una jornada a finales de abril, los últimos juegos de los niños en un parque. Después revoloteó en torno suyo algo que ignoramos y se lanzó al vacío en silencio.
Se dice que la historia de la Iglesia de Saint-Sulpice es la más rara de entre todas las de los edificios de París. Construida sobre las ruinas de un antiguo templo dedicado a Isis, la antigua diosa egipcia, la iglesia posee una planta prácticamente idéntica a la de Notre Dame. En esa basílica recibieron las aguas bautismales figuras como el marqués de Sade o Baudelaire, y en ella se casó Victor Hugo. El seminario anexo cuenta con una historia bien documentada de heterodoxia, y en otros tiempos fue punto de encuentro clandestino de numerosas sociedades secretas (cap. 19, p 114).
Y en el capítulo 22, página 134, esto otro: Encajada en el pavimento de granito gris, una delgada franja de metal pulido brillaba en la piedra... una línea dorada que cortaba la uniformidad del suelo de la iglesia. Aquella forma alargada tenía grabadas unas marcas graduadas, como si fuera una regla. Era un gnomon, según le habían dicho, un instrumento astronómico pagano parecido a los indicadores de las horas en los relojes de sol. De todo el mundo acudían a Saint-Sulpice turistas, científicos, historiadores y no creyentes para admirar la famosa línea. (...) Era una especie de gnomon, un vestigio del templo pagano que antiguamente había sido erigido en aquel lugar.
A Brown, lógicamente, no le interesaban la exactitud de sus afirmaciones ni la cantidad de verdad o mentira de las mismas. En una historia de suspense y aventuras donde se mezclan hábilmente una teoría de la conspiración, el esoterismo y personajes bíblicos archiconocidos, lo que se busca es que la lectura nos atrape como sea. Pero, además del ejercicio de la lectura en sí, ha tenido otros efectos beneficiosos colaterales, como el turismo cultural que busca explicaciones racionales.
Y no es solamente la Iglesia de Saint Sulpice la que contiene una meridiana. Viajar por Europa y poner atención al suelo de las iglesias puede depararnos muchas sorpresas, algunas relacionadas con la cultura clásica, otras con la historia local o regional y otras más con la investigación científica como es el caso. Pero vayamos a lo que nos ocupa: las meridianas.
No es que la Iglesia como institución estuviese interesada en los movimientos solares per se. Lo que buscaba era determinar con la mayor exactitud posible la fecha pascual. Si el Concilio de Nicea había establecido que el día de la Resurrección era el primer domingo después de la primera luna llena del equinoccio de primavera, fijar con exactitud las fechas equinocciales era fundamental para el culto.
Sin embargo, este empeño investigador no se ciñó de forma exclusiva a la determinación de las fechas equinocciales. En otras ocasiones sirvió para determinar la duración del año solar o la exactitud de la hora. En este trabajo investigador podemos encontrarnos con destacados matemáticos, ingenieros y científicos de cada uno de los momentos correspondientes.
La primera fue la que instaló Paolo dal Pozzo Toscanelli en la catedral de Florencia en 1467. La mayor del mundo, con casi 67 metros de longitud es la San Petronio, de Bolonia, realizada por Giovanni Domenico Cassini. En España, que yo sepa, hay dos en el Monasterio del Escorial construidas por Juan Wendlingen, otra en el Palacio de Aranjuez, y otra más en la iglesia de San Pedro —en la actualidad aula de astronomía— de Becerril de Campos, visita obligada para cualquier aficionado a esta disciplina.
Lou Andreas-Salomé veía así a su amigo Nietzsche: Yo diría que Nietzsche fascinaba por ese aire secreto que hacía presentir en él una soledad no confesada —y esto producía una fuerte impresión desde el primer golpe de vista— Un observador superficial no hubiera podido encontrar en él nada notable; de talla media, vestido muy sencillamente, aunque con sumo cuidado; de expresión pacífica y con el cabello castaño peinado hacia atrás, podía pasar fácilmente desapercibido. Fáuston da Silva, director y guionista, lo ve de manera más positiva y nos cuenta una historia de superación encarnada en un alumno de escuela que un día se pone a leer Así habló Zaratustra. La metáfora del cambio a través de la lectura, a pesar de la enorme hipérbole del tiempo y de la comprensión, es seductora y hermosa, pero no siempre funciona. En este caso, el corto nos ofrece una historia bienintencionada, pero el hecho de que utilice un lenguaje cinematográfico realista no favorece la credibilidad del mismo. Del final, mejor no hago ningún comentario. A pesar de todo, me quedo con ese mensaje tan sencillo como evidente y universal: la educación es la mejor herramienta para el desarrollo de una comunidad y de una persona. Y también es cierto que la idea nietzscheana de superhombre es una hermosa idea de aceptación de la vida y superación, válida incluso para encontrar consuelo; si no lo creéis, preguntadle a Botton.
Tal y como se puede ver en el apartado tertulias, el próximo 10 de noviembre tendremos para disfrutar y debatir la poesía de Fernández Mallo, uno de los poetas más renovadores y vanguardistas del panorama poético actual. Si siempre es conveniente leer la obra completa para poder disponer de cierto criterio y hacernos una idea más o menos clara de los parámetros, intereses, poética, contenido, etc., de lo que allí aparece, en el caso del poeta gallego es casi un obligación. Acudir a una docena de textos entresacados de sus títulos puede dejarnos tal y como estábamos antes de haberlos leído. Pero más allá de su obra poética quiero recomendar la lectura de lo que podríamos entender como su poética, además de ser un ensayo general sobre poesía y texto fundacional del movimiento postpoético. Texto casi imprescindible para entender qué es lo que el autor quiere hacer con la poesía. Vaya como aperitivo de reflexión, el comienzo del mismo: Empecemos diciendo que la Poesía Postpoética actúa por experimentación; es, en esencia, un laboratorio. Mejor dicho, dado que es una actitud, aspira a ser un laboratorio. De la misma manera que, como decía Deleuze, la filosofía debe encargarse de construir conceptos, o de la misma manera que el ingeniero debe construir puentes, el político bienestar, el científico representaciones plausibles, el banquero superávit, el caminante mapas y el juguetero ingenuos monstruos, el postpoeta lo que debe construir son artefactos poéticos que fluyan desde ya para la sociedad contemporánea (la negrita es mía). Sin ningún género de dudas, la obra de Fernández Mallo va a sorprender a quien no esté habituado al experimentalismo y los juegos vanguardistas, o a quien esté acostumbrado a pensar en poesía desde los parámetros exclusivos de la poesía como género literario clásico. Para una primera aproximación al pensamiento del poeta, esta conversación entre Federico Soriano y él puede valer. También la entrevista que le hizo Mª Elena Vallés y que aparece al final de la selección de textos preparados para la tertulia.
Dicen que cuando aún estamos en el cristal de la placenta vemos toda nuestra vida pasar en fragmentos desordenados y rotos, acúmulo que olvidamos en el instante de nacer. Camino entre la espuma cristalizada de una civilización, seca desde hace tres mil quinientos años. Primer destino viajero del feto. Quién pidiera sacar ya un ojo y contar sesenta y una estrellas en el cielo. Se acerca noviembre, los turistas van desapareciendo, el vigilante, que a falta de leña solía pasar el invierno quemando mapas y postales, este año se las escribe antes a sí mismo porque le han dicho que usadas queman mejor. Desciendo las escaleras que conducen a los aposentos reales, siento la compresión del aire. Enciendo el mechero. En la pintura un laberinto, lo ilumina un hilo de seda, y un joven que de nada se entera, paciente de cuarenta y tres años, tabaquismo, sin antecedentes familiares. enfisema pulmonar con disnea tras moderados esfuerzos. En agosto de este año inicia cuadro con edema en extremidades y dolor. Nódulo espiculado en LSD. No inclusive en Protocolo de QT adyuvante + Radioterapia. Reprimo una lágrima. Clac. La enfermera me corta el cordón umbilical. A partir de ahí no recuerdo nada. [0]
Por fin y cuando ya casi está demediado el mes, puedo ocuparme del cielo nocturno, que este mes nos obsequia con un par de lluvia de estrellas y un cambio de hora, al menos para los que vivimos en Europa y en unos cuantos sitios más.
Planetas: Mercurio no es visible. Venus es visible en el horizonte E antes de la salida del sol. Marte es visible al final de la noche y al alba en el horizonte E, por delante de Venus. Júpiter se encontrará en conjunción con el Sol el 26 de octubre, por lo que no es visible. Saturno se encuentra en Ofiuco y es visible durante la primera parte de la noch
Fuente: Stellarium
Luna: llena, el 5; nueva, el 27.
Lluvia de estrellas: Las Dracónidas alcanzaron su apogeo la noche del 8 al 9 de octubre. Las Oriónidas, aunque son visibles durante todo el mes, alcanzarán su mejor momento la noche del 21.
Cambio de hora: el día 26 se retrasa una hora el reloj. A las 03:00 serán las 02:00.
EEI: para saber cuándo es visible desde tu lugar la Estación Espacial Internacional, introduce el nombre del país y la ciudad más próximos a tu lugar de observación en este enlace.
Al comenzar el año, en enero, Blakie Books sacaba El libro de Gloria Fuertespara conmemorar el centenario del nacimiento de la madrileña Gloria Fuertes. Del libro se puede decir lo mismo que de la poeta, que es un encanto: poemas, fotografías, dibujos, anécdotas, recuerdos personales, cartas, un texto sucinto y equilibrado... Ni la propia obra de la autora nos aproximan tanto y tan bien a la mujer que conocimos como Gloria Fuertes. Si alguien quiere acercarse a ella sin tener que recurrir al trabajo de investigación y archivo, este es el libro adecuado. Y todo ello con la amabilidad, la sencillez, el calor y la buena presencia que la propia autora desprendía, pero sin el halago y la zalamería que suponen los centenarios. Sin duda, la imagen más conocida de Gloria Fuertes es la de escritora para niños. La fama que adquirió fue notable. Sobre este asunto hay unas cuantas anécdotas y textos deliciosos. No me resisto a copiar aquí dos de ellos, con sentidos totalmente opuestos: En una gala del Premio Gloria Fuertes de Poesía Escrita por Niños, un niño de Ávila sube temblando a recoger su premio y se pone a llorar como una magdalena a medio camino, muerto de nervios. Gloria baja hasta donde está. "¿Me das una lágrima?", le dice. El niño, contrariado, asiente, y Gloria le agarra una lágrima de la mejilla con dos dedos. "¿Me la puedo beber?", le dice. El niño sonríe y responde que sí. Gloria se bebe la lágrima y al niño le da un ataque de risa. Todo el mundo aplaude. Una noche, a las cinco de la madrugada, Gloria está en un chalé de Calpe, (Alicante) al que ha ido a celebrar el cumpleaños de una amiga. Sale a fumar y a que le dé el aire, y de detrás de unos matorrales, en mitad de la nada, sin más casas en kilómetros a la redonda, emergen dos niños que llevan horas esperando allí agazapados para pedirle un autógrafo. Gloria se pone a gritarles de todo hasta que salen huyendo. El buen trabajo de Jorge de Cascante permite que podamos utilizar el famoso verso de la autora, Esto no es un libro, es una mujer, para referirnos a esta antología de poemas y vida que ha sabido redactar y organizar con el ánimo y el estilo de Gloria Fuertes, quien tenía la mejor poética de la que se puede disponer:
La poesía no debe ser un arma, debe ser un abrazo, un invento, un descubrir a los demás lo que les pasa por dentro, eso, un descubrimiento, un aliento, un aditamento, un estremecimiento. La poesía debe ser obligatoria.
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Cuando esté a punto de finalizar el año, el 13 de diciembre, el grupo de personas que formamos parte de las tertulias poéticas irunesas de la biblioteca realizaremos una lectura en recuerdo de esta singular mujer que nunca dejó de animar a los demás, pero no pudo animarse a sí misma cuando la soledad empezó a ocupar su casa. Los poemas que vamos a utilizar podéis leerlos aquí.
Después de un tiempo alejado del blog y del ordenador por razones técnicas que no vienen al caso, vuelvo a publicar. Tengo pendientes algunas entradas, pero por si alguien se anima y porque eso requiere tal vez desplazamiento, quiero dar noticia del FIPMAD 2017 que se desarrollará durante los días 24 y 25 de este mes y del que aquí tenéis su programa:
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EL Festival, a través de la Editorial Verbum, publica la antología Ahora que calienta el corazón, en la que se recogen poemas sobre las cuatro estaciones escritos por las personas que participan en el mismo, además de otros cuantos pertenecientes a poetas clásicos o consagrados. Como participante en el evento, en la antología se recoge el poema que dediqué al verano hace ya un tiempo, y que podéis leer aquí en castellano o en euskera en este otro espacio. Y como ya estamos en otoño, os dejo uno de los poemas que aparecen en la antología. Es del maestro Benedetti, es decir, uno de esos poemas de autores consagrados que abren cada una de las secciones —mejor, estaciones—en que está dividida la publicación. Pertenece al poemario Insomnio y duermevelas.
OTOÑO
Aprovechemos el otoño antes de que el invierno nos escombre entremos a codazos en la franja del sol y admiremos a los pájaros que emigran
ahora que calienta el corazón aunque sea de a ratos y de a poco pensemos y sintamos todavía con el viejo cariño que nos queda
aprovechemos el otoño antes de que el futuro se congele y no haya sitio para la belleza porque el futuro se nos vuelve escarcha