Leer a Celan requiere ganas, atrevimiento, paciencia y ayuda; sobre todo, ayuda.
Paul Celan es un poeta difícil en todos los sentidos, pero aquí me estoy refiriendo solo a la comprensión de sus textos, a pesar de que a él le molestara tanto que se lo dijeran y de que en muchas ocasiones aludiera a la claridad de sus poemas. "Créame: cada palabra está escrita con relación directa a la realidad. Pero no, esto ellos no quieren y no quieren entenderlo", se lamentaba —e insistía en el "no quieren"— en carta ante los comentarios que aparecían en la prensa especializada. Incluso en una ocasión respondió con un poema ante un comentario en ese sentido aparecido en un periódico berlinés. Es este:
ESTÁS ECHADO en este extenso escuchar,
rodeado de arbustos, de copos rodeado.
Ve tú al Spree, ve al Havel,
ve a los ganchos de carnicero,
ve a la rojas manzanas en palillero
de Suecia –
Viene la mesa que las ofrendas trae,
en un Edén da la vuelta –
El hombre quedó como un colador, la mujer,
la cerda, flotando se tuvo que ver,
por ella, por nadie, por cualquiera.
El canal de Landwehr no va a murmurar.
Nada queda
estancado.
Ante el poema podemos hacer tres cosas: darle vueltas e intentarlo con nuestros propios medios, empezar a leer sobre el autor y sus peculiaridades, o pedir ayuda a los especialistas en su obra.
Yo recomiendo la tercera opción. Es directa, nos ahorra muchos quebraderos de cabeza y si el especialista de turno sabe comunicar, la lectura acerca del autor se puede convertir en un auténtico placer. Ya tendremos tiempo más adelante de explayarnos con nuestra propia interpretación.
De entre todos ellos, el mejor es John Felstiner, que con su profusamente documentada biografía Paul Celan: poeta, superviviente, judío, puso orden en los estudios celanianos y marcó la pauta a seguir. De cuantos conozco, es el más extenso, el que abarca toda su vida y toda su obra, el más claro, el más amable de leer y el que con más tino y acierto comenta los poemas del rumano.
Diría más aún: me parece que es el único que realmente acoge en su lectura al lector no iniciado. En algunos casos, el abuso de tecnicismos y la pedantería filosófica puede dar como resultado el que un posible lector se eche para atrás y decida no atreverse con el poeta; Felstiner, en cambio, abre los brazos y nos acompaña siempre y va desvelando paso a paso cada una de las dificultades. Es la forma más natural y amena de adentrarse en la impenetrable obra de Celan.
Y para cerrar esta entrada, el hiperfamoso Todesfuge en la voz del propio poeta:
Y ahora en castellano:
FUGA DE LA MUERTE
Negra leche del alba la bebemos al atardecer
la bebemos a mediodía y en la mañana y en la noche
bebemos y bebemos
cavamos una tumba en el aire no se yace estrechamente en él
Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe
escribe al oscurecer en Alemania tus cabellos de oro Margarete
lo escribe y sale de la casa y brillan las estrellas silba a sus
mastines
silba a sus judíos hace cavar una tumba en la tierra
ordena tocad para la danza
Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos en la mañana y al mediodía te bebemos al atardecer
bebemos y bebemos
Un hombre habita en la casa juega con las serpientes escribe
escribe al oscurecer en Alemania tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita cavamos una tumba en el aire no
se yace estrechamente en él
Grita cavad unos la tierra más profunda y los otros cantad sonad
empuña el hierro en la cintura lo blande sus ojos son azules
cavad unos más hondo con las palas y los otros tocad para la
danza
Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos al mediodía y la mañana y al atardecer
bebemos y bebemos
un hombre habita en la casa tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita él juega con las serpientes
Grita sonad más dulcemente la muerte la muerte es un maestro
venido de Alemania
grita sonad con más tristeza sombríos violines y subiréis como
humo en el aire
y tendréis una tumba en las nubes no se yace estrechamente allí
Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos a mediodía la muerte es un maestro venido de
Alemania
te bebemos en la tarde y la mañana bebemos y bebemos
la muerte es un maestro venido de Alemania sus ojos son azules
te hiere con una bala de plomo con precisión te hiere
un hombre habita en la casa tus cabellos de oro Margarete
azuza contra nosotros sus mastines nos sepulta en el aire
juega con las serpientes y sueña la muerte es un maestro venido
de Alemania
tus cabellos de oro Margarete
tus cabellos de ceniza Sulamita