domingo, 2 de noviembre de 2025

VOCES8: Sicut Cervus, Giovanni Pierluigi da Palestrina


Sicut cervus desiderat ad fontes aquarum, ita desiderat anima mea ad te, Deus.

Como el ciervo anhela las fuentes de agua, así te anhela mi alma, oh Dios.

Salmos, II, 42, 2.

Decir, lo que se dice dice decir, no dicen mucho; una y otra vez, como un ruego, como la expresión de un deseo, repiten el versículo 2. La belleza está, primero, en las notas que el genio de la polifonía de la época de la Contrarreforma compuso para ese versículo; después, en cómo interpretan la partitura esas magníficas ocho voces.

Giovanni Pierluigi da Palestrina (1525-1594) era hijo de las ideas que sacó adelante el Concilio de Trento. De hecho, su impulso inicial se debió al obispo de la ciudad que compartían y, cuando al obispo, luego cardenal, le nombraron Papa, este le pidió al compositor que fuera con él a Roma. El caso es que cuando andaba por la treintena, Palestrina ya gozaba de una extraordinaria reputación como músico.

Hoy, creyentes practicantes y agnósticos convencidos disfrutamos de sus composiciones, porque, independientemente de las palabras que digan quienes cantan (si es que alguien las llega a entender), la música resulta tan acogedora, tan envolvente, que nos sentimos bien dentro de ella.

Y ya que salen las palabras, el libro de los Salmos es un hermoso libro desde el punto de vista literario. No es necesario practicar ninguna creencia religiosa para disfrutarlo.


***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

sábado, 1 de noviembre de 2025

EL CIELO NOCTURNO, NOVIEMBRE 2025

NGC 6960 -  Copyright: Brian Meyers. Fuente: NASA.
 

#cielonocturno

PLANETAS: Mercurio podrá verse los 4 o 5 últimos días del mes apareciuendo por el E. Venus es visible al amanecer cuando sale por el E, pero a medida que avanzan los días va aparewciendo cada vez un poco más tarde, hasta que al finalizar el mes desaparezca. Marte no podremos verlo porque está ya muy próximo a la posición que ocupa el Sol desde nuestro punto de vista. Júpiter es el planeta que domina la noche de noviembre, pues se ve desde que hace su aparición hasta que comienza el nuevo día. Saturno es visible durante la primera mitad (si tenéis la oportunidad de verlo a través de un telescopio, podréis comprobar que sus anillos están colocados estos días de forma perpendicular a la Tierra, lo que hace que se vean como una delgadísima línea).

LUNA: 5 de noviembre, luna llena; 20 de noviembre, luna nueva.

LLUVIA DE ESTRELLAS: 

Táuridas Norte12 de Noviembre de 2025, 12:52 (20 de Octubre al 10 de Diciembre)03h 53.5m, 22° 04.4'5
Leónidas17 de Noviembre de 2025, 18:26 (6 de Noviembre al 30 de Noviembre)10h 09.4m, 21° 52.6'15
α-Monocerótidas21 de Noviembre de 2025, 18:43 (15 de Noviembre al 25 de Noviembre)07h 49.3m, 00° 56.2'Var
Oriónidas Noviembre28 de Noviembre de 2025, 09:13 (13 de Noviembre al 6 de Diciembre)06h 05.4m, 15° 59.8'3

SATÉLITES ARTIFICIALES: Para saber dónde y cuándo mirar, consultad aquí.

Feliz observación.

***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

THOMAS HARDY (una breve selección)



DEJADME QUE DISFRUTE DE LA TIERRA

I

Dejadme que disfrute de la tierra, aun consciente
de que aquella gran Fuerza, creadora de todo,
cuando hizo con sus manos su atractiva belleza,
no tuvo entre sus fines pensar en mi placer.

II

Se cruza en mi camino una mujer hermosa,
que para mí no tiene ni palabras ni gestos;
mas yo me haré un embrujo de su aire despectivo
y ensalzaré los labios que míos no habrán de ser.

III

De viejos manuscritos con sentidas canciones
que brotaron de escenas y ensueños ignorados
yo extraeré arrebatos, como si fueran míos,
pese a estar bien consciente de que son obra de otros

IV

Y algún día en el futuro, al mismo Paraíso
y hacia todos sus santos —suponiendo que existan—
alzaré desde lejos unos ojos alegres
aun sabiendo que allí no hay sitio para mí.






EL GAMO ANTE LA CASA SOLITARIA

Afuera, en las tinieblas, alguien mira
a través del cristal de la ventana
desde la blanca sábana aterida.
Afuera, en las tinieblas, alguien mira
cómo, en vela, aguardamos la mañana
junto a la lumbre de la chimenea.
No alcanzamos a ver esos dos ojos
que nos contemplan desde la intemperie
y reproducen los destellos rojos
del fuego. No advertimos esos ojos,
ojos maravillados, rutilantes,
y sus pasos furtivos, vacilantes.





EL ACANTILADO DE BENNY


    I
Oh, el zafiro y el ópalo de este errante mar de occidente,
y una mujer en lo alto con el cabello al viento cabalga sonriente,
la mujer que amé tanto y que me amó fielmente.


    II
A nuestros pies el rugido continuo y las lejanas olas de la mar
semejaban un cielo inferior, engolfado en su propio palpitar,
mientras reíamos alegres en aquel mes de marzo que no podré olvidar.




    III
Una pequeña nube nos ocultó, y brotó una lluvia irisada,
y se tiñó el Atlántico de una imprecisa y leve pincelada,
luego salió de nuevo el sol y de un tono purpúreo quedó la mar bañada.


    IV
En su profunda y abisal belleza aún el viejo Beeny ocupa bajo el cielo su lugar,
pero ella y yo el próximo mes de marzo no volveremos allí de nuevo a pasear,
ni las dulces palabras que dijimos se volverán a escuchar.


    V
Pues aunque todavía la abisal belleza se alza en aquella agreste ribera de occidente,
la mujer, a la que el pony llevaba a paso de andadura está ahora ausente,
ya no sabe de Beeny ni le importa y no volverá a reír jamás alegremente.





DESPUÉS


Cuando el Presente cierre sus puertas tras mi paso
y, cual recién hilada seda, las tiernas rosas
de mayo acune el viento, ¿dirá el vecino acaso:
“Era de los que suelen apreciar estas cosas”?


Si es al ocaso y cruza sobre el denso follaje,
como en un parpadeo, un halcón por la umbría
y se posa en la zarza que el oraje,
pensará quien lo vea: “También él lo vería”


Si fuera en noche cálida y de falenas clara,
cuando el erizo corre furtivo por el prado,
tal vez alguien dijera: “Porque nadie dañara
a estas pobres criaturas veló, y poco ha logrado”


Si al oir que he partido, junto al umbral se quedan
contemplando los astros en el cielo de invierno,
¿pensarán los que ver mi rostro ya no puedan:
"Fue alguien que meditó sobre el misterio eterno"?

Y cuando por mí doble la campana al ocaso
y a su repicar se una de la brisa la charla,
cual de un nuevo tañido, ¿oirán decir acaso:
"No la puede oír ya, mas solía escucharla"?

 



        HAP * 

Si al menos algún dios vengador me llamase 
y desde el cielo, riéndose, me hablara: 
«¡Sabrás, cosa sufriente, que tu pena es mi éxtasis, 
tu pérdida de amor mi renta de odio». 

Entonces, retorciéndome, resistiría, 
y moriría endurecido 
por esta sensación de ira inmerecida, 
y en calma, puesto que alguien con más poder que yo 
me impone su deseo de hacer verter mis lágrimas. 

Pero no. ¿Por qué muere la alegría, 
por qué nunca florece la mejor 
esperanza sembrada? Hasta al sol y a la lluvia 
obstaculiza este grosero azar, 
y el Tiempo jugador echa a los dados 
lamentos y alegrías... En mi peregrinaje 
este Hado ciego pronto hubo arrojado 
tanta felicidad como dolor. 

1866 

* Hap es un nombre masculino y a la vez significa azar. Además posee la raíz de happy —feliz—. Todas estas connotaciones están en el nombre del hombre que habla en el poema.



        ELLA EN SU FUNERAL 

Le llevan al lugar de su reposo, 
en lenta procesión, con suavidad. 
Lo sigo desde atrás como una extraña: 
ellos son su familia, yo su amante. 

Sin cambiarme el vestido de colores 
y en compañía de tan tristes lutos. 
Pero los ojos de ellos lo rodean 
sin mostrar pena alguna, en tanto a mí 
el pesar me consume como un fuego. 

1867



        A UNA DAMA 
Ofendida por un libro del escritor 


ESTA página mía está exiliada, 
—condenada quizá a no rozar nunca 
tu cómoda almohada, 
ni a despertar tu Sí tan bien dispuesto 
como antes, ni a lograr 
tu amable voto de confianza en mí. 

Siendo de natural tan receptiva, 
imagino que, tal como a las llamas 
las destierra el crepúsculo, mi imagen 
sombría, deformada por otros menos francos, 
pierde por fuerza su lugar en ti. 

Sea. Ya soporté cosas así. 
Permite que los sueños 
—de mí los tuyos y de ti los míos— 
a diario disminuyan, que su espacio 
lo ocupen pretenciosas claridades: 
hasta que forme parte de ti sólo en destellos, 
y después en lejanas y débiles visitas, 
y después todo cese. 
La Verdad será siempre la Verdad.


        
        ME MIRO EN EL ESPEJO 

Me miro en el espejo 
inspeccionando mi menguante piel 
y digo: “Quiera Dios 
que hasta tal delgadez 
mi corazón se hubiese reducido”. 

Entonces, 
sin pena alguna por los corazones 
que crecieron distantes para mí, 
podría esperar solo, resignado, 
mi infinito descanso. 

No obstante, el Tiempo, para mi aflicción, 
me quita y, a la vez, me deja resistir 
y sacude al crepúsculo este frágil andamiaje 
con pulsaciones propias de los mediodías.



        UNA-ESPOSA EN LONDRES 
                (Diciembre 1899)  

        
ESTÁ sentada entre la niebla sucia 
que sube de la calle junto al Támesis, 
donde un farol, igual que un cirio o moribundo, 
de una tenue luz fría.

        II 
Un crujido de pronto, un mensajero 
que golpea la puerta, 
las últimas noticias en su mano. 
Aturde comprenderlas, de tan breves
él ha caído en las lejanas 
Tierras del Sur 

        III
Es el día siguiente: con niebla aún más densa
llega y se va el cartero: hay una carta 
cuyas lineas revelan, a la luz 
parpadeante del fuego, 
el trazo de su mano, la que ahora
ya conoce el gusano.

        IV
Escrita con firmeza, rebosante
de esperanza ante el próximo retorno,
de paseos domésticos para ir
al lago, a las colinas en verano
y, paseando, aprender un nuevo amor.




        SU INMORTALIDAD 

     I 
LA parte más sutil de alguien que ha muerto 
la he visto relucir en fieles corazones 
privados de su vida. Entonces yo me digo: 
«Esto debe de ser su inmortalidad». 

     II 
Las estaciones iban desgastándose 
y su alma no cesaba de vivir en sus vidas. 
Pero su claridad ya no era tanta 
como cuando le ví por vez primera. 

     III 
Sus compañeros de generación 
murieron todos, y yo busqué entonces 
la persona en los nuevos corazones. 
La encontré, por desgracia, convertida 
en un maniquí flaco y espectral. 

     IV 
Últimamente, ahora viejo y frío, 
me pregunto si aún queda algo suyo 
que no se haya perdido; y hallo en mí 
sólo una chispa débil que agoniza 
en medio de una gran oscuridad.
 
Febrero 1899



        IN TENEBRIS I
'Percussus sum sicut foenum, et aruit cor meum' - Ps. CI


El invierno se acerca.
Pero no me es posible soportar
de nuevo mi dolor por una pérdida:
uno no muere por segunda vez.

Huyen los pétalos.
Ya que esto sucedió en otra ocasión, 
esta aislada escena 
no puede ya angustiarme.

Se desmayan los pájaros de espanto: 
no habría de perder la vieja fuerza 
en la negra extensión, solitaria y helada. 
¡La fuerza que ya huyó hace tanto tiempo!

Pardas y grises se hielan las hojas,
pero en esta estación los amigos no pueden, 
como antaño, cambiar por nada el frío.

Las tempestades pueden hacer daño, 
pero amar no podría hacer sufrir 
de nuevo en este año al corazón 
de quien ya no tenía corazón.

Negra es la toga de la noche.
Pero la muerte nunca asustará 
a quién, ya más allá de toda duda, 
sin esperanza espera.



        EN EL OJO DE LA MENTE

ESTO una vez fue su ventana
y, junto a ella, la brillante luz
de una vela llamándome con señas,
diciéndome «aquí estoy» desde allí dentro.

Ahora como entonces yo la veo 
moverse en el cristal, pero es tan sólo 
su fantasma guardado en mi cerebro.

Centro de mi visión, ella va a todas partes: 
los cambios desvanecen los paisajes 
pero ella sigue en mí.

Forma tan dulce y tímida, querida, 
¿quién podría negarte?
No deseé jamás, ni una vez sola, 
arrojar lejos tu fantasma, amada.


        EN EL ALUMBRAMIENTO

EN medio de la noche,
para comunicarme malas nuevas, 
vino a hablarme el espíritu 
pálido y desgastado de mi madre.

"Hija mía, estás llena de alegría
por este inoportuno niño que tú amamantas. 
Los hombres, a través del ancho mundo, 
pueden buscar sin hallar nunca —piensas— 
ningún otro tan rubio".

"Esta medianoche, querida, el tiempo alumbra 
miles de niños rubios, también raros y hermosos, 
miles que el Alto Cielo
condena de antemano a fracasar,
aun siendo igual de claros, de buenos, de sumisos.

"Tu cariñosa hazaña es una fuente 
de extasiados temores y esperanzas, 
de un inocente orgullo maternal 
que prepara en la triste humanidad 
más caminos, aún, para las lágrimas.

"Como tú soñé yo cuando extendía 
la vida para mí su rayo matinal. 
Más tarde el panorama fue distinto..." 
Tales son los extraños pensamientos 
que me comunicó mi madre muerta.



        EL HOMBRE QUE MATÉ

"AMBOS seguramente coincidimos
en antiguas posadas.
Debimos de sentarnos a regar 
con generosidad unos bocados.

"Pero en las filas de la infantería, 
frente a frente mirándonos, 
le disparé, como él también a mí, 
y le maté en su puesto.

"Disparé a muerte
tan sólo porque era mi enemigo. 
Un enemigo malo, desde luego:
esto está claro, aunque de todos modos

"también pensaba que, probablemente, 
se alistó sin pensarlo, como yo.
Que estaba sin trabajo, y que había vendido 
las ropas. Y no había más por qué.

"Curiosa, extraña guerra: tú derribas
a un compañero al cual hubieses invitado 
si hubiera habido un bar,
o con media corona le hubieses ayudado".

***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

viernes, 31 de octubre de 2025

SESQUICENTENARIO DEL NACIMIENTO DE ANTONIO MACHADO, 7






MUERTE DE ABEL MARTÍN


                                    Pensando que no veía
                                    porque Dios no le miraba,
                                    dijo Abel cuando moría:
                                    Se acabó lo que se daba.


                        J. DE MAIRENA: Epigramas

                    I

Los últimos vencejos revolean
en torno al campanario;
los niños gritan, saltan, se pelean.
En su rincón, Martín el solitario.

¡La tarde, casi noche, polvorienta,
la algazara infantil, y el vocerío,
a la par de sus doce en sus cincuenta!

*

¡Oh alma plena y espíritu vacío,
ante la turbia hoguera
con llama restallante de raíces,
fogata de frontera
que ilumina las hondas cicatrices!

*

Quien se vive se pierde, Abel decía.
¡Oh distancia, distancia!, que la estrella
que nadie toca, guía.
¿Quién navegó sin ella?
Distancia para el ojo —¡oh lueñe nave!—,
ausencia al corazón empedernido,
y bálsamo suave
con la miel del amor, sagrado olvido.
¡Oh gran saber del cero, del maduro
fruto sabor que sólo el hombre gusta,
agua de sueño, manantial oscuro,
sombra divina de la mano augusta!
Antes me llegue, si me llega, el Día,
la luz que ve, increada,
ahógame esta mala gritería,
Señor, con las esencias de tu Nada.

                    II

El ángel que sabía
su secreto salió a Martín al paso.
Martín le dio el dinero que tenía.
¿Piedad? Tal vez. ¿Miedo al chantaje? Acaso.
Aquella noche fría
supo Martín de soledad; pensaba
que Dios no le veía,
y en su mundo desierto caminaba.

                    III

Y vio la musa esquiva,
de pie junto a su lecho, la enlutada,
la dama de sus calles, fugitiva,
la imposible al amor y siempre amada.
Díjole Abel: Señora,
por ansia de tu cara descubierta,
he pensado vivir hacia la aurora
hasta sentir mi sangre casi yerta.
Hoy sé que no eres tú quien yo creía;
mas te quiero mirar y agradecerte
lo mucho que me hiciste compañía
con tu frío desdén.
Quiso la muerte
sonreír a Martín, y no sabía.

                    IV

Viví, dormí, soñé y hasta he creado
—pensó Martín, ya turbia la pupila—
un hombre que vigila
el sueño, algo mejor que lo soñado.
Mas si un igual destino
aguarda al soñador y al vigilante,
a quien trazó caminos,
y a quien siguió caminos, jadeante,
al fin, sólo es creación tu pura nada,
tu sombra de gigante,
el divino cegar de tu mirada.

                    V

Y sucedió a la angustia la fatiga,
que siente su esperar desesperado,
la sed que el agua clara no mitiga,
la amargura del tiempo envenenado.
¡Esta lira de muerte!
Abel palpaba
su cuerpo enflaquecido.
¿El que todo lo ve no le miraba?
¡Y esta pereza, sangre del olvido!
¡Oh, sálvame Señor!
Su vida entera,
su historia irremediable aparecía
escrita en blanda cera.
¿Y ha de borrarte el sol del nuevo día?
Abel tendió su mano
hacia la luz bermeja
de una caliente aurora de verano,
ya en el balcón de su morada vieja.
Ciego, pidió la luz que no veía.
Luego llevó, sereno,
el limpio vaso, hasta su boca fría,
de pura sombra —¡oh pura sombra!— lleno.

***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
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jueves, 30 de octubre de 2025

RETRATOS DE AMANTES (Suzanne Valadon), 32

La geule de bois (la resaca). Harvard Art Museum.

#retratosdeamantes

Toulouse-Lautrec (1864 -1901) era hijo de aristócratas y, por lo tanto, no necesitaba trabajar para poder vivir. También era hijo de primos y esto, junto a sus desgraciadas caídas de caballo —en cada una de ellas se rompió una pierna distinta—, seguramente afectó a su discapacidad física. Sus padres le animaron a pintar y dibujar como actividad que pudiera ofrecerle ciertas satisfacciones y alegrías. La afición caló y con el apoyo de su tío Charles y varios pintores amigos de la familia fue a vivir a París en 1881 en busca de una mejor formación. A sus padres no les agradó mucho cuando descubrieron que su inspiración y su temática como pintor procedía del libertino mundillo de Montmartre.

Lautrec se sentía a gusto en el ambiente de los cafés, cabarés y burdeles del barrio parisino. Su personalidad extrovertida y arrolladora, más la gran habilidad con los lápices, hizo de él un personaje popular en ese medio. Su obra dio a conocer a muchos de los variopintos personajes que se movían en ese ambiente. Y allí estaba Suzanne Valandon (1865 - 1938), hija de una lavandera, quien se convirtió en favorita de artistas como Puvis de Cavannes o Renoir.

Ella vivía con su madre en el mismo edificio donde vivía Lautrec y, posiblemente, de ahí vino el conocimiento y la relación. También es posible que la pintura esté realizada en el propio apartamento de Lautrec, pues se sabe que tenía una mesa de café como la que aparece en el retrato. 

Fuese esto como fuere y aunque Lautrec se rodeó de la compañía de numerosas mujeres, generalmente prostitutas, no se sabe si llegaron a tener relación como amantes, si bien sus biógrafos dan por bueno que ella llegara a ser el único amor auténtico de él. Lo cierto es que cuando su madre y ella tramaron una amenaza de suicidio para empujarle al matrimonio, él cortó la relación. 

No entro en la biografía de ella porque más adelante tendré ocasión de hacerlo, pero no como modelo, sino como la artista importante que fue y que recogió a sus amantes en su obra. Pero de eso me ocuparé en otra entrada.

No quiero cerrar esta sin destacar la técnica pictórica tan característica del de Albi, nombrada por algún estudioso de su obra como verduras picadas. Se trata de una pincelada rápida, nerviosa, de una viveza extraordinaria, que revela la rapidez con que pintaba y, por tanto, la capacidad para recoger con unos cuantos trazos la escena que se nos presenta ante la vista.

***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).

miércoles, 29 de octubre de 2025

UN LIBRO, UN POEMA (Sesquicentenario A. Machado, 6)




Editorial
Aprovecho el número mil de la colección para fundir las dos secciones, la del sesquicentenario de A. Machado y la de Un libro, un poema. Este número fue un homenaje al poeta sevillado a través de la colaboración de 83 plumas destacadas de la nómina de la editorial. Se les pidió que escribieran un poema de homenaje a partir del verso encontrado en el bolsillo de la chaqueta de Machado, el famoso Estos días azules y este sol de la infancia

Yo no puedo recoger aquí todos. Como no son muy largos, he cogido tres de tres generaciones distintas: 

(1923) 


PLAZOS

Ha pocas horas que pasaron
los minutos -inútiles- de paz.

Hace una vida que empecé
a ser, por puro azar, un río
que abrazó con sus aguas
otro entretejido cauce.

Siempre fue poco el tiempo que duró
aquel gentil rebatir tiempos.

Hace ya más de un año infinito
que empezó la insondable
soledad con cenizas.

Ahora, pasa "estos días azules
y este sol de la infancia",
la muerte sembró sombras
donde para aparezca.


***


(1959)

EL ÚLTIMO VERSO DE ANTONIO MACHADO


No parece gran cosa,

no deslumbra,

                    apenas

unas pocas palabras gastadas por el uso:


Estos días azules y este sol de la infancia.


Pero todo cabe en ellas,

no se terminan nunca.


                                Quizás por eso

yo las evoco ahora frente al mar.


***


(1980)


ANTONIO MACHADO ESCUCHA LAS SOMBRAS 
DEL ATARDECER EN LONG ISLAND

Te llaman Nuevo Mundo
pero cierro los ojos y el frío es una nube
que contiene la historia.

La tristeza es antigua.

Llueve,
llueve en cada palabra
y en los versos que escribo.

Estos días azules y este sol de la infancia son la lluvia
empapando una casa derruida.

La patria del solor es el océano.

Puedo escuchar tambores victoriosos
que ensordecen la noche de los desterrados.

Puedo escuchar las nubes deslizándose,
                                                    las corrientes marinas
y el paso d elos jóvenes trepando sobre el llanto de los embarcaderos.

Es este eel porvenir,
contemplar cómo avanzan los ejércitos,
cómo el fuego devora los labios y las nubes
en este atardecer de púlpitos y sangre de inocentes,
sangre limpia y diáfana
que un día fue el amor y fue el relámpago.

Puedo escuchar, pero de nada sirve,
no sostiene mi voz el canto de los niños ni la aurora
sobre la patria ajena d ela felicidad.

Es este el porvenir,
una tarde de lluvia volcada en el océano,
una sombra que acecha los nombres y los cantos,
el rostro d emi madre bajo la tierra estéril.


***
Si quieres la paz, no hables con tus amigos; habla con tus enemigos.  

Moshe Dayan  



Fuente: Wikipedia
Mapa de los conflictos armados en curso (número de muertes violentas en el año actual o anterior):      Guerras mayores (10 000 o más). Palestina, Ucrania, Sudán, Etiopía, Myanmar (Birmania).      Guerras menores (1 000–9 999).      Conflictos (100–999).     Escaramuzas y enfrentamientos (1–99).