domingo, 27 de julio de 2025

MILLE REGRETZ, Josquin Després


Josquin des Prés (ca 1450-1521), Josquin des Prez o Josquin Després, que de las tres maneras lo veo escrito en la literatura musical, aunque francés, pasó la mayor parte de su vida adulta en Italia, como cantor en la catedral de Milán, al servicio de los Sforza, en el coro papal, en Roma y al servicio del duque Hércules I. Cuando regresó a su patria, lo hizo como canónigo de la colegiata Condé-sur-l'Escaut.

Sobre las virtudes de este compositor en la
Guía Akal de la música
se puede leer lo siguiente: La diferencia más significativa entre la música de Josquin y la de la Edad Media radica en el planteamiento general: Josquin es el primer gran compositor que trata de expresar emociones de una manera coherente. En la mayoría de las iglesias y capillas de esta época, la música religiosa todavía significaba música monofónica; la polifonía era relativamente nueva. El aprovechamiento de las complejidades técnicas del contrapunto preocupó a los últimos compositores medievales —un objetivo que iba de la mano del espíritu intelectual de la época. Si escuchamos cualquier motete sin leer el texto, nos vemos inclinados a deducir sólo de la música si la pieza es narrativa o reflexiva, si su tema es el arrepentimiento o el júbilo, cuándo se presentan los pasajes más significativos en el texto y si finaliza con optimismo o pesimismo. Pero Josquin fue el primero en explorar la nueva actitud humanística del Renacimiento —no sólo en cuanto a la expresión religiosa, sino también en el completo acercamiento hacia el hombre en su relación con el mundo exterior. Ello se hace más evidente cuanto más nos acercamos a la música de Josquin (...) Es esa indefinible cualidad expresiva de la música de Josquin lo que sitúa a este compositor en la cima del Renacimiento temprano.

Este es el texto que cantan:

Mille regretz de vous abandonner
Et d’eslongier vostre fache amoureuse.
J’ay si grant doeul et peine doloreuse
Qu’on me verra brief mes jours deffiner.

Y esta la traducción:

Mil pesares por abandonaros
y por estar alejado de vuestro amoroso rostro.
Siento tanto duelo y dolorosa pena
que en breve se me verá acabar mis días.


Que la música os sea favorable.

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sábado, 26 de julio de 2025

EL DETALLE EN EL ARTE. 100 OBRAS MAESTRAS, Susie Hodge.

Traducción: Antonio Díaz Pérez
Existen muchas actividades y trabajos donde el detalle resulta ser fundamental. La observación y el estudio de las artes plásticas es, sin duda, una de ellas. Y no debemos pensar solamente en esas obras pobladas de personajes (Bóveda de la Capilla Sixtina, La escuela de Atenas...) o de objetos, edificios, animales o lo que el artista haya querido mostrarnos (El jardín de las delicias, Los proverbios flamencosGuernica...); los detalles en una obra de arte tan aparentemente falta de ellos como por ejemplo las composiciones de Piet Mondrian o las flores gigantes de Georgia O'Keeffe también requieren que observemos con atención, como bien sabe la experta comentarista y divulgadora de arte Susie Hodge.

En el libro, como indica el título, la autora realiza un hermoso recorrido por cien obras maestras de la historia del arte occidental. Comienza en el siglo XIV con La adoración de los Reyes Magos, de Giotto di Bondone y finaliza el recorrido con La muerte del rey, de Paula Rego. Esta última servirá para mostrar cómo ha organizado Hodge su libro.

En primer lugar se ofrece una buena imagen de la obra y un texto explicativo de carácter general. Aunque este no es el caso, en la mayoría de las obras aparece un recuadro con otra obra y un breve comentario. Suele ser el de otra pintura que ha servido de fuente de inspiración o en la que aparece algún detalle que ha motivado la realización de la obra que se comenta.


Después, a vuelta de página, se encuentran los comentarios particulares sobre aquellos detalles más significativos que dan sentido a la obra en su conjunto y la explican. Sirve de cierre al comentario otra obra con la que existen relaciones técnicas, estilísticas o de sentido.


Como libro de arte que es están muy cuidadas las reproducciones, aunque en las fotografías que yo adjunto no pueda apreciarse, y es que nuestra primera aproximación a las artes plásticas, y a la pintura en particular, es siempre visual. 

Un libro muy recomendable como iniciación al estudio de las obras que la autora ha escogido, como libro para disfrutar de los detalles y como estupendo regalo para quien guste de los libros de arte. Es una pena que ya no esté disponible en la editorial siendo una edición de 2017, aunque todavía puede encontrarse a la venta en algunas librerías.

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viernes, 25 de julio de 2025

ALGUNOS JUGUETES...




Poemas con juguete nació del azar, de la relación entre una muñeca y las palabras. Luego llegaron más muñecas y comenzaron a hilvanar una historia entre ellas. Sus palabras fueron adquiriendo cada vez mayor importancia. Surgieron opiniones, hicieron patentes sus miedos y sus deseos. Trabaron relación unas con otras y con el momento y el lugar en que habían aparecido. A esa pequeña tribu se sumaron otros juguetes, incluso imágenes llegadas de fuera que deseaban participar en el creciente diálogo. En algunos momentos, quisieron implicar al autor, le interpelaron e hicieron del mundo que habitamos su lugar donde estar y su tema de reflexión. Al fin y al cabo, ya estaban en él y les pertenecía tanto como a nosotros. 

Poemas con juguete, como cualquier poema, tiene su origen en el corazón humano y al corazón se dirige. Ha crecido al amparo de unos pequeños seres sin importancia y, como casi todas las cosas sin importancia que nos rodean, quiere expresar algunas ideas desde su punto de vista a ras de suelo y mano tendida, por si a alguien le sirven de alivio o de entretenimiento.

Ochogiro. Ella fue la primera.

Hikari

Caballito

Eleuterio.

Sin empalago, sin enojo.

Susto en el corredor.



Somos humanos.












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jueves, 24 de julio de 2025

RETRATOS DE AMANTES ( Margaret Lindsay), 19

La esposa del pintor, Margaret Lindsay. Fuente: National Gallery of Scotland.


Allan Ramsay (1713-1784) fue, por encima de todo, un excepcional retratista, de gran reconocimiento. Suyos son algunos de los retratos más conocidos de Jorge III, David Hume o Rousseau; pero una cosa es la consideración que hoy tiene Ramsay en la historia de la pintura y otra muy distinta la que entonces se tenía a una persona que se dedicara a ella. Vayamos poco a poco.

Ramsay, ciertamente, era un retratista popular por su dominio técnico y por los refinados modales que demostraba con las personas a las que pintaba, básicamente la nobleza británica, que era la única que se podía permitir tener un retrato. Cuando tenía treinta años, murió su primera mujer, Anne. Por entonces, Margaret Lindsay era alumna suya. Se enamoraron y decidieron casarse. 

Estamos en el siglo XVIII y llevar adelante un matrimonio entre dos personas no dependía solamente de la pareja en cuestión. El padre de ella, sir Alexander Lindsay, no dio su consentimiento. Un pintor no tenía la categoría social ni económica como para casarse con una hija de la aristocracia. El novio alegó que el trabajo le iba bien y que podía asegurar a la novia unos ingresos de, como mínimo, 100 libras anuales. El padre no cedió.

La pareja tomó la única decisión que estaba a su alcance: la huida. Se casaron el 1 de marzo de 1752. El largo y, según parece, feliz matrimonio, que llegó a proporcionar tres nietos al aristócrata contrariado, no fue suficiente. Nunca llegó a perdonarlos. 

Afortunadamente, el enfado del padre de Margaret no influyó en la capacidad de trabajo del novio, quien nos presenta aquí un retrato de Margaret muy al estilo de la época, donde lo que se subraya es el encanto y la delicadeza de la persona retratada, con una atención especial a la mantilla de encaje que le envuelve hombros y brazos. La luz incide suavemente sobre los elementos que el artista quiere destacar: el rostro de la amada, la mantilla y el jarrón con las flores. Delicadeza y elegancia.

Samuel Johnson dijo acerca de Ramsay: No encontraréis a un hombre en cuya conversación haya más instrucción, más información y elegancia. Con el tiempo, Allan Ramsay llegó a poder asegurar más de 100 libras anuales a Margaret Lindsay porque se convirtió en el pintor oficial de la corte de Jorge III. Supongo que además del talento y del dominio de la técnica del retrato, algo tuvieron que ver sus exquisitos modales.
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miércoles, 23 de julio de 2025

UN LIBRO, UN POEMA (Manuel Machado)

Editorial
#unlibrounpoema
 

Manuel Machado (1874-1947) fue un poeta de gran aceptación y reconocimiento antes de la desgraciada guerra civil, tuvo otro momento importante en los años 80 del pasado y hoy vuelve al olvido, aunque el esfuerzo conjunto de José Luis García Martín y la editorial Renacimiento hagan esfuerzos por resucitarlo. Cada vez que las dos Españas sacan a relucir sus diferencias el mayor de los Machado se resiente. Una de esas dos mitades le niega el pan y la sal por los poemas que escribió —obligado o no por las circunstancias— ensalzando la figura del dictador. Pero la calidad poética y la capacidad para abordar y expresar en pocos versos los grandes temas existenciales que afectan a todos los seres humanos están presentes en la mayor parte de su obra. Es curioso que se descalifique a Manuel por un puñado de poemas y, sin embargo, se guarde silencio sobre los poemas panfletarios de Antonio. 


ADELFOS

Yo soy como las gentes que a mi tierra vinieron
soy de la raza mora, vieja amiga del Sol,
que todo lo ganaron y todo lo perdieron.
Tengo el alma de nardo del árabe español.

Mi voluntad se ha muerto una noche de luna
en que era muy hermoso no pensar ni querer…
Mi ideal es tenderme, sin ilusión ninguna…
De cuando en cuando, un beso y un nombre de mujer.

En mi alma, hermana de la tarde, no hay contornos…;
y la rosa simbólica de mi única pasión
es una flor que nace en tierras ignoradas
y que no tiene aroma, ni forma, ni color.

Besos, ¡pero no darlos!. Gloria…, ¡la que me deben!.
¡Que todo como un aura se venga para mí!.
¡Que las olas me traigan y las olas me lleven,
y que jamás me obliguen el camino a elegir!.

¡Ambición!. No la tengo. ¡Amor!. No lo he sentido.
No ardí nunca en un fuego de fe ni gratitud.
Un vago afán de arte tuve… Ya lo he perdido.
Ni el vicio me seduce, ni adoro la virtud.

De mi alta aristocracia, dudar jamás se pudo.
No se ganan, se heredan, elegancia y blasón…
Pero el lema de casa, el mote del escudo,
es una nube vaga que eclipsa un vano sol.

Nada os pido. ni os amo ni os odio. Con dejarme,
lo que hago por vosotros, hacer podéis por mi…
¡Que la vida se tome la pena de matarme,
ya que yo no me tomo la pena de vivir!…

Mi voluntad se ha muerto una noche de luna
en que era muy hermoso no pensar ni querer…
De cuando en cuando un beso, sin ilusión ninguna.
¡El beso generoso que no he de devolver!.




MELANCOLÍA

Me siento, a veces, triste
como una tarde del otoño viejo;
de saudades sin nombre,
de penas melancólicas tan lleno…
Mi pensamiento, entonces,
vaga junto a las tumbas de los muertos
y en torno a los cipreses y a los sauces
que, abatidos, se inclinan… Y me acuerdo
de historias tristes, sin poesía… Historias
que tienen casi blancos mis cabellos.




LOS FUSILAMIENTOS DE LA MONCLOA

Él lo vio... Noche negra, luz de infierno...
Hedor de sangre y pólvora, gemidos...
Unos brazos abiertos, extendidos
en ese gesto de dolor eterno.

Una farola en tierra casi alumbra,
con un halo amarillo que horripila,
de los fusiles la uniforme fila
monótona y brutal en la penumbra.

Maldiciones, quejidos... Un instante,
primero que la voz de mando suene,
un fraile muestra el implacable cielo.

Y en convulso montón agonizante,
a medio rematar, por tandas viene
la eterna carne de cañón al suelo.



RETRATO


Esta es mi cara y ésta es mi alma. Leed:
Unos ojos de hastío y una boca de sed...
Lo demás... Nada... Vida... Cosas... Lo que se sabe...
Calaveradas, amoríos... Nada grave,
Un poco de locura, un algo de poesía,
una gota del vino de la melancolía...
¿Vicios? Todos. Ninguno... Jugador, no lo he sido:
ni gozo lo ganado ni siento lo perdido.
Bebo, por no negar mi tierra de Sevilla,
media docena de cañas de manzanilla.
Las mujeres... —sin ser un Tenorio, ¡eso no!—,
tengo una que me quiere y otra a quien quiero yo.


Me acuso de no amar sino muy vagamente
una porción de cosas que encantan a la gente...
La agilidad, el tino, la gracia, la destreza,
más que la voluntad, la fuerza, la grandeza...
Mi elegancia es buscada, rebuscada. Prefiero,
a olor helénico y puro, lo chic y lo torero.
Un destello de sol y una risa oportuna
amo más que las languideces de la luna.
Medio gitano y medio parisién —dice el vulgo—,
con Montmartre y con la Macarena comulgo...
Y antes que un tal poeta, mi deseo primero
hubiera sido ser un buen banderillero.

Es tarde... Voy deprisa por la vida. Y mi risa
es alegre, aunque no niego que llevo prisa.


Si os interesa, RTVE Play tiene un interesante documental archivado en el apartado de Imprescindibles. Solo es necesario darse de alta para poder verlo.

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martes, 22 de julio de 2025

LA MAURESQUE, LA CASA DE SOMERSET MAUGHAM


La Mauresque


Hasta hace relativamente poco tiempo esta vista de la fachada de la villa La Mauresque era imposible, excepto si se tenía una embarcación para poder verla desde el agua. En la actualidad, gracias a la pasarela que lleva desde el parque y la zona deportiva hasta el pequeño puerto de Caneta, la fachada puede casi tocarse con la mano.

En su origen, fue una villa en estilo más o menos árabe (eran los gustos exóticos de la época) para el capellán de Leopoldo II, Felix Charmettant. Posteriormente, en 1927, la remodeló el arquitecto americano Barry Dierks para servir como residencia habitual del novelista británico Somerset Maugham, y así fue hasta el fallecimiento del escritor en 1965.

Durante esa época, por ella pasaron grandes personajes como Churchill, los duques de Windsor, T. S. Eliot, H. G. Wells, Rudyard Kipling, Ian Fleming, Noel Coward o Virginia Woolf.

En 1967, la compra por parte de la estadounidense Lynn Wyatt hizo que sufriera nuevos cambios y se que se modificara tanto la fachada como el interior. Hoy es una residencia privada, eso sí, catalogada como un elemento del patrimonio cultural francés desde 2008.

A su lado se encuentra la que fue casa del escritor Pierre Loti, otro aficionado a la Bahía de Chingudi. Pero esa es otra historia.



Fachada de acceso a la villa desde Rue des Pêcheurs

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lunes, 21 de julio de 2025

CHAMBORD

 #descubriendoFrancia

Chambord es, según dicen guías y folletos varios, el castillo más grande y más visitado del Loira. Algunas cifras: 426 dormitorios, 282 chimeneas, 77 escaleras, entre ellas la famosa escalera de caracol cuyo diseño, se dice, fue obra de Leonardo, aunque este ya había muerto cuando se comenzó la obra. Y si os da por contar las salamandras distribuidas por paredes, techos y mobiliario, deberíais pasar de las trescientas; en muchas ocasiones, acompañada de la F de Francisco, para que no quede duda. La salamandra es el símbolo que escogió Francisco I.

Más cifras: el castillo de Chambord está enclavado en un parque-bosque de dimensiones descomunales, tiene 32 kilómetros de perímetro (incluye una reserva nacional de fauna y caza). Dicen, y desde luego no voy a comprobarlo, que es el mayor parque de Europa. Buena parte de él, no todo, se puede recorrer. Incluso en el estanque rectangular que se encuentra en la trasera del castillo se pueden alquilar barquitas para pasear. También se pueden alquilar uno de esos carritos que se utilizan en los campos de golf.

A Chambord, por tanto, se puede ir para visitar la arquitectura renacentista, para ver la exposición temporal que se suele colocar en una de las alas del piso superior, para recorrer los inmensos jardines, para hacer pícnic y pasar el día completo, para ver algún evento festivo (cuando yo estuve había algunas zonas cerradas al público porque se estaban instalando gradas y escenarios para la celebración del 14 de julio), o se puede ir para todo ello.






Un par de fotos de la exposición del monje coreano Kim En Joong, artista y hombre de religión, que vivió buena parte de su vida en Francia. Curiosamente, la mayor parte de las obras expuestas en Chambord habían estado expuestas en Chartres cuando pasé por allí hace dos años. No me importó en absoluto, porque es una obra que me gusta mucho.





Los jardines, por supuesto, muy civilizados y muy simétricos, es decir, tan franceses como la misma bandera.










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